LA FIJACIÓN DE LOS HISTORIADORES ARGENTINOS CON LAS PRIMERAS DÉCADAS DE HISTORIA INDEPENDIENTE
Es común encontrar críticas a esa fijación desmedida de tratar las primeras décadas de Historia Argentina, en historiadores extranjeros, pero ello tiene que ver con la manipulación, con presuntos intereses nacionalistas. de los primeros historiadores, más próximas a la conquista del interior, por ese ejército nacional de mercenarios, que se lanzó sin prisas, pero sin pausas a cambiar todos los gobiernos provinciales a partir de la Presidencia de Mitre (que también encabezaba a esos historiadores), con ayuda de otras plumas brillantes, como la de Sarmiento, Vicente Fidel López o Antonio Zinny. Que se dedicaron a maquillar, prolijamente, esa nueva historia nacionalista argentina.
Del otro lado, ya en el Siglo XX, podemos encontrar otras plumas brillantes, empecinados en instaurar un nuevo nacionalismo de diferente signo ideológico, pero no historiadores, que se comporten estrictamente como se espera que se comporten (tratando de encontrar verdades objetivas o subjetivas). Con las excepciones del caso, que siempre se encuentran. Al parecer nos queda lo menos malo, para elegir, porque lo bueno es una utopía. Pueden imaginar lo que queda para su enseñanza en la escuela. Aunque pude observar, en los últimos tiempos, una loca idea que nuestra historia, o que la historia, es fácil, como idea muy introducida en personas que se creen introducidos en ella, vaya a saber uno, el alcance de esas introducciones.
Al menos nos queda el consuelo de tontos de “entender” los motivos de la invisibilización de originarios y africanos en nuestra historia inicial. Lo que es lo mismo, para cuando esos introducidos afirman que no alcanzaron a tratar esos temas, porque se cae de maduro que todo tiene que ver con las profundidades de las introducciones. En algún momento, alguien me dijo, muy suelto de cuerpo: “Todos somos Profesores de Historia”, a lo que no pude responder, porque casi me desmayo de la emoción al descubrir que éramos tantos los no introducidos. Ni hablar de atenerse a la fuentes, porque la mayoría, hoy en día sigue los mismos catecismos laicos, que vemos desde hace mucho más de cuarenta años, plasmados en prolijos libros de trabajos prácticos, que antes se conocían como enlatados y hoy parecen gozar de un prestigio ilimitado. De las buenas prácticas docentes ni tratar, porque entran en esa nebulosa de lo imposible. Esas personas se encuentran tan abocados a sus trabajos, que gastan buena parte de sus tiempos de ejercicios docentes, dedicados a dejar en claro, entre los alumnos, las bondades de esas genéricas introducciones.
También, algún alumno, me dijo que la Historia es aburrida y debo reconocer, que tratada de la manera mencionada es profundamente aburrida, porque la investigación y el descubrimiento, que debe ser el norte no se contempla y se sigue trabajando, puertas adentro de las instituciones, con parámetros deterministas o positivos (siguiendo el positivismo derrotado desde el inicio de la Escuela de los Annales). Mientras los ejercicios lúdicos de buscar y encontrar se manifiesten como prohibidos es lógico que la idea de aburrimientos siga triunfando en los lugares en donde no se utilizan las generosas herramientas que se nos brindan en estas épocas de dominio de la conectividad y la informática. En especial si se plantean como cuestiones difíciles e imposibles de cumplir, por personitas, que naturalmente tienen la inclinación a las vinculaciones, a la búsqueda y a la investigación, aunque sea elemental.
Por las razones ya explicadas, estos párrafos los dedico a los generosos voluntarios (como todos los voluntarios) del Señor de Mailín, que supieron demostrarme las bondades de la investigación en aplicaciones prácticas. Sin olvidarme de las damas de Taboada en Santiago del Estero, en tren de agradecimientos permanentes.
El Señor de Mailín
Voluntarios del Señor de Mailín
PD: Debo mencionar que la investigación de fiestas populares también tiene que ver con la Historia, aunque se encuentre vinculado con el Turismo y ni hablar de la Religión.
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