LENGUAJE, SIMBOLOGIA Y GESTOS por Guillofca
A primera vista, los
llegados de otras tierras, presuponen que los habitantes de la Cultura Andina
son parcos y que prefieren hablar poco, pensando en fallas educativas, o, peor
aún en cuestiones vinculadas con la inteligencia o con aquello que se estima
primordial como señal de inteligencia.
Cada tanto escuchamos personas
comentando sobre la parquedad de los individuos de la Cultura Andina y en
realidad esas apreciaciones son distorsionadas e incompletas, porque se las
trata desde una perspectiva o mirada centro-europea o blanca. El lenguaje, como
ya lo demostró en su trabajo el maestro Claude Lévi-Straus, que fue amplificado por muchos
otros investigadores luego, es algo mucho más complejo que el solo hablar (espero
que no se horroricen mis amigas Profesoras de Lengua y Literatura), porque
en el intervienen, de manera determinante, los símbolos y los gestos del
hablante. La misma escritura no es más que una representación estilizada de los
símbolos y parece gracioso que algunas personas se atribuyan el derecho de
burlarse de algunos individuos que valoran en grado sumo lo gestual y
simbólico, como hemos vistos (y sufrido) en varias oportunidades.
Recientemente hicimos varios
experimentos y pudimos comprobar que algunas personas, de cultura occidental,
no se detienen a comprender mientras leen (cosa que si debiese horrorizar a mis
amigas profesoras de lengua o lenguas). Con lo cual tenemos personas que
simultáneamente denigran, ridiculizan o se burlan de los habitantes de la
región andina y paralelamente no ponen en práctica lo que dicen tener de valía,
que las “habilita” a comportarse como patanes de los boliches. Desde su llegada
a estas tierras, los europeos y sus descendientes se han sentido superiores,
posiblemente creyendo en la teoría de la supremacía, que les hace presuponer
una suerte de ósmosis en la transferencia cultural, educativa o científica.
Otros creen estar habilitados, por alguna aproximación matemática, por sobre
las estadísticas, como pude comprobar en la que denomino Isla Nigromante de la
República de Otaria, como explico en “De la Tribu Urbana que no se habla: Los
Mochileros”, en el Capítulo 1: “Palimpsesto”, donde destaco el tono de piel de
alguno que otro de estos presuntos científicos Físico-Matemático-Sociales, ya
que sería más entendible sus posturas neo-nazis, si su piel brillase de
blancura, aunque no los eximiría del delito de discriminación y xenofobia que
penaliza nuestra legislación (Arg.) y la mayoría de la internacional.
Regresando a lo que enseña el
maestro: “…En
segundo lugar, Wiener nota que los fenómenos que integran en sentido propio las
investigaciones sociológicas y antropológicas se definen en función de nuestros
propios intereses: se refieren a la vida, la educación, la carrera y la muerte
de individuos semejantes a nosotros. En consecuencia, las series estadísticas
de las que se dispone para estudiar un fenómeno cualquier resultan siempre
demasiado cortas para servir como base de una inducción legítima. Wiener
concluye que el análisis matemático aplicado a las ciencias sociales sólo puede
proporcionar resultados poco interesantes para el especialista, comparables a
los que aportaría el análisis estadístico de un gas a un ser que
aproximadamente se encontrara en la magnitud de una molécula…” (pág. 97 in fine
y 98 supra de Antropología Estructural).
Por otra parte es
el propio Claude Lévi-Straus, el que indica la valía de las
series estadísticas para el estudio lingüístico del lenguaje hablado por el
común de las personas inmersas en las distintas culturas: “…En lin - güística,
y particularmente en lingüística estructural —sobre todo considerada desde el
punto de vista de la fonología— parecería que se encuentran reunidas las
condiciones planteadas por Wiener para un estudio matemático. El lenguaje es un
fenómeno social. Entre los fenómenos sociales es el que presenta de forma más
clara los dos caracteres fundamentales que permiten un estudio científico. En
primer lugar, casi todas las conductas lingüísticas se sitúan en el nivel del
pensamiento inconsciente. Al hablar, no tenemos conciencia de las leyes
sintácticas y morfológicas de la lengua. Además, carecemos de un conocimiento
consciente de los fonemas que utilizamos para diferenciar el sentido de
nuestras palabras; somos menos conscientes aún —en el supuesto de que
pudiéramos serlo a veces — de las oposiciones fonológicas que permiten analizar
cada fonema en elementos diferenciales. Por último, la falta de una aprehensión
intuitiva persiste aun cuando formulamos las reglas gramaticales o fonológicas
de nuestra lengua. Esta formulación emerge únicamente en el plano del
pensamiento científico, mientras que la lengua vive y se desarrolla como una
elaboración colectiva. Incluso en el caso del sabio, jamás llegan a confundirse
completamente sus conocimientos teóricos y su experiencia como sujeto
hablante…” (pág. 98 op cit ).
Con lo anterior puede presuponerse
que esas personas burlonas se ríen de sí mismos, porque no existe nada tan
acabadamente completo que el habla de nuestros habitantes de la Cultura Andina,
que se apoya en LENGUAJE, SIMBOLOGIA Y GESTOS, aunque no puedan creerlo
nuestros neófitos lingûístas
turísticos, que pasean por la Cultura Andina. Claro que no se trata de la
mayoría, ni de un número significativo, los que gustan de demostrar su
incultura y falta de Educación.
FUENTES
Claude Lévi-Strauss, Antropología estructural.
Ediciones Paidós, Título original: Anthropologie structurale. Publicado en
francés por Plon, París, 1974 Traducción de Eliseo Verón. Revisión técnica de
Gonzalo Sanz, Cubierta de Mario Eskenazi & Asociados, 1.987
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