Es posible que el pequeño caserío de Alemanía-Salta-Argentina cambie mucho si se reactiva su estación de ferrocarril y es más que posible que los mochileros en viaje iniciático ya no encuentren las mismas facilidades, para acampar en ese lugar (desde el vamos el camping o lo que se conoce como tal se encuentra cercado), pasará a ser sede de los guarda parques (que es muy bueno, para evitar los desmanes conocidos y ya comentados en estas páginas), contará con vigilancia y seguridad. Pero no se observa ningún desarrollo vinculado con mochileros, por lo que presupongo que no son tenidos en cuenta.
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viernes, 13 de octubre de 2017
Las Nuevas Barreras; para mochileros, en nuestro país.
SOBRE LA FRONTERA: en esa delgada línea de comunicación entre el NEA (Nor Este Argentino) y el NOA (Nor Oeste Argentino): La Ruta Nacional 34 al Este de la localidad de Güemes:
De Ledesma (o Libertador General San Martin), de Oran (con Aguas Blancas, Pichanal y la Misión San Francisco, sobre la que ya nos explayaremos), de Salvador Maza y el Pocitos argentino (con Tartagal y Mosconi). En este tramo de la 34 se nota profundamente aquello de la discriminacion, que no es solo con ese mito urbano sobre los mochileros, sino con los originarios (que dice que todos los mochileros llevan drogas en sus mochilas: Cosa tan disparatada, que permite creer que las personas de por aqui no son muy inteligentes o que son facilmente engañadas por la Gendarmería, que esparce el mito y lo distribuye, cual gotas de veneno. A lo que me agrega un jujeño-mochilero, que no es solo eso, sino que piensan que se trata de traficantes que les venderán drogas a los adolescentes, que luego robaran ancianitas desvalidas ). Un solo ejemplo: Luego de hacer dedo, rumbo al sur, en la salida de Salvador Maza (El Pocitos Argentino), una parejita me dona el precio del pasaje a Tartagal. En el camino, a poco de andar y tras ser alertado por el chofer buchon de micro, sobre la existencia en el mismo de un ser extraño, sube un gendarme, que solo se dirige a este Guillofca y lo interroga sobre su presunta entrada en Bolivia (porque no podia creer que solo se encuentra detallando una ruta, para una página de Face) y luego de no quedar satisfecho, todo el micro interno 14 de la empresa (las minúsculas son las que corresponden) UrKupiña (sin mencionar a la Virgen) es detenido, para una revisión de “Aduana“, donde se esfuerzan en mostrar argumentos sobre su interes fiscal, cuando lo que quieren es saber si las mochilas portan drogas. Cuando se les explica por varias veces que no se ingreso al vecino país y frente al: “Si quiere revisar, puede hacerlo“, que es cuando desiste el agente de Aduanas en turno y todo el colectivo sigue viaje a Tartagal. En ese lugar siguen las versiones sobre la generalidad del transporte de drogas por mochileros, que es un disparate que quiere encubrir la real violacion de derechos, de la Ley contra la discriminación y de la misma Constitución Nacional que garantiza el libre tránsito por el país, que fuese uno de los motivos (junto con el manejo de los fondos de la Aduana) de la larga guerra civil que tuvimos en este país, durante 70 años (entre 1810 y 1880), cosa que parecen ignorar los “centinelas de la patria“. En la Mesopotamia y en Jujuy el miedo de las personas comunes es menor, que puede ser atribuido a la mayor afluencia turística, pero igual se observa la difusión del mito
De Ledesma (o Libertador General San Martin), de Oran (con Aguas Blancas, Pichanal y la Misión San Francisco, sobre la que ya nos explayaremos), de Salvador Maza y el Pocitos argentino (con Tartagal y Mosconi). En este tramo de la 34 se nota profundamente aquello de la discriminacion, que no es solo con ese mito urbano sobre los mochileros, sino con los originarios (que dice que todos los mochileros llevan drogas en sus mochilas: Cosa tan disparatada, que permite creer que las personas de por aqui no son muy inteligentes o que son facilmente engañadas por la Gendarmería, que esparce el mito y lo distribuye, cual gotas de veneno. A lo que me agrega un jujeño-mochilero, que no es solo eso, sino que piensan que se trata de traficantes que les venderán drogas a los adolescentes, que luego robaran ancianitas desvalidas ). Un solo ejemplo: Luego de hacer dedo, rumbo al sur, en la salida de Salvador Maza (El Pocitos Argentino), una parejita me dona el precio del pasaje a Tartagal. En el camino, a poco de andar y tras ser alertado por el chofer buchon de micro, sobre la existencia en el mismo de un ser extraño, sube un gendarme, que solo se dirige a este Guillofca y lo interroga sobre su presunta entrada en Bolivia (porque no podia creer que solo se encuentra detallando una ruta, para una página de Face) y luego de no quedar satisfecho, todo el micro interno 14 de la empresa (las minúsculas son las que corresponden) UrKupiña (sin mencionar a la Virgen) es detenido, para una revisión de “Aduana“, donde se esfuerzan en mostrar argumentos sobre su interes fiscal, cuando lo que quieren es saber si las mochilas portan drogas. Cuando se les explica por varias veces que no se ingreso al vecino país y frente al: “Si quiere revisar, puede hacerlo“, que es cuando desiste el agente de Aduanas en turno y todo el colectivo sigue viaje a Tartagal. En ese lugar siguen las versiones sobre la generalidad del transporte de drogas por mochileros, que es un disparate que quiere encubrir la real violacion de derechos, de la Ley contra la discriminación y de la misma Constitución Nacional que garantiza el libre tránsito por el país, que fuese uno de los motivos (junto con el manejo de los fondos de la Aduana) de la larga guerra civil que tuvimos en este país, durante 70 años (entre 1810 y 1880), cosa que parecen ignorar los “centinelas de la patria“. En la Mesopotamia y en Jujuy el miedo de las personas comunes es menor, que puede ser atribuido a la mayor afluencia turística, pero igual se observa la difusión del mito
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