¡No le aflojes a la vida hermano/a!

No le aflojes a la vida hermano/a, porque somos seres que nacen a la misma totalmente indefensos y pasan de esa forma mucho tiempo, hasta que aprenden a aprehender de la vida y en algunos casos de la naturaleza, pero por sobre todas las cosas: No le aflojes a la vida por tus hijos

, por los que te miran, por los que se reflejan en el camino que iniciaste, como lo hicieron tus antepasados, que te legaron esa forma de transitar esta gran vía, que nos alimenta, nos nutre y que se deja acariciar por nuestros pasos.

No le aflojes a la vida, porque no es justo que desperdicies ese don inigualable que es la vida.

Por tus amigos, por tus parientes, por tus vecinos, por los que piensan como tú y por los que no piensan como tú. No te rindas, no le aflojes a la vida y vívela con pasión, con intensidad hasta el último momento, hasta que la llama que te ilumina se apague, porque ya, realmente, no tiene fuerzas, para seguir.

¿No puedes viajar? Viaja como sea: con la imaginación, con la lectura, con películas, con los relatos de otros viajeros, pero viaja, nunca dejes de viajar, hasta que pase lo que es inevitable, pero nunca antes: No te rindas! Ya no tienes derecho a esa extrema libertad del que se deja estar, porque ya iniciaste un camino, que es espejo y debes seguir hasta el final, porque ese mismo espejo te mira, aunque tú no lo notes.