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domingo, 26 de mayo de 2013

DERECHOS Y RESPONSABILIDAD SON UNA CONSTANTE, QUE NO SE PUEDE SEPARAR EN COMPARTIMENTOS ESTANCOS

DERECHOS Y RESPONSABILIDAD SON UNA CONSTANTE, QUE NO SE PUEDE SEPARAR EN COMPARTIMENTOS ESTANCOS
¿Miramos a nuestros alumnos o nos miramos como docentes que describen, conceptualizan y califican?
El otro condiciona mi forma de ser y, en gran medida, de pensar a ese mismo otro. Si nos paramos frente a un grupo con la actitud (conste que no digo aptitud) del estereotipo del docente que lo sabe todo, o, del que aprende en otros lados, en otros cenáculos, si nos calzamos una coraza de teorías pedagógicas, métodos, o, técnicas mal aprendidas y mal ejercidas es posible que nuestros problemas recién empiecen. Pero si tomamos la acción educativa, como acción, como una interrelación, donde el otro me penetra, con sus problemáticas, de niño o de adolescente, o, de adulto (porque también tenemos alumnos adultos y nosotros somos adultos que aprenden) si aprendemos a aprender a nuestros alumnos, si no olvidamos que somos los que conducimos, pero con un estilo de conducción abierta y flexible, sin prejuicios, genuinamente humanizados, como docentes, es muy posible, que rápidamente logremos resultados, que recuperemos díscolos y distraídos, que nos valoren, como docentes, porque nosotros primero los valoramos positivamente, no como alumnos, sino como seres humanos comunes y corrientes, como nosotros.
Y no se trata de autoritarismo, o, del dictado de la mirada única, sino con la firmeza bondadosa de aquel que quiere aprender de sus alumnos, del que brinda respeto, del que obtiene orden natural, cuando el otro, o, los otros comprenden que más tarde o más temprano lograremos aprender, para aprender a enseñar y, finalmente, logremos despertar el pensamiento crítico dormido en nuestros alumnos, porque ellos también se encuentran cargados de estereotipos sobre los docentes, cargados de prejuicios sobre la autoridad sin firmeza de aquel que necesita revestirse de una coraza de docencia estructurada. Y no digo que no hablemos fuerte, claro y pausado, porque ese sería otro error y muy grave, el de creernos los samaritanos o los abuelitos bondadosos que hablan bajo, para no molestar, porque de una forma u otra los molestaremos, porque, necesariamente, interactuaremos y nos sacaremos nuestras mutuas corazas de alumnos o docentes. Pensando que somos, justamente, nosotros docentes y alumnos a la vez.  
¿Cómo miramos y cómo nombramos?
Alguna vez, hace poco tiempo, en otro curso de un tenor parecido, decía que las tecnologías son importantes, para nosotros y para nuestros alumnos, pero que lo nuestro sigue siendo artesanal, con o sin tecnologías, se basa en la artesanía mental del que pretende entender al otro y aprender de él. Pero no hay que exagerar con las tecnologías, no lo son todo. Me gustan mucho, las utilizo, como elementos de mis clases, pero no son la base. La base es la preparación mental y el sano y viejo ejercicio de las buenas prácticas docentes. Luego podemos decir, que sirven de soporte al conocimiento. Para mayores datos ver  http://www.conductahumana.com/articulos/gestion-de-recursos-humanos/el-proceso-de-ensenanza-aprendizaje-el-taller-como-modalidad-tecnico-pedagogica/
¿Qué nos preguntamos? ¿Qué nos dan a pensar?
 
Me pregunto si todos los que habitamos (digo esto, porque la considero una casa y no una cosa, mucho menos una función)  una escuela, con la función que sea,  tenemos presente que muchas de las acciones o dichos, a los que estamos acostumbrados son penados por la Ley. En especial, cuando discriminamos, o, cuando retrotraemos viejas discusiones, desde otro lugar, que ya fueron solucionadas ampliamente y se encuentran plasmadas en leyes nacionales y provinciales (se pueden consultar más datos en http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/seiguer_jvi.pdf), o, cuando desconocen antiguas leyes universales de la docencia. No creo que solo nos quede decir, con Bertolt Brecht: "Qué tiempos serán los que vivimos, que es necesario defender lo obvio", porque pienso que siempre se puede hacer algo.
 
¿Que nos inquieta? ¿Dónde se posa mi mirada?
 
Y justamente me inquieta el mensaje que estamos dando al desconocer/negar cuestiones ya superadas. Es por ello que poso mi mirada en el otro, en mí igual, en otro ser humano común y corriente, como yo.
 
¿Qué no puedo o no quiero mirar? ¿Qué pienso al mirar?
 
No puedo ver la violación de la ley, me subleva. No puedo ver la desidia, la incompetencia, la ignorancia, la falta de profesionalismo y el cinismo,  con el que violan la ley desde presuntas educaciones de punta. Al mirar pienso en mis padres, en mis hijos, en mis amigos, que saben esto que pienso, que me quieren (aunque ya no se encuentren en vida, porque algunos de ellos me formaron de esta manera) un ser humano, común y corriente, que mira a los otros, como seres humanos, comunes y corrientes.
 
¿Qué veo ahora que antes no vi? ¿Que miramos al mirar?
 
Antes no había visto la enorme distancia que nos separa de lograr una actividad genuinamente profesional, desde la base, considerándonos como seres humanos comunes y corrientes. Veo mucho trabajo por delante, veo tremendos baches en la formación de mis pares, veo que estamos más próximos a defraudar, pero confío en la gente buena (porque de esa manera fui formado (por mis padres, por mis formadores, por mis amigos y es lo que me indican mis hijos, que debo hacer).
 
¿Qué quiero decir? ¿Qué otras miradas enriquecen mis palabras?
Les quiero decir a todos, que valoro en mucho esto y que espero que se lo tome con la seriedad que requiere y podamos enriquecernos con las miradas de otros, ya sean especialistas o pares.
De niños, pasando por adolescentes, jóvenes y adultos.
Existe la creencia infundada que los niños son seres desprovistos de conocimientos, como cajas en las que alguien debe colocar elementos. Es más, hasta hace muy poco tiempo veía en escuelas esas láminas, donde se introducía en el cerebro de nuestros niños y adolescentes conocimiento. Hace algunos años, pocos para mi gusto, esas láminas desaparecieron. Igualmente, ocurrió con la expresión formal de: "Dejar hacer, dejar pasar, que ya solos se corregirán". Pero en el fondo muchos de los habitantes del sistema siguen pensando de esa manera. Es una verdad de Perogrullo, que la persona discriminada tiende a rebelarse contra la discriminación, de diversas maneras y, es justamente, la acción de rebelarse, de ocultarse, o, de desaparecer, física o mentalmente, la que es tomada como prueba de las características que se les asignan, para discriminarlos.
De igual manera, que la protección en grupos o barras no es solo una práctica adolescente. Los pares, generalmente, buscan a los pares y mucho más si se sienten amenazados, cosa que ocurre con todos los humanos, sin importar la edad (dicho esto sin entrar en cuestiones o categorías delictivas o mafiosas). Asimismo, los adultos aplicamos diversos estereotipos para encasillar, no solo adultos, sino a los niños y adolescentes: Suponemos que si son nacidos en la época de la vertiginosidad tecnológica, son maestros en todas las artes de la informática, sin haber estudiado, por el simple hecho de ser niños o adolescentes; para jóvenes y adolescentes usamos otros tipos de encasillamiento, más vinculados con las cuestiones de mercado, con la televisión, con la misma informática, con la moda, con los gustos musicales, con las formas de relacionarse. Pero solo demostramos, que los seres humanos podemos tener muy cerrado el entendimiento.
Salvando las distancias de época y tecnología, nuestros niños y adolescentes, o, los jóvenes y adultos que pueblan nuestras escuelas son idénticos a nosotros, cuando teníamos esa edad, solo que con menos experiencia, siempre y cuando hayamos aprendido de esa experiencia. Pero si nosotros aprendimos de nuestros pares, siendo niños y adolescentes, o, jóvenes, porqué hoy no podemos aprender, para aprehender de nuestros niños, adolescentes y jóvenes. Es solo aprender de otra forma, desde otro lugar, con la carga de nuestra experiencia aprehendida.
Mientras escribía lo anterior me venían a la mente imágenes de antiguas discusiones sobre jóvenes y adultos en la escuela y recordaba a mis viejos maestros de la Formación Profesional, que me decían que una vez caídos del sistema escolar, los antiguos adolescentes, no en el acto, pero sí prontamente, se transformaban en adultos, por la necesidad de trabajar, si es que ella existía. Porque no debemos presuponer, como antes, o, como en las grandes ciudades, que existe una adolescencia muy extendida, que es solo real en familias de clase media, o, media alta, pero que no son comunes entre los seres comunes y corrientes, como nosotros, que habitan nuestras escuelas, como alumnos y no como docentes.
Cómo miramos sin mirar. Cualquiera de nuestros alumnos tienen alguna experiencia previa: En una clase, cuando explicaba el paso de cazador-recolector a productor del ser humano, comenté sobre una instancia previa, que se había observado en las costas marítimas, cuando el humano comenzó a consumir pescado. En ese momento les pregunté a mis alumnos de primer año (chicas y chicos de 13 a 14 años) si acostumbraban a comer pescado. La mayoría me contestó que sí y, algunos (todas mujeres), que no les gustaba. Les pregunté qué sentían luego de unas horas de comer pescado y varios me contestaron: hambre (incluidas las niñas que no les gustaba, por el olor). Ello me permitió explicarles la vinculación con verduras y tubérculos en el consumo de pescado y, por qué, ello derivó en la necesidad de cultivar. Viene a cuento de lo que ya expliqué de la experiencia y la relación entre una dilatada experiencia y una corta experiencia, que puede ser asimilada con las tecnologías y su vertiginosidad. Me permito agregar algo de mis escritos en relación con la conformación de zonas de desarrollo próximo: "…La CAPACIDAD DE ANTICIPACIÓN se encuentra, directamente, relacionada, con la CAPACIDAD DE PENSAMIENTO AUTÓNOMO, por sobre los paradigmas ideológicos, por lo que tiene que ver con los niveles intelectuales de los individuos, o, en otras palabras, nos referimos al pensamiento creador, por sobre el pensamiento al que nos impulsa el imperativo, puro y simple, de la sobre vivencia. Para plantearlo de otra manera, cotejado con elementos conocidos, que es la forma en la que los seres humanos, comunes y corrientes, aprendemos, para APREHENDER y, suponiendo, que recuerdan el tema de las múltiples Zonas de Desarrollo Próximo, obrante en Formación Profesional III, en el capítulo dedicado a lo que no se enseña a los supervisores. Vimos que existen varias, digamos cinco, a las que dibujamos, como el símbolo de las olimpíadas, es decir cinco círculos concéntricos enlazados, interrelacionados, a los que sumamos unos pequeños puentes entre el primero, el último y el del medio, que nos conducen hacia otros círculos concéntricos, en este caso tres, que se tocan por sus líneas límites. Los círculos entrelazados tienen que ver con la capacidad de pensamiento autónomo y los pequeños puentes representan la capacidad de anticipación, mientras que, los círculos más autónomos, son las zonas de desarrollo próximo vinculadas a los cambios, fundamentalmente, sociales, pero también tecnológicos y de la naturaleza, porque esta cambia constantemente, según sus reglas y más aún con la impericia humana. Debemos aclarar, que elegimos este dibujo, por una cuestión vinculada a nuestra profesión, a lo que no es ajeno el bajo presupuesto al que nos acostumbramos los docentes y por ello nos supeditamos, pero, tranquilamente, pueden ser más círculos, porque la capacidad de pensamiento del ser humano es ilimitada, como su capacidad de aprender, para APREHENDER, aunque su capacidad de memoria no lo sea…" Ver más en http://www.ediciona.com/sobre_las_multiples_zonas_de_desarrollo_proximo-dirpi-40732.htm
Peter Handke: "…Cuando el niño era niño le costaba tragar las espinacas, los chícharos, el arroz con leche y la coliflor al vapor, y ahora come todo, no sólo por necesidad…" Nuestros alumnos pasan por un proceso que, en parte, tiene que ver con las edades, o, más precisamente con la edad, pero el valor de esta se encuentra influenciado por la pertenencia a un grupo social, o, a una clase social. Durante ese recorrido adquiere destrezas y experiencias varias, trascendentes o no, solo deben tomarse como experiencias, que, igualmente, pueden ser buenas y malas, pero se encuentra en general en una situación de ensayo-error inicial, vale decir prueban todo y de todo, pero se quedan con lo más placentero, sin descartar o descartando momentáneamente algunas. Cuando tienen problemas entran bajo la órbita de la tutela del Estado, como menores, cuando se encuentran en riesgo o en peligro social. Pero ello no significa que puedan ser, necesariamente, un problema, para la sociedad, porque como adolescentes, o, sea, como personas que adolecen, que les falta representan un reto, para los adultos que los educan (en sus casas, porque en algunas lo hacen y en las instituciones, en particular en la escuela, pero sin olvidar a otras, como los clubes). Como niños o adolescentes reúnen determinadas características comunes, que no pueden y no deben ser tomadas como igualdades, porque cada ser humano, mayor o menor, es esencialmente diferente a los otros, o, se diferencia en esencia, que es el bagaje cultural y social que traen consigo desde su clase social o desde su cultura o etnia. Pero hablamos de infancias o de adolescencias en plural, porque estamos situando el punto de partida y de destino de nuestro discurso, fijamos artificialmente, o, si lo prefieren virtualmente, una etapa, que puede ser no igualitaria, pero sabemos que nos referimos a un determinado momento de crecimiento, de maduración, de educación, de la vida de esos niños, o, adolescentes, que, en el mejor de los casos, cuando hacemos bien nuestro trabajo, nos colman de preguntas (situación que no solo ocurre en la infancia), o, nos tratan como a personas de referencia. Siempre y cuando les hayamos demostrado respeto, como niñas, niños o adolescentes.
¿Son las instituciones que los adultos creamos para los niños, niñas y adolescentes, una casa que los recibe? La Escuela, en el esfuerzo de implantar la Convención de los Derechos del Niño, se transformó en una institución neutra. No digo neutral, digo neutra a secas, donde conviven antiguas (camufladas) y nuevas concepciones de la niñez y eso determina tensiones soterradas que se expresan en la negación de la casa de todos. Ya explique que considero a la escuela mi casa, pero algún niño o adolescente la puede considerar, como un boliche (tengo algún ejemplo de ello: Transitando los pasillos de una escuela de un pueblo muy pequeño, que hasta ese momento no tenía boliche, una niña-adolescente me dice: "¿Nos conocemos de algún lado?", haciendo referencia a que había sido profesor de ella, en otra escuela). Pero la forma de preguntar fue de boliche. Igualmente, se puede tomar como un sitio para divertirse según esa particular concepción de la escuela de todos. Y creo que es parte del problema, porque sería ideal, que logremos transformar a la escuela en un lugar para divertirse y aprender, para aprehender. Con lo que chocamos, con las rigideces propias de la estructuración de la docencia. Chocamos con las distancias y los niveles artificiales del que siente que representa una función trascendente y no se anima a trascender la función y hacer de su trabajo algo divertido, para aprender a aprehender. Igualmente, sabemos que existen límites, pero no son los artificiales, porque los límites los marcan las leyes. El Estado Liberal y su continuación Neoliberal, trataron al niño "problema", como menor y por ello se centró en la institución de Minoridad y Familia, donde llegaban esos niños problema y sus familias. Hoy tratamos de atraer a la familia a la Escuela y tenemos poco éxito, cuando convoca la escuela (por desidia, o, porque se perdió prestigio) y un poco más cuando el Estado llama a democratizar la Escuela, incorporando a su administración a los alumnos y padres. Me parece bien el cogobierno, encarado desde una perspectiva real, genuina, de verdadera co-participación (aunque a algunos de mis pares les cause estrés y otros estudien elaborados instrumentos o procedimientos grupales, para evitarlo), porque me eduqué en una escuela secundaria con cogobierno (hace cuarenta años) y todos sabemos cómo transformamos algo que queremos en nuestra casa. Por lo cual, cuando digo que la Escuela es mi casa, me refiero a ese recuerdo (que sigue vigente en otro lugar, pero no como recuerdo, sino como realidad) y tengo la esperanza, o, la ilusión de que se repita, para reencontrar mi casa, con certeza, en otro territorio. Y esto no es una postura partidista, porque no tengo partido, pero sí tengo ideología, que es lo que me impulsa a soñar (trabajando) en realidades.
La Ley se acata, pero no se cumple. En la génesis de nuestro país, cuando empezamos a pensarnos como habitantes de un suelo nacional, incluso antes, cuando seguíamos transitando los derroteros del antiguo Virreinato se forjó una frase, que luego se transformó en paradigma argentino: "La Ley se acata, pero no se cumple". Y eso se aplica a todo y a todos. No es raro que en nuestras escuelas esas premisas se encuentren a la orden del día, ya que existe una larga práctica de soslayar lo insoslayable. No existen, presuntas, educaciones de punta, que hayan podido desterrar esa marca indeleble de nuestro acervo cultural. Generalmente hacemos como que no vemos, o, miramos para otro lado, o, pensamos que ello no es para nosotros, que estamos por sobre esas pequeñeces. Y en ello concuerdo con Skliar, cuando dice: "...el lenguaje del derecho acerca de los niños: ¿qué decir? A riesgo de ser mal comprendido, parece ser la coronación de un cierto tipo de lenguaje sobre el niño cuyo refinamiento le sirve sobre todo a la pluma del adulto… ocurre que una vez proclamados, nos retiramos satisfechos a continuar la escalada de desidia y abandono…" Casi todos los días, puedo observar en mi práctica, que los derechos de los niños (y en este momento no hablemos de Convención, de tratados internacionales, o, de Leyes Nacionales y Provinciales, que igualmente se encuentran muy descuidadas en su aplicación por quien debiese aplicarlas, que es el Estado), son manipulados de acuerdo a las necesidades de la conducción de procesos educativos, o, de su negación. A diario veo y escucho alguna persona que trabaja en el sistema, como se golpea el pecho remarcando que acata la Ley. Rara vez eso se plasma en cuestiones prácticas. No digo que nunca, para no herir a personas susceptibles (porque de esas conozco muchas en la zona), pero es más que frecuente, que tras la declaración se abandone en ese juego de decir, para no hacer. Y, cuando no hacemos, cuando no ejecutamos, cuando no conducimos, cuando apelamos al "dejar hacer, dejar pasar, que ya solos se corregirán", lo único que hacemos es precipitar uno, o, varios de nuestros alumnos al precipicio del abandono (que puede y muchas veces ocurre, traducirse en abandono escolar), pero eso sí, estamos seguros que "hicimos lo mejor que pudimos", o, hicimos sin hacer, que las cosas transcurran como si ellas tienen la facultad de encaminarse solas, aunque algunos, directamente, en reuniones entre pares pontifiquen que no puede hacerse nada. De todas maneras, creo, que la mayoría de mis pares tiene buenas intenciones y me refiero a "las mayorías silenciosas" y espero que en algún momento se pueda revertir en esta el pretender de "casa-escuela", el mal que nos aqueja, que no es solo de "caretismo", como dicen los chicos.
¿Enseñamos solo derechos y no enseñamos responsabilidades?
Siguiendo a Freire: "…En este sentido, enseñar el y desde enfoque integral de derechos a niñas, niños y adolescentes, no implica enseñarles que no tienen responsabilidades, justamente, todo lo contrario. El gran desafío es enseñar las responsabilidades…" Realmente nos preguntamos: ¿Qué implicancias en el campo de la educación y prácticas pedagógicas tiene esta nueva visión? ¿Que implica enseñar desde el enfoque integral de derechos en la escuela? ¿Qué es el Sistema de Protección integral? Y…la escuela ¿dónde se ubica en este sistema? Es indudable que muchos de nosotros no logramos traducir lo aprendido (conste que no digo aprehendido) en nuestra práctica diaria, por varias razones: Puede ser que recibamos ejemplos no muy claros o tergiversados (por aquello del currículum oculto, en sus aspectos negativos), o, puede ser que consideremos, que no se puede hacer nada (como ya expliqué anteriormente) e igualmente, pueden existir conexiones ideológicas o religiosas que evitan que realicemos nuestra práctica, con normalidad, con objetividad, con deseos de aprender, para aprehender. Ver más en http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_14/BEATRIZ_CARRILLO_2.pdf
En el campo de la educación la inclusión, la no discriminación, la igualdad de derechos y obligaciones, sin desconocer el derecho a ser diferentes, manteniendo la individualidad, sufre de problemas de arraigo en la formación de los formadores, que se continúan durante toda la carrera docente y se traduce en jerarquías administrativas que llevan la impronta de una escuela elitista, o, religiosa, o, ideológica (de cualquier ideología). Pero lo anterior no nos permite olvidar, que también existen leyes nacionales que penalizan ideologías extremas, como los fascismos (en especial el conocido nazismo), pero se observa en la charla cotidiana, o, no tan cotidiana a pares (con o sin jerarquía), que explícitamente dicen querer algo de esas posturas penalizadas por la ley (incluido su sola mención). En la práctica y en apariencia existe y se mantiene la libertad de cátedra, pero, por lo ya explicado, es muy posible que esa práctica se torne dificultosa por imperio del currículum oculto que gobierna algunas de nuestras escuelas, basado en poderes nunca lo suficientemente claros, porque se oponen a la Ley, como ya se explicó en estas líneas. El considerar al otro, como un ser humano, común y corriente como uno, implica, en la relación con los alumnos el respeto por las individualidades desde una mirada integral e integradora o igualadora en cuanto a la capacidad de aprender, para aprehender del mismo docente. Es una verdad de Perogrullo, que la maestría se logra, con la práctica. Pero también es evidente, que la escuela no logra asimilar el enfoque integral de derechos y tiene muchas dificultades, para reconocerse, como parte del Sistema de Protección Integral, por lo ya dicho de las ideologías prohibidas, por las leyes de derechos humanos, no solo en nuestro país, sino en buena parte del mundo.
Es lamentable, que algunas personas digan "en broma", que tienen posturas de ideologías prohibidas, frente a determinadas actitudes de otros, o, frente a costumbres de alumnos o profesores, porque esa manera de "bromear" también es ilegal. Y ello tiene que ver con las capacidades coercitivas del mismo Estado, porque esas prácticas empañan la elaboración de una genuina capacidad de reelaborar el currículum oculto, para transformarlo en positivo, no solo en la relación docente-alumno, sino como parte de la política general escolar. Lejos quedan, frente a la voluntad censora, de algunos, las posibilidades de transformar nuestra casa en inclusiva. Solo la posibilidad de lograr un genuino cogobierno educativo integral e integrador, nos mantiene al frente de los cursos a los que bregamos por el respeto integral a los tratados internacionales, sobre derechos humanos en general y en particular con el derecho a expresarse y ser escuchado de los niños (que en muchos de los casos no es respetado con adultos)  pero no se observa, salvando este tipo de cursos, que exista una voluntad política firme, que permita trabajar esta temática sin bromas, por no decir con la seriedad que el tema merece y, por ello, se dificulta la posibilidad de corregir actitudes discriminadoras de niños, con otros niños que no visten, no cultivan los mismos valores, religiones o costumbres étnicas, que la mayoría en el común de nuestros cursos, que, generalmente, se comportan, como no corrientes, por imperio de los ejemplos negativos, que vienen de la mano del currículum oculto negativo. 
La Escuela y el Sistema Integral de Protección de Derechos de niñas, niños y adolescentes.
¿Qué es el sistema de protección integral de derechos de
Niñas, niños y adolescentes?
 
Se trata de un sistema de naturaleza política y social, que puede definirse, como un conjunto de interacciones que se estructuran y fluyen en torno a corresponsabilidades que tienen todos los actores.
 
 
¿Dónde se ubica la escuela?
 
En primer lugar al Estado le corresponde fijar políticas públicas (apoyadas en leyes, por ejemplo Ley de Educación Nacional, Ley de Educación Provincial, Ley 26.061-Nacional y Ley 4.109-Provincia de Río Negro, que se encuentran en vigencia), al Ministerio de Educación Nacional, al Provincial y al Consejo de Educación en lo referente a políticas públicas vinculadas con el Sistema Educativo de la Provincia de Río Negro y, la Escuela, que se encuentra en la segunda instancia, debe adoptar Medidas de Protección Integral
 
El derecho a la educación y los derechos en la educación
El Derecho a la Educación se consagra con las Leyes Nacionales y Provinciales sobre el tema y los derechos en la educación deben verse como una doble faceta de aplicación de los mismos en los establecimientos y de enseñanza de los valores, que tienen relación con ellos en la escuela. Sin descuidar aquello de Derechos y Responsabilidades que hablaba Freire.
En resumen:
Las condiciones se encuentran dadas, solo resta que los actores del Sistema Educativo en su conjunto y los docentes en particular, sepan pasar del simple enunciar o decir (que incluye el cómo decir sin caer en cuestiones rebuscadas y dilatorias). Igualmente y vinculado con posibles problemas o barreras, que no facilitan la implementación, es necesaria destacar, que debemos reconocer una impronta autoritaria existente, no solo reconocible en la mención a fascismos, como ya explicamos, sino en la necesidad de algunos actores del sistema de anteponer cuestiones políticas partidistas a las políticas públicas, que, lamentablemente, se observan a diario, donde los espacios institucionales son utilizados, como plataforma de bajada de línea política, sin importar si son favorables o en contra del gobierno de turno, porque todos evitan que se cumpla con la finalidad de los mismos, que busca la mejora del sistema en una instancia de debate amplio (que muchas veces se diluye en enfrentamientos personales) y por si ello fuese poco un tratamiento similar, con alguna intervención que excede la norma se vislumbra en los talleres de reflexión de docentes, que son para docentes y donde el personal jerárquico debiese abstenerse de participar, siempre y cuando se trate de su escuela base, porque se presta a posibles interpretaciones erróneas (sin querer mencionar con esto algún tipo de manipulación), por el significado específico que tiene, todavía, la imagen del directivo en las escuelas, aunque sí puede hacerlo en otra escuela donde no cuente con jerarquía. En otras palabras el incumplimiento de la legislación en general y la particular educativa, nos aleja en el camino de hacer de la Escuela una casa que reciba a nuestros alumnos en todo el sentido de la palabra.  
 
 
guillofca
GUILLERMO FERNANDO CÁMARA
Celular: +5493425045816
Los Sauces 274 - Choele Choel - Provincia de Río Negro - RA
Cuentas en Google, Facebook, Live y, por supuesto en Yahoo.
Ver escritos en:

http://sites.google.com/site/campingcamarones/
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Los libros terminados pueden ubicarse en los archivos de los sitios indicados en español, o, en http://www.ediciona.com/escritor_guillermo_fernando_camara-dirf-17990-c15.htm

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