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martes, 23 de marzo de 2010

SOBRE EL BOLAZO (actualizado, que integra Formación Profesional IV al final del Capítulo II o segundo, sobre "POLÍTICA Y ADMINISTRACIÓN")

SOBRE EL BOLAZO (actualizado, que integra Formación Profesional IV al final del
Capítulo II o segundo, sobre "POLÍTICA Y ADMINISTRACIÓN"). Ver del mismo autor: guillofca en http://sites.google.com/site/campingcamarones/ en su página principal, al final, en los archivos adjuntos la serie de cuatro libros.

En cualquier referencia lingüística se asimila el termino bolazo a la mentira
(al respecto se puede consultar en cualquier diccionario), pero los que conocen
la tierra, o, los que tienen en cuenta la ligazón, o, continuo de tierra-lengua
saben que no es lo mismo, o, no es exactamente lo mismo. Sabemos que el
originario, en estado cultural preservado y conste que no digo puro,
directamente no miente de ninguna manera, pero puede dejar que el otro se
engañe, si no le interesa o hasta que le interese hacerle saber que se engaña.
El criollo o gaucho, que es la mezcla del indio con el blanco (y en algunos
casos múltiple y que acepta o asimila a los oriundos de África) usa al bolazo,
como una forma de divertimento. Cuando bolacea no pretende engañar o mentir,
porque la desmesura y ridiculez del bolazo es tal, que es difícil que alguien lo
crea "a pié juntillas" (aunque podemos encontrar algunas mentes un tanto rígidas
que caigan en el error). En la localidad de Choele Choel, Provincia de Río
Negro, en nuestra República Argentina, pude observar a un bolaceador puro, que
bolacea, para divertirse y divertir. Es conocido por su sobre nombre: Majalay
(quien está en conocimiento que en algún momento lo iba a mencionar), autor de
algunos bolazos memorable, como cuando cuenta que cazó un chancho jabalí
ahogándolo, con los flecos de su alpargata (las antiguas alpargatas de suela de
hilos se deshilachaban). En otros momentos manifiesta su interés por contar con
un elefante, no solo para los trabajos en las chacras, sino para enfrentar al
chancho jabalí, porque: "cada día son más grandes, con grandes colmillos y
enormes hocicos similares a trompas de elefante" y luego se enfrasca en largos
relatos figurados de las cosas que haría con semejante "auxiliar", lo que le
ganó otro sobre nombre: "el domador de elefantes". En Camarones, Provincia de
Chubut, en nuestra República Argentina, pude notar un bolazo burlesco
comunitario, cuando refieren a un verbo inexistente denominado "d…artear" (no se
completa, porque involucra un apellido, que ubica a una persona, como autora de
la acción que se refiere). El término implica y se relaciona con el descanso
excesivo y sin justificación de una o varias personas, que lo toman, como un
vicio, o, lo integran a sus vicios (en realidad se asocian varios de ellos). Por
lo que pueden observar, no es lo mismo o no debe confundirse con la mentira,
aunque algunos pueden creer que bolacean, cuando ocupan cargos públicos, en
realidad mienten. Tenemos algunos ejemplos "frescos", vale decir de los últimos
días o de los últimos discursos o podemos remontarnos a lo largo de los casi
doscientos años de nuestra historia, como país. De todas formas debemos decir
que el bolaceador, o sea: el autor de bolazos, es aquel que lo hace
frecuentemente y que los elabora desde la realidad más insignificante hasta
lograr una pequeña obra literaria o un cuento fantástico, en contraposición con
el bolacero, que circunstancialmente crea un pequeño distraimiento como bolazo,
en lapsos que superan los siete a diez días. En ese sentido es similar a la
postura del vicioso social, que cumple con su vicio en reuniones de amigos. Y,
por favor, no confundir con cierto alto funcionario nacional (o supra ministro)
autor de numerosas invenciones de conspiraciones o bolazos políticos, que nunca
se demostraron ante la justicia y sin implicar en esto a la Señora Presidente de
todos los argentinos y mucho menos pretender que: "le duela la cabeza".


Nota: Se reitera el tema a pedido de los interesados.

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