OCUPACIÓN DEL TERRITORIO DE LAS MISIONES ORIENTALES EN 1801
ALGO QUE DEBEMOS TENER EN CUENTA
La Ocupación de las Misiones Orientales por los portugueses en 1.801. Del Manual de Historia Colonial del Río de la Plata.
La guerra de 1801 y la ocupación portuguesa de las Misiones orientales El fracaso de la demarcación de los límites era ya evidente a comienzos de la década de 1790. Las interpretaciones encontradas los conflictos y la falta de resolución de las cortes sobre los problemas planteados, concluyeron por crear un clima de escepticismo y tensión. A su vez, la situación internacional contribuía en Europa a minar las bases de entendimiento elaboradas en 1777-1778. Por una parte, la revolución francesa alteró las alianzas y complicó aún más el ya enredado tablero diplomático europeo: por otra, España fracasó en su guerra contra la República (1793-1795) y se vio forzada a firmar la paz de Basilea (22. VII.1795) y poco después, una alianza franco española contra Gran Bretaña (18.VIII.1796). Los frutos de esa alianza, tal como lo afirmó Diego L. Molinari, fueron desastrosos para la monarquía hispano indiana. Como consecuencia de ella y de las presiones sucesivas a que Napoleón la sometió (Tratado de San Ildefonso del 1.X.1800 y de Fontanebleau, 1807), España no solo experimentó derrotas navales (San Vicente, 1797 y Trafalgar, 1805), sino que se vio arrastrada a la guerra contra Portugal, de desastrosas consecuencias en el Río de la Plata. Las fronteras más vulnerables en este virreinato eran las de Río Grande, Misiones y el norte del Paraguay. En Moxos y en Chiquitos, el problema parecía estar amortiguado por la población aborigen que los poblaba. En cambio, Río Grande y la Banda Oriental constituía un vacío poblacional que España no había sabido o podido ocupar a tiempo y que, según el virrey Loreto eran “fronteras que desiertas, son más útiles que el propio dominio, al extranjero, que ha cuidado que hacer colonias en sus confines, usufructuar de ellas y de lo que sin título se abroga sobre nuestros campos de ganados y producciones sin testigos de nuestra parte que funden su reclamo o proporcionen un escarmiento…”18. Sobre ese frente, la gobernación de Misiones mantenía la guardia de San Martín, mientras que la de Montevideo sostenía una línea de fortines y guardias, desde Santa Tecla a Santa Teresa (ver mapa 27). Para esa época (1780-1795), la Banda Oriental comenzaba a ocupar poco a poco su espacio, primero en el litoral y luego cada vez más hacia el 18 El virrey Loreto al intendente Francisco de Paula Sanz, en nota del 20.VIII.1784. En José María Mariluz Urquijo, La fundación de San Gabriel de Batoví, en Revista Histórico, t. XIX (Montevideo, 1953), pp. [Vació en el original] - 311 - Capítulo IX - Segunda Parte interior: así se fundaron los pueblos de Minas (1784) Mercedes (1791), Rocha (1793) y Melo (1795). Pero hacía falta un esfuerzo aún mayor, tal como lo aconsejaba Azara “forzosa e inevitable es esta alternativa: o poblar la frontera o perder nuestros campos y nuestras misiones. V.E. verá – le decía al virrey Avilés – lo que tiene más cuenta, porque infaliblemente sucederá lo uno o lo otro”19. 19 Informe del 22.VIII.1799, en José Mariluz Urquijo, ob. Cit. pp. [vació en el original] - 312 - Cuadernos Docentes Nº 10 Fueron palabras proféticas, y fundadas en un buen conocimiento del área, ya que Azara había servido como Comandante de esa frontera (1797-1798) y conocía bien las limitaciones de la zona, amenazada por las depredaciones de los riograndenses, y también, de tanto en tanto, por los levantamientos de los charrúas. En base a esas reflexiones, el virrey le encomendó un programa de fundaciones para consolidar la frontera, y en consecuencia se fundaron poco después, San Gabriel de Batoví (1800) y Belén (1801). Para la misma época, también se había agudizado la tensión en la frontera norte del Paraguay. Los capitanes generales de Mato Grosso, desde Cuyubá (1727) y Villa Bella (1752) habían impulsado la fundación de los fuertes de Albuquerque (1778) y Nova Coimbra (1790) entre los 19° y 20° de latitud sur y al occidente del río Paraguay, es decir, en área reservada a España. Estas medidas suscitaron actos defensivos simétricos del gobernador del Paraguay, Joaquín Alós (1785-1796), quien dispuso que en el mismo ámbito, entre los 21° y 23°, la erección de fuertes Borbón (1792) y San Carlos (1793), al tiempo que exigía el desalojo de los lusitanos. Estos, con la alianza de los indios cavaleiros (1791) y guaycurúes (1797) y los fuertes erigidos tenían asegurada la navegación del río y su abastecimiento. La tensión no cedió, y entre 1797 y 1799 nuevas expediciones paraguayas se establecieron con fuertes en la orillas del Apa, mientras los portugueses lo hacían en el río Miranda, entre los 22° y 20° respectivamente, en 1799 (ver mapa 28). En este estado de cosas, se produjo la breve guerra hispano-portuguesa. Dicho conflicto, iniciado el 27.II.1801, concluyó con la ocupación de varias plazas fronterizas en Portugal y la paz de Badajoz del 6.VI.1801. Este suceso, indisolublemente unido a la compleja trama de la política napoleónica, que no se aquietará hasta la paz general de Amiens del 26.III.1802, ha de repercutir en Misiones y Paraguay, con consecuencias negativas en el orden territorial. En ambos casos, la distancia y las demoras en las comunicaciones, harán que los hechos de armas se desarrollen en momentos en que la paz ya estaba resuelta en Europa. En la frontera riograndense, los portugueses tomaron la iniciativa con entusiasmo y rapidez. Los fuertes defendidos por poco más de 360 hombres fueron atacados en dos direcciones: el teniente coronel Patricio José Correa da Cámara se movilizó hacia Misiones, mientras el coronel Manuel Márquez de Souza lo hizo sobre la Banda Oriental. En el primer caso, contó con la ayuda de fuerzas irregulares a las órdenes de Manuel dos Santos Pedroso, de Gabriel Ribeiro de Almeida y de José Borges do Canto, quienes con pocos hombres y singular audacia coparon la guardia de San Martín, tras burlar la vigilancia llegaron hasta el pueblo de San Miguel, cabecera del departamento, el 9.VIII.1801. El teniente de gobernador de ese distrito, Francisco Rodrigo capituló allí el 13, y los invasores, tras obtener el apoyo de los mismos guaraníes, ocuparon el resto de los pueblos misioneros del departamento San Miguel, sin resistencia alguna. Las tropas portugueses se hicieron cargo del mismo y contemplaron la operación ocupando el pueblo de Sao Borja el 23.X.1801. Joaquín de Soria, gobernador de Misiones, reunió refuerzos y con ellos intentó recuperar este último pueblo, pero fue rechazado el 20.XII.1801. Desde entonces se limitó a mantener en estado de defensa la línea del río Uruguay. A su vez, en la frontera de la Banda Oriental, las cosas no marcharon con mejor ritmo para España. Las tropas rioplatenses se concentraron en Cerro Largo y lograron rechazar incursiones en Olimar y Santa Teresa. Pero más tarde, las fuerzas portuguesas lograron rendir la guarnición de Cerro Largo el 30.X.1801. Los refuerzos enviados por Sobremonte, inspector general de las fuerzas virreinales, obligaron a los portugueses a replegarse sobre el río Yaguarón. Allí, unos y otros tuvieron noticia de la firma de la paz y la suspensión de las hostilidades. (pag. 313 – Cap. IX)
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Cita para el mapa:
http://servicios.abc.gov.ar/lainstitucion/panoramahistorico/1820-1825.htm
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