AdSense

domingo, 20 de diciembre de 2015

PALIMPSESTO 4

PALIMPSESTO 4


¿En alguna oportunidad pudieron observar cuando lo ridículo, lo absurdo, lo grotesco se aproximan a lo ilegal hasta casi fundirse en ello? Para que se entienda creo que son necesarios algunos ejemplos: Supongamos que un Profesor de Historia argentino en Chile pretende prohibirles a los profesores chilenos, que enseñen su propia Historia o la situación inversa. Incluso podemos suponer que algún jerarquizado docente pretende censurar a otro porque escribe cuentos fantásticos latinoamericanos o no cuentos. Asimismo y siguiendo con el dislate podemos fraguar algún desprevenido analfabeto legal imaginando que alguien, con solo firmar un acta de un hipotético mediador, aceptando que no existe ni rastros de discriminación en los supuestos que mencionamos, exime del delito.


Es sabido que con cada generación cambia la Historia de la Humanidad, las Historias Regionales o las Nacionales. No solo porque existan distintas escuelas y corrientes históricas, sino porque la percepción de los hechos, de los fenómenos, de los procesos, basados en fuentes y con el auxilio de otras ciencias, que también realizan su evolución, generalmente, determinan que se cambie. No existe algo real llamado Historia Oficial. Pero si le agregamos algún otro elemento, como la Historia Oral, la Historia Familiar o la Historia Provincial del que la cuenta, la escribe o la enseña, tendremos un sinnúmero de posibilidades de que no solo se cambie de generación en generación, sino dentro de una misma generación pueden existir facetas diferenciadas y totalmente diferentes. Es cierto que la Historia Económica o la Historia de las Artes se separaron de la Historia en general hace ya unos años, pero ello no impide que se siga enseñando, aunque la enseñe la misma persona, que fue preparada para ello.


En la enseñanza de otras ciencias puede existir el molde o la necesidad de mantenerlo, pero, justamente, en Historia, más que en otras Ciencias Sociales y mucho más que en otras disciplinas pasibles de ser estudiadas y enseñadas con libertad, se nota rápidamente cuando se pretende eliminar el derecho a esa misma enseñanza libre. En general, las constituciones y las leyes de los países modernos, en la actualidad y desde hace mucho tiempo (tal es el caso de la mismísima Constitución Argentina de 1.853) se pensó en fijar determinados derechos con sabiduría, porque es la garantía de la evolución sana y no enfermiza de la misma Educación de esos países, que necesitan de ella, para construirse y reconstruirse con el paso del tiempo, apostando a la unidad, sin desconocer las particulares evoluciones de los pueblos originarios que habitan o habitaron un espacio nacional o regional. Pero siempre en un presupuesto de libertad en la enseñanza.


En esa problemática las tensiones entre los distintos grupos eclesiásticos, políticos o étnicos, generalmente se pasan siguiendo la ley. Porque se entiende que pueden existir tendencias racistas, xenófobas o discriminatorias que atenten contra la libertad de todos, pretendiendo algún tipo de relato o historia mal llamada oficial, que condicione la posibilidad fecunda de la evolución en unidad de los territorios que componen una nación o que transitaron una Historia Común Continental, como puede ser el caso de los países latinoamericanos. Reconozco y respeto que algún alumno, algún padre o madre (incluyo tíos y tías), puedan considerar excesiva la vinculación a otras Historias Nacionales Continentales, porque creen valorar alguna pertenencia a determinado grupo, fracción, sector o etnia. Pero la enseñanza de la Historia debe servir, para reconocernos en unidad, con aciertos y errores de todo tipo, sin apostar al separatismo en castas, porque ello ya lo padecimos en nuestro período colonial por estas tierras y la Ley Suprema, ya lo desterró de nuestros límites racionales, justamente por ser de característica irracional.






Guillermo Fernando Cámara
Teléfono Celular 342-5045816

No hay comentarios:

Publicar un comentario