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martes, 31 de octubre de 2023

HISTORIA SOCIAL GENERAL

 

HISTORIA SOCIAL GENERAL

DENOMINACIÓN DEL PROYECTO: PROYECTO CURRICULAR PARA LA MATERIA
                                                                     HISTORIA SOCIAL GENERAL
 
INSTITUCIÓN: 
 
                                                                           
AUTOR: GUILLERMO FERNANDO CÁMARA
 
 
 
DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO: El proyecto se entiende, como un todo continuo interactuando entre todas las Ciencias Sociales, para lo cual recordamos, que las mismas se dividen en Básicas: Antropología, Sociología, Historia y Geografía; Auxiliares: Filosofía, Economía, Psicología, etc.; Conexas: Matemáticas, etc. Hoy en día es impensable tratar los temas de una ciencia sin contar con el abordaje interdisciplinario, entre ellas y multidisciplinario, con el auxilio de las Ciencias Exactas y Naturales. Dentro de ese razonamiento se inscribe la importancia de las Estadísticas, en relación con la cuantificación de los efectos que los acontecimientos sociales producen en la sociedad. La evolución de las Ciencias Sociales en el mundo marca un cambio de eje sustancial, pasando del determinismo positivista de causa y efecto al más inclusivo de la Teoría Post-Moderna de las Ciencias Sociales, que nos remite a una variedad de Causas, que determinan un solo hecho histórico, que engendra una pluralidad de efectos o consecuencias. En ese sentido se transforma en una verdad a medias o defectuosa la afirmación, que indica: Que a la "Historia la escriben los que ganan…", porque hoy día, con los avances de la informática es más que probable, que "los que pierden", según ese razonamiento, cuentan con herramientas más que suficientes, para contar su verdad.
 
 
 
DIAGNÓSTICO: La antigua denominación cronológica de edades o etapas de Historia Antigua, Media, Moderna y Contemporánea, producto de los lineamientos deterministas del positivismo quedaron desactualizados y no reflejan la realidad de la Evolución Histórica de la Humanidad, que es lo que estudia esta disciplina social. Pero, con el enfoque básico y el auxilio de las demás Ciencias Sociales se puede entender el devenir de los tiempos y comprender el concepto de eras, que es propio de los pueblos originarios y, por ello, dejado de lado durante mucho tiempo, por los estudiosos de la disciplina. En el medio se desarrolló un pensamiento controversial, que fue ganando adeptos y terminó derrumbando, con argumentos sólidos, los principios en los que se había basado el criterio positivista aplicado a la Historia. Hoy podemos decir, que se observa una interesante amalgama de postulados de la Historia Retrospectiva, la Historia de Mentalidades, con la Historia de Procesos, que inicio la ruptura de la rigidez de conceptos deterministas, que corre paralela a la consideración y el respeto, por todas las culturas, que se observa, en general, en el concierto internacional, o, para ser más exactos en las resoluciones de las Naciones Unidas en Asamblea General respecto de los pueblos, que forjaron culturas diversas, con el consiguiente desarrollo de movimientos sociales, políticos, o, económicos, que se nota, con claridad, en los últimos tiempos en el mundo y en nuestra Latinoamérica, o, mejor dicho: América, o, lo que es mejor: Abya Yala, que es la denominación genérica del continente, para nuestros pueblos originarios, por decisión soberana. Y entrados en ese tema de la soberanía, donde no indicamos solo gobiernos, sino a los pueblos, o, mejor dicho: al consciente colectivo, que opera en una determinada dirección, producto de esas mismas causas diversas de desarrollo evolutivo de los pueblos. Desde las ciudades estados del Medioevo europeo (Venecia, Liga Hanseática, etc.), pasando por la conformación de los Estados, con el triunfo de las burguesías locales; la reforma y contrarreforma religiosa; la revolución francesa y su dispersión ideológica, por el mundo; las revoluciones americanas (desde Norte América al Sur); la industrialización de algunos estados, con la incorporación de masiva mano de obra asalariada; el final de las estrategias esclavista, porque se debía incorporar consumidores, para los productos industriales; la separación de los postulados ideológicos surgidos, con la revolución francesa y la afirmación de ideologías sociales, como el anarquismo, el socialismo y el comunismo; el surgimiento del materialismo histórico, como método de análisis histórico-económico; el economicismo, que es una de las tantas evoluciones del positivismo aplicado al estudio de las cuestiones históricas; el capitalismo; liberalismo y posterior neo-liberalismo; la revolución inconclusa mexicana; la revolución rusa y su dispersión, por el mundo; el caso de Cuba y Nicaragua en Latinoamérica; la reforma universitaria y su dispersión, por el mundo latino americano; la incidencia de las guerras mundiales; las experiencias nacionales y populares de Getulio Varga, Joao Goulart, el APRA y Perón; la independencia de las colonias asiáticas; la revolución china; la independencia de la colonias africanas; el mundo bipolar; la guerra fría; las revoluciones socialistas, por el mundo; la caída del muro de Berlín; el capitalismo salvaje y la globalización de las ideas neoliberales, con la globalización incipiente de ideas verdes o ecológicas encontradas o en puja, con las anteriores. Lo que nos indica, que se pueden observar hilos conductores u otro tipo de globalizaciones anteriores y simultáneas, con la más conocida en nuestros días, que no pueden dejar de ser estudiadas, por futuros profesionales de la Historia.
 
 
FINES (MISIÓN):
                                                  A.- Proveer a los alumnos de una amplia gama de enfoques metodológicos, para la investigación histórica, que garanticen el respeto de la diversidad en consonancia, con los postulados expresados, por la Resoluciones de Naciones Unidas en relación con los derechos humanos, de las minorías, de género, de orientación sexual, de los pueblos originarios y de las culturas que ellos expresan en esa inter penetración creciente, que se observa en parámetros, que exceden, por mucho a lo meramente folklórico.
 
                                                  B.- Lograr nuevas fuentes de investigación; que sumadas a las tradicionales de libros, archivos, periódicos, películas, canciones y videos; nos permitan vincular y utilizar la más humilde: la tradición oral, con el soporte y apoyo de los medios informáticos, para corroborar y demostrar nexos y relaciones útiles, para la investigación histórica.
 
                                                  C.- Colaborar con lo natural y la naturaleza en un todo de acuerdo, con la tendencia mundial expresada en las últimas Resoluciones de Naciones Unidas, sobre Sustentabilidad, Turismo Responsable, Explotación Responsable de los recursos (FAO): Demostrando que: Evolución y Desarrollo no implica directamente depredación o muerte de especies, como se pudo observar durante largos períodos de la Historia de la Humanidad.
 
 
 
PROBLEMA
NECESIDADES
INTERÉS
Falta de desarrollo de pensamiento autónomo en amplios sectores de la población.
 
Propender al desarrollo de pensamiento autónomo, para evitar caer en copias de modelos generados para otros continentes y otras mentalidades.
Apoyar el embrionario desarrollo de una cultura mixta originaria, con los aportes de la inmigración.
Engloba todas las Ciencias Sociales.
 
Practicar los abordajes interdisciplinarios.
Colaboración mutua entre los estudios de las Ciencias Sociales y las Exactas y Naturales.

 
PROCESO DE INICIACIÓN
RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN
ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN
Desarrollar abordajes multidisciplinarios apelando a la multiplicidad de fuentes.
 
Fuentes documentales (archivos), fuentes textuales (libros), fuentes informativas y formativas (periódicos), fuentes descriptivas o audiovisuales (películas, música y videos), fuentes orales e informáticas.
 
Pensamiento autónomo.
Cotejo y constatación de informaciones, por fuentes concordantes o disonantes.
Aplicar los fundamentos de la heurística.
Desarrollar abordaje profesional hermenéutico.
 
Para seguir el postulado de la multicausalidad.
 
 
Constancia en los procedimientos hermenéuticos, con una heurística cambiante.
 
Saber la importancia del desarrollo social, comunitario, barrial y personal, para colaborar originalmente con el nacional.
 

 
 
Multicausalidad
 
Fuentes
Heurística
Desarrollo de diversos niveles
Pueblos Originarios
Cultura de la tierra
 
Pluralidad
Hermenéutica
Pensamiento Autónomo
 
Nacional
Social
Comunitario
Barrial
Personal
 
Inmigrantes Mestizos
 
Cultura euro céntrica o asiática
Cultura mixta o colaborativa
 
 
 TÍTULO DEL PROYECTO
OBJETIVOS DEL PROYECTO
ACTIVIDADES
MATERIALES
PROCESO DIDÁCTICO PEDAGÓGICO DEL PROYECTO
                                                                                 HISTORIA SOCIAL GENERAL
1).-Reconocer la formación de mentalidades colectivas, que producen cambios.
 
2).-Analizar los cambios producidos por un hecho determinado de acuerdo a las causas que lo engendraron.
 
3).-Criticar las fuentes desde una perspectiva heurística.
 
 
4).-Cuestionar las fuentes teniendo en cuenta los postulados hermenéuticos.
 
 
5).-Valorar la pluralidad de efectos de un hecho.
 
 
Estudiar los fundamentos de la Historia Retrospectiva, de Mentalidades y de Procesos.
 
 
 
 
 
 
 
Conocer el Materialismo Histórico y el Economicismo del Liberalismo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Innovar en métodos de resolución de problemas.
 
 
 
 
 
Desarrollar la capacidad de análisis de textos priorizando su conocimiento e interpretación de acuerdo al país, continente, mentalidad colectiva e incidencia de la naturaleza.
 
Consolidar la habilidad de seguimiento de los procesos sociales, que engendran los hechos, para detectar las causas de los que se sobrevendrán en el desarrollo de la Historia Humana.
PC conectadas a Internet.
Dispositivos celulares y otros conectados a internet

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Libros, periódicos y documentos de organismos gubernamentales o supra nacionales.
 
 
 
 
 
 
Tradición Oral (entrevistas periodísticas) y su constatación, por medios informáticos.
 
Películas, música y videos.
 
 
 
 
 
 
 
Libros e información periodística adicional.
 
 
Enseñar a detectar grupos de hechos coincidentes en distintas regiones del planeta, que favorecen el desarrollo de mentalidades colectivas en uno u otro sentido en un determinado pueblo.
 
 
 
Demostrar la vinculación de hechos. Ejemplo: Las Vaquerías en lo que fuese el Virreinato del Río de la Plata, con la Independencia y la potestad de manejo de la cosa pública, vinculada con el ganado, en manos de los Cabildos existentes y antes que se transformaran en Municipalidades; tiene directa relación con la acumulación capitalista originaria en las estancias y el desarrollo y transformación de estas, con nueva ganadería de origen europeo es una de las causas, que pueden rastrearse de la denominada Conquista del Desierto, ya que se esgrimió, como motivo, para evitar el robo de animales.  
 
Explicar técnicas de resolución de problemas sociales usando medios informáticos.
 
 
 
 
Potenciar la capacidad de análisis de los alumnos, con elementos audiovisuales.
 
 
 
 
 
 
 
 
Incentivar el desarrollo de habilidades de investigación primaria de los acontecimientos de relevancia en el orden mundial.



















 
CONTENIDOS:
 
DESCRIPCIÓN DE CONTENIDOS
CONTENIDOS CONCEPTUALES
CONTENIDOS PROCEDÍMENTALES
CONTENIDOS ACTITUDINALES
Desarrollo de ciudades estados, como Florencia o Venecia y conformación de ligas hanseáticas en el Medioevo europeo.
Reforma y contrarreforma religiosa.
La Revolución Francesa y su dispersión ideológica.
Revoluciones americanas.
Industrialización.
Liberación de esclavos y prohibición de su comercio. Postulados liberales de la Rev. Francesa.
Revolución Industrial.
Anarquismo.
Socialismo.
Comunismo.
Materialismo Histórico.
Economicismo.
Capitalismo.
Liberalismo y Neo-Liberalismo.
Revolución Mexicana.
Revolución Rusa y su dispersión por el mundo.
Cuba y Nicaragua.
La Reforma Universitaria.
República Española.
Guerras Mundiales.
Experiencias Nacionales y populares:Vargas, Goulart, el APRA y Perón.
Independencia de colonias asiáticas.
Revolución China.
Independencia de colonias africanas.
El mundo bipolar y la guerra fría.
Las revoluciones socialistas en el mundo.
Caída del Muro de Berlín.
Capitalismo Salvaje.
Globalización y globalizaciones antagónicas.
 
 
El Método Analítico aplicado a las Ciencias Sociales.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El Materialismo Histórico y su Tesis, Antítesis y Síntesis.
 
 
 
 
 
 
Métodos de Resolución de Problemas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Métodos Pert y CPM.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Método propio de la Formación Profesional.
Educación en Valores.
 
 
Cooperación.
 
 
 
Esfuerzo conjunto.
 
 
Respeto de la diversidad.
 
 
Respeto por los Derechos Humanos.
 
Respecto, por las normas
Ecológicas.
 
 
Respeto, por la convivencia.
 
 
Respeto por el otro.
 
 
Propiciar los consensos y minimizar las diferencias.
 
 
Propiciar la integración.
 
 
Propiciar el desarrollo sostenible de las comunidades.
 
 
Generar la autoevaluación constante.
 
 
Garantizar el pensamiento autónomo, como norma de cumplimiento permanente.
 
 
 
 

 
 
PLAN DE ACCIÓN
 
Organización de actividades
 
 
EXPERIENCIAS PEDAGÓGICAS
RESPONSABLES
APRENDIZAJES ESPERADOS
ACTIVIDADES DE EVALUACIÓN
Responden
Los alumnos
Los conocimientos y habilidades propios de un investigador docente.
Proceso de ida y vuelta o de alimentación-retroalimentación
Obtener Información
Analizar en base a la heurística y hermenéutica.
Relatar
Monografía
 
Los alumnos
Claridad conceptual, para el abordaje de los hechos, su relato y explicación didáctica.
Calificación de la Monografía.

 
 
 
BIBLIOGRAFÍA:
 
Bloch Marc - Introduccion A La Historia pdf
 
 
Mabama George - Historia Universal Didactica Ilustrada doc
 
 
Bakhtin Mihail - La Cultura Popular En La Edad Media Y El Renacimiento Doc
 
 
Furet Francois - Pensar La Revolucion Francesa Doc
 
 
Hobsbawm Eric - En Torno A Los Origenes De La Revolucion Industrial pdf
 
 
Anderson Perry - Tras Las Huellas Del Materialismo Historico pdf
 
 
Muñoz Ibarra Jose - Pancho Villa La Primera Gran Revolucion Social Del Siglo 20 doc
 
 
Reed John - Mexico Insurgente Pdf
 
 
Reed John - Diez Dias Que Estremecieron Al Mundo Pdf
 
 
Banyard Peter - Conflictos Siglo Xx Surgimiento De Los Dictadores pdf
 
 
Pimlott John - Los Conflictos Del Siglo Xx La Primera Guerra Mundial pdf
 
 
Beevor Antony - La Guerra Civil Española Doc
 
 
Halperin Donghi Tulio - Historia Contemporanea De America Latina pdf
 
 
De Lee Nigel - Los Conflictos Del Siglo Xx - El Surgimiento De Las Potencias Asiaticas A Partir De 1945 pdf
 
 
Taibo Carlos - La Disolucion De La Urss Introduccion A La Crisis Del Sistema Sovietico pdf
 
 
Krebs Ricardo - Breve Historia Universal - Hasta El Año 2000 doc
NOTA: Los libros son gratuitos y se pueden bajar en los sitios indicados enhttp://www.portalplanetasedna.com.ar/descargas.htm, o, tomado de http://www.bibliotheka.org/?/clasif2/NI___.
 
 
 
OTRAS FUENTES EN LA WEB:
 
http://www.portalplanetasedna.com.ar/
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Renacimiento_italiano
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Liga_Hanse%C3%A1tica
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Reforma_Protestante
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Contrarreforma
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_francesa
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Independencia_de_los_Estados_Unidos
 
http://www.monografias.com/trabajos13/hisuniv/hisuniv.shtml
 
http://www.monografias.com/trabajos12/revin/revin.shtml
 
http://www.monografias.com/trabajos10/trini/trini.shtml
 
http://www.monografias.com/trabajos/caplibneo/caplibneo.shtml
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Anarquismo
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Socialismo
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Comunismo
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Materialismo_hist%C3%B3rico
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Economicismo
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Capitalismo
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Liberalismo
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Neoliberalismo
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_mexicana
 
http://www.monografias.com/trabajos6/reru/reru.shtml
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_cubana
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_Sandinista
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Reforma_universitaria_(Argentina)
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Segunda_Rep%C3%BAblica_Espa%C3%B1ola
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Primera_Guerra_Mundial
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Segunda_Guerra_Mundial
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Get%C3%BAlio_Vargas
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Jo%C3%A3o_Goulart
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Alianza_Popular_Revolucionaria_Americana
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Domingo_Per%C3%B3n
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_Civil_China
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Corea
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Vietnam
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Descolonizaci%C3%B3n
 
http://www.monografias.com/trabajos10/fria/fria.shtml
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Muro_de_Berl%C3%ADn
 
http://www.eumed.net/libros/2010d/792/Capitalismo%20salvaje%20o%20revolucion%20capitalista.htm
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Globalizaci%C3%B3n
 
http://www.ub.edu/prometheus21/articulos/jordiroca.htm
 
http://www.monografias.com/trabajos13/planeco/planeco.shtml
 
http://www.eumed.net/libros/2007a/257/7.1.htm
 
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=276520
 
http://es.wikibooks.org/wiki/Ingenier%C3%ADa_del_conocimiento/M%C3%A9todos_de_resoluci%C3%B3n_de_problemas
 
FUENTES FILMOGRÁFICAS o VIDEO GRÁFICAS:
 
http://manpang.blogspot.com/2007/07/listado-de-pelculas-ambientadas-en-la.html
 
http://teimagino.com/la-revolucion-francesa-documental-the-history-channel/
 
http://www.youtube.com/watch?v=FP83kJOqTJ4
 
http://www.taringa.net/posts/videos/4101412/Documental-sobre-la-revolucion-rusa---Ellos-se-atrevieron.html
 
http://chrismielost.blogspot.com/
 
http://www.youtube.com/watch?v=6NFyJz4Ch8s
 
http://www.taringa.net/posts/info/1734828/Peliculas-sobre-la-guerra-de-vietnam.html
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
                                                                                          GUILLERMO F. CÁMARA

domingo, 29 de octubre de 2023

ARGENTINA Y SUS CRISIS

LAS CRISIS DE LA ARGENTINA

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TEMA CENTRAL
Argentina y sus crisis
Alejandro Grimson
Un análisis de varias crisis argentinas permite distinguir entre los usos muy expandidos del término «crisis» en el lenguaje coloquial y la pregunta acerca de cómo abrir un debate conceptual sobre este término, sus usos, sus dimensiones económicas, políticas y culturales. Un término polisémico, normativo y objetivista conlleva varios riesgos, por lo que resulta necesario un uso «restringido». En este marco, el interés de este artículo es comprender, a través del análisis del caso argentino, las dimensiones culturales implicadas en las crisis, porque en ciertos contextos se producen crisis de confianza en la economía, crisis de confianza en la política, crisis de representación o legitimidad social.

Argentina y sus crisis
rgentina está en crisis? Durante varias décadas, el término «crisis» ocupó un lugar central en los ensayos sobre el país y pareció convertirse en un diagnóstico casi permanente. Una célebre revista publicada entre 1973 y 1976, dirigida en Buenos Aires por Eduardo Galeano, llevaba ese nombre y volvió a editarse desde los años 80. A diferencia de los países culturalmente centrados en su pasado dorado o en su futuro soñado, Argentina parecía concentrarse en un presente de «crisis»1. Posiblemente hacia fines del siglo xx el país comenzó a virar, con los efectos del neoliberalismo, hacia un relato más decandentista, que aludía a distintos pasados maravillosos.

La paradoja de percibir la crisis como normalidad se fue tornando menos frecuente y, sobre todo, menos consensual. A partir del incremento de la polarización política que se produjo en los últimos años de los gobiernos kirchneristas y que se acrecentó durante el gobierno de Mauricio Macri, los argentinos parecen ya no estar de acuerdo en nada, a no ser en el hecho de que no están de acuerdo. Pero en verdad ni siquiera en eso, ya que a menudo no se considera a quien piensa diferente como alguien que piensa. En cualquier caso, para una perspectiva comprensiva e interpretativa, el uso coloquial tan habitual del término «crisis» es a la vez interesante como dato, pero problemático en términos teóricos.

Tres crisis configurativas

Una de las formas de comprender la Argentina actual es analizar muy brevemente tres crisis y tres formas diferentes de respuestas populares. El país atraviesa el periodo más largo con elecciones libres y sin proscripciones. Ese periodo se inició en 1983, después del fin de la más dramática dictadura militar de su historia. En 1982, mientras avanzaba la crisis económica y social, se fortalecieron las movilizaciones sindicales. La increíble Guerra de Malvinas, dirigida por unas Fuerzas Armadas que ni siquiera querían ganarla, despertó formas de organización de la sociedad para multiplicar la solidaridad con los soldados. Y después de la veloz derrota militar, se agudizó la crisis económica y política, al tiempo que se intensificaban las redes organizativas de la sociedad civil.

Los movimientos de derechos humanos, que habían tenido un momento crucial en 1977 con la primera ronda de las Madres de Plaza de Mayo, fueron ocupando un lugar central en el fortalecimiento de las movilizaciones contra la dictadura. Lo que resulta más interesante, analizado con perspectiva histórica, es que muchas de aquellas organizaciones fueron protagonistas de estas tres décadas y media de democracia. Y dejaron un legado central en la cultura política argentina.

En efecto, uno de los elementos que distinguen a Argentina de otros países de la región es que el rechazo a la violencia política estatal devino parte del sentido común. Eso no significa que en estas décadas no haya habido represión e incluso muertos en protestas sociales, sino que el grado de esa represión y de la violencia política ha sido menor que en otros países, y que en varias ocasiones la muerte de protagonistas de protestas ha abierto crisis políticas e institucionales2. Ese legado se tradujo en el emblemático Juicio a la Juntas (militares) en 1985, en la derogación y anulación de todas las leyes de impunidad aprobadas en los años 90 en 2003 y en el hecho de que en la actualidad haya más de 700 presos por crímenes de lesa humanidad. En junio de 2017, la Corte Suprema de Justicia aplicó el «2x1», que reducía el cómputo de la pena de un condenado por esos crímenes, y en una semana una multitud de argentinos salió a protestar a la calle3.

En 1989, el presidente Raúl Alfonsín adelantó las elecciones y su partido fue derrotado por el justicialista Carlos Menem. Los recurrentes problemas económicos se veían agravados por una inflación que en 1988 superó el 300%. Sin embargo, después de las elecciones se disparó un espiral hiperinflacionario que superó el 3.000% anual e ingresó en las antologías mundiales. En la ciudad de Rosario comenzó a haber reclamos de comida ante los supermercados, que terminaron en saqueos que se extendieron a Córdoba, Buenos Aires y otras ciudades. En contraste con las movilizaciones sindicales o políticas tan habituales en la historia argentina, los saqueos mostraron un fenómeno inédito en el que se combinaba el hambre con el debilitamiento de las organizaciones tradicionales. Los saqueos se repitieron como eventos en momentos de crisis aguda como 2001, o como «gran miedo» en diferentes meses de diciembre posteriores, en algunos años en que las tradicionales fiestas de fin de año se combinaron con una situación social complicada y con cierta debilidad política del gobierno.

Pero además de indicar el ingreso de otro actor u otra faceta popular, la combinación de la crisis de la hiperinflación de 1989, que tuvo nuevos brotes al año siguiente, y del potencial «caos social» legó en la cultura política argentina un miedo muy distinto al de la violencia política: el miedo a la inflación. La hiperinflación es un fenómeno de disgregación social. Justamente Carlos Menem impuso su hegemonía sobre la base de la estabilidad monetaria, al fijar por ley que cada peso era convertible en un dólar (por la que se conoció como Ley de Convertibilidad). Entre 1991 y 2001 los argentinos soportaron no solo un neoliberalismo extremo, sino el aumento del desempleo, que pasó de 6% en 1989 a 22% en 20024. Esa sociedad con «estabilidad» que excluía a millones de argentinos vio agravada su situación con el inicio de la recesión en 1998. Mientras crecían lentamente las protestas de los desocupados y de un sector del sindicalismo, no hubo una solución política a esa crisis económica hasta que nuevamente el país se hundió en otra crisis en diciembre de 2001, en este caso la más grave de su historia.

Entre fines de los años 90 y 2003 se desarrollaron al menos cinco procesos de respuestas populares a esta crisis. Surgieron y se expandieron grupos de desempleados para exigirle al Estado trabajo y planes de empleo y para garantizar su subsistencia cotidiana. Estos potentes movimientos de trabajadores desocupados protestaban bloqueando rutas y puentes con piquetes, y por eso se los conoció como «piqueteros». Surgieron nodos de redes de trueque, que buscaban paliar la carencia de dinero necesario para el mercado a través del intercambio de bienes o saberes, en un circuito informal que en su auge involucró a dos millones de personas. Se expandieron los comedores populares que, obteniendo insumos del Estado y eventualmente de donaciones, garantizaban un plato de comida para niños y adultos al borde de la indigencia. Surgieron asambleas barriales, generalmente en barrios de clases medias, cuya movilización no respondía solo a una necesidad económica de los propios asambleístas (no eran necesariamente ahorristas estafados, ni indigentes, ni desempleados), sino básicamente a la crisis político-institucional de representación. También ha habido unos dos centenares de empresas recuperadas por sus trabajadores después de su quiebra, cierre o abandono por parte de sus anteriores propietarios.

Estas respuestas surgieron en distintos momentos y frente a diferentes conflictos. A partir de la crisis de diciembre de 2001 se organizaron asambleas de vecinos. Las organizaciones de desocupados se remontan a la segunda mitad de la década de 1990 –en el Gran Buenos Aires comienzan a aparecer en 1997–. Los comedores populares surgieron a fines de la década de 1980, durante la crisis hiperinflacionaria a partir de la cual se restringieron planes alimentarios del Estado. Los nodos de trueque se iniciaron a mediados de los años 90. Numerosas fábricas fueron tomadas y recuperadas por sus trabajadores desde fines de 2001, como respuesta colectiva ante el cierre de fuentes de trabajo en un contexto desolador.

Si bien todas estas reacciones populares tuvieron su auge en la crisis de 2001-2002, las asambleas y el trueque fueron las menos perdurables. Los comedores populares se consolidaron, aunque su uso disminuyó con el descenso posterior del desempleo. Muchas empresas recuperadas siguen existiendo, pero perdieron potencia como movimiento, en su momento tan idealizado por Naomi Klein y algunos intelectuales autonomistas. Y, por último, el movimiento piquetero fue perdiendo fuerza, ya sea por el crecimiento del empleo, por políticas sociales más robustas o por la fluida relación de algunos sectores con el gobierno desde 2003. Al mismo tiempo, en estos últimos años algunos movimientos se han incorporado a la nueva Central de Trabajadores de la Economía Popular (ctep). Esta central agrupa a todo tipo de trabajadores excluidos del trabajo formal y, por esa razón, habitualmente no reconocidos por el sindicalismo tradicional: desde cooperativistas hasta vendedores ambulantes, recicladores, cartoneros, artesanos o campesinos.

2016-2017

Al comparar brevemente estas tres grandes crisis argentinas, se plantea al menos una certeza y una pregunta. La certeza es que no se puede explicar el ciclo de protestas sociales de 2016 y 2017 sin comprender la diversidad de actores, identidades sociales y repertorios de acción surgidos en las crisis precedentes. Las respuestas han sido sumamente disímiles, aunque al mismo tiempo fueron conformando un repertorio de posibles acciones populares. Deseables para unos, temidas por otros. La pregunta remite al significado del término «crisis» y a cómo operan las dimensiones económicas, políticas y culturales.

Argentina atravesó un año de recesión con alta inflación en 2016. Las políticas económicas, laborales, sociales y de derechos humanos del gobierno de Macri tuvieron como respuesta un ciclo de protesta que se abrió en marzo de ese año y que aún no se ha cerrado. Los organismos de derechos humanos tuvieron un fuerte protagonismo en estos años. Al momento de escribir este artículo, en noviembre de 2017, cabe destacar la lucha por la liberación de la dirigente social Milagro Sala –considerada presa política por gran parte de la oposición y por quien han planteado demandas de liberación varios organismos internacionales– y las movilizaciones por la desaparición de Santiago Maldonado cuando apoyaba una protesta mapuche en la Patagonia5.

Las acciones de la Confederación General del Trabajo (cgt) expresan, con una composición social muy diferente, una extensa tradición gremial, presente en la crisis de 1982-1983 y en todos los años posteriores, pero muy fortalecida por el crecimiento del empleo y de los sindicatos entre 2003 y 2015. De todos modos, las clásicas divisiones en el sindicalismo argentino entre sectores más confrontativos y más «negociadores» han imposibilitado hasta ahora un plan de lucha. La cgt realizó acciones aisladas pero no conduce las respuestas populares al ajuste.

Otra movilización muy impactante en 2016, que se repitió en 2017, fue la que tuvo lugar el día de San Cayetano, el patrono del trabajo. Históricamente, cada 7 de agosto una multitud se dirige a la parroquia y al santuario de San Cayetano, ubicados en el barrio porteño de Liniers. Pero en 2016, tres organizaciones con diferentes orientaciones políticas promovieron una movilización que fue desde ese sitio hasta la Plaza de Mayo, recorriendo la ciudad de oeste a este. Si en las movilizaciones de derechos humanos hay una masiva presencia de amplios y heterogéneos sectores medios, con participación de sindicatos y organizaciones sociales, en las movilizaciones gremiales los sectores medios no sindicalizados son una excepción. En cambio, la movilización de San Cayetano expresa a los trabajadores no registrados, que ahora se autodenominan parte de la «economía popular» y que en gran medida engrosaron las movilizaciones de «trabajadores desocupados» o «piqueteros», especialmente entre 2000 y 2002.

Cabe mencionar asimismo grandes movilizaciones docentes, tanto en 2016 como en 2017, la movilización universitaria, la protesta de científicos que llegó a tomar por cinco días el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y numerosas protestas contra el cierre de empresas y la pérdida de fuentes de trabajo. A esto se pueden agregar otras movilizaciones que ha habido en diferentes provincias, con menor repercusión en los grandes medios. Esto incluye protestas por crisis de economías regionales, demandas ambientales y movilizaciones indígenas. Y todavía hay que mencionar que desde 2015 se viene organizando el movimiento «Ni una menos» contra los femicidios y la violencia de género, que ha producido movilizaciones de decenas o centenares de miles cada año, además del primer paro de mujeres.

La sociedad argentina está intensamente movilizada. Más allá de que un núcleo comprometido asista a las diferentes movilizaciones, se trata de actores diferentes, con demandas e identidades diferenciadas, sin articulación social ni política hasta la actualidad. Si bien la razón evidente es la política de ajuste y recorte del poder adquisitivo de las grandes mayorías, no todo ajuste es necesariamente seguido de un ciclo de movilización intenso. Existen al menos tres motivos políticos que explican esta coyuntura particular. El primero es que, como no se produjo una crisis comparable a la hiperinflación de 1989 o a la de 2001, las organizaciones sociales se encontraron con su poder intacto ante el inicio de los despidos y de la recesión con inflación. El segundo es que tres décadas de vida democrática han producido una densidad y una diversidad organizativas muy intensas, así como una experiencia que decanta en la madurez política de muchas de las direcciones sectoriales. El tercero es que en todas las movilizaciones más multitudinarias convergen sectores sociales que hace un año tenían posiciones políticas opuestas y que actúan de modo unitario ante el avance neoliberal.

Este ciclo de protestas es parte decisiva de las relaciones de fuerza entre las políticas neoliberales y los distintos sectores sociales. A pesar de todas estas protestas, no existe hoy una crisis política en Argentina. Por un lado, en las últimas elecciones, el oficialismo nucleado en la alianza Cambiemos ganó en los principales distritos del país6. Además, sus niveles de popularidad son claramente aceptables, o incluso elevados si se considera el recorte del poder adquisitivo que ha habido. Esto se debe básicamente a dos logros del gobierno. El primero es que existe una disputa política acerca de las causas del ajuste: mientras algunos sectores de la oposición lo adjudican a las políticas neoliberales, el oficialismo afirma que ha salvado al país de la crisis económica a la que lo llevaba el «populismo» corporizado en el kirchnerismo. El segundo es que los sectores que participan en esas protestas y que no votarían al actual gobierno están altamente fragmentados en la arena electoral. Su gran heterogeneidad social y política no pudo hasta ahora ser articulada. No hay ninguna fuerza política ni figura alguna que pueda articular por ahora la diversidad de las protestas. Esa creciente fragmentación de la oposición es una enorme fortaleza para el gobierno.

¿Qué significa «crisis»?

Por supuesto, Argentina ha vivido numerosas crisis en el siglo xx. Pero además, como mencionamos al inicio, durante décadas se instaló la idea de que se trata de un país en crisis permanente. Por eso, el caso argentino y su comparación con otros nos invitan a preguntarnos cuándo hay realmente elementos para considerar que existe una situación de «crisis». Y si la hay, cuándo se trata de una crisis económica, cuándo de una crisis política, cuándo de una crisis cultural.

Hay ciertos problemas en los usos frecuentes de la noción de «crisis» en las ciencias sociales: primero, las concepciones puramente objetivistas de la crisis; segundo, el carácter negativo de la noción de crisis; tercero, la presunción teleológica que contiene la idea de que toda crisis tiene un cierto destino. Es sencillo encontrar definiciones objetivas de crisis económicas, políticas o sociales. Cada una establece indicadores, generalmente cuantitativos. Así, la crisis económica puede asociarse a la reducción del pib, la crisis política se refiere a la inestabilidad institucional y la crisis social deriva de indicadores de desocupación, pobreza o indigencia. Cabe hacer notar que todos esos indicadores objetivos resultan de complejos procesos de producción y de una serie de convenciones. Pero el punto que nos interesa es otro.

Nos interesa comprender aquí las dimensiones culturales implicadas en las crisis. Porque en ciertos contextos se producen crisis de confianza en la economía, crisis de confianza en la política, crisis de representación o legitimidad social. También si consideramos la angustia social ante injusticias o desigualdades intolerables, estamos haciendo referencia a una dimensión cultural. Un índice inflacionario puede ser percibido como traumático en un país y no tan grave en otro con una historia diferente. De la misma forma, en contextos nacionales diferentes, las cifras de pobreza o desempleo tienen valoraciones distintas.

Los criterios exclusivamente objetivistas para definir «crisis económica» no consideran las percepciones sociales sobre la economía. No comprenden la relevancia de las dimensiones subjetivas sobre las crisis. Para los análisis objetivistas, hay o no hay una crisis económica o política. Sin embargo, a veces resulta evidente y hay consenso. Otras veces, lo único evidente es que se trata de una cuestión de interpretación. A su vez, desde el punto de vista de las sociedades, también emerge claramente una cuestión de interpretación. Ningún sector social o político dudaba de que Argentina estaba en crisis en 2001-2002. Pero después de ese momento, han prevalecido interpretaciones contrapuestas. El término «crisis» ha sido y es parte de la disputa política. Usualmente, las connotaciones del término «crisis» son negativas. Si concebimos la crisis como ruptura de aquello socialmente considerado «normal», la valoración de la estabilidad o la ruptura depende de cómo valoramos la situación previa. La crisis de una dictadura, la crisis de los totalitarismos o las crisis de los consensos económicos neoliberales constituyen obviamente oportunidades cruciales. La percepción extendida de una situación de crisis es un territorio propicio para la imaginación política y cultural. En ese sentido, la crisis puede adquirir una temporalidad mayor, como contradicción de fuerzas históricas que impulsan a las sociedades en direcciones incongruentes.

Si descartamos la utilidad de la idea de «crisis permanente», también debemos tener capacidad para diagnosticar tanto su inicio como su final. Toda crisis ocurre en el espacio-tiempo. Tiene distintas temporalidades. Se inicia, se despliega, termina. Dura horas, días, meses, años. Tiene lapsos. Puede dividirse en etapas. Si las crisis no se cerraran, estarían fuera del tiempo. Sin embargo, es más habitual el análisis del inicio que de las resoluciones de las crisis. Cuando se abusa del término «crisis», los diagnósticos se vuelven demasiado «fáciles» y se vacían de sentido los análisis.

Para que el término tenga el peso que merece, debe ser utilizado de modo restringido, como lo es en la ciencia económica o la ciencia política. A la vez, además de indicadores objetivos, necesitamos también una noción intersubjetiva. Ante estos problemas conceptuales (polisemia, objetivismo, normativismo, teleología), hay algo que emerge muy claro de esas tres crisis que vivió Argentina. Fueron crisis económicas y políticas, pero no solo eso. En los tres casos fueron crisis culturales porque hubo una ruptura de los sentidos comunes, una crisis de sentido. Sabemos que las sociedades no podrían funcionar sin una «conciencia práctica»7, sin un sentido común8, que es aquello que articula el resto de los sentidos9. Son momentos históricos en los cuales se imponen nuevos juegos de lenguaje y otros parecen diluirse10. Momentos críticos en los que se trastocan las relaciones entre lo hegemónico, lo emergente y lo residual11.

Cuando el automatismo de la vida cotidiana se interrumpe en alguna dimensión crucial, se abre una crisis cultural. Entre esas dimensiones cruciales pueden estar la vida urbana, la vida económica, la vida política y los sentimientos comunitarios de pertenencia. En este último aspecto, una de las modalidades de la crisis cultural es la crisis identitaria de una sociedad, los sentimientos que tiene sobre sí misma. Señalar una crisis es poner el acento en un cambio de marco. Aquello que sucede en un nuevo marco adquiere un nuevo sentido. Evidentemente, se trata de un fenómeno objetivo en el sentido de que es independiente de la voluntad, al tiempo que es de carácter subjetivo porque afecta las percepciones y significaciones sociales. Por eso, una característica crucial de la crisis cultural es su carácter intersubjetivo.

Una crisis económica, social o política no es necesariamente una crisis cultural, pero puede imbricarse con esta última. Puede haber otros factores que abran una crisis de sentido. Por ejemplo, un atentado considerado terrorista, la veloz depreciación de la moneda, un paisaje social novedoso marcado por el desempleo o incluso eventos naturales extremos como un terremoto o un tsunami. Una crisis cultural generalmente es disruptiva, no actúa por acumulación en el tiempo, como en el caso de las recesiones leves. Se abre con un acontecimiento, una irrupción inesperada.

La noción de «crisis crónica» alude a una sedimentación de la crisis, a la previsibilidad, que es lo contrario de lo que pretendemos significar con crisis cultural. En todo caso, puede haber situaciones económicas o sociales críticas sin que haya crisis simbólica. Es decir, si el hambre, la exclusión, la desnutrición o la muerte devienen en un tiempo-espacio una rutina, puede suceder que se instituya una «cultura de la crisis», que no es lo mismo que una «crisis en la cultura». Porque la crisis cultural es la ruptura de la sedimentación, mientras que la cultura de la crisis es la normalización de la anomalía.Si la palabra «crisis» es cotidiana en el lenguaje social, eso implica que atraviesa los modos de significación social y, por lo tanto, deja de ser de orden disruptivo. Cuando está presente en algunas sociedades durante lapsos relativamente prolongados, termina constituyendo un marco de interpretación y de comunicación. Ahora, ese marco de crisis estable o recurrente puede, a su vez, ser interrumpido por un acontecimiento inesperado. Así, un acontecimiento abre una coyuntura crítica, inaugura un marco temporal de lógica excepcional, en el que algunas de las lógicas sedimentadas de la configuración quedan suspendidas y otras emergen. Emergen a veces algo alocadamente, de manera desordenada, pero esa coyuntura tiende a estructurarse, tiende a establecer alcances y límites, tiende a instituir una temporalidad económica, política, social y cultural específica.

Las tres crisis argentinas y las respuestas populares ante ellas enseñan algo relevante para la situación actual. Durante las crisis crece una multiplicidad de acciones de la sociedad que apuntan a diferentes salidas y soluciones. Al mismo tiempo, existe una heterogeneidad de actores sociales, se despliega una disputa política por su resolución. En el corto plazo, una crisis puede resolverse en dirección a un fortalecimiento de la democracia, de los derechos humanos, como en el caso de 1983. Pero también, ante respuestas populares sin potencialidad política como en 1989, puede ser resuelta desde arriba con la instauración de un programa neoliberal que establece una hegemonía que se prolonga por muchos años. O puede implicar, como en 2003, la apertura de un ciclo posneoliberal que solo puede ganar legitimidad mediante políticas económicas y sociales que disminuyan drásticamente los procesos de exclusión social anterior.

En otras palabras, las características inherentes de una crisis no determinan de modo mecánico su modo de resolución. Las formas que adquieran las respuestas populares y su capacidad o limitación para desplegar una alternativa política serán cruciales en los caminos que terminen prevaleciendo socialmente. En el largo plazo, las respuestas populares a las crisis producen experiencias y sedimentos relevantes en la cultura política. En ese sentido, la relación de fuerzas de este momento histórico en Argentina puede leerse también vinculada a esas y otras historias que, de modos diferentes, están presentes en las protestas actuales, en las potencialidades y las limitaciones de su resolución, en un contexto democrático.

1.
Federico Neiburg: Los intelectuales y la invención del peronismo, Alianza, Buenos Aires, 1998.

2.
El caso más emblemático (aunque no el único) fue el asesinato de los militantes Maximiliano Kosteki y Darío Santillán el 26 de junio de 2002, hecho que motivó el adelantamiento de las elecciones presidenciales que terminó ganando Néstor Kirchner.

3.
«Una multitud marchó a Plaza de Mayo en contra del beneficio del 2x1 para delitos de lesa humanidad» en La Nación, 10/5/2017.

4.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

5.
Verónica Smink: «Quién es Santiago Maldonado, el joven cuya desaparición tuvo en vilo a Argentina» en bbc Mundo, 20/10/2017.

6.
Ver José Natanson: «La ‘ola amarilla’ en Argentina. Reconfiguraciones tras el triunfo de Macri» en Nueva Sociedad No 272, 11-12/2017, disponible en www.nuso.org.

7.
Anthony Giddens: La constitución de la sociedad: bases para la teoría de la estructuración, Amorrortu, Buenos Aires, 1995.

8.
Antonio Gramsci: Cuadernos de la cárcel, Juan Pablos, Ciudad de México, 1986.

9.
José Nun: El sentido común y la política, fce, Buenos Aires, 2015.

10.
Ludwig Wittgenstein: Investigaciones filosóficas, Crítica, Barcelona, 2012.

11.
Raymond Williams: Marxismo y literatura, Península, Barcelona, 1980.

Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nueva Sociedad 273, Enero - Febrero 2018, ISSN: 0251-3552
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lunes, 16 de octubre de 2023

MOVIMIENTOS AMBIENTALES Y PROTECCIÓN DE TERRITORIOS –

MOVIMIENTOS AMBIENTALES Y PROTECCIÓN DE TERRITORIOS – ACTIVIDAD 




SOCIEDADES, ELEMENTOS, CONDICIONES NATURALES, CONJUNTOS AMBIENTALES Y CONSTRUCCION DE PROCESOS SOCIALES SOBRE TERRITORIOS EN RELACÍON CON LAS EPISTEMOLOGÍAS DEL SUR Y LOS MOVIMIENTOS DE PROTECCIÓN DE LA NATURALEZA.

El conocimiento de los diversos modos de valoración que las sociedades hacen de los elementos y las condiciones naturales de los grandes conjuntos ambientales en los procesos de construcción del territorio y su relación con las epistemologías del sur y los movimientos vinculados a la naturaleza.

La última etapa de la Guerra Fría, desde 1970 hasta 1989 (fecha que tomamos como quiebre del período, por la caída del Muro de Berlín), se caracterizó por un crecimiento económico, tecnológico y científico (en especial en el mundo o bloque occidental) acelerado, que barrió con el antiguo modelo de Estado de Bienestar (o Estado Benefactor), para constituir un nuevo Estado al que se llamó Neoliberal, basado en la globalización y la rápida interrelación de las economías y políticas de los estados en el mundo. Igualmente, se observó un acelerado crecimiento de los movimientos territoriales y globales de protección del medio ambiente, desde los icónicos Jacques-Yves Cousteau y Greenpeace, pasando por la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales (ANAA) de México, los Sin tierra de Brasil o los Sin Techo de Argentina. 
LOS GRANDES CONJUNTOS AMBIENTALES
El espacio geográfico americano presenta gran heterogeneidad de ambientes por estos factores:
-tiene desarrollo en latitud, desde las proximidades del Polo Norte hasta los 56°de latitud sur
-tiene desigual asimetría, desde las depresiones absolutas hasta las mayores alturas de América, en la cordillera de los Andes
-Tiene poder de adaptación de sociedades, la vida de la población está estrechamente vinculada a alas condiciones que ofrecen los elementos naturales porque la interacción de ellos determina gran variedad de paisajes

https://prezi.com/xjlrnvuir777/conjuntos-ambientales/
La cuestión ambiental en geografía histórica e historia ambiental: tradición, renovación y diálogos1
 Hortensia Castro - RESUMEN
La indagación histórica sobre cuestiones ambientales tiene una larga tradición en Geografía, revitalizada recientemente a raíz de los debates por el deterioro de ambientes y recursos y la potenciación de riesgos. A ella se suma en las últimas décadas la Historia Ambiental, un campo afín en cuanto a preocupaciones y planteos. Bajo ese marco este artículo se interroga acerca de los principales aportes realizados sobre temas ambientales en clave histórica desde ambas áreas de estudio, más precisamente en cuanto a temas, perspectivas teórico-conceptuales y estrategias metodológicas (en el caso de la Geografía Histórica, tanto en la tradición más temprana como en las revisiones y renovaciones desarrolladas desde la década de 1980). La exploración desarrollada se concentra en una serie de autores y obras emblemáticas de la producción académica realizada al respecto en los Estados Unidos, Europa occidental y América Latina.
Palabras clave: Cuestión ambiental, Geografía Histórica, Historia Ambiental, renovación teórico-metodológica.
Los movimientos ambientales en América Latina como respuesta sociopolítica al desarrollo global.
Resumen Ante el agotamiento en América Latina del proyecto político-ideológico del Estado como interventor y benefactor, así como su incapacidad para continuar asumiendo autónomamente sus responsabilidades, se dibuja con relativa fuerza en los escenarios emergentes que orientan la transición de contexto latinoamericano al siglo SXXI, un nuevo actor, la Sociedad Civil. La actuación de este nuevo actor, bajo la figura de Movimientos Sociales -pacíficos, urbanos, feministas, populares, ecologistas- se perfila como importante fuerza política que ha asumido tanto la denuncia y la crítica al “Sistema” y a los valores compartidos de la modernidad como un reclamo de nuevos espacios de participación en la solución de muchos de los problemas que ha engrandado “la modernización”, entre ellos el deterioro ambiental y el crecimiento de la pobreza. En el caso de los movimientos ambientales se analizará la particularidad de las demandas sociopolíticas que se plantean como una respuesta social a los cambios globales y las implicaciones de trastrocamiento de los espacios vitales. Palabras clave: Movimientos sociales, movimientos ambientales, modernidad, deterioro ambiental.
https://www.redalyc.org/pdf/122/12214403.pdf
Redes de luchas ambientales en América Latina. Problemas, aprendizajes y conceptos
RESUMEN
El artículo está basado en experiencias de redes de luchas ambientales en América Latina, aquellas que se despliegan contra la desposesión y contaminación de los comunes, territorios y derechos en el contexto del neoliberalismo extractivista en la región. En la primera parte se presenta una descripción general de la acción política de estas redes, sus aprendizajes y problemas. Seguidamente y a partir de una hibridación de reflexiones prácticas y teóricas compartidas con quienes protagonizan y piensan las redes de lucha, se ofrece una red conceptual desde la Teoría de la Multitud y desde el giro espacial en las ciencias sociales, que pretende contribuir tanto al campo de estudios como a la potencialidad política de estas prácticas para la defensa de derechos.
Palabras clave: redes, luchas ambientales, multitud, escalas, América Latina.
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-57952014000300010
Neoliberalismo y cuestión ambiental: entre la crisis ecológica y la ruptura paradigmática.
Resumen: 
Actualmente la cuestión ambiental ha tomado grandes proporciones en el mundo y pasó a tener una importancia central en el debate del futuro de la humanidad. 
Desde ahí surgen de un lado las regulaciones nacionales y globales en una perspectiva de remediación de la crisis ambiental, promoviendo el mismo paradigma de la modernidad; y de otro lado podemos observar las ampliaciones de la conflictual dad entre apropiaciones y valoración de los bienes naturales e inmateriales, sobre todo, por campesinos y pueblos originarios y poblaciones urbanas. A partir de ese escenario comprendemos que la cuestión ambiental está relacionada a dos procesos de la modernidad capitalista: la cuestión social y la cuestión agraria. Siendo así el trabajo reconstruye la cuestión ambiental más allá de una perspectiva de desarrollo sustentable. Ya sea a través de la problematización de la modernidad occidental, o bien de la emergencia de la cuestión ambiental direccionada a un giro societal («Con el término societal se hace referencia a la sociedad. Un sistema societal es una sociedad, en tanto sistema de tipo propio. Un sistema social, en cambio, es un sistema que puede ser una sociedad, una organización o una interacción. https://ec.europa.eu/translation/bulletins/puntoycoma/51/pyc513.htm#:~:text=%C2%ABCon%20el%20t%C3%A9rmino%20societal%20se,una%20organizaci%C3%B3n%20o%20una%20interacci%C3%B3n.) y epistémico, surgiendo como una nueva dimensión paradigmática, establecida desde el rescate de los derechos del ser o las legalidades subalternas, el dialogo de saberes o una ciencia prudente, las luchas por la resistencia y el ecologismo popular, el buen vivir y la naturaleza como sujeto, entre otras. Consideramos así que la cuestión ambiental, social y agraria, han permitido por un lado poner en evidencia la crítica al paradigma hegemónico de la modernidad y por otro promover estrategias en dirección a la emancipación social.  
Palabras-clave: neoliberalismo - crisis ecológica - cuestión ambiental  
https://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/entramadosyperspectivas/article/view/3208
El derecho ambiental en la Constitución Nacional. Las leyes dictadas en su consecuencia
por LAURA ESTER BERNARDI BONOMI
Desde la Reforma Constitucional de 1994, la cuestión ambiental ha sido motivo de numerosos estudios partiendo de la propia letra de la Constitución, atento la extensión, complejidad y riqueza de los temas que introduce, e incluso por algunas curiosidades como la figura del afectado, en lo que a legitimación activa se refiere…
…El nuevo texto, que reconoce como antecedente la Constitución Española de 1978 como así también la influencia de su doctrina y jurisprudencia, incorpora en forma explícita el tema ambiental mediante la inclusión del Artículo 41 y siguientes en la Primera Parte, Capítulo Segundo.
Si bien tal Capítulo se denomina "Nuevos Derechos y Garantías", la doctrina mayoritaria ya había señalado que el Artículo 33, de los derechos no enumerados, protegía también el derecho al ambiente por lo que a ese respecto no puede ignorarse que su protección constitucional no es tan nueva. http://www.saij.gob.ar/laura-ester-bernardi-bonomi-derecho-ambiental-constitucion-nacional-leyes-dictadas-su-consecuencia-dacc030053-2003/123456789-0abc-defg3500-30ccanirtcod
Movimientos sociales, política y hegemonía en Argentina Por Martín Retamozo
Este artículo tiene como objetivo analizar la relación entre los movimientos sociales y la dinámica política en la Argentina. Para ello se analizan primero las acciones de resistencia de los movimientos durante la hegemonía neoliberal, luego durante el período de crisis y finalmente en la etapa “posneoliberal”, donde aparecen nuevas condiciones de acción histórica…
https://journals.openedition.org/polis/1249


http://egb-geografiadeamerica.blogspot.com/2011/12/los-grandes-conjuntos-ambientales.html

Economía política del ambiente: voz y eco en el análisis social de los problemas ambientales
Fabio Alberto Arias-Arbeláez* fabio.arias@correounivalle.edu.co
1Universidad del Valle, Cali, Colombia

RESUMEN
Este artículo delimita el campo de trabajo de la economía política del ambiente. Se propone un marco conceptual para abordar los problemas ambientales con un enfoque que contemple tanto la esfera colectiva de la economía como las relaciones de poder y conflicto de intereses en la apropiación y uso de la naturaleza. Para acometer este objetivo general se identificaron tres tareas específicas: revisar el significado de economía política, ilustrar la relación entre economía política y los problemas ambientales y contrastar el campo de análisis de la economía política y ambiente con otros campos de trabajo complementarios como la ecología política.
Palabras clave conflicto de intereses y naturaleza; ecología; política
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1794-38412019000200027



El ambiente provee de insumos a la economía y es imprescindible para garantizar la producción sostenible de bienes y servicios en el tiempo. ... Las decisiones de las generaciones actuales en la forma de producción y cuidado del ambiente influirán directamente en las posibilidades de producción de las generaciones futuras.












Economía ambiental - CONICET Mendoza
https://www.mendoza.conicet.gov.ar  




¿Filosofía ambiental? Una propuesta para formar el pensamiento en la relación con el medio ambiente Edgar Javier Garzón-Pascagaza* Resumen El presente texto se propone como una alternativa de carácter reflexivo que se inserta en la clave del reconocimiento entre la realidad que acontece de cara al contexto ambiental y las formas de pensamiento que se desarrollan en torno a la realidad del ambiente, afirmando la posibilidad de constituir una postura personal y social amarrada al hilo de la historia y al presente, en el que el papel de los sentidos y la racionalidad se afinan para reconocer las transformaciones que se van dando desde las tendencias presentes y las posturas que hay que desarrollar alrededor de la consolidación de un pensamiento ambiental.1 Palabras clave: pensamiento, ambiente, educación ambiental, sensibilidad, capital social.
https://repository.ucatolica.edu.co/bitstream/10983/19971/1/foro-por-la-vida-convivencia_A07.pdf


HISTORIA AMBIENTAL
“El principal atributo que transforma la historia ambiental en un campo multidisciplinario capaz de integrar con éxito la naturaleza en la historia humana es su variedad de enfoques. Este atributo permite una nueva lectura de los desequilibrios ambientales bajo una luz histórica. La investigación ambiental como objeto de estudio histórico todavía está en desarrollo, y las transformaciones producidas con el tiempo a través de las interacciones del hombre con la naturaleza determinan, en parte, los crecientes conflictos socio-ambientales vinculados a la explotación de los recursos naturales…”
http://cear.blog.unq.edu.ar/tag/historia-ambiental/


ACTIVIDADES


1).-¿Qué son los empleos verdes según la OIT? (OIT – Organización Internacional del Trabajo - ONU).
 
2).-¿Qué se entiende por economía verde?
 
3).-¿En qué consiste una Transición Justa?
 
4).-¿Qué consecuencias tendrá sobre el empleo la transición hacia una economía verde?
 
5).-¿Conoce alguna postura religiosa actual sobre el tema, de las principales religiones mundiales?
 
6).-¿En qué consiste el Programa Empleos Verdes?
 
7).- ¿Qué papel juega el diálogo social?
 
8).- ¿Cuáles son las cuestiones de género de los empleos verdes?


9).- Menciona algunos derechos ambientales fundamentales.


10).-¿Puede mencionar algunos Derechos de los movimientos sociales?

 


domingo, 15 de octubre de 2023

NO TODOS SE ENCUENTRAN DISPUESTOS A SUFRIR DICEN LOS MONTAÑISTAS




NO TODOS SE ENCUENTRAN DISPUESTOS A SUFRIR DICEN LOS MONTAÑISTAS

Luego de leerlo muchas veces, sin ningún intento de vincularlo con otras cuestiones, me dí cuenta que tiene directa relación con la Historia, porque mientras se trate de un cuento bonito, cualquiera se encuentra dispuesto a repetirlo, siempre que le dejé un aura de conocedor y la historia (vulgar) y los charlatanes hace mucho tiempo que congeniaron.
Muchos creen que, para acreditar conocimientos en Historia solo basta repetir cuentos rosas o negros, para escolares, de esos que nos acostumbraron en nuestros primeros cien años de nuestro sistema educativo, porque ello colaboraba con la formación de la nación que soñaban nuestros dirigentes de la República Aristocrátca Conservadora (liberales económicos) de fines del Siglo XIX y principios del Siglo XX.
La virulencia (1), en estos casos, se produce en lugares poco habituados a leer y estudiar, como indica uno de los postulados fundamentales de la Educación y, en general, no tiene que ver con posturas políticas, en la mayoría de los casos, sino con atrasos madurativos o negativas evidentes a cumplir honestamente, con funciones establecidas hace mucho tiempo.
No podemos decir que todos los docentes se niegan a seguir estudiando, pero algunos consideran que se trata de un exceso, que afecta sus funciones normales (cómo lo que les comentaba del padre de seis hijos que me amenazaba y se cansó de hacer acciones para impedirme dar clases). Aunque, un grupo pequeño intenta demostrar algún grado de discriminación, en la forma en que sectores importantes de ciudades, siguen creyendo que es positivo que los profesores sigan estudiando, para ser mejores profesionales y evitar que sus alumnos crean que se les quiere castigar, aunque hay profesores que creen que se puede castigar a los mismos profesores (cómo ya conté).
Pero si no enseñamos a trabajar con fuentes, serán pocos los que crean en lo que decimos. Enseñar pensamiento crítico es esencial para la evolución de los alumnos. Que no tendrían necesidad de intentar imponer una locura sin sustento, cómo el presunto santafesino del norte, que intentaba desarrollar una disputa sobre la mentira, de alguna clase de peligrosidad de una persona de edad. Y en realidad se logra entender al pusilánime, que veía, cómo muy lejanos los cuarenta años de estudios y, sin vivirlos, ya los visualizaba, cómo peligrosos.

"...Frente a las metodologías tradicionales, con alumnos condenados a escuchar pasivamente para aprender la lección a base de memorización y academismo demencial, las metodologías activas apuestan por el trabajo en equipo así como la resolución de problemas basadas en situaciones reales.
https://images.app.goo.gl/2DWYQMpm6RVzXRaY8

El resultado es una mayor motivación de los estudiantes que, además, participan activamente mejorando no solo su comprensión y aprendizaje, sino también el desarrollo de sus habilidades y pensamiento críticos a fuerza de creatividad, compromiso e investigación. El aula invertida, el aprendizaje basado en proyectos o la gamificación son solo algunos ejemplos de esas nuevas metodologías que están marcando la evolución de la docencia…" (2)

Por otra parte el pensar que un profesor siempre está buscando cosas nuevas, sin que ello sea una búsqueda sin bases científicas o sin fundamentos, solo puede pensarlo alguién que no tiene la más mínima idea de la pedagogía y la didáctica de los distintos tipos de ciencias, cómo pueden ser las sociales, cómo lograron demostrar aquellos a los que llamo espía, burrito cruceño, norteño santafesino, señor Historia, psicopedagoga, psicóloga, mormona, secretario, pro, bibliotecario y correntino que no se dieron cuenta que uno viene siguiendo el hilo de investigaciones absolútamente fundadas, desde hace mucho tiempo, que no tienen nada que ver con sus pocas capacidades de pensamiento autônomo o crítico, por lo que, el trabajo que se asignaron, fue enteramente al artilugio de estruendo.

(1) Virulencia:virulento, ta
Del lat. virulentus.

1. adj. Ponzoñoso, maligno, ocasionado por un virus, o que participa de la naturaleza de este.

2. adj. Que tiene pus.

3. adj. Dicho del estilo, de un escrito o de un discurso: Ardiente, sañudo, ponzoñoso o mordaz en sumo grado.

Real Academia Española © Todos los derechos reservados

(2) https://www.fseneca.es/web/la-gamificacion-y-el-aula-invertida-como-metodo-de-formacion

De la esclavitud, el feudalismo y el capitalismo.


Feudalismo y capitalismo les
Durante el feudalismo los individuos no tenían libertad. Obligados a permanecer en las
tierras de su Señor debían pagar la renta de la tierra y los impuestos por la utilización
de molinos o graneros. Ciertamente poseían tierras y sus instrumentos de trabajo, pero
estaban atados a la tierra.
El escenario del capitalismo, por el contrario, les permitió a los hombres ser libres. Libres
para ir a donde quisieran, libres para elegir para quién trabajar, libres para comprar a quien
quisieran y vender a quien quisieran. El capitalismo garantizó la libertad de todos.
Actividades
1 El Capitalismo garantizó la libertad de todos.
2 Escriban un texto argumentativo criticando la posición anterior.
3 Elaboren un cuadro comparando las principales características de los tres sistemas: Esclavismo, siervos de la tierra y obreros

POLÍTICA DE LA DIFERENCIA



Lectura
Políticas de la diferencia
“Cuando Colón llegó a América dudó de si los habitantes eran seres humanos, ya que no
hablaban ninguna lengua, además de estar desnudos. No estaban desnudos, usaban co-
berturas muy escasas, que es una buena forma de caminar por el Caribe. Y sí hablaban,
solo que no el genovés, ni el portugués ni el castellano. Que una o muchas personas no
entiendan la lengua que hablan los subalternos no quiere decir que ellos no hablen. Que no
se los entienda, poco y nada dice acerca de ellos. Por el contrario, dice algo acerca del ob-
servador. Cabe preguntarse qué estamos aguardando que digan y en qué lengua.

Fuente: Alejandro Grimson, Hegemonía cultural y políticas de la diferencia


Después de leer el texto respondan:
1 ¿Por qué piensan que Colón dudaba de si los habitantes eran seres humanos?
2 ¿Hay veces en las que nos comportamos como Colón? ¿En qué situaciones?
3 ¿Qué reflexión nos deja el texto de Grimson?

BULIMIA Y ANOREXIA



Agencia Télam | Sociedad | 26 de julio de 2014
Trastornos alimentarios
La bulimia y la anorexia afectan cada vez más a los adolescentes varones
Ese tipo de patologías alimentarias aumentaron en el último decenio en la Argentina un 350%
entre los varones adolescentes, “debido al énfasis actual en la cultura de la belleza, que hace
que los jóvenes se interesen extraordinariamente por sus físicos”, afirman desde la Asociación
de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia.
Un informe elaborado recientemente por la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Ano-
rexia (Aluba) reveló ese incremento basado en un relevamiento de más de 100.000 casos en
varias provincias, únicas cifras existentes en el país sobre la temática.
“En el 2004 se registró un nivel de patologías del 2% en el total de adolescentes varones en-
cuestados, mientras que en el último informe el índice llegó al 9%”, explicó a Télam Mabel
Bello, fundadora y directora médica general de Aluba.
Bello recordó que hace 30 años, cuando nació la Asociación, “las estadísticas y las consultas
mostraban que del total de afectados por desórdenes alimentarios un 95% eran mujeres y
el 5% restante varones, mientras que hoy hay un número proporcional muchísimo mayor”.
“Hay también un cambio cultural importante que justifica eso: los jóvenes se depilan,
prestan más atención al propio cuerpo, tienen más dificultades para integrarse socialmen-
te o para conseguir trabajo y eso puede generar conductas adictivas en personalidades
predispuestas”, advirtió.
Para Bello “lo más importante es conectar los cambios sociales y culturales con este
aumento notable en las cifras; vivimos una cultura muy visual, que hace énfasis en la
belleza y la estética, y eso hace que los adolescentes o los jóvenes se interesen extraordina-
riamente por sus propios físicos”.
Fuente:
http://www.telam.com.ar/notas/201407/72445-la-bulimia-y-la-anorexia-afectan-cada-vez-mas-a-varones-y-adolescentes.html
Actividades
1 ¿Por qué los jóvenes varones son afectados por estas problemáticas de salud?
2 ¿Por qué antes eran más las mujeres que sufrían estos trastornos alimenticios?
3 ¿Por qué no se puede equiparar belleza con salud?

miércoles, 11 de octubre de 2023

HISTORIA DE LA HISTORIOGRAFÍA ARGENTINA

POSIBLEMENTE UNO DE LOS MÁS PRESTIGIOSOS HISTORIADORES ARGENTINOS

Una semblanza de Tulio Halperin Donghi:
La renovación historiográfica y su impacto en las asignaturas de Historia Argentina en el Departamento de Historia de la UNMDP, 1985-2014

Desde el fallecimiento de Tulio Halperin Donghi a finales del año pasado, han aparecido diversos recordatorios, obituarios, semblanzas y reconocimientos en distintos medios del ámbito de la producción historiográfica y de divulgación. Anuarios, revistas especializadas y secciones culturales de diarios de alcance nacional han detallado y analizado en forma pormenorizada la mayor parte de sus obras y del legado de sus escritos, tanto en las obras colectivas que dirigió, como en las tantas ideas que volcó no sólo en sus charlas y conferencias sino también en más de veinte libros y cientos de artículos académicos. [1]

Lo que sigue es apenas una breve reflexión, que tratará de tomar en consideración una reseña de los cambios y transformaciones que se dieron a partir de la irrupción de algunas de las obras de Tulio Halperin Donghi en los programas de las asignaturas de Historia Argentina en el Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades de la UNMDP.

Treinta años atrás, con el retorno de la democracia a nuestro país, la UNMDP inició el proceso de normalización de sus distintas facultades y departamentos de acuerdo a las disposiciones del Gobierno Nacional[2] . Esto provocó profundas modificaciones específicamente en el Área de Historia Argentina. Donde, pese a no modificarse el Plan de Estudios vigente desde principios de los 80, la llegada de nuevos docentes a través de los concursos públicos, produjo la incorporación de obras de autores hasta entonces desconocidos tanto por los graduados recientes como por los estudiantes habituados a las obras y métodos del viejo revisionismo que había imperado durante la Dictadura Militar.

El impacto más importante se produjo en la asignatura Historia Argentina II[3] a partir del año 1986, cuyos contenidos mínimos estaban fijados a una periodización que iba desde los años 1810 a 1880 y en la que la introducción del libro Revolución y Guerra[4] apareció a primera vista como una obra extremadamente compleja, con una terminología muy específica y de difícil lectura. Los primeros acercamientos por parte de los estudiantes a estos trabajos no resultaron sencillos, pero lentamente se comprendió la dinámica y estructura política de este libro con su representación de escenarios de larga, mediana y corta duración.

Quienes en cursados posteriores comenzamos a trabajar en dicha asignatura, durante varios años comprendimos cada vez más claramente, aquella definición que diera Raúl Fradkin respecto a que “un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”, al encontrar permanentemente nuevas ideas e interpretaciones en cada relectura obligada en los inicios de cada curso[5] . Lo mismo sucedió con artículos posteriores como “La expansión ganadera”[6] y mucho más con Guerra y Finanzas[7] . En estas dos obras se destacaba claramente la descripción del rol del Estado por parte de Halperin quién remarcaba las diferencias interpretativas existentes hasta ese entonces con respecto a los grandes marcos teóricos sobre su accionar. En su mirada quedaba claro que las herramientas de la intervención estatal no siempre eran en favor de hacendados y terratenientes y también mostraba que muchas veces las acciones administrativas enunciadas no tenían la más mínima posibilidad fáctica de implementarse y llevarse adelante debido a la permanente escasez de los recursos económicos.

Con el tiempo, también se modificaron hábitos y costumbres en cuanto a los dictados de los trabajos prácticos de la misma asignatura al poder utilizar los documentos seleccionados en Proyecto y Construcción de una Nación[8] (generalmente utilizando también su introducción más conocida como “Una Nación para el Desierto Argentino”) en donde se podían contrastar las ideas expresadas por Halperin, con discursos y escritos de los protagonistas de la época. Lo que constituyó una novedad para los habituales trabajos prácticos que solían consistir en verificaciones de lecturas a través de extensos fichados que no permitían casi ninguna interacción entre docentes y estudiantes.

Las lecturas de Halperin Donghi fueron acompañadas también por la incorporación de otras obras clásicas o recientes de autores como John Lynch (1996), Harry Ferns (1992), José Carlos Chiaramonte (1986), Hilda Sábato (1989), Roberto Cortés Conde (1979) y Ezequiel Gallo (1983). Las cuales obligaban a reflexionar en términos de una larga o mediana duración de los acontecimientos, incorporando numerosas herramientas de las ciencias sociales principalmente de la economía, la sociología y la ciencia política.

Esto nos permite reafirmar lo expresado por Roy Hora (2014) respecto a que la obra de Halperin dejó tres grandes marcas. En primer lugar, en cuanto a la comprensión de la Revolución de Mayo y la transformación de la sociedad que emergió tras romper vínculos con España. En segundo lugar, como base para discutir el rol del Estado en el devenir histórico de los siglos XIX y XX. Y en tercer lugar, con referencia a la notable persistencia de las tradiciones políticas surgidas durante la Organización Nacional. Sobre este último aspecto resaltaba en particular, el posicionamiento de una tendencia liberal que se mantuvo hostil al pluralismo político. Este aspecto sería clave en la utilización de las obras de Halperin Donghi como disparador para los grandes debates que posteriormente abarcaron las asignaturas de Historia Argentina dedicadas al estudio del Siglo XX.

Primero en Historia Argentina III, y posteriormente, en las modificaciones de planes que involucraron a la Historia Argentina del siglo XX, aparecieron como ineludibles dos trabajos claves para la comprensión de los procesos económicos y sociales de larga duración en nuestro país. “Canción de otoño en primavera” ayudaba a discutir las causas del declive del boom agroexportador y de la Argentina Moderna a partir de la Primera Guerra Mundial y luego, a mediados de la década del 90, “La larga agonía de la Argentina Peronista”[9] se transformaba en una de las obras de interpretación sobre el peronismo que generó más debates y controversias.

Previo a la aparición de esta obra, Tulio Halperin Donghi realizó su primera visita a la UNMDP, donde había pasado de ser un autor desconocido, a ser considerado el principal referente de los historiadores académicos. Sus trabajos eran parte esencial de las bibliografías de varias asignaturas y seminarios, y también el punto de partida de las argumentaciones de los distintos estudios y proyectos de investigación que se habían iniciado a fines de los años 80 como parte de una importante transformación del perfil docente de la propia Facultad de Humanidades.

Con el desarrollo de los postgrados, la Maestría en Historia de la Facultad de Humanidades, iniciada en el año 1992, lo tendrá como uno de sus docentes visitantes y el curso dictado se centró, en lo que en ese momento era su principal foco de atención, el siglo XX y dentro de él, la década de 1930. Siempre dispuesto a brindar su conocimiento y experiencia, no tuvo reparos en participar, (fuera de las actividades previstas), en una conferencia abierta a toda la comunidad universitaria organizada por el Centro de Estudiantes, o en dedicar algunas horas a escuchar los distintos proyectos de investigación que se desarrollaban en los Departamentos de Historia, Letras y Geografía de manera incipiente.

Como señalamos, a partir de 1995 apareció y se incorporó casi automáticamente en las distintas asignaturas del área de Historia Argentina, “La larga agonía de la Argentina Peronista” (Halperin Donghi, 1994), considerado y utilizado como un texto que intentaba abarcar algunas reflexiones respecto a la historia reciente de nuestro país. Surgido como una iniciativa del Club de Cultura Socialista para celebrar los treinta años de otro de sus artículos, “La Argentina en el callejón”. Este nuevo libro llevó a Halperin Donghi a dar un salto cuantitativo y cualitativo, no solo en cuanto a evaluar su obra anterior, sino también al realizar una profunda reflexión en torno a los cambios o continuidades que se habían operado en la sociedad argentina luego de la etapa fundacional del peronismo, y también en lo que consideraba era la agonía y la etapa final del mismo.

Como señalamos, a partir de 1995 apareció y se incorporó casi automáticamente en las distintas asignaturas del área de Historia Argentina, “La larga agonía de la Argentina Peronista” (Halperin Donghi, 1994), considerado y utilizado como un texto que intentaba abarcar algunas reflexiones respecto a la historia reciente de nuestro país. Surgido como una iniciativa del Club de Cultura Socialista para celebrar los treinta años de otro de sus artículos, “La Argentina en el callejón”. Este nuevo libro llevó a Halperin Donghi a dar un salto cuantitativo y cualitativo, no solo en cuanto a evaluar su obra anterior, sino también al realizar una profunda reflexión en torno a los cambios o continuidades que se habían operado en la sociedad argentina luego de la etapa fundacional del peronismo, y también en lo que consideraba era la agonía y la etapa final del mismo.

Este trabajo, ejemplificador con respecto a su costumbre de revisar los procesos históricos desde las perspectivas de la larga duración, permitía realizar un cierre cronológico de la asignatura, integrando, en una rápida mirada, una profunda reflexión respecto a los hechos sucedidos a lo largo del siglo XX y sus perspectivas presentes.

Para esto Halperin recurrió a una clave de interpretación que tomaba como eje del debate político del siglo XX los alcances y significaciones de la reforma de la Ley Electoral introducida en 1912. La consideraba el objeto de discusión central respecto a los intentos de los gobiernos populistas por permanecer en el poder y a su permanente cuestionamiento por parte de los sectores conservadores desde su aprobación hasta la etapa del fraude en la década del treinta y de como la falta de resolución de esta trama había llevado a la aparición del peronismo en la década del 40.

Esta componenda es la que había generado un esquema de crisis política permanente. Pero peor aún, después de 1955 ninguno de los actores políticos y sociales que accedieron a los sucesivos gobiernos civiles y militares, había podido desentrañar el terrible dilema de resolver la forma de cuestionar las decisiones mayoritarias, sin tener que realizar procedimientos de abstención, prohibición de participación, exilios o encarcelamiento de los principales dirigentes políticos y sociales. Desde su perspectiva, se produjo así un permanente conflicto de legitimidades, donde se sugería que el marco electoral era, en el mejor de los casos, una irrelevancia y peor aún, un obstáculo para el surgimiento de las nuevas fuerzas democráticas que debían aparecer a partir de la caída de Juan Perón.

Estas interpretaciones se sumaban entonces, a la utilización por parte de los distintos docentes que se sucedieron o alternaron en el dictado de la Historia Argentina del siglo XX, a los trabajos de Murmis y Portantiero (1971), Juan Carlos Torre (1989) y Daniel James (1990), para tratar de comprender el impacto del peronismo y sus vínculos con la historia política y social. Estos autores compartían la idea que la década de 1930 había sido clave en cuanto a delinear los destinos de lo que sucedería en los años siguientes, centrando los distintos puntos de discusión, en interpretaciones con respecto a las disyuntivas de “ruptura y continuidad”.

En su desmenuzado análisis del amplio espectro de sectores involucrados dentro de este complejo devenir, cobraban mayor significación, los componentes originales que habían descripto acertadamente en su trabajo Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero (1971). Marcando los grupos constituyentes de las alianzas hegemónicas que habían dado lugar al encuentro coyuntural de militares, pequeños y medianos comerciantes, industriales, arrendatarios rurales y obreros sindicalizados, para ponerlos principalmente en la perspectiva de mostrarlos como actores racionales y organizados que superaran las interpretaciones realizadas inicialmente por Gino Germani (1965).

Señalar este camino y este recorrido era entonces la principal tarea a desarrollar por parte de las asignaturas correspondientes y en esto, el esquema mostrado por Halperin Donghi, respecto definir su experiencia en la vida nacional a través de la clave de crisis política, remitía a las interpretaciones de larga y mediana duración donde se sumaban los aportes de la sociología, la ciencia política y la economía. “La larga agonía” se transformaba así, en una de las herramientas claves para interesar a los estudiantes en los estudios comparativos entre distintos autores y sus diversas combinaciones posibles, ya que tal como señala Eduardo Miguez (2015), en la obra de Halperin Donghi, economía, sociedad y política se entrelazan en una explicación de esa misma crisis, que si bien no podía contribuir a resolver, al menos intentaba recurrentemente explicar.

Pese a que los acontecimientos políticos no siguieron el rumbo esperado ni pensado en ese momento, algunos pocos años más tarde, cuando se avizoraba que el ciclo iniciado por Carlos Menem llegaba a su fin, reflexionaba sobre estas cuestiones y la inevitabilidad de un reinicio del ciclo de crisis política. Y parafraseando a Jorge Luis a Borges, cuando decía que Buenos Aires como esencia de la Argentina era eterno como el agua y el aire, Halperin también se animó a predecir que “… yo creo que tanto el Radicalismo como el Peronismo remiten a esa frase. Los vamos a tener siempre…”[10]


Referencias bibliográficas

Armus, Diego y Healey, Mark (2015). Tulio Halperin Donghi.1926-2014. Hispanic American Historical Review .Volume 95, Nº 3, pp. 493-498.

Buchbinder, Pablo y Marquina, Mónica (2003). Masividad, heterogeneidad y fragmentación: el Sistema Universitario Argentino 1983-2007. Los Polvorines: Universidad Nacional de General Sarmiento.

Chiaramonte, José Carlos (2015). Tulio Halperin, una breve semblanza. Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, Tercera serie, Nº 42, pp. 21-23

Chiaramonte, José Carlos (1986). Nacionalismo y Liberalismo Económicos. Buenos Aires: Editorial Hyspamérica.

Cortés Conde, Roberto (1979). El Progreso Argentino. Buenos Aires: Editorial. Sudamericana.

Ferns, Harry (1992). Gran Bretaña y la Argentina en el siglo XIX. Buenos Aires: Editorial Solar.

Gallo, Ezequiel (1983). La Pampa Gringa. Buenos Aires: Editorial Sudamericana. Germani, Gino (1966). Política y sociedad en una época de transición. Buenos Aires: Editorial Paidós

Halperin Donghi, Tulio (1980). Proyecto y Construcción de una Nación. Caracas: Biblioteca Ayacucho.

Halperin Donghi, Tulio (1994). La larga agonía de la Argentina Peronista. Buenos Aires: Editorial Ariel.

Halperin Donghi, Tulio (2005). Guerra y Finanzas en los orígenes del Estado Argentino. (1791-1850). Buenos Aires: Editorial Prometeo.

Halperin Donghi, Tulio (2007 a). La expansión ganadera en la campaña de Buenos Aires. En Halperin Donghi, Tulio. La formación de la clase terrateniente bonaerense.

Buenos Aires: Editorial Prometeo.

Halperin Donghi, Tulio (2007 b) Tulio Halperin Donghi y la formación de la clase terrateniente. Buenos Aires. Ed. Prometeo.

Halperin Donghi, Tulio (2014). Revolución y Guerra. Formación de una elite dirigente en la Argentina criolla, Edición definitiva. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores. Hora, Roy (2014). El país que Halperin Donghi enseñó a leer. Diario La Nación de Buenos Aires. 23 de noviembre.

James, Daniel (1990). Resistencia e Integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina. 1946-1976. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.

Lynch, John (1996). Juan Manuel de Rosas. Buenos Aires: Editorial Emecé.

Miguez, Eduardo José (2015). Tulio Halperin Donghi (1926-2014). Su influencia en la historiografía argentina. Anuario IEHS Nº 29&30 (2014-2015), pp.11-20.

Murmis, Miguel y Portantiero, Juan Carlos. (1971). Estudio sobre los orígenes del Peronismo. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.

Sabato, Hilda (1989). Capitalismo y ganadería en Buenos Aires: la fiebre del lanar. 1850-1890. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.

Sabato, Hilda (2015). Tulio Halperin Donghi: la pasión por entender. Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, Tercera serie, Nº 42, pp. 13-20.

Torre, Juan Carlos (1989). Interpretando (una vez más) los orígenes del peronismo. Desarrollo Económico, Vol. 28, N° 112 (Enero-febrero), pp. 525-548.

Wainfeld, Mario (1998). Diario Página 12. Buenos Aires. 20 de septiembre.


Daniel Reynoso es Profesor y Licenciado en Historia por la Universidad Nacional de Mar del Plata. Se desempeña como profesor regular del Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades de esa casa de estudios. Es Director del Grupo de Investigación Historia Social Argentina (HISA). Es autor de distintos libros, capítulos de libros y artículos sobre su especialidad.


Pasado Abierto, Facultad de Humanidades, UNMDP se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.

[1]Destacamos especialmente entre ellas las realizadas por Miguez (2015), Chiaramonte (2015), Sábato (2015), Armus y Hayley (2015) y Hora (2014).

[2]El Decreto Nº 154/83 dispuso la designación de rectores y decanos normalizadores a fin que los mismos dispusieran la reorganización de los claustros universitarios. Este decreto, que fue ratificado legislativamente por la Ley Nº 23.068, de 1984. Buchbinder y Marquina (2008:127).

[3]El Plan de estudios vigente era una reforma de principios del año 1983 por la cual los contenidos de Historia Argentina de veían principalmente en tres asignaturas anuales y correlativas entre sí: Historia Argentina I (1776-1810), Historia Argentina II (1810-1880) e Historia Argentina III (1880 – 1955). Este Plan fue modificado en el año 1991 donde se reemplazaron estas tres asignaturas por una Historia General Argentina y dos Historias Sociales (Área Historia Argentina siglos XIX y XX) que se dictaban en forma cuatrimestral. En la modificación del año 2003 actualmente en vigencia se modificaron nuevamente las asignaturas estableciéndose una Historia Argentina General I (1776 a 1912), una Historia Argentina General II (1912 a la actualidad) y una Historia Social Argentina sin periodización especificada.

[4]Halperin Donghi (2014).

[5]Halperin Donghi (2007a:171).

[6]Halperin Donghi (2007b).

[7]Halperin Donghi (2005).

[8]Halperin Donghi (1980).

[9]Halperin Donghi (1994)

[10]Wainfeld, Mario (20 de septiembre de 1998). Página 12, pp. 17-18

https://www.google.com.ar/url?sa=t&source=web&rct=j&opi=89978449&url=https://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/pasadoabierto/article/view/1475/4581&ved=2ahUKEwj0lMHV4e6BAxXppZUCHTokAJgQFnoECDAQAQ&usg=AOvVaw2kakPxNyaAnNr28gz6UiYG


Renovaci�n Historiogr�fica e
Inercias de Nomenclatura
por: Mar�a Fernanda G. de los Arcos [i]
UNIVERSIDAD AUT�NOMA METROPOLITANA


Historiograf�a


Cuando en las primeras d�cadas del siglo XX comenz� la gran obra de renovaci�n de la historiograf�a que ha caracterizado a los �ltimos setenta u ochenta a�os, entre otros supuestos que se tomaron como base, se estableci� un distanciamiento al menos te�rico con la llamada historia tradicional o vieja historia, a la cual se tild� de �pol�tica� con un sentido despreciativo que quer�a condensar el cansancio y la insatisfacci�n por lo que se consideraba una forma de abordar el pasado que pecaba de elitismo, ingenuidad, superficialidad y, por lo tanto, de complacencia en los aspectos m�s formales de lo jur�dico y lo institucional. Se puede considerar de entrada que lo que se criticaba tan severamente no era m�s que una forma de observar el fen�meno del mundo de las normas y las leyes limit�ndolas a sus aspectos exteriores, sin profundizar en el estudio de sus conexiones con la realidad social, sin tener en cuenta el an�lisis de sus causas, de los intereses e impulsos de los grupos de poder capaces de hacer emanar las determinadas leyes, ni tampoco las tensiones que se derivaban de su promulgaci�n y aplicaci�n y las consecuencias que pod�an tener en el conjunto de la sociedad y en sus diferentes sectores. Pero es imposible rechazar el peso del derecho en la historia y negar la importancia de su conocimiento, lo cual es reconocido por grandes autores de la llamada Escuela de los Annales y de la historiograf�a marxista. Pierre Vilar en Econom�a, Derecho, Historia enlazaba precisamente el fen�meno pol�tico que es el derecho, en las diferentes facetas de elaboraci�n, de apreciaci�n y realizaci�n de las normas, con los procesos generados por las consecuencias de su aplicaci�n dentro de las diversas actividades del grupo humano. En el estudio hist�rico el derecho puede contemplarse como una expresi�n de poder, as� como conjunto de s�ntomas que advierte de los valores que el grupo o grupos dominantes quieren imponer y de todo aquello que se refiere a su repercusi�n social, los grados de aceptaci�n y rechazo que provoca y los efectos ben�ficos o nocivos que las leyes pueden acarrear (Vilar 1983).



Pierre Vilar

Si bien todos est�n de acuerdo en que los grupos humanos se organizan a trav�s de diferentes tipos de relaciones estables, la vieja historia institucional tambi�n fue criticada en el mismo sentido y en aquellos casos en que no pretendiera ser algo m�s que descriptiva, mera presentaci�n de organigramas o biograf�as de sus altos dirigentes, sin mayor inquietud por explicar el sentido de las funciones de gobierno, administraci�n, regulaci�n, recaudaci�n o cualquier otra que tuviera; sin manifestar tampoco un inter�s suficiente por conocer las repercusiones que experimentara el sector social sobre el que actuaba, ni las circunstancias hist�ricas en que se ejerc�a el poder de facto. Lo que se criticaba en este caso igualmente no era tanto el objeto de estudio sino la forma en que se abordaba.

En contrapartida hoy se puede rechazar lo poco sopesado, lo excesivamente r�pido de la adjudicaci�n de los calificativos que se usaron para proceder al acoso y derribo de una historiograf�a cuyos m�todos se quer�an superar. En efecto, no fue muy afortunado hablar con desd�n de �jur�dica� ni de �institucional� ni de �pol�tica�, ya que ninguno de estos niveles de la organizaci�n social puede soslayarse en un an�lisis de conjunto de la actividad colectiva. Tampoco pod�a pensarse que al tratar de estos temas se tuviera forzosamente que caer en los errores de m�todo que con tanta justicia se criticaban. El mismo Fernand Braudel no vio la necesidad de explicar los fen�menos pol�ticos de una manera f�ctica como demostr� en El Mediterr�neo y el mundo mediterr�neo en la �poca de Felipe II. No me refiere al texto que compone la tercera parte de la obra, sino justamente a la segunda parte donde desarrolla las modalidades de la guerra, los imperios, los peque�os Estados, las autonom�as locales, las burocracias, etc. (Braudel 1976).



Braudel

Es tambi�n una obviedad recordar la importancia de conocer el funcionamiento de las instituciones para el periodo y el caso que se investiga, en primer lugar por la raz�n pr�ctica de permitir la b�squeda de fuentes pertinentes, bien se trate de documentaci�n escrita, bien de toda esa variedad de posibilidades que se engloba bajo el t�rmino de restos arqueol�gicos o de otros tipos de fuentes. Ser�a dif�cil que para un pasado no muy reciente se pudiera trabajar de otro modo. Las instituciones pueden ser estudiadas adem�s como estructuras de poder en s� y como parte de las estructuras generales de poder en una sociedad dada, como organismos que regulan y formalizan el funcionamiento de las relaciones pol�ticas, como campo de encuentro entre minor�as y mayor�as, escenarios de alianzas, choques, cooperaci�n o conflictos entre los grupos dirigentes, as� como entre ellos y las clases populares. Deben ser contempladas como espacios donde se desarrolla el ejercicio cotidiano de la pol�tica.

Por lo tanto lo que en el siglo XX se rechaz� de la vieja historiograf�a no fueron los temas ni las �reas de estudio sino los objetivos y los m�todos de trabajo, aquellos que algunas veces se han resumido como �historia positivista�. Tal vez ser�a mejor decir historia positivista de mala calidad ya que algunos de los llamados positivistas, como otros historiadores del siglo XIX, dejaron trabajos de gran utilidad, aunque no representen el tipo de labor que las generaciones que les sucedieron han querido y quieren realizar. No solamente se conservan grandes obras sino que tambi�n permanecen avances considerables en el terreno de la metodolog�a como los que se refieren a la cr�tica de fuentes. Hoy d�a se valora la labor de Seignobos, de Langlois y de otros. Pero tambi�n legaron una visi�n del quehacer historiogr�fico que fue rechazada por los que pretend�an convertir a la historia en una ciencia social y concretamente por los autores que desde la revista Annales a partir de 1929 representaron una nueva corriente, hoy d�a famosa, que preconiz� una ruptura con muchos aspectos de la historiograf�a decimon�nica, fundamentalmente aquella que recibi� el apelativo de f�ctica, y que pod�a ser considerada una sucesi�n no anal�tica de datos, fechas, personajes ilustres, biograf�as individuales, momentos estelares, descripciones formales de instituciones, leyes o principios del derecho, muchas veces en torno a un documento �nico, casi siempre solemne, y con un mayor inter�s hacia lo diplom�tico y la historia militar. Pero, repito, lo que se critic� no fue el campo de estudio sino la manera de abordarlo. Creo que hubo una confusi�n en la f�rmula que se emple� para el ataque --historia pol�tica-- y de ah� derivan ciertas confusiones, algunas de fondo, otras de problemas de nomenclatura que lejos de constituir simplezas derivan hacia serios inconvenientes.

Tanto Lucien Febvre como Marc Bloch estudiaron la pol�tica. El primero de ellos situ� su estudio del Franco Condado �en �poca de Felipe II�, hizo biograf�as individuales como la de Mart�n Lutero, pero llev� sus indagaciones al �mbito de la ciencia social, rechazando la historia relato considerada como una representaci�n de rasgos aparentes bajo los cuales subyace la verdadera realidad. En cuanto a Marc Bloch, tan conocido por sus estudios de econom�a rural y por haber ocupado la c�tedra de historia econ�mica de la Sorbona, no es necesario recordar que antes de todo ello elabor� una tesis sobre el fen�meno de los reyes taumaturgos, en la que analizaba esa modalidad de poder-propaganda atribuido a algunos monarcas de ciertas entidades europeas, obra que es considerada pionera justamente de algunas tendencias hoy vigentes en la nueva historia pol�tica (Le Goff 1995, 157-165).



Marc Bloch

El proceso de renovaci�n del an�lisis del pasado no modific� siempre los objetivos de estudio en cuanto a los sectores de la actividad humana, pero opuso a la historia f�ctica el inter�s por las estructuras sociales, econ�micas y de poder, por las mentalidades, la geohistoria, la distribuci�n, el uso y la lucha por el espacio, el aprovechamiento de los recursos, los cambios clim�ticos, el medio ambiente en general, las colectividades, las mayor�as, etc. Hizo presente la necesidad de utilizar una ingente cantidad de fuentes variadas, criticadas y contrastadas, en rechazo al llamado �documento �nico�. Frente a la historia-relato se opuso la historia-problema. Es decir se vio a la historia como una ciencia social y se la situ� en fruct�fero contacto con sus cong�neres.

No desapareci� el inter�s por lo pol�tico, sino que por el contrario se dispone de interesantes obras sobre estructuras de poder, como se hace patente al examinar, tanto dentro como fuera del estricto n�cleo de Annales, la obra de Fernand Braudel, de Pierre Vilar, de los mencionados Marc Bloch y Lucien Febvre, as� como las de Marc Ferro, Robert Mandrou, Pierre Goubert y el mismo Lawrence Stone. Lo mismo se puede decir de Cristopher Hill, Rosario Villari, Eric Hobsbawn, Witold Kula, Jos� Antonio Maravall, etc. Lo que se rechazaba era la vis�n que reduc�a la pol�tica al exclusivo juego de unos cuantos individuos. Junto con Julliard conviene repetir la pregunta de si se puede pretender explicar una sociedad en su globalidad sin tener en cuenta ni comprender las verdaderas relaciones de poder que se dan en su seno. De ah� ese inter�s por analizar el poder como parte de la totalidad, como un fen�meno que mantiene una relaci�n causa-efecto con el resto de las manifestaciones del grupo, en sus distintos niveles de actividad y comportamiento, puesto que se ejerce sobre mayor�as y minor�as.



Marc Ferro



Eric Hobsbawn

Al confundir el contenido con el continente lo que se rechaz� fue una forma o modalidad a la que desafortunadamente se tild� de �historia pol�tica�. Para no caer en tan denostada visi�n, muchos asuntos propios de ella pasaron a ser tratados dentro de la �historia social� o de la llamada historia total o global. Todo ello, como se dec�a, sin que la vieja historia desapareciera, como tampoco desapareci� la historia literaria, ni la filosof�a de la historia, tan combatida por algunos, ni mucho menos el culto al documento solemne y especial. El art�culo de Jacques Julliard aparecido en 1974 hac�a una serie de proposiciones que con el tiempo se han convertido en realidad: procurar que la historia pol�tica tuviera un desarrollo similar al experimentado hasta entonces por las m�s renovadas ramas de la historia, como la demograf�a hist�rica, la historia econ�mica, las mentalidades, etc. De modo que se consagrara al fen�meno del poder, su naturaleza, comportamiento, ejercicio, etc. Un estudio de estructuras, de colectividades, que usara m�todos comparativos, que no desde�ara la cuantificaci�n en aquellos fen�menos que fuera posible aplicarla, una historia que se mantuviera en contacto con las ciencias sociales, en discusi�n, adquisici�n de m�todos, revisi�n continua de objetivos y procedimientos de indagaci�n, pero, al mismo tiempo, una historia globalizante que conllevase como principio b�sico el car�cter social del poder y la relaci�n de lo concerniente al control organizativo grupal con los variados aspectos y sectores de la actividad humana. Una historia que privilegiara la larga duraci�n y que tendr�a que basarse en un concepto amplio de pol�tica que huyera de la visi�n tradicional que encajonaba a �sta en el �mbito de los profesionales del ejercicio gubernamental, que confund�a poder de facto con poder de iure, que hac�a radicar el ejercicio del poder casi exclusivamente en la maniobra o en el acuerdo instant�neo. Una historia que privilegiara el an�lisis de la larga duraci�n, el estudio de las medidas de las transformaciones de las estructuras en la diacron�a, el seguimiento del desarrollo de los procesos (Julliard 1979, 137-157).

�Una historia llamada �pol�tica� y una nueva historia pol�tica se confrontan sin m�s? Es posible que la cosa no sea tan simple, pero que en el fondo permanezca esa diatriba no extinguida. Desde los a�os setenta se ha establecido una corriente que se considera nueva, que tiene objetivos y m�todos propios, teor�a plasmada en escritos y un conjunto nutrido de participantes. Me voy a referir a ella predominantemente, si bien no se puede dejar de mencionar y comentar la existencia de otras corrientes, creo que algunas veces contrapuestas, que son confundidas por ciertas personas como �nicos representantes de una nueva historia pol�tica, con renovadas tendencias o con inquietudes de actualidad. Me refiero a la historia llamada de los �retornos�. Con esa denominaci�n se quiere significar una �vuelta�, un �regreso�, de algo que supuestamente hab�a sido abandonado. Tal se dice del sujeto, del individuo, del acontecimiento, del relato y de la misma historia pol�tica. Quisiera rese�ar algunos comentarios que al respecto ha hecho Jacques Le Goff sobre el tema de los pretendidos retornos:



Jacques Le Goff

En lo que se refiere a la historia pol�tica se�ala en efecto su vuelta pero bajo un forma �profundamente renovada� y opina que ese cambio se refiere �en primer lugar en cuanto al mismo concepto: historia pues de lo pol�tico y no de la pol�tica, historia cuyo concepto fundamental, pluridisciplinario, es el de poder. Noci�n que al mismo tiempo que asegura una especificidad de lo pol�tico muestra que la historia del poder no puede descuidar ni el poder econ�mico ni el prestigio social --no forzosamente ligado al poder econ�mico y a la riqueza-- ni el poder ideol�gico ni el poder de lo imaginario, etc...� (Le Goff 1995, 158).

La historia que en espa�ol se ha llamado f�ctica, y que supone una sucesi�n de acontecimientos encadenados y expuestos de manera superficial, no puede ocultar la importancia de ning�n tiempo hist�rico, sino la necesidad de dar a cada uno la dimensi�n que le corresponde en la explicaci�n hist�rica. Sin acontecimientos no se puede proceder a an�lisis correctos, pero tampoco lo ser�n si solamente se tiene en cuenta a los acontecimientos. Le Goff se�ala que �...los Annales condenaron un cierto tipo de historia f�ctica como hab�an condenado un cierto tipo de historia pol�tica� (Le Goff 1995, 159).

En cuanto al retorno de la biograf�a, es m�s que cierto que �sta no desapareci� y lo importante es la calidad que tenga, as� como partir desde el principio de que no ha de ser forzosa y �nicamente individual, ni tampoco de que en el caso de serlo su objeto de estudio recaiga nada m�s que en eminentes personajes. A trav�s de un ejemplo se puede contribuir, en la medida de lo razonable, al conocimiento de algunos aspectos de una �poca, un territorio, etc. En fin es un g�nero que no tiene por qu� ser abandonado y que puede ilustrar sobre el pasado siempre y cuando el estudio de la historia no se limite a biograf�as yuxtapuestas. El retorno del sujeto, se�ala Le Goff, est� relacionado con la vuelta del individuo, �el cual emerge no solamente frente a las estructuras y a los modelos abstractos sino tambi�n a los personajes colectivos de la historia social, grupos, categor�as, clases, masas, etc...� . Individuo y sujeto no es lo mismo, �pero si lo que est� en causa es el problema de los actores de la historia, la consideraci�n del sujeto obliga a salir del territorio propio del historiador para entrar en el del fil�sofo� (Le Goff 1995, 163). �Yo deseo pues que los historiadores est�n atentos a este retorno del sujeto en los territorios vecinos (Alain Touraine afirma su necesidad en el campo del soci�logo), pero que no busquen utilizar un concepto, un instrumento, la noci�n de sujeto en su propio campo que necesita otro utillaje conceptual� (Le Goff 1995, 164).


Alain Touraine

Con respecto al retorno de la narrativa, de la llamada �historia-relato�, Le Goff considera que la corriente historiogr�fica occidental ha tendido desde el siglo XIX a apartarse de ella. Esto no fue invenci�n de los innovadores que se encuadraron en Annales. El contacto de la historia con otras ciencias sociales no hizo m�s que alejarla de la literatura, mientras que toda vuelta a la historia-relato la distanciar�a de las ciencias sociales. Concluye Le Goff con algunas consideraciones: �la primera es que toda concepci�n historiogr�fica debe, me parece, recurrir de manera epis�dica, a secuencias narrativas, pero evidentemente esto no es lo que se puede llamar historia-relato. La segunda es que es importante darse cuenta de que la historia-relato no es m�s inocente que las otras formas de historia, pues procede tambi�n de hacer la historia, supone toda una serie de concepciones m�s o menos conscientes de historia cuyo resultado es tanto m�s temible ya que lo que no se dice es ignorado por el consumidor y a menudo por el mismo productor. La historia narrativa es probablemente la historia m�s inconscientemente ideol�gica�. Finalmente argumenta que �un retorno en fuerza de la historia narrativa, incluso bajo formas renovadas, a diferencia de los otros retornos que introducen importantes innovaciones en la reflexi�n hist�rica, comporta una grave amenaza de retroceso� (Le Goff 1995, 161).
�Se vuelve a presentar hoy la vieja confrontaci�n tan airada y aireada hace algunas d�cadas entre la historia-problema y la historia-relato? Un primer acercamiento cr�tico llevar�a a preguntarse si en realidad esto desapareci� alguna vez completamente. A lo largo de tantos a�os de renovaci�n de los estudios hist�ricos, paralelamente a la creaci�n de grandes obras y la labor de instituciones que trasformaron la disciplina, sigui� existiendo una cantidad importante de personas --y no forzosamente de espaldas al quehacer acad�mico-- que contin�a elaborando historia f�ctica, biograf�as de ilustres individualidades femeninas o masculinas, sin ir m�s all� de algo situado entre la creaci�n literaria y la informaci�n �hist�rica�, es decir de una somera o abundante recolecci�n de datos, pero a veces sin criticar, expuestos en forma narrativa, sin mayor comprobaci�n de su existencia y dando opiniones sobre ese magma indefinido que tampoco se preocupan por situar en los �mbitos de los �ndices de veracidad. Curiosamente muchos de ellos y otros que quer�an imitarlos, pensaron encontrar un firme apoyo cuando se hizo p�blico el famoso art�culo de Lawrence Stone que en espa�ol tom� el t�tulo de �El retorno de la narrativa�. En �l preconizaba una vuelta al estudio de lo pol�tico y una nueva valoraci�n del an�lisis cualitativo frente a lo que consideraba excesivo predominio de la cuantificaci�n. En efecto, hoy no se considera que haya ninguna superioridad per se en lo que refiere a cualquiera de estos dos tipos de an�lisis, sino que se cree conveniente combinar ambos para una mejor aproximaci�n a la realidad estudiada (Stone 1986, 96-120).

Desde los a�os setenta, al menos, se ha desarrollado un sector de los estudios hist�ricos, que se considera nuevo y al que se da el nombre de nueva historia pol�tica. El art�culo de Julliard fue preconizador y le siguieron otros de diferentes autores como el de Pierre Balmand, �Le renouveau de l�histoire politique�, publicado en 1990 en un libro cuya autor�a comparti� con Guy Bourd� y Herv� Martin, Les �coles historiques. Dos a�os antes hab�a aparecido el libro coordinado por Ren� R�mond llamado significativamente Pour une histoire politique. En 1993 el n�mero 9 de la revista Historia Contempor�nea, dirigida entonces por Manuel Tu��n de Lara y publicada por la Universidad del Pa�s Vasco, se consagraba a la historia pol�tica. Tu��n de Lara es otro de los autores en el que han confluido la formaci�n propia de la llamada escuela de los Annales y el marxismo para dar, en una obra ingente y valorada, pruebas muy significativas de la importancia que los estudios pol�ticos hab�an ido acumulando a lo largo de las d�cadas del siglo XX.

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En ese mismo a�o de 1993 se preparaba otra importante publicaci�n que recoger�a las actas del congreso A Historia a debate, celebrado en Santiago de Compostela, mientras que el libro de Fran�ois Xavier Guerra Del Antiguo R�gimen a la Revoluci�n hab�a sido ampliamente comentado, difundido y considerado como una obra de influencia. M�s reciente es la publicaci�n de otro volumen, Axes et m�thodes de l�histoire politique, donde se contin�a la l�nea de indagaci�n sobre diversos aspectos del fen�meno de la pol�tica en visi�n hist�rica: elecciones, partidos, asociaciones, opini�n p�blica, medios de comunicaci�n, guerra, ideolog�as, mentalidades, cultura pol�tica, instituciones, pensamiento, lecturas, s�mbolos, discurso, etc.



Ren� R�mond

Al igual que Ma. Cruz Mina, Pierre Balmand se�ala la importancia del grupo que se considera encabezado por Ren� R�mond al decir que los investigadores que trabajan en el terreno de la historia pol�tica en Francia forman una comunidad alrededor de algunos animadores decisivos, entre los cuales destaca Ren� R�mond, lo m�s a menudo en forma separada de otras familias de historiadores, en particular de Annales y de la Nouvelle Histoire. Julliard ya hablaba de ellos en 1974. Desde un punto de vista te�rico, en palabras de Balmand, parece que los miembros de esta comunidad comparten una cierta visi�n de los fen�menos hist�ricos, un cierto n�mero de rechazos y de preferencias que los hacen unirse en una misma senda epistemol�gica, fundamentada en primer lugar en la afirmaci�n de la autonom�a relativa de lo pol�tico y de darle lugar como factor de la historia. Por lo tanto el apelativo de �escuela� se les puede aplicar �en t�rminos de nebulosa m�s que de grupo r�gido, escuela con l�mites imprecisos m�s que capilla� (Mina 1993, 59-91; Balmand 1989, 363).

Este mismo autor considera que esta �escuela� es hoy muy activa y que ha sido justamente redinamizada por la presi�n de la cr�tica implacable que la historia pol�tica hab�a sufrido desde los a�os treinta. Situaci�n que empuj� a los historiadores de la pol�tica a llevar a cabo un largo combate, por una parte, dice Balmand, para desempolvar las pr�cticas de sus antecesores y operar un verdadero aggiornamento historiogr�fico y, de otra parte, para reconquistar en el seno de la disciplina hist�rica una legitimidad que hab�a sido contestada. Pero, reconquista no es restauraci�n, sino que tuvieron que efectuar una amplia mutaci�n para afrontar los m�ltiples desaf�os que se les lanzaba. La historia pol�tica se convirti� a su vez en una nueva historia, a su modo en una historia total (Balmand 1989, 364).

Esta corriente, que preconiza una profunda renovaci�n de la historia pol�tica, tiene su principales sedes en una conjunto de instituciones que son el Instituto de Estudios Pol�ticos de Par�s, la Fundaci�n Nacional de Ciencias Pol�ticas, el Instituto de Historia del Tiempo Presente y la Universidad de Par�s X Nanterre. Adem�s de diferentes obras cuenta con un �rgano de publicaci�n peri�dica que es Vingti�me si�cle Revue d�histoire fundado en 1984 y editado por la Fundaci�n Nacional de Ciencias Pol�ticas. Jean-Pierre Rioux ha destacado por su labor en este �rgano y entre los investigadores que se relacionan con el grupo se encuentran, adem�s de los mencionados Rioux y R�mond, Serge Berstein, Philippe Levillain, Jean-Jacques Becker, Jean-N�el Jeanneney, Jean-Francois Sirinelli, Michel Winock, Antoine Prost, Aline Coutrot, Pierre Milza y Jean-Pierre Az�ma, todos ellos participantes en Pour une histoire politique. Los temas de los diferentes cap�tulos de este libro son las elecciones, los partidos, la asociaci�n en pol�tica, la biograf�a, la opini�n, los intelectuales, las ideas pol�ticas, las palabras, religi�n y pol�tica, pol�tica interna y pol�tica exterior y la guerra.



Jean-Pierre Rioux

�sta como las dem�s obras mencionadas nos hablan de una proliferaci�n de trabajos que tratan diferentes temas y que suponen una asentada renovaci�n de la historia pol�tica. Ya en 1974 Jacques Julliard se preguntaba si el nuevo inter�s por lo pol�tico no era debido al fen�meno coet�neo de la poderosa acci�n y capacidad de injerencia de los Estados en �la programaci�n de grandes sectores de la actividad social�, todo ello junto con el desarrollo de los medios masivos de comunicaci�n: �no existe acontecimiento pol�tico por naturaleza sino por el eco que en una colectividad provoca; el conocimiento inmediato del acontecimiento modifica radicalmente su �ndole, cuando no la crea de pies a cabeza� (Julliard, 1979, 243; Nora 1979, 221-239). Balmand considera que el �regreso� de la historia pol�tica, se debe por una parte a factores ex�genos, propios de la evoluci�n de las reacciones y de los comportamientos con respecto a la dimensi�n de la historia pol�tica y por otra parte a factores end�genos, ligados a las metamorfosis de la producci�n historiogr�fica (Balmand 1989, 371). R�mond a su vez aclara que en la renovaci�n de la historia pol�tica han influido los procesos hist�ricos del siglo XX, la experiencia de las guerras --al ser inexplicables en su desencadenamiento por la �nica referencia a los fen�menos de �ndole econ�mica--, as� como el peso cada vez m�s evidente de las relaciones internacionales en la vida interna de los Estados, las intervenciones de los poderes p�blicos en los asuntos econ�micos, etc. Todo ello ha hecho abandonar la idea simplista de que el sector de la econom�a era el determinante en el comportamiento de los poderes. En definitiva el crecimiento de las competencias del Estado en muchos �mbitos adem�s del econ�mico (cultural, demogr�fico, ecol�gico, etc.) ha puesto de relieve toda la extensi�n del fen�meno pol�tico (R�mond 1988, 19-21).

Pero, se�ala R�mond, estos factores ex�genos no son suficientes para explicar estos cambios de tendencia en epistemolog�a, son tambi�n necesarias las �connivencias internas�. El �regreso� de la historia pol�tica no se hubiera efectuado si no hubiera habido igualmente una renovaci�n, la cual se ha dado por el cuestionamiento a la vez de las concepciones cl�sicas y de las pr�cticas tradicionales. No duda en afirmar que la conjunci�n de la presi�n exterior y de la reflexi�n cr�tica puede explicar que la historia pol�tica sea una de las ramas m�s activas y fecundas de la historiograf�a actualmente en Francia. Considera que esa historia pol�tica es otra muy diferente de la tradicional y que justamente las severas cr�ticas que se lanzaron a �sta �ltima fueron �saludables� ya que �el desaf�o fustig� la imaginaci�n y estimul� la iniciativa� (R�mond 1988, 19-23). Sirinelli por su parte no duda en poner a un art�culo el t�tulo de �El retorno de lo pol�tico�, en el que de entrada afirma que �la renovaci�n de la historia pol�tica es un hecho evidente�, pero para comprenderlo es preciso �evitar dos tipos de errores: actitudes triunfalistas y proclamas de rupturas decisivas. El talante marcial y la autocomplacencia no han sido nunca actitudes cient�ficas convincentes� (Sirinelli 1993, 25-35).

Entre las tendencias metodol�gicas de esa nueva historia pol�tica, adem�s del uso de la comparaci�n, de la cuantificaci�n y seriaci�n, se puede mencionar:

La afirmaci�n de la importancia de los estudios diacr�nicos, la cual ha quedado asentada, as� como la incorporaci�n de la teor�a de los tiempos, con una preferencia por las medidas de la larga duraci�n llevada al estudio de los factores de cohesi�n de las estructuras de poder en sus transformaciones, adaptaciones y rupturas. Para R�mond la historia pol�tica se desarrolla en una pluralidad de ritmos, ya que, en sus palabras, articula lo continuo y lo discontinuo, combina lo instant�neo y lo extremadamente lento: �Hay ciertamente todo un conjunto de hechos que se suceden a ritmo r�pido y a los cuales corresponden efectivamente fechas precisas: golpes de Estado, jornadas revolucionarias, cambios de r�gimen, crisis ministeriales, elecciones, decisiones gubernamentales, adopci�n de textos legislativos... Otros se inscriben en una duraci�n media cuya unidad son diez o m�s a�os: longevidad de los reg�menes, periodos de aplicaci�n de las modalidades de escrutinio, existencia de los partidos pol�ticos. Otros a�n tienen por unidad de tiempo la m�s larga duraci�n; si la historia de las formaciones pol�ticas se da m�s en la duraci�n media, en revancha la de las ideolog�as que las inspiran es propia de la larga duraci�n�. Igualmente �...la noci�n de cultura pol�tica, que ha pasado a ocupar en la reflexi�n y la explicaci�n de los fen�menos pol�ticos un lugar proporcional al vac�o que viene a colmatar, implica continuidad en la m�s larga duraci�n� (R�mond 1988, 30).

Al mismo tiempo que hay una mayor inclinaci�n por la historia contempor�nea y coet�nea, que se manifiesta incluso fuera del estricto �mbito de este grupo como muestra el cambio del subt�tulo de la revista Annales que desde el primer n�mero de 1994 pas� a ser Histoire, Sciences Sociales, se contin�a indagando el pasado con una m�s expl�cita inclinaci�n por lo pol�tico.


Revista Annales

La interdisciplinariedad. R�mond se�ala --como lo hizo Julliard en el art�culo mencionado-- que la renovaci�n de la historia pol�tica ha sido posible por el contacto con otras disciplinas particularmente como es obvio con otras ciencias sociales. La historia pol�tica es por naturaleza interdisciplinaria, no puede estar aislada, ya que es una ciencia con funci�n de encrucijada, es decir de establecer contactos entre todos los aspectos de la actividad colectiva y necesita el di�logo continuo con la sociolog�a, el derecho p�blico, la sicolog�a social, el psicoan�lisis, la ling��stica, las matem�ticas, la cartograf�a, la ciencia pol�tica, la antropolog�a pol�tica, etc. (R�mond 1988, 25).

Relaci�n con la historia total o global. R�mond reacciona contra el supuesto car�cter superficial de la historia pol�tica, que tendr�a fundamento, seg�n �l, si se utilizara una definici�n estrecha de lo pol�tico, ya que tal cosa lo aislar�a de otras dimensiones de la vida colectiva.

Una concepci�n ampliada de la pol�tica, mediante el empleo del concepto de lo pol�tico contrapuesto a la pol�tica. Se�ala Ma. Cruz Mina que R�mond justifica la noci�n de vida pol�tica por su imprecisi�n, por tener la ventaja de ofrecer un marco flexible y abierto a la investigaci�n. Mina recuerda a prop�sito la idea de indeterminaci�n de lo social expresada por Lucien Febvre (Mina 1993, 64) y se puede a�adir igualmente lo que Jacques Le Goff se�ala en torno a la necesidad de l�mites imprecisos con respecto a la historia de las mentalidades (Le Goff 1978, 81). Justamente el �ltimo cap�tulo del libro mencionado, Pour une histoire politique, se titula �De lo pol�tico� y viene firmado por Ren� R�mond. En �l se dice que las contribuciones que forman parte de la obra tratan de temas muy diversos pero que existe un rasgo que las acerca a todas y es la referencia a una misma noci�n, una preocupaci�n que comparten todos los autores: lo pol�tico. �Si lo pol�tico es un ente de raz�n como lo econ�mico y lo social, es tambi�n lo m�s concreto de aquello con lo que cada uno se encuentra en la vida, lo que interfiere en su actividad profesional y se inmiscuye en su vida privada. Se�ala que �con la excepci�n de un n�cleo restringido que le es inseparable, lo pol�tico es como uno de esos Estados cuya geograf�a no ha dibujado de antemano los contornos y en los que la historia no ha cesado de modificar los l�mites: lo pol�tico no tiene fronteras naturales�, y en consecuencia unas veces se dilata al extremo y otras se reduce. Ciertas situaciones ensanchan el campo de lo pol�tico como ocurre en �pocas de guerra, de crisis... (R�mond 1988, 380). Pero tambi�n, puesto que es capaz de comunicar y de convertirse en una suerte de recapitulaci�n de los otros niveles de la realidad, �lo pol�tico es una de las expresiones m�s altas de identidad colectiva: un pueblo se expresa por su manera de concebir, de practicar, de vivir la pol�tica tanto como por su literatura, su cine, su cocina. Su relaci�n con la pol�tica lo revela al igual que sus dem�s comportamientos colectivos� (R�mond 1988, 386).

La naturaleza social del objeto de estudio es un principio recurrente en las proposiciones de los diferentes autores. Lo pol�tico como fen�meno inseparable de lo social responde a aquello que justamente provoc� las m�s severas cr�ticas que recibiera la vieja historia: el pretender reducir el fen�meno pol�tico a individualidades descollantes, �lites o peque�os grupos sin tener suficientemente en cuenta el entorno social en el cual se desarrolla y act�a el poder. El an�lisis deb�a derivar hacia las actividades que se relacionan directa e indirectamente con la organizaci�n del grupo humano sometido al proceso de an�lisis. Si, como propone Julliard, se reconoce el principio de la naturaleza social del poder pol�tico, el campo de indagaci�n ha de combinar el estudio de las minor�as con el de las mayor�as para poder comprender los verdaderos recursos y fundamentos del poder, sus valores, sus mecanismos, las bases de la aceptaci�n o de rechazo, las instituciones, los principios del derecho, la elaboraci�n y las consecuencias de las leyes promulgadas, etc. Para distinguirse de la historia f�ctica, la historia pol�tica renovada deber� tender al conocimiento de los fundamentos socio-econ�micos de cualquier fen�meno ligado a la detentaci�n y al ejercicio del poder. Julliard en el tan citado art�culo de 1974 insist�a en la importancia de la aportaci�n del hoy desaparecido Nicos Poulantzas para pensar te�ricamente, desde una perspectiva marxista, las relaciones del poder pol�tico con las clases sociales y concluir que �Marxista o no, el historiador no puede desinteresarse del problema de la naturaleza social del poder pol�tico� (Julliard 1979, 254). Este principio se refleja igualmente en la concepci�n de �historia pol�tica desde abajo� que comenta Gil Pujol, para precisar: �Naturalmente, este enfoque no excluye en absoluto el anterior reconocimiento del peso de las acciones de protagonistas m�s visibles o prominentes, los grandes hombres o pol�ticos en general, un peso que ahora parece vindicado. Sucede que ahora se ampl�a ese reconocimiento al conjunto social y, desechando de modo bastante abierto las visiones estructuralistas, se indaga con especial inter�s entre el pueblo com�n, a quien adem�s se reconoce expresamente la capacidad de sentir la experiencia en sus propias vidas� (Gil Pujol 1995, 195-208).

Ren� R�mond apunta: �Se ha reprochado durante mucho tiempo a la historia pol�tica que no se interesara m�s que en las minor�as privilegiadas y descuidara al pueblo, a las muchedumbres, las masas, el n�mero, un reproche tal vez justificado en los tiempos en que los historiadores pol�ticos se acantonaban en la biograf�a de los notables, pero �lo hicieron alguna vez? El reproche no es v�lido seguramente contra una historia que pretende integrar a todos los actores --incluso los m�s modestos-- del juego pol�tico y que se da por objeto de estudio la sociedad global� (R�mond 1988, 29).

Un inter�s notorio por la cultura pol�tica. Se�ala el mismo Ren� R�mond que �Lo que se llama a veces cultura pol�tica y que resume la singularidad del comportamiento de un pueblo no es un elemento m�s entre otros del paisaje pol�tico: es un poderoso revelador del ethos de una naci�n y del genio de un pueblo� (R�mond 1988, 387). Una relaci�n por lo tanto con la cultura pol�tica que es destacada por Prochasson cuando pone de relieve el inter�s por el estudio de las representaciones, los mitos, lo imaginario, la ligaz�n entre ideas y mentalidades y el papel de los intelectuales. Prochasson habla incluso de una �despolitizaci�n� de la historia pol�tica (Prochasson 1995, 209-215). Lo prueba igualmente el hecho de que dos de los colaboradores de Pour une histoire politique, Jean-Pierre Rioux y Jean-Fran�ois Sirinelli, editaron m�s tarde un libro que pretend�a seguir los pasos de aquel invitando al trabajo en el campo de la historia cultural (Pour une histoire culturelle). Son varios los art�culos que en este m�s reciente volumen se relacionan justamente con fen�menos que se estudian dentro del �mbito de la historia pol�tica: �Mariana, objeto de cultura� de Maurice Agulhon, �La Revoluci�n francesa: �regenerar la cultura? de Antoine de Baecque, �Violencia y consentimiento: la �cultura de guerra� del primer conflicto mundial� de St�phane Audoin-Rouzeau y Annette Becker, �La historia de la pol�tica cultural� de Philippe Urfalino y desde luego �La cultura pol�tica� de Serge Berstein. Precisamente en este �ltimo art�culo se plantea que la cultura pol�tica se inscribe en la renovaci�n de la historia pol�tica, operada bajo la inspiraci�n de Ren� R�mond. La clave de lo ben�fico de este empleo de elementos de la cultura pol�tica es precisamente que esta rama de la historia proveer�a de �m�ltiples par�metros� que en lugar de conducir a una explicaci�n un�voca permitir�an adaptarse a la complejidad de los fen�menos humanos ( 371). Sirinelli plantea que �la cultura pol�tica es probablemente el �mbito en el que los avances deseables resultar�n m�s fecundos. Existe, en efecto, entre lo pol�tico y lo cultural, una amplia zona de contacto y de �smosis, que leg�timamente se puede llamar cultura pol�tica. Los valores y creencias de una sociedad, particularmente, est�n en copropiedad entre la pol�tica y la cultura, y aquellas que se unen en forma especial conforman una familia pol�tica y constituyen su cultura propia�. Como se ve la definici�n es suficientemente amplia y tal vez en apariencia bastante ambigua. Pero a continuaci�n define su contenido: �esta cultura pol�tica es el resultado de una alquimia compleja. Las grandes ideolog�as no constituyen m�s que uno de sus ingredientes, y en ella se amalgaman tambi�n, nutriendo y explicitando a la vez estos valores y estas creencias, una memoria espec�fica, compuesta de fechas clave, personajes se�eros y, en su caso, de textos can�nicos, un vocabulario propio y, a menudo, una sociabilidad particular, ritualizada o no: en otros t�rminos, la cultura pol�tica es, a la vez, una especie de c�digo y un conjunto de referentes formalizados en el seno de un partido o de modo m�s ampliamente difundido, en el seno de una familia o de una tradici�n pol�tica� (Sirinelli 1995, 30-31 ).



Revoluci�n Francesa

Hasta aqu� unos comentarios sobre una corriente historiogr�fica de las que se plantean el estudio del poder. Ma. Cruz Mina, que no escatima cr�ticas a los planteamientos de este grupo, habla de �otra historia pol�tica renovada� que, en su opini�n, es la que apareci� en Estados Unidos d�cadas atr�s y que en la misma Francia ha contado con representantes como el desaparecido Furet, Julliard, Nora y otros (Mina 1993, 81-91). Por su parte, Gil Pujol hace un recuento de los estudios centrados en la Edad Moderna europea, el cual reposa en directrices de investigaci�n que se podr�an trasladar a otras realidades. Recurre al planteamiento del historiador portugu�s Antonio Espanha quien de una manera gr�fica ha expresado que la historia pol�tica ha cambiado su n�cleo duro y central que era el Estado y el derecho oficial para crear una polvareda m�s perif�rica e inefable, la cual seg�n Gil Pujol, se caracteriza por presentar cuatro l�neas de indagaci�n. La primera es la historia de la familia, en cuyo seno se forman valores por transmisi�n de padres a hijos o por reacci�n de �stos en contra de lo recibido. La segunda l�nea es la historia pol�tica �desde abajo�, que ya ha sido mencionada, mientras que la tercera estudia la pr�ctica pol�tica a trav�s de cauces informales, lo que se podr�a llamar la cotidianeidad del ejercicio de los poderes. Junto con ella quisiera apuntar una tem�tica que hoy se trabaja con inter�s: la corrupci�n. La cuarta de estas l�neas se refiere a los revisionismos de las revoluciones Inglesa y Francesa, en cuyos campos una nueva relaci�n con la historia cultural lleva al an�lisis de los discursos, la separaci�n de texto y contexto, la pr�ctica del giro ling��stico, es decir algunos de los m�todos utilizados por Foucault. Es de destacar igualmente el peso de la microhistoria y la defensa de los estudios institucionales que se refuerzan, como se dec�a al principio, como una visi�n diferente y un renovado vigor (Gil Pujol 1995)



Revoluci�n Inglesa

Arriba | Bibliograf�a
NOTAS:
[i] Dra. Mar�a Fernanda G. de los Arcos |Arriba
Profesora � investigadora de la Universidad Aut�noma Metropolitana � Iztapalapa en el �rea de Historia y Cuerpo Acad�mico Heur�stica y Metodolog�a.

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https://drive.google.com/file/d/1H6nLKsSqPx9bjpB31DwKWm5yxv1B7zJk/view?usp=drivesdk

HISTORIAE
Corrientes historiográficas II: la escuela de Annales
Herodoto Herodoto
hace 10 años


LA DECADENCIA DEL MODELO ACADÉMICO

A principios del siglo XX, se hacía evidente que las tendencias historiográficas del siglo XIX, como el positivismo o el historicismo, no eran válidas, que no eran un modelo que respondiera a los nuevas características socio económicas y políticas de la época. Estos antiguos parámetros de estudio historiográfico ya no decían nada, para la mayoría eran inútiles. La historia académica, es decir, la historiografía que impartían los profesores universitarios, empieza a desarrollar nuevas formas de enseñanza, a pesar de lo anclados que estaban en la historiografía del siglo XIX. Este antiguo método académico era muy arcaico, y no respondía a las nuevas necesidades que demandaba la Historia en el siglo XX, sobre todo después del impacto mundial que produjo la I Guerra Mundial.


UNIVERSIDAD ANTES

CREACIÓN DE LA REVISTA ANNALES: MARC BLOCH Y LUCIEN FEBVRE

Por esta clase de motivos, el sistema académico estaba en un proceso de clara decadencia. Marc Bloch y Lucien Febvre crearon en 1929 la revista Annales, la cual ha sobrevivido, adaptándose a los tiempos que vive, hasta la actualidad. La revista cuenta con cierta solidez ya en los años 40, aunque alcanza su consagración en los años 60 en Francia. Fue un proceso muy lento, que se consagró a finales de los 60, en mayo del 68, debido a los movimientos sociales de esa época. Lucien Febvre fue especialista en la era moderna, concretamente en el siglo XVI, mientras que Marc Bloch era medievalista. Ambos compartían su creencia de que la Historia necesitaba de los aportes de otras ciencias, como la antropología, la política, la sociología, para llegar con más objetividad al lector. A esto se le llama el carácter inter disciplinar de la Historia.

Ambos historiadores crean para esta escuela historiográfico lo que ellos llaman, el modo regresivo de estudiar la Historia. Me explico, a partir de los hechos ya conocidos que tenemos del pasado, se intenta hallar huellas y pistas para conocer datos de ese pasado que aun desconocíamos. También piensan que si se consigue que la Historia alcance una difusión sólida, se ayudará a que la Historia sea independiente y cumpla su correcta función social entre la ciudadanía. La escuela de Annales condena el uso de muchos datos sin sentido para el abuso de la Historia, a la vez que condenan el uso de la Historia política y diplomática sin el correcto contexto adecuado, que es lo que hacían las tendencias del siglo XIX. Esta escuela historiográfica también manifiesta que es imprescindible tener una nomenclatura propia del historiador, que se mueve en una fase de trabajo profesional y en otra para volcar sus investigaciones de cara al público en general, es decir, que el historiador debe tener dos caras: la cara profesional volcada al estudio y la investigación histórica, y la cara pública volcada a enseñar sus investigaciones a la ciudadanía.


Lucien Febvre

Marc Bloch

SEGUNDA GENERACIÓN: FERNAND BRAUDEL Y ERNEST LABROUSSE

Tras la muerte de Marc Bloch en un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial, será Febvre quien consolida la revista Annales. Conjuntamente, aquí empieza la labor de otros historiadores, fundamentales en la historiografía del siglo XX, como pueden ser Fernand Braudel y Ernest Labrousse. Estos historiadores fueron quienes trajeron a la escuela de Annales el mayor número de innovaciones y mejoras. Tras la muerte de Febvre, será Braudel el que tome la dirección de la revista, consiguiéndole una proyección y extensión internacional que nunca antes había conocido. Con el tiempo, si miramos atrás a la Historiografía del siglo XX, se comprende porque Braudel es considerado la figura más importante de la historiografía francesa hasta la década de los 80.


Fernand Braudel - 01

LABROUSSE

TERCERA GENERACIÓN: GEORGE DUBY Y JACQUES LE GOFF

Como todos bien sabemos, la década de los 60 es una época de una salvaje urbanización e industrialización, que viene rápida y explosiva después del largo letargo de las dos guerras mundiales, las entreguerras y la posguerra. En esta nueva época, acorde a los nuevos tiempos que se vivían, se desarrolla la historia económica, social y demográfica. Las figuras más importantes de esta tercera generación de la escuela de Annales son Jacques Le Goff, George Duby y Goubert (muerto recientemente, en 2012). Las temáticas con las que va a jugar la escuela de Annales son, entre otras muchas, los cambios económicos que supusieron las causas del cambio desde el feudalismo al capitalismo, las insurrecciones populares en general, el origen y los avances de la revolución industrial, o el avance de las clases más elitistas en el mundo.


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¿CUARTA GENERACIÓN?

La última y presente generación de Annales se inicia en 1989, con la caída del Muro de Berlín y la posterior desintegración de la Unión Soviética. Este importante cambio histórico origina diversas cuestiones y problemas, pues antes, en las décadas anteriores, el mundo se dividía en bloque soviético o bloque estadounidense, mientras que ahora se empieza a reflejar la necesidad de renovar los métodos y las técnicas de análisis e investigación historiográficas. A pesar de estos intentos de renovación que se preparaban, este cambio no es que suponga un rechazo hacia las tendencias historiográficas tratadas por la escuela en sus tiempos pasados. Más bien se trata de un diálogo abierto donde la hegemonía y el foco de atención no están tan centrados en el mundo europeo, el mundo occidental. Es decir, que los historiadores de la cuarta generación de Annales sienten fascinación por el mundo colonial, asiático e indio, tercer mundo, Sudamérica, y no tanto exclusivamente por la Historia de Europa.

Categorías: Historiografía

https://historiaeweb.com/2014/02/26/corrientes-historiograficas-escuela-annales/

A propósito de Lévi-Strauss: contra el prejuicio racial
Viernes 03 de julio de 2020, 20:15h







JUAN JOSÉ LABORDA
Consejero de Estado-Historiador.
445 artículos


Escribiré de Claude Lévi-Strauss (1908-2009), el sabio antropólogo, explicando su aportación como científico contra el racismo.
La UNESCO, entonces referente de las iniciativas favorables a la descolonización e independencia de países de África y Asia, entre otros, le encargó a Claude Lévi-Strauss un libro sobre las razas humanas. El entonces prestigioso antropólogo francés, celebrado por su obra de 1949 “Las estructuras elementales del parentesco” (en el que revolucionaba las teorías sobre el incesto en los humanos), escribió un libro que aniquiló para siempre cualquier justificación científica y moral del racismo. Se llamó “Raza e historia” (1952), y en ese libro el autor desmontaba las teorías pretendidamente científicas de la superioridad de los blancos sobre los seres humanos con otro color de piel. Dos décadas después, a petición de nuevo de la UNESCO, Lévi-Strauss profundizó sus reflexiones, gracias a sus nuevas investigaciones sobre grupos humanos de las selvas de Brasil, que se llamó “Raza y cultura”(1974).
Ante el resurgir de actitudes racistas, desde Estados Unidos, pasando por Europa, y llegando a la República Popular China (sorprendente por su intensidad contra las personas de piel negra en un país que proclama que África es un objetivo central de su diplomacia), los argumentos de Lévi-Strauss siguen siendo fundamentales contra el racismo.
Sus dos libros no fueron una condena del racismo desde la manera de pensar que hoy llamaríamos de “izquierdas”. Lévi-Strauss era judío, nieto de un notable rabino francés, militó en su juventud en el socialismo democrático de su país (la SFIO, la Sección Francesa de la Internacional Obrera), se exilió de Francia cuando ésta fue ocupada por los nazis, organizó en Estados Unidos la resistencia cultural al nazismo, junto con otros academicos e intelectuales que apoyaban, desde el primer día, al general De Gaulle (en su combate contra el gobierno proalemán del general Pétain), como fueron Alexandre Koyré, Jean Wahl, Jacques Maritain, Roman Jacobson, Gustave Cohen, Henry Lévy-Bruhl y el propio Lévi-Strauss, cuyo activismo resultó políticamente fundamental…

https://www.elimparcial.es/noticia/214690/opinion/a-proposito-de-levi-strauss:-contra-el-prejuicio-racial.html