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domingo, 23 de enero de 2022

¿QUÉ HACE UN PROFESOR DE HISTORIA CUANDO VIAJA?

¿QUÉ HACE UN PROFESOR DE HISTORIA CUANDO VIAJA? Si el viaje se desarrolla por territorios que no le llaman la atención por cuestiones históricas, puede descansar y disfrutar el paisaje (lo que suele llamarse actividad turística), pero si en el territorio en cuestión se encuentran los sitios, o los grupos humanos, que tienen relevancia histórica, es posible, que se encuentre tratando de investigar más de lo que sabe sobre el tema (porque no diremos que todos los profesores de historia tienen la obligación de investigar en sus viajes). Y reitero que no me opongo a usar como disparador de clases, a la actividad turística. Pero si algo te llamó la atención al verlo o estudiarlo, qué es lo que impide que nos demos el gusto, si nos gusta, de investigar que puede haber ocurrido, que generó aquello que nos llamó la atención. Claro que existen personas que llevan tabulaciones o planillas, para registrar datos que les interesan, pero eso no es, precisamente, investigación histórica o social. 




En algún momento, pasé por una plaza y me quedé un tiempo observando un San Martín, en su monumento, mostrando una figura que no había visto nunca y que excedía en mucho al clásico héroe montado en su caballo blanco. Se trataba de ese Capitán General vestido sin uniforme, solo con un humilde poncho quebradeño y sentado sobre un taburete, que luego supe tenía un sólo apoyo, que es clásico de parlamentos originarios (o, para parlamentos originarios), dado que obliga a buscar, permanentemente, el equilibrio. La primera explicación que recibí, de los mismos originarios, tenía una orientación absolutamente racional, dado que recordaría la necesidad de equilibrio en las conversaciones. Luego me ampliaron el concepto, con ese raciocinio propiamente originario y me explicaron que esos parlamentos solían contar con comida, con la que se agasajaba a los participantes y con la comida, corre la bebida, por lo cual es mucho más importante, mantener el equilibrio. 

Lo anterior no debe hacernos olvidar el hecho, que dos renombrados intelectuales de la época, como Castelli y Belgrano, no pudieron lograr que los originarios del norte participen de la guerra de la independencia, que sí pudo lograr el humilde oficial nacido en Yapeyú (aunque debemos recordar que la estrategia para el norte la habían fijado San Martín y Belgrano en reuniones anteriores y consistía en fijar un cerrojo en el norte, con la participación de Güemes, sus gauchos y los originarios del norte, ya sea que se llamen chas-quis u omaguacas), que es lo que nos muestra y destaca el Monumento a los Héroes de la Independencia en Humahuaca. 




Esos parlamentos, San Martín, los repitió en la preparación de su Cruce de los Andes y ello es lo que puede marcar el Fenómeno Histórico, pero otras vinculaciones, dentro de la misma Ciencia Histórica, puede marcar el Proceso Histórico, que transcurre desde 1.810 y 1.880, pasando por el final de la Guerra contra el Imperio Luso-Brasileño (1828), Guerra contra la Confederación Peruano-Boliviana (con la invasión frustrada del norte de la Argentina, por tropas de dicha confederación), la Guerra de la Triple Alianza, la invasión del interior de la Argentina, por tropas (que incluían mercenarios), por el auto denominado Ejército Nacional, que termina en 1880, con la Federalización de la ciudad de Buenos Aires, que es el Proceso que debiese conocerse como Guerras Iniciales Argentinas. 


LOS OMAGUACAS – OTROS OLVIDADOS GUERREROS DE LA INDEPENDENCIA En Humahuaca se eleva el monumento jujeño que enaltece a los héroes de la Independencia En lo más alto de la ciudad histórica se encuentra emplazada una de las más grandiosas obras que reconoce a los “Héroes Anónimos” de la Independencia y que inmortaliza -a través de simbólicas figuras- el grito de libertad que originarios y gauchos dieron en conjunto ofrendando su vida por la soberanía nacional. POR PABLO VEGA Este firmamento artístico comenzó a erigirse en el año 1933 y se inauguró el 23 de agosto de 1950 -fecha en la que se recuerda la gesta del Exodo Jujeño-, durante el gobierno que encabezó el entonces presidente Juan Domingo Perón. La colosal obra fue impulsada por el diputado tucumano Ernesto Padilla e ideado por el escultor Ernesto Soto Avendaño, quien designó a su proyecto con el nombre de Tupac Amaru, en honor a la figura, ideales y accionar del líder indígena recordado por llevar a cabo la revolución independentista contra el sistema colonial español durante el siglo XVII. Integra entre sus figuras la representación de “gauchos, originarios y la mujer del pueblo humahuaqueño-quebradeño”, todos convertidos a fuerza del clamor popular en “guerreros”. “Toda la sociedad estuvo involucrada: mujeres, hombres, jóvenes y ancianos aunando esfuerzos en pos de la independencia y acompañando a los caudillos que guiaban los combates”, recordó a Télam Luis Vega, autor junto a Jorge Villena del libro "Monumento a la Independencia Nacional. Cincuentenario”. Sobre el monumento, el investigador aseguró que posee “un gran valor histórico, cultural, artístico y social” y que su mayor valía radica en que “está dedicado a los héroes anónimos”. En ese sentido, el docente aseguró que en Sudamérica y en el país “no existen este tipo de monumentos en homenaje a símbolos que lucharon por la libertad que no sean conocidos por la historia nacional”. “Es una de las obras monumentales más grandes y creativas que el hombre pudo realizar en el siglo XX”, consideró, y agregó que el mayor aporte lo hizo el escultor Ernesto Soto Avendaño “al tener en cuenta la historia desde abajo”. Sobre su emplazamiento en la ciudad histórica, de Humahuaca, Vega explicó que no fue casual sino enmarcado en “un reconocimiento al pueblo quebradeño que tuvo el valor de luchar contra el enemigo español para afianzar los ideales de independencia”. La obra monumental cuenta con tres partes bien definidas, la figura central representa a un “mestizo”, de rostro tieso que expresa el grito de libertad que se encuentra con su cuerpo semidesnudo y que un con un paso firme y viril marcha seguro de sí mismo y del porvenir. Otra de las partes se trata del grupo central, dedicado a enaltecer el recuerdo de un grupo de originarios -Omaguacas- que con su entrega, sacrificio y principios identitarios defendieron y lucharon conscientemente en pos de la soberanía. En este sector la mujer ocupa un lugar relevante a través de la imagen esculpida en la que se visualiza a una oriunda quebradeña que lleva a cuestas una gugua (bebé) en la espalda, e ilustra la valentía de sus actos en una época de permanentes revueltas… 07-07-2016 | 15:06 https://www.telam.com.ar/.../154353-independencia...

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