CUENTO: SUEÑO RECURRENTE
En lo profundo de la noche me encuentro, a veces, charlando en el fondo de la casona familiar con mis antepasados. En esa reunión familiar se encuentran los que cabalgaron con Manuel, con José Gervasio, con Estanislao y Justo José defendiendo los "pagos del mío-mío". El anfitrión es ese coronel matrero, que quedó exilado en el fondo debido sus gustos por las chinas y el estoque, cuando hacía mucho tiempo que había dejado el comando del regimiento insignia, que custodiase a los que gobernaron mi provincia, con un paso por funciones vinculadas a la herramienta de financiamiento de la tierra de las Constituciones.
Yo les pregunto de ellos y ellos me cuentan sus razones, por largo tiempo, porque son muchos, sin contar a los del Cabildo, que vienen poco, como acostumbrados a la falta de tiempo entre sus trabajos y las funciones de representación gratuita.
Luego me piden que les detalle mis días, mis cosas, que ya no tienen que ver con sus recuerdos, ni con los del coronel, que siempre repite, que llegó a oficial, porque sabía manejar con igual suficiencia la espada y la pluma, pero conoció a los que llegaron con los barcos, hace tres generaciones, cuando se encargaba de protegerlos en las colonias y, algo debe saber el viejo zorro, porque me mira socarrón.
Les explico lo lindo que es ver crecer pibes de hoy, cuando mejoran sus razonamientos, cuando aprenden a investigar y se dan cuenta de lo mucho que les mienten y les mintieron anteriormente. Y me explayo en una catarata de ejemplos y cosas lindas, pero se me pasa el tiempo.
De pronto me encuentro despierto y apesadumbrado al alba: ¡Otra vez no pude decirles que no se jugaron en vano, que tenemos un gran país y que todo será mejor cada día! Pero me prometo acordarme para la próxima y lo ato en hilos de sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario