EL BUEN SALVAJE 5 o SOBRE LA REALIDAD 7, por guillofca.

EL BUEN SALVAJE 5 o SOBRE LA REALIDAD 7, por guillofca.

Es llamativo, porque parece haberse constituido una subcultura donde todo patina y pasa, coincidente con el dejar hacer dejar pasar de la Educación, pese a las declamaciones de pertenencia revolucionaria desde el  gobierno y en algunos individuos de antigua militancia de izquierda, en nuestra República. Todo parece ser bueno o todo tiene otro nombre: Inflación es Dispersión de Precios; Apropiarse de los recursos del Estado es cosa de prohombres, que amerita que sus nombres sean recordados en campeonatos de futbol o en calles y avenidas(ver tierras y derivados del petróleo); Ser peronista es elegir el detrito de ese movimiento de masas y transformarse en personalista a ultranza de jefes mafiosos (cuando siempre tuvo un solo prohombre conductor); Ser de izquierda es saber mentir a los pobres, con la redistribución de la riqueza y dejar morir a los Qom y Wichi (entre otros) de hambre; Ser Nacional y Popular significa denigrar y menospreciar a nuestros pueblos originarios, con instituciones que los mantienen sometidos (INAI). Sin contar que ya sabemos que cambio y transformación es más de lo mismo, con otras personas, como protagonistas, pero tan violentas y crueles, como siempre lo fueron nuestras clases dirigentes, que permanentemente apelaron al poder, a la violencia y al saqueo de los recursos del Estado. Pero lo más llamativo es que la mayoría de los habitantes de este país descendemos de los gauchos, con toda su carga tradicional de solidaridad, con el prójimo, pero no se observa en los que dicen defender lo nacional y popular un interés genuino, por eliminar las causas del hambre de nuestros hermanos los Wichi, o, los Qom, con lo que se transforman en asesinos, por acción o por omisión.

En otras oportunidades mencioné que recibimos un legado de nuestros pueblos originarios, que fuese enarbolado por nuestros héroes fundadores y traicionado por los que se sintieron próceres, con rango de estatua, o, por los que hoy se sienten próceres, con rango de estatua, que es más llamativo, por lo retrógrado, en gentes que dicen ser progresistas o de ideas avanzadas, que defienden paradigmas de exclusión de los descendientes de los que nos legaron la libertad, pagando un alto costo en vidas, por ello y que, hoy, no sabemos reconocerlo, como en su momento sí lo hiciera el General San Martín, cada vez que mencionó a nuestros hermanos los indios, remarcando esa característica, que el asumía desde el primer momento, porque no  pretendía auto convencerse sobre su presunta pertenencia europea, o, porque no vivía pensando en que descendía de los barcos en no más de dos o tres generaciones, porque sabía que era un americano u originario, porque en esa época no se diferenciaba entre Latinoamérica y otras Américas, con sus responsabilidades y tradiciones a cuestas, que, como decimos en nuestra tierra supo defender con el cuero, con otros como él, que supieron acompañarlo y hoy nos falta ese genuino sentimiento gaucho, que pretendieron matar con una educación a contrapelo de nuestras realidades vernáculas.