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lunes, 28 de marzo de 2011

Sobre "Charlas con Dam" (o Damian Muñoz), por guillofca


Sobre "Charlas con Dam" (o Damian Muñoz)

POLÍTICA Y ADMINISTRACIÓN 4, 5 y 6.- (Tres módulos del Capítulo sobre Política y
Administración del libro Formación Profesional IV escritos en la paradisíaca
Isla 92 de Choele Choel, Provincia de Río Negro-RA).

El gobernador mencionado en el relato no imaginaba que habilitó un Club virtual
de niños, pre-adolescentes, adolescentes y jóvenes (según la evolución
cronológica de sus integrantes). El mismo se administraba por políticas
consensuadas entre sus integrantes, al igual que ocurre en las comunidades de
pueblos originarios, ejerciendo la democracia participativa. Las artes se
sumaban a los deportes, con el aporte de recitales gratuitos de grupos musicales
en el barrio, muestras de artistas plásticos en los museos de la zona, canotaje,
salvataje acuático, arquería, defensa personal (cursos específicos de la
Municipalidad), tiro al blanco (Tiro Federal Argentino). Ese club tuvo sus
representantes en el extranjero (en África y en Europa) y posibilitó que no
entremos en conflictos con la ley. La anterior y la posterior generación
barrial, que no contaron o no continuaron el club, registran antecedentes de
ruptura de la ley y el consiguiente castigo, sin que ello sea de magnitud al
menos no de la magnitud de la sistematización de la ley quebrada que acompaña el
desarrollo evolutivo de nuestros niños de barrios en la actualidad. El mismo
procedimiento decidí aplicar, con los antecedentes a la mano, en el Centro de
Estudiantes del que me transformaron en Secretario General. La clave de todo
este proceso es la PARTICIPACIÓN ya que sin ella lo abierto y flexible no existe
o no tiene posibilidades de hacerlo por un tiempo prolongado. Pero todo ello
necesita de mucho trabajo intelectual y durante largos años, por lo que es
difícil que cerebros "entrenados" en no pensar, en seguir modelos o paradigmas
se presten a la interacción humana, que parece sencilla, pero no es fácil. Todos
nosotros entendemos que debemos seguir reglas (y no paradigmas o al menos no
entronizar a los modelos, como normas), pero, de una formo u otra, tratamos de
violar la misma, por desidia o pereza (un amigo dice "inoperancia mental
política y administrativa"). Ello me recuerda a un reciente caso en la localidad
de Choele Choel, donde su municipalidad pretende el cierre y desalojo, con
decomiso de la mercadería, de un pequeño comercio conocido como cantina o
panchería (panchos o hot dog), ubicado en la Isla 92, donde funciona el Camping
Municipal, como uno de sus sectores específicos, los otros dos (balneario, con
actividades acuáticas y el sector netamente deportivo), al igual que el camping
deben regirse por la norma municipal que establece la protección del bien común
social del pueblo de Choele Choel (la ecológica Isla 92), que regula y
administra, para la conservación de los espacios naturales, frente al impacto
humano y en beneficio de los habitantes de la comunidad. Pero, sorpresivamente,
se habilita una mega disco, con una fiesta semanal, supuestamente, para no dañar
la ecología en el sector de actividades acuáticas. Se pretende hacer valer la
norma, para unas cosas, ventas no autorizadas, pero no prohibidas o ilegales y,
por el otro lado, la música a todo volumen de la mega fiesta nocturna, con su
polución sonora y de desperdicios y basura, se considera, como potencialmente
buena, para la flora y fauna de la zona ya que se produce una sola vez a la
semana y teóricamente, supongo, llena de energía a las especies que habitan el
lugar. Siempre es bueno que se use el alto nivel científico en el cumplimiento
de la norma y, vuelvo a suponer, deben existir actualísimos estudios que
demuestran las bondades de la música atronando los espacios no acostumbrados y
por largos períodos de un solo día, porque de otra manera sería una burla o
mejor, una violación vulgar de la norma, que se dice defender.

La Isla 92 en Choele Choel, Provincia de Río Negro, República Argentina, es un
lugar privilegiado de campamentismo y encuentro con la naturaleza. Es "posible",
por la buena gente, que en ese lugar trabaja. Me refiero a todos: Municipales y
trabajadores de los pequeños emprendimientos privados (incluye a los
emprendedores más pequeños: los vendedores de panificados caseros). El
DESARROLLO SUSTENTABLE se logra por pequeños motores de la economía local: La
micro-empresa familiar. El ECOTURISMO es POSIBLE, por ellas. No se puede pensar
en la armonía con lo natural y la Madre Naturaleza planteando situaciones, que
discriminan a los pequeños emprendedores, por empresas o empresarios, que
aportan inversiones grandes o más significativas (según el cristal con el que se
lo mire). El porvenir se hace de pequeños pasos. Algunos cuentan con la
posibilidad de dar grandes zancadas y otros no, pero ello no es garantía de
éxito de ninguna manera y mucho menos desde un punto de vista ecológico. La
gente, el ser humano, común y corriente, o, si lo prefieren, el consumidor no es
una aglomeración de tontos, que gastan alegremente lo que no tienen en "espejos
de colores". Algunos, por su bolsillo, o, por formación prefieren la dimensión
humana de las cosas (los ambientes comerciales familiares) y, es por eso, que en
las economías locales hay lugar PARA TODOS. Debemos recordar, que a este país lo
hicieron, en sus orígenes, seres humanos comunes y corrientes, pero soñadores.
Luego llegaron los especialistas prácticos y positivistas y tenemos los
problemas que todos conocemos. Las localidades grandes o pequeñas deben cuidar
su desarrollo armónico o sustentable desde la interrelación-integración, como
condición excluyente, para el porvenir o para que tengamos futuro.

El INTERÉS DIFUSO (conste que no me refiero al interés confuso de los que
siembran o recogen dineros privados en manos de funcionarios o legisladores
públicos, como ocurre en lugares más grandes) se explica por las necesidades de
las gentes comunes y corrientes que se asumen como responsables (no como
propietarios) de los espacios públicos, o, sea de la RES PÚBLICA. Veamos lo que
nos dicen sobre el tema desde la Legislatura de la Provincia de Tierra del Fuero
en nuestra República Argentina, en particular el Bloque del Movimiento Popular
Fueguino, en www.legistdf.gov.ar/.../index.php?...Intereses+Difusos... : "…Para
su interpretación correcta es menester plasmar un concepto de "intereses difusos
o derechos colectivos": Son aquellos derechos cuya titularidad no corresponde
solamente a los individuos sino que es ejercida exclusivamente o en forma
compartida por ciertos grupos sociales, mas o menos amplios, mas o menos difusos
o, incluso por toda la sociedad.
De tal forma que la satisfacción del interés que atañe a cada individuo, se
extiende por naturaleza a todos; del mismo modo que la lesión a cada uno afecta,
simultánea y globalmente, a los demás integrantes del conjunto comunitario.

¿Por qué fueron denominados difusos? Porque el principal obstáculo a superar
lo constituía la teoría procesal de la legitimación, al no encontrarse el
derecho subjetivo individual; el objeto tutelado, al no ser específico; y la
protección jurídica, por los efectos posibles que alteraban instituciones
consagradas por la seguridad jurídica: "la cosa juzgada".

La problemática de los intereses difusos no es un divertimiento doctrinario,
una excentricidad que busca romper la monotonía de una situación consolidada y
satisfactoria, es una amplísima gama de verdaderos derechos vitales que hacen a
la calidad de vida… La modernidad o el modernismo, con una sensación de avance
continuo, de rupturas de barreras, de quiebre de cuestiones preestablecidas, y
casi nos atreveríamos a decir, de acceso infinito a los conocimientos, provoca a
su vez una vasta red de nuevas manifestaciones, muchas de ellas de carácter
negativo en cuanto amenazan o lesionan intereses y derechos fundamentales del
hombre, comprometen bienes que hacen al patrimonio común, a saber, el medio
ambiente, el equilibrio ecológico, los valores éticos, históricos, urbanísticos,
artísticos, arquitectónicos, arqueológicos, paisajísticos, los intereses y
derechos del consumidor etc… Por ello, frente a la violación de la legalidad,
deviene imprescindible intentar la institucionalización de un cuarto poder: el
poder controlador, que opere desde fuera del Gobierno, pero que sin embargo se
inserte dentro del orden jurídico, actuando a modo de una auditoria externa a
cargo del cuerpo social y por conducto del poder judicial.

Se impone un cambio de rumbo, todo este planteo encierra como idea la
importancia de tomar al ser humano como un fin en si mismo y por ende promover
la solidaridad entre ellos, la solidaridad de intereses fundamentales para
alcanzar la convivencia… FUENTES

En una situación de funcionamiento normal de los mecanismos institucionales,
compete primariamente al Poder Legislativo la regulación de ciertos intereses
comunitarios o supra individuales difusamente protegidos. La recepción en norma
legal comporta la condición necesaria para que el interés difuso adquiera
relevancia en orden a la proyección legitimadora.

La Legislatura Provincial debe dar la posibilidad de permitir el acceso a los
habitantes a derechos fundamentales que implícitamente están contenidos en la
Constitución Nacional ( artículo 33), y expresamente la actual Constitución
reformada en los articulo 41, 42 y 43. Es que no pueden quedar en la orfandad
derechos esenciales de los habitantes; este acceso a la jurisdicción es propio
de un estado de derecho que busca el estado de justicia, y consecuentemente la
Justicia social.

Otra fuente que podemos citar es la Declaración Universal de Derechos Humanos,
en su articulo 8 y el pacto de San José de Costa Rica, en su artículo 25…"

POLÍTICA Y ADMINISTRACIÓN 5
En estos días, por diversos motivos, pero indagado sin posibilidades de soslayar
la cuestión, me fueron planteados problemas vinculadas a la relación padre-hijo,
o, hijo padre y recordé la broma que les gastaba a los docentes que creen que se
educa de la misma manera, como padre y como profesional de la educación, en los
cuentos y relatos vinculados, con la reciente crisis del campo en nuestro país.
Para ser claros: De ninguna manera se puede vincular una cosa con otra. La
educación paterna o familiar opera o acciona desde la esfera del amor, desde lo
afectivo-volitivo, es más personal y personalizada (o profundamente
asistemático, si la quieren vincular con los "planes sistemáticos" que desvelan
a algunos y al que hace referencia, "el docente que se ocupa de sus cosas", en
el cuento: "Lobruto en Gran Hermano 2"), que la transferencia del continuo de
conocimientos-valores. En diversas oportunidades enfrenté el desafío de ejercer
la tutela de niños o adolescentes. La primera vez contaba con diez y ocho años y
por razones derivadas de una adopción problemática de un niño de seis años se me
solicitó que oficie de hermano mayor del menor. El tránsito de la falta de
familia a la de tenerla en forma efectiva, que puede ser muy traumático, se
puede solucionar con una tercera persona que incida desde la amistad o
fraternidad virtual ya que los lazos familiares se "tejen" perfectamente desde
cero, desde la nada más absoluta. Con posterioridad me hice cargo de mi hija
biológica y de otros niños adolescentes, con distintos grados de éxito, con la
idea de nunca violar, o, forzar la personalidad de esas personitas que me fueron
encargadas, por la vida o la madre naturaleza, pero con la conciencia de la
existencia real de interrelaciones diferentes y diferenciales entre unos y
otros, sin que ello signifique discriminación, porque los seres humanos, comunes
y corrientes, como nosotros, somos todos diferentes en nuestra esencia más
profunda, diferencias leves, pero consistentes. Viene a cuento con el relato que
les reservaba sobre mi abuela materna (la única a la que tuve el gusto de
conocer, porque los otros tres no forman parte de mis recuerdos originales, solo
de lo que me contaron mis mayores, por ser muy menor o no existir). Algo que mi
madre no entendió nunca es la razón, por la cual mi abuelita me requería a su
lado de manera constante, viviendo ella en la ciudad de Córdoba-AR y nosotros en
Santa Fe-AR. Vale decir separados por unos cuatrocientos kilómetros de
distancia. Alguna explicación le encontraba a la preferencia sobre sus otros
nietos en relación con mi madrina, que era una de sus dos hermanas solteras, que
vivían con ella, pero en el fondo sabía que las razones profundas eran otras. De
tal manera que el niñito y luego el adolescente Guillermo Fernando, viajaba,
solo, a la ciudad de Córdoba, para convivir, por unos días, o, semanas, o,
meses, con sus dos tías solteras y su abuela. Pero en la casa de la gran madre
no era un rey, solo un aprendiz de cocina y de exploración geográfica. Mi
tiempo, rigurosamente diagramado, se distribuía en viajes individuales y sin
guía, por la zona (ciudad de Córdoba y Sierras), con instrucciones precisas y
detalladas, sumadas a la mente abierta, que se consolidaba, con la otra
actividad. La abuela me enseñaba a cocinar (ella era una profesional de la
cocina de lo dulce y lo salado, sin despreciar lo agridulce), destacando la
textura, los sabores, los colores, la fina mixtura de las cosas, la combinación
de elementos, el arte de los tiempos y de la decoración de esa arquitectura de
la alimentación sana, de la cultura de lo cotidiano, del plato que sustenta al
ser y al alma. Para mi madre ello era increíble, porque nunca había conseguido
que la suya le transfiriese conocimientos culinarios y lo que menos entendía era
que se lo ofrendara a un varoncito, que ya despuntaba el vicio y admiración, 
por el sexo opuesto. Pero mi abuela sabía lo que hacía y yo logré entenderlo,
con el paso del tiempo: La sangre celta de mi abuela detectó su par potenciado,
con la originaria, que corre por mis venas y su espíritu anarquista alentó el
mío propio. Las clases de cocina se transformaban en clases de política, de
administración, de la vida cotidiana y no tan cotidiana, de los saberes y
poderes, que tenemos todos, como seres humanos, comunes y corrientes. Lo que me
lleva a una Profesora de Matemáticas (remarcando que no tengo nada contra los
colegas encargados de tan pesada tarea), que creía que a los alumnos se los debe
tratar, como a los hijos. La colega, posiblemente escandalizada con un acuerdo 
verbal que mantenía con uno de mis hijos tutelares, que indicaba que no
participaría de viajes de esparcimiento, con la escuela, hasta que educara su
intemperancia familiar, me hizo citar con la Directora del establecimiento, bajo
el apercibimiento de darle intervención a los poderes públicos, por medio de la
asistencia social, sin saber o conocer el fondo de la cuestión. Seguramente
observaron, que algunas personas, en la intimidad son detestables y en su vida
social se comportan de manera diferente, o, exactamente al revés. Lo primero
ocurría, con el adolescente del relato, al punto que la Profesora había comprado
el personaje que le vendían. En ese caso yo era "el malo de la película", cuando
lo único que hacía era cumplir con mi función, con la asesoría de una Licenciada
en Psicología, quien había determinado las pautas a seguir en el caso. La
Directora, hoy reconocida política de su ciudad, con cargo reelecto de edil
municipal, que conocía el tema, dejó que su docente actuara, para que le sirva
de aprendizaje. Lo que no la privó de regar la charla de amenazas varias y de
descripciones explicativas sobre su relación, con sus cinco hijos.

En este estado de las cosas es bueno preguntarse sobre el camino (lo que sigue
corresponde a otros escritos titulados "Charlas con Damián", conocido personaje
de Choele Choel, huérfano de padre y madre, producto de una tragedia de
proporciones de la que fue testigo presencial a los seis años y que lo marcó,
profundamente, al punto que me adoptó, como padre, sin saber, que se compraba un
abuelo, por mi edad, experiencia, tiempo transcurrido desde mis últimas
experiencia en el ejercicio de la paternidad y decisión personal). Pero: ¿Qué
cosa es un camino? Podemos preguntarnos y, la mayoría de la gente, nos dirá que
se trata de una vía de comunicación. De una cinta asfáltica, de cemento o de
tierra, sobre la que transitan vehículos. La forma de llegar de un punto a otro.
Pero lo importante es el ser humano, común y corriente, que camina. El que hace
de su camino una forma de vida, aunque siempre viva en el mismo lugar, porque la
vida es movimiento y el movimiento es camino. El poeta dice: "…caminante no hay
camino, se hace camino al andar…" Lo que nos permite afirmar que, el camino,
empieza en la mente del ser humano y tiene sus rectas y curvas trazadas, por
ella, que es lo que nos distingue, como seres humanos, únicos e irrepetibles,
como animales pensantes. Por lo tanto el pensamiento es el camino. Pero el
pensamiento no tiene límites y nos obliga a no limitarnos en el ejercicio sano
del pensamiento. En la acción, que equivale a movimiento, de pensar está el
camino. Y es lo lindo de todo esto, que podemos construir nuestro camino, con
total libertad, pero respetando las reglas de la madre naturaleza, que no
siempre tienen que ver con las leyes humanas. Debiese ser la consecuencia de
estas, pero algunos prefieren retorcer su pensamiento y camuflar la vinculación
entre la ley natural y la humana, porque no les conviene descubrir lo pequeño
que somos frente a ella. Es así, que el ser humano, que en algún momento dejó de
ser común y corriente, se siente poderoso, funcionario o legislador, empresario
o jefe, que necesita tapar esa relación natural y descubre la mentira y la
mentira le sirve, para doblegar, para dominar o gobernar de acuerdo a su real
saber y entender. Por lo que se hace más y más poderoso hasta que se cae de su
pedestal de barro. Es por eso que siempre, pero siempre, SIEMPRE debemos seguir
siendo SERES HUMANOS, comunes y corrientes, que pensamos, que es lo mismo que
caminar, o, hacer camino, que transitamos, por esta vida en armonía, integrados,
con nuestra madre naturaleza, que nos es común a todos los habitantes de la
tierra.

El camino es una forma de vida, que puede ser cualquiera. Vale decir que no hay
modelos a copiar. Todos podemos vivir de la forma, que queremos, siempre. Lo que
no podemos es pasarnos por alto a los otros seres humanos, comunes y corrientes,
como nosotros, porque son espejos que reflejan nuestra vida, ya que marcan los
límites de lo que podemos y debemos y lo que no podemos hacer en esa acción de
vida, desde que nacemos hasta que morimos. Pero esos límites no son un
impedimento, son una especie de tutores, que marcan nuestro desarrollo, como los
que colocan a los pequeños árboles, cuando los plantan hasta que alcanzan una
altura suficiente. Y la altura moral, espiritual, intelectual y trascendente,
que nos distingue, pero no nos separa del resto, es lo que debemos cultivar,
como hace el pequeño trabajador agrícola de zona infértil, porque la
infertilidad viene sola, se afinca sola y el vuelo intelectual se trabaja, con
mucho sudor, con sacrificio, con una observación de lo que nos rodea, ya sea que
nos sustente o no, pero influye en nuestro transitar, por el camino. Hoy,
podemos ver cierto desarrollo de ideas perniciosas. Incluidos los pensamientos
de algunos filósofos de raíz aria o blanca, que originaron terribles males al
mundo. No debemos conformarnos con lo que pensaba algún antiguo ario en el
imaginario social o colectivo blanco. Debemos aprender a pensar, como nuestros
mayores, porque somos producto del cruzamiento, en algunos casos múltiples, de
distintas culturas y de distintos colores de piel. Lo último que debemos hacer
es creer que somos blancos, que bajamos de los barcos hace tres generaciones. La
mayoría de nosotros tenemos un color de piel más oscuro de lo que pretendemos,
lo que indica que somos descendientes, en parte, de los pueblos originarios (los
indios), o, de los antiguos esclavos negros, que fueron traídos, contra su
voluntad, desde su África natal, o, de ambos, por lo tanto no podemos decir, que
descendimos de los barcos hace tres generaciones, porque eso es una falacia, o,
algo que les gusta decir a la gente de las grandes ciudades, para sentirse
superiores, o, para explicar su propio fracaso, pretendiendo que estas tierras
no son buenas, para su propio desarrollo. Las mismas que engendraron cultura que
asombraron y asombran al mundo entero.

Y si de engendrar se trata es bueno que pensemos en lo que hacemos, o, hicimos,
porque tenemos ciertas responsabilidades, con lo que creamos y no me refiero
solo a los hijos. Todo lo que hacemos, transformamos, modificamos, o, iniciamos
es en parte nuestro y en parte se desarrolla solo. Pero es indudable, que
tenemos responsabilidades sobre el engendro, sobre la factura, sobre nuestra
pequeña o grande obra. A veces pensamos en cualidades o calidades, o, en ambos
casos al mismo tiempo, pero los efectos de esa criatura nos siguen y no quiero
decir que nos persiguen, solo digo que la esencia del hecho nos obliga,
permanentemente, a la responsabilidad social, comunitaria. Con los hijos pasa lo
mismo, pero nuestra responsabilidad se limita, con el paso del tiempo y nos
libera de obligaciones mundanas, para remarcar lo espiritual, pero siempre
perduran los efectos del desarrollo de nuestra propia descendencia. Si supimos
marcar el camino, sin invadir la personalidad de los que nos continúan, es
posible que nos deparen satisfacciones, pero ello no es una obligación, o, una
constante, puede que ocurra un desarrollo no lo suficientemente armónico, por
causas ajenas a nuestra intención primaria de señalar el camino, pero eso es
algo que tenemos que tener en cuenta en nuestros pre-supuestos sobre el tema.
Diferente, en esencia, es la acción del educador, del profesional docente,
porque se sustenta en un sistema. Sabemos que sin sistematización no existe
educación. Pero, igualmente, toda sistematización tiene sus errores, que es
necesario modificar en la marcha, en el camino, mientras transitamos en la
acción educativa. De lo que surge, que el docente educa desde una perspectiva
más intelectual, sin descuidar lo espiritual, en el continuo de
conocimientos-valores y el padre pone el énfasis en lo espiritual, en los
valores, en el amor. Sin decir, con esto, que el docente no le pone amor a su
trabajo profesional, solo que se trata de otra forma de amor, que se canaliza en
la profesionalidad del individuo educador. El amor no es un todo uniforme,
porque se conforma de distintas partes que se interrelacionan, que interactúan,
que participan de la acción, por momentos, en posiciones distintas, como
autores, como directores, como actores principales o secundarios, como
auxiliares o espectadores, pero siempre se encuentran presentes dando continente
y contenido a lo que hacemos SIEMPRE.

POLÍTICA Y ADMINISTRACIÓN 6 (sigue de "Charlas con Damián")

El trabajo, en apariencia, significa lo mismo para todos, pero en realidad no es
considerado, como una constante, por los valores, sino por el beneficio que
depara, para el que paga por ese trabajo, o, por el producido de este. En
general el trabajo intelectual puro no tiene un valor, o, al menos un valor que
el común de la gente pueda pagar. En la Historia de la Humanidad, el trabajo
intelectual puro benefició primero a una reducida cofradía, que gobernaba y
luego se filtraba, muy despacio, al resto de los seres humanos, se vulgarizaba,
se hacía popular y, por ello, perdía su característica interesante, para los
poderosos. Los analfabetos, en letras y cálculo, eran amplias mayorías y los que
se aprovechaban de esos saberes, de esos conocimientos no gustaban, o, no
querían compartirlos, ya que se los manejaba, como secretos de estado, para
consumo y grandeza de los dirigentes (cualquier similitud con la realidad de
nuestro Instituto Nacional de Estadísticas y Censos-INDEC es pura coincidencia),
cosa que habían aprendido en los orígenes de las comunidades humanas, por la
simple observación del desarrollo de unos pueblos, en desmedro de otros. El
conocimiento se atesoraba al igual que metales preciosos. Con algunas
excepciones: Los antiguos griegos entre sus compatriotas y los pueblos
originarios americanos, o, del Abya Yala: el continente maduro o floreciente,
pero reducido a un pueblo, sus aliados o los pueblos incorporados, en relación
con las culturas expansivas, o, los mal llamados Imperios Pre-Colombinos. Los
antiguos griegos, con su cultura expansiva, actuaban de igual manera preservando
el continuo de conocimientos-valores y, en el último de los casos, los bárbaros,
solo conocían los efectos del pensamiento intelectual puro, nunca llegaban a
poseer el mecanismo intelectual, que deriva en la autonomía necesaria, que
sirva de zona de desarrollo, para el pensamiento autónomo, o, pensamiento
intelectual puro. Hoy, con el auxilio de Internet, los pensamientos fluyen, por
la Web, mimetizados entre una considerable cantidad de basura interactiva, pero
el pensamiento autónomo o puro, brilla como gema y es de detección sencilla
(pero no fácil), para el ojo bien conectado a una mente abierta y flexible. Es
la ventaja de la globalización, por sobre la denominada "división internacional
del trabajo", en donde unos pocos se reservaban el trabajo intelectual puro y a
los otros les tocaba el trabajo pesado o esclavo de los designios pensantes de
las metrópolis. Y, al parecer, en las mentes dirigenciales de los países, en
especial del nuestro esto no cambió. Pero les espera una sorpresa mayúscula.

El pensamiento puro o autónomo necesita de mucho trabajo, que se logra desde la
aplicación intelectual o del intelecto, de la mente trabajando, al trabajo
manual más sencillo, más elemental, por lo que es esencial la educación que nace
de la interrelación, de la integración del trabajo manual y del mental. Es por
ello, que existen los emprendedores, los que apuestan al cambio, no solo de
mentalidades, de procedimientos, de formas y aplicaciones. En otras palabras: el
ser humano, común y corriente, se debe educar con el objetivo de lograr el
máximo posible de creatividad, pensando en la teoría de las inteligencias
múltiples. Antiguamente, se pensaba que el trabajo manual era un índice de
intelectualidad deprimida y hoy, todavía, mucha gente opina que es sinónimo de
falta de desarrollo mental, producto de una deficiente educación, cuando no
tiene o no debe ser de esa manera. Se debe educar, al mismo tiempo la mente y la
mano. Algo de la pobreza intelectual de nuestra dirigencia, en todos sus
niveles, radica en esa distorsión entre la educación de la mente y de la mano,
lo que debió ser sencillo se transformó en fácil y si es así, no es menester
usar la mente junto con la mano. Es comprensible que la voracidad capitalista
del pasado sentara las bases de estos comportamientos erróneos y nocivos, pero
hoy las cosas cambiaron, como cambió el mundo y cambia la naturaleza atacada,
por esa desmesura, por ese despropósito de la acumulación capitalista. La hora
de los tiempos pasa y lo hará más aún, con el avance de la degradación medio
ambiental, o, ecológica a la que nos condenaron los que solo se interesan por
sus cuentas bancarias, por el uso coordinado de la mente y la mano aplicadas a
salvar el futuro, no el mundo, porque no somos soberbios y sabemos que se salva
solo, por acción de la madre naturaleza, sino a los seres humanos, comunes y
corrientes, como nosotros, que sufren y sufrirán los cambios, que los genios de
mentes cerradas inflexibles le propinaron al planeta, por su ambición desmedida
y mal sana. La ambición no es mala, si se orienta al continuo de
conocimientos-valores, es más, no puede ser para nada perniciosa, pero ello no
ocurre, porque la civilización, que nos precedió, que hoy se encuentra en el
ocaso, olvidó lo más importante y decidió romper el continuo y otras cosas
inservibles, por el estilo, como la conexión entre mente y mano, que nos
enseñaron nuestros antiguos ancestros, no para combatir a la naturaleza, sino
para vivir a favor de ella, sin que ello implique regresar a la época de las
cavernas o de la piedra, porque ya de piedra tienen la mente nuestros
dirigentes.

De mentes cerradas e inflexibles se encuentra plagado el mundo, pero ya es hora
de dejar de mirarse el ombligo, lo quieran entender o no, solo basta que el
cambio en todos sus aspectos, el generado y el natural, los pase por encima sin
pedir permiso, como hicieron ellos con el mundo y, como todos sabemos, el paso
del tiempo no será lo catastrófico, que se exagera, pero, es indudable, que
generará dolores, como de parto, para alumbrar nuevas eras o tiempos, nuevas
formas de conducirse y conducir los destinos de la humanidad, porque es la única
forma de tener futuro o porvenir, progreso y no deceso masivo de pueblos
enteros. En los últimos quinientos años la humanidad se comportó como plaga, por
el planeta y ya es tiempo de que ello se termine, que se cambie la mentalidad
posesiva, por una participativa, porque la actual dejó de representar los
intereses genuinos de los habitantes del planeta. Alguno puede decir que sus
intereses se encuentran por encima de los del común de la gente, o, que
representan a un grupo, con intereses divergentes al bien común, basado en algún
derecho fuera de sustento en el sentido común, que, como todos sabemos, no puede
estar "desorientado" al bien común, que es, en definitiva, lo único común a toda
la humanidad. La vida no es común y es lógico, que las mayorías la defiendan
protegiendo no solo el buen uso de los recursos naturales, sino su persistencia
en el tiempo, porque, como ya explicamos, el mundo se regula solo, para placer o
pesar de los seres humanos, comunes y corrientes, que lo habitan. Solo resta
que nos pongamos a trabajar en cooperación, con la naturaleza y no contra ella,
si realmente somos animales pensantes, que es lo que, presuntamente, nos distingue
en este planeta. Por lo visto, pensamiento y trabajo se encuentran unidos, por
ello es bueno educar el pensamiento con trabajo, el de la mente y la mano,
coordinados en el continuo de conocimientos-valores, que es lo que falta, para
preservarnos, como especie no tan superior, como creían los que nos precedieron
en esta cohabitación, sin entenderla, en el caso de ellos, como debemos
acostumbrarnos a entenderlo nosotros. No somos los dueños absolutos, solo
convivimos, con el mundo y sus especies y, como seres, que ejercemos el trabajo
y el pensamiento, en un continuo, tenemos la obligación de demostrar, que somos
seres humanos, comunes y corrientes, con capacidades superiores, porque pensamos
y trabajamos, sin atarnos a ninguna memoria residual de nuestra especie, que no
existe como tal, solo en lo atinente a la capacidad de unir pensamiento y
trabajo, o, de anticipación, que viene a ser lo mismo.

Con lo anterior demostraríamos CAPACIDAD DE ANTICIPACIÓN, que es otra de las
funciones no mecánicas, ni automáticas, que tiene el ser humano, común y
corriente, para creerse superior, sin serlo, solo para calmar ese desasosiego
que genera la inmensidad de la naturaleza y la diversidad social ingobernable,
por la mente humana, o, si lo prefieren, no domesticable al pensamiento cerrado
inflexible de los dueños del NO PODER, de la impotencia de darse cuenta, que las
cosas siguen su curso, por las buenas o las malas, sin importarles los desvelos
no racionales, no pensantes, no ubicados en el continuo de
conocimientos-valores. La adecuación al medio, o, mejor dicho, la aplicación de
las enseñanzas de lo que nos rodea, mediante la observación y el pensamiento
puro, o, autónomo traducido en políticas públicas participativas y su
administración racional a la luz del continuo de conocimientos-valores es lo que
debe primar. Lamentablemente, a diario, podemos notar la falta de raciocinio, no
solo en la regla, en las normas, sino en su aplicación práctica. El abuso de las
normas es tan o más pernicioso, que la falta de estas o su falta de adecuación,
sin llegar a los extremos de su retorcimiento, de esa facultad nefasta de torcer
lo que no puede ser torcido, que demuestran nuestros funcionarios y dirigentes,
o, presuntos, conductores, para defender el desarrollo de propios y amigos, en
desmedro de la comunidad. En algunos momentos me pregunto sobre las razones de
la existencia de los organismos públicos, que no pueden resolver problemas de la
vida cotidiana, que se encuentran contemplados en las leyes de las naciones y en
particular de esta, de la nuestra, del terruño, cuando existe abundante
legislación, que los faculta, para proteger, no solo lo natural y la naturaleza,
sino a los simples individuos, a los más débiles, a los discapacitados en
general, o, en otras palabras, a los que necesitan la protección que es
OBLIGACIÓN, que les brinde el Estado, que fue creado para eso, en esencia, para
equilibrar las desigualdades naturales o no, de origen o no, que son creadas y
abonadas, muchas veces, con el concurso de ese mismo Estado, o, de los
organismos que deben servirlo y servirnos, con empleados, denominados servidores
públicos, que se olvidan, o, reniegan de su función PRIMORDIAL de guarda y
tutela. Los que no resuelven ni lo más mínimo o sencillo, pero no fácil, como el
caso de un pequeño discapacitado, que conocí en la localidad de Choele Choel-RA,
donde su familia, permanentemente, es discriminada en la obtención de vivienda,
de pensión, para el niño discapacitado, por impericia médica de establecimiento
dependiente del mismo Estado, sin que a nadie se le caiga la cara de vergüenza y
mucho menos a los que fueron electos, para representar a los seres humanos,
comunes y corrientes, como nosotros.

En los meandros de mentes de funcionarios públicos y dirigentes de toda laya y
pelaje los fines y objetivos dejaron de tener un objetivo primordial y se
identificaron con los intereses corporativos de los grupos políticos que
detentan el poder, que es el indicio más evidente de su mutación en sectas. Esas
cosas pasaban, casi normalmente, con cada gobierno de antes del advenimiento del
peronismo, que llegó con premisas claras sobre la estabilidad y profesionalidad
de las funciones públicas, pero, como en la mayoría de las cosas que hacemos en
el Estado, con el paso del tiempo, los genuflexos forman legiones, es más, ya se
transformó en una verdadera carrera administrativa el ejercicio de la
genuflexión. En algún momento de mi vida fui un servidor público y, como en
todos lados, existían los genuflexos, o, los que prefieren el disvalor de la
vida sometida al pensamiento unidireccional, pero en ningún momento pudieron
torcer tan plenamente, como en esta época, en nuestro país, el sano ejercicio de
las funciones públicas, ni siquiera en tiempos de la dictadura militar y puedo
afirmarlo, porque me desempeñé en la Administración Pública, con el gobierno de
facto y con gobiernos democráticos. Pero nunca observé el abuso sistemático (por
aquello de los "planes asistemáticos") de la norma, para favorecer a seguidores
de secta alguna. Al menos no en mi provincia y, entre los no genuflexos, nos
mirábamos, nos entendíamos, resistíamos y triunfábamos, frente a la corporación
político militar, o, las simplemente políticas, que como toda corporación,
pretendían imponer su pensamiento único, unidireccional, cerrado e inflexible,
que denota la falta de andamiaje intelectual de sus creadores. Pero nunca, NUNCA
jaMAS, pude llegar a predecir, como el adivino esotérico, que no soy, ese
abandono de los objetivos esenciales de cualquier organismo público: EL DE
BRINDAR EQUILIBRIO, GUARDA Y TUTELA. Pero ello tiene su explicación, sobre la
que abundaremos más adelante. En el caso que les mencioné del pequeño
discapacitado, que tuvo la suerte o desgracia de tener un padre empleado
municipal de Choele Choel, Provincia de Río Negro-RA y que, por esa fácil razón
le impiden acceder a sus sencillos derechos, amparados por las leyes argentinas,
con argucias propias de mentes sectarias y alejadas del sentido común, que como
todos sabemos, no puede dejar de estar enfocado al bien común, el que, al
parecer, cada día más, es el menos común de los bienes de los seres humanos,
comunes y corrientes, como nosotros, por obra y gracia de nuestros funcionarios
y dirigentes, en el suelo que fue destinado, por el legado, para ser habitado
por todos. Puede ser que algunos no dejaran buena semilla, o, fallamos en su
educación y hoy nos parece contar con funcionarios educados, por extranjeros,
que desconocen y con mayor razón en esferas nacionales el ABC de la fina
mixtura, que se trasunta en este país, que pensaron nuestros mayores, PARA
TODOS.

Supongo que notaron, que el mal ejemplo es contagioso y con mayor razón, si se
dispensa de arriba hacia abajo, si los cultores sistemáticos de "planes
asistemáticos" (como dice "el docente que se ocupa de sus cosas") se encuentran
a la cabeza de la administración del país, el fuego nefasto de la distorsión de
funciones, fines y objetivos de la administración pública, que equivale a
significar: PARA EL PÚBLICO, para toda la gente, que habita o quiere habitar
este país, ataca los más pequeños espacios de poder, con más facilidad si el
espejo funciona en pares, si en algún momento esa administración, más pequeña,
se alió con la mayor, el daño es muy grande. Por lo que, si no se toma
conciencia del problema, puede cronificarse, como ocurre con la mayor desde los
años noventa a la fecha, en este país, que fue creado por un legado, sobre la
base de ese sustento legal y gracias a él, para el beneficio de todos, como
decía el General San Martín: "…aunque tengamos que andar en pelotas, como
nuestros hermanos los indios…", sin descuidar el pensamiento profundo de
Belgrano, Moreno, Castelli, del mismísimo Perón con su cara de aborigen, de su
mujer Eva, que nos distinguía de otra forma, porque aun no había llegado la hora
de asumir y asumirse, como lo que somos: seres humanos, comunes y corrientes,
con profundas raíces originarias, que es la realidad o la verdad al menos para
la mayoría de los habitantes de este país, o, si lo prefieren de la mitad más
uno. Por eso es incomprensible, que tengamos funcionarios, que pretendan
gobernar un país extranjero. Vale decir que viven en una fantasía permanente,
que los aleja del DEBER SER, como si se hubiesen transportado, mentalmente, a
otras tierras, sin querer significar que viven en otra galaxia, lo cual sería un
despropósito, que no pretendemos asumir, con estos escritos. En algún momento,
en los inicios de los noventa (del siglo pasado) se establecieron escuelas de
administración pública, que derivaron en esta realidad, donde se copian modelos,
o, paradigmas, no se piensa en lo que la gente necesita, solo en las necesidades
de la corporación política transformada en secta o sectas en racimo, como ya
explicamos en el desarrollo de esta serie de cuatro libros sobre Formación
Profesional. Los postulados de esas escuelas eran loables, pero ya engendraban
la realidad, por venir, ya incubaban el embrión, que nos agobiaría, con su
desmesura, con su voracidad, con ese desparpajo, por explicar que: "…los
patrimonios siguen creciendo…", aparentemente solos, con todo el derecho del
mundo, al decir del dinosaurio mayor de bigotes y charreteras, que habita este
país que es casi una isla, como dice "el docente que se ocupa de sus cosas".

Los humildes (o mis grasitas) decía Eva, cuando nos distinguía, como los
herederos de los antiguos, cuando remarcaba, que existía una tarea inconclusa,
que, a pesar del monumental trabajo (recordar lo de ensayo-error), que hizo
junto a su pareja y con el auxilio de sabios de la corriente conocida, como
"Pensamiento Nacional Argentino" (de antecedentes radicales, anarquistas,
socialistas y comunistas), permanece inconclusa y es a nuestra generación, con
más la que nos sigue, que le toca continuar el trabajo, sin pretender agotarlo,
porque es muy grande, porque son quinientos años de destrucción de lo más
sagrado de nuestra cosmovisión, de nuestra común unión con la naturaleza, que
hoy se acopla con otras, se hermana, con HUMILDAD, como somos nosotros, como
fuimos y seremos, por el resto de los tiempos. El ser humano, común y corriente,
es por definición HUMILDE y con mayor razón si se trata de originarios, pero de
esa humildad, que nace del conocimiento detallado de las cosas del mundo, del
vuelo de pensamiento, que no puede ser mensurado, por una simple clasificación,
que necesita de información, de análisis, de deducción y, finalmente, de
inferencia, pero de esa facultad de inferir, que supera a lo simple deducción y
se sustenta en el DEBER SER, en la esencia elemental, que nos incorpora nuestra
cosmovisión, que es la forma adoptada en el transcurso de los tiempos, por
nuestra gente, para aproximarse a la realidad y comprenderla, o, al menos, para
intentar comprenderla, como hacen todos los pueblos del mundo, con el entorno en
el cual viven, que es la base de la sabiduría de la HUMILDAD. Cosa que no
conocen y, al parecer, no pretenden conocer nuestros funcionarios y dirigentes,
en especial los nacionales y en parte los provinciales y municipales, porque
recibieron dosis masivas de soberbia, que es el veneno que afecta sus cerebros y
los paraliza en una fotografía, para la posteridad, que no es lo mismo, que la
inmortalidad del afecto, que buscaba Eva, con su inteligencia no educada,
formalmente, por ninguna escuela neoliberal del mundo. Las mismas, que son el
norte y la guía de muchos funcionarios, legisladores y magistrados judiciales, a
los que no les interesa el país, o, al menos este país. Esperemos que esta
desmesura termine, que se erradiquen las recetas de esas escuelas nefastas, como
el dominio imperial de los genuflexos o eunucos de esta corte imperial, que
prefieren el desconocimiento supino de las leyes naturales del país, por aquello
de apostar a lo fácil, antes de pensar.

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