EL SHINCAL (LONDRES, La historia de las investigaciones arqueológicas, antropológicas y arqueobotánicas realizadas a lo largo de más de tres décadas en el sitio El Shincal de Quimivil (Londres, Departamento de Belén, Catamarca), evidencian claramente que fue uno de los lugares más emblemáticos de la presencia Inka en el Noroeste argentino. Testimonio de ello es que algunos investigadores lo han considerado un Nuevo Cusco, por reunir elementos artificiales y naturales que estarían replicando simbólicamente la capital del Tawantinsuyu. Estas investigaciones han servido para generar posteriormente diversas políticas de preservación que se fueron materializando en diferentes procesos de puesta en valor. En este artículo presentaremos una síntesis de estos procesos que han conducido a que El Shincal de Quimivil sea reconocido como uno de los lugares más importantes del Noroeste argentino.
Un ícono del patrimonio cultural argentino lk AZARA-Nº 4 / 7 DE QUIMIVIL CATAMARCA) Figura 1. Una de las vistas principales del sitio El Shincal de Quimivil desde el Cerro Aterrazado Occidental. 8 / AZARA-Nº 4 Los Inkas fueron una de las sociedades estatales prehispánicas de mayor alcance territorial en América. Su dominio e influencia se extendió a lo largo del siglo XV sobre diversas poblaciones andinas de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Esta expansión contó con diversos intereses sociales, económicos, religiosos y militares que, al conjugarse con las realidades locales, iban dando forma al paisaje social y cultural en cada región integrante del Tawantinsuyu. Uno de los espacios más emblemáticos del Kollasuyu, provincia de los Andes Meridionales, del sur del Tawantinsuyu, fue El Shincal de Quimivil. Este lugar se caracteriza por poseer una arquitectura monumental estatal y por reproducir determinados patrones simbólicos de estructuración del espacio propios del "Cusco". Las características geográficas, arquitectónicas y artefactuales constituyen la evidencia de una intensa dinámica política que colocan a El Shincal de Quimivil como una de las principales capitales política, administrativa y ceremonial incaica del Noroeste argentino. En este artículo presentaremos cuáles han sido las medidas de conservación y preservación que se han implementado en relación con el proceso de patrimonialización de El Shincal de Quimivil. Las mismas se pueden dividir en dos etapas o momentos cuyo inicio se dio en la década del ‘90 por el Dr. Rodolfo A. Raffino y su equipo de colaboradores, continuando recientemente con una segunda etapa denominada “Proyecto de revalorización del sitio arqueológico El Shincal de Quimivil”. El Shincal de Quimivil: Una capital incaica en el Noroeste argentino El Shincal de Quimivil constituye uno de los lugares más significativos de la presencia y poder de los Inkas en el Noroeste argentino. Se encuentra ubicado en la localidad de Londres, Departamento de Belén, Provincia de Catamarca, sobre el pie de monte del Cerro Shincal, entre los ríos Quimivil y Hondo. Ocupa un paisaje muy particular localizado a 1.350 msnm y enmarcado en un bosque de algarrobos (Prosopis flexuosa), chañares (Geoffroea decorticans), tuscas (Acacia aroma), talas (Celtis tala) y shinkis (Mimosa farinosa). El área de ocupación supera las 30 hectáreas y está compuesta por diversos edificios que en conjunto conforman un patrón ortogonal que ha sido concebido, planeado y construido de acuerdo al modelo incaico para sus centros políticos regionales. Entre los principales componentes de la planta urbana del sitio se encuentra una gran plaza amurallada o aukaipata de 175 x 175 metros, en cuyo centro se sitúa el ushnu o plataforma ceremonial. Dentro de la misma también se encuentra un muro doble de 60 m de largo con cuatro puertas o vanos trapezoidales que limita la visibilidad desde el acceso principal a la plaza y organiza el espacio en términos de movimiento. Alrededor de la aukaipata se encuentran grandes edificios rectangulares llamados kallanka, donde se realizaban diversas actividades políticas, administrativas y ceremoniales. También se destaca la presencia de varios conjuntos residenciales con un formato regular, conocidos como RPC (Rectángulo Perimetral Compuesto) o kancha en lengua quechua, dispuestas alrededor de la aukaipata y a la vera del camino incaico. Una de ellas, denominada Casa del Curaca estaba destinada a los gobernantes o la élite. Otras servían como residencias permanentes y permitían alojar a los invitados que arribaban a los eventos festivos; algunas eran exclusivas para los habitantes que se encargaban de mantener el sitio a lo largo del año, mientras que otras funcionaban como verdaderas kancha-templos (Figura 2). Hacia el oriente y occidente de la plaza se destaca la presencia de dos cerros aterrazados (Cerro Aterrazado Oriental y Cerro Aterrazado Occidental) donde posiblemente se llevaban a cabo prácticas relacionadas con el culto solar. En relación con la actividad administrativa y ceremonial se han encontrado más de cincuenta unidades de almacenamiento o depósitos llamados qollqa dispersos en dos grandes grupos ubicados en lugares con microclima cálido y seco. También se han hallado varias rocas con estructuras de molienda asociadas con la preparación de comidas y bebidas, como también varios entierros humanos y canales que abastecían de agua al sitio desde el Río Quimivil. Otro elemento de importancia es la presencia de un Gnomon o Intihuatana, ubicado hacia el norte de la aukaipata sobre el Cerro del Intihuatana, donde se realizaban observaciones solares y grandes rocas tokankas (rocas wakas sagradas) asociadas al camino incaico. En cuanto al Qhapaq Ñan o Camino Principal Andino, éste tenía conexión a través de un camino transversal con los enclaves de producción agrícola y pastoreo de Los Colorados y Las Vallas localizados aguas arriba del Río Quimivil; y con el tampu Tambillo Nuevo localizado en la ruta por la Sierra de Zapata que conducía hacia Chile. Este modelo social del paisaje, con determinadas regularidades urbanísticas en relación a otros sitios incaicos de los Andes Centrales, condujo a que investigadores como Rodolfo A. Raffino e Ian Farrington otorgaran a El Shincal de Quimivil el carácter de “Nuevo Cusco” por considerar que sus constructores intentaron replicar simbólicamente la capital del Tawantinsuyu (Figura 1). Su importancia en el Noroeste argentino ha sido tal que de acuerdo a las evidencias materiales arqueológicas e históricas pudo constituir el lugar donde Juan Pérez de Zurita, en 1558, habría fundado Londres de la Nueva Inglaterra. Todas las investigaciones realizadas en el sitio han permitido generar las bases para conocer e implementar acciones sólidas vinculadas con su conservación y preservación, pudiendo tomar medidas concretas para mitigar el efecto natural y antrópico acumulado a lo largo del tiempo. A continuación presentaremos algunos de los principales trabajos vinculados con las dos etapas de puesta en valor del sitio El Shincal de Quimivil. AZARA-Nº 4 / 9 Breve historia de las investigaciones en El Shincal de Quimivil Imagen correspondiente a uno de los paneles exhibidos en el Museo del sitio. La misma fue elaborada por el diseñador gráfico Alejandro Cácharo, en el marco del Proyecto Integral de Revalorización del Sitio Arqueológico El Shincal de Quimivil. Los primeros trabajos de puesta en valor de El Shincal de Quimivil Desde principios de la década de los ´90 del siglo XX, el sitio arqueológico El Shincal de Quimivil, fue uno de los sitios que tuvo un gran impulso en la incorporación de principios orientados a la patrimonialización de sus conjuntos arquitectónicos y entorno, producto de la importancia que tuvieron desde 1980 las políticas patrimoniales en la Argentina. Dentro de este marco, se llevo a cabo el proyecto denominado “NOA: Arqueología, Urbanismo, Ecología. Fase El Shincal”. El mismo se formalizó por un acuerdo entre la Municipalidad de Londres, el Dr. Rodolfo Raffino como director y el Lic. R. Darío Iturriza como arqueólogo de campo, financiado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Universidad Nacional de La Plata y el gobierno de la Provincia de Catamarca. Este proyecto incluyó exámenes artefactuales, investigaciones sobre urbanismo prehispánico e hispánico, ecología y etnohistoria regional, que significaban la continuidad de las primeras investigaciones dirigidas por Raffino y el arquitecto Ricardo Alvis a partir de 1981 (Figura 3). Sin embargo, el proyecto contempló además, la revalorización de conjuntos arquitectónicos mediante anastilosis, la creación de un centro de apoyo e interpretación del sitio en las dependencias de la Municipalidad de Londres y una vivienda/depósito para soporte técnico, actividades de transferencia cultural y almacenaje de materiales arqueológicos. La incorporación de estos últimos tres puntos determinó la apertura de un nuevo horizonte que permitió no solo complementar la investigación arqueológica, sino también pensar nuevas problemáticas a través de actividades concernientes a la gestión del 10 / AZARA-Nº 4 Figura 2. Plano del sitio El Shincal de Quimivil. patrimonio del sitio y su entorno inmediato. El corolario del mencionado proyecto fueron las gestiones para que El Shincal de Quimivil fuera declarado Monumento Histórico Nacional mediante el Decreto Ley N° 1.145 con fecha 5 de noviembre de 1997. Después de un largo tiempo en que diversas vicisitudes económicas y políticas no contribuyeron a la continuidad de los trabajos fue necesario volver a recuperar el valor cultural histórico y patrimonial de este lugar. Por esta razón, en el año 2013 el gobierno de la Provincia de Catamarca inició las gestiones ante el Ministerio de Turismo de la Nación para promover y ejecutar una segunda puesta en valor denominada “Proyecto Integral de Revalorización del Sitio Arqueológico El Shincal de Quimivil”. Los nuevos trabajos de puesta en valor El nuevo “Proyecto Integral de Revalorización del Sitio Arqueológico El Shincal de Quimivil” comenzó hacia fines del año 2013 y finalizó en junio del 2015. El mismo fue llevado a cabo por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, el Ministerio de Turismo de la Nación, el Gobierno de la Provincia de Catamarca por medio de la Secretarías de Estado de Cultura y de Turismo, la Dirección Provincial de Antropología, la Municipalidad de Londres y la Fundación Azara, con el asesoramiento de investigadores del Museo de La Plata, el CONICET y la Universidad Nacional de Catamarca. Este nuevo proyecto de puesta en valor se desarrolló de acuerdo a diferentes aspectos vinculados con lo edilicio, lo turístico, la gestión y administración interna y la difusión. En cuanto al aspecto edilicio se comenzó con el planeamiento y construcción de un nuevo lugar, diseñado y pensado como museo de sitio. Esto implicó tener en cuenta el tamaño y distribución de las áreas destinadas al recorrido, soportes y espacio para depósitos de materiales; respetando siempre la integración entre conservación, restauración, exposición y comunicación. Paralelamente, se fue construyendo un portal de acceso al sitio junto a una cabina para controlar la entrada de los visitantes, entregar folletería y brindar información general del lugar. En ambos casos el diseño arquitectónico combinó materiales y técnicas constructivas típicas de la región (Figura 4). En el edificio correspondiente al museo se evitaron los espacios rígidos y se utilizaron sistemas de montaje dinámicos que facilitaron la circulación, sin descuidar la conservación en exhibición de las piezas arqueológicas. Se diseñaron mobiliarios adecuados a dicho espacio y se rediseño la cartelería acorde al mensaje museológico, no solo del museo AZARA-Nº 4 / 11 Figura 3. Primeros trabajos de puesta en valor en El Shincal de Quimivil. El Dr. Rodolfo A. Raffino junto al Lic. Darío Iturriza y a los primeros pirqueros de Londres que trabajaron en el sitio (Manuel Carrizo, Paulino Mirabal, Máximo Varas y Ramón Fonteñez). Foto: Diario La Unión de Catamarca, tomada por Joaquín Quiroga. sino del sitio en general. El discurso museográfico elaborado para el nuevo museo se complementó y desarrolló con los contenidos de la cartelería interpretativa, a fin de no repetir el discurso y jerarquizar los puntos de mayor interés con las informaciones convenientes y los dibujos con las reconstrucciones. Se contempló en esto la iluminación especifica en cada área y focalizando sobre los objetos. También se utilizaron diversas herramientas museográficas como maniquíes, recursos audiovisuales y una gran maqueta del sitio. Una característica novedosa de este museo es la instalación de un depósito visible que permite a los visitantes observar la totalidad de las piezas de la colección. La organización de este depósito cuenta con soporte informativo y mobiliario adecuado a los materiales que contiene, lo que permite una distribución ordenada y agradable a la vista (Figura 5). El conjunto de bienes que actualmente se encuentran exhibidos y depositados en el museo de sitio provienen de las distintas excavaciones arqueológicas realizadas en El Shincal de Quimivil, como también de los diversos rescates arqueológicos efectuados en la zona y donaciones de pobladores locales. Parte de este material ya contaba con un inventario realizado por el arqueólogo a cargo del sitio, Lic. Dario Iturriza, durante la década de 1990. De acuerdo con las nuevas pautas planteadas por el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, se decidió rehacer el inventario. De esta manera se obtuvieron datos detallados y actualizados, acompañados de un registro fotográfico y digitalización de toda la información. La realización del nuevo inventario permitió lograr un adecuado ordenamiento para garantizar la conservación de los bienes, contabilizando y catalogando todo el material. Este trabajo detallado sobre cada una de las piezas que integran la colección permitió también identificar sus características y procesos de deterioro. Fue por ello que se llevó adelante un plan de intervención para la estabilización de todos los materiales. Tarea que implicó un registro de las piezas seleccionadas para exhibición, la identificación de los principales deterioros, el registro fotográfico de dichas características, la eliminación de sales en superficie, la limpieza mecánica y química (casos excepcionales), la consolidación de grietas y rajaduras, el remontaje y adhesión y el registro de las acciones para futuras intervenciones. Todas estas estrategias de conservación pretendieron brindar pautas de manejo y administración para la preservación de los bienes, que permitieron, por un lado, fortalecer la conservación de los mismos y, por otro, mejorar la calidad de la experiencia recreativa-educativa de los visitantes (Figura 6). Otra tarea vinculada con el acondicionamiento edilicio fue realizada en el espacio conocido como centro de interpretación. Si bien ya estaba habilitado como un lugar para brindar servicio de restaurante, venta de artesanías locales y 12 / AZARA-Nº 4 Figura 4. Fachada del nuevo museo de El Shincal de Quimivil. baños públicos, se preparó un espacio amplio para realizar actividades de divulgación. Con respecto al eje turístico, se fortaleció la transferencia de la información a través de cartelería y soportes visuales, que respetan la relación visual con la naturaleza, mediante la utilización de recursos de la zona y esquemas gráficos más representativos. Muchos de estos últimos estuvieron basados en relatos e ilustraciones de cronistas de la época como Felipe Guamán Poma de Ayala y Fray Martín de Murúa (Figura 7). Se instalaron también áreas de descanso, banquetas y tachos de basura, y se ordenaron y mejoraron los senderos con carteles indicativos que hacen más integral y completa la visita. En este caso, siempre que implicó una mínima remoción del suelo, se tuvieron en cuenta los resultados de los estudios de impacto arqueológico y ambiental previamente realizados. En cuanto al cercado perimetral que había sido colocado en la década del 90, se procedió a su reacondicionamiento incorporando un alambrado de once hebras para evitar el ingreso de animales (cabras, caballos, burros, entre otros) que puedan poner el riesgo el área arqueológica. En cuanto a la gestión y organización interna, se trata de un aspecto importante que junto con los ejes anteriores permite generar las bases necesarias para el desarrollo sustentable y la consolidación del compromiso real para la salvaguarda del patrimonio. En relación a ello se elaboró un plan de manejo con una mirada interdisciplinar, cuyo objetivo consiste en ordenar y regular las diversas actividades llevadas a cabo en el sitio en pos de la investigación, conservación y difusión del patrimonio. La elaboración de este plan de manejo permitió establecer de manera detallada las acciones que se requieren para prevenir, mitigar, controlar, compensar y corregir los posibles efectos o impactos negativos causados en el uso diario del sitio. Dentro del mismo se plantearon diversas cuestiones de gestión en cuanto a la conservación de la colección, su exhibición y guarda o custodia mediante la incorporación AZARA-Nº 4 / 13 Figura 5. Depósito visible en el nuevo edificio del museo de El Shincal. del registro y documentación de los procedimientos en uso. También se planteó la regularización de las prácticas de conservación y la recomendación de acciones para favorecer la toma de decisiones informada. Se destaca aquí como acción fundamental la consulta constante a profesionales idóneos ante cualquier alteración o deterioro que presenten los bienes. La estructura del plan de manejo contempló diversos aspectos arqueológicos, museísticos, turísticos, educativos, de difusión y comunicación. El mismo se encuentra actualmente en proceso de revisión por la Dirección Provincial de Antropología de Catamarca dependiente de la Secretaría de Estado de Cultura de la mencionada provincia. Este cuerpo documental constituye de por si un avance en cuanto a la elaboración de un documento único que sienta precedente con respecto a la gestión y manejo de un sitio arqueológico en la provincia de Catamarca. También se está realizando un reglamento de manejo interno destinado a regular la cuestión administrativa del sitio…”
https://www.academia.edu/43533377/Shincal_Un_icono_del_patrimonio_cultural_argentina_Revista_azara