ESTUDIAR HISTORIA: PARA QUÉ?
En este mundo globalizado ya se anunció el fin de la Historia, que es una tontería de proporciones que bien merece integrar el Manual de Zonceras Argentinas de Arturo Jauretche y sin embargo es la principal fuente de pensamiento critico (debe tenerse en cuenta que no decimos Pensamiento Nacional, porque consideramos que la Nación es Latinoamericana). Todas esas tonterías sin fundamentos científicos que escuchamos a diario, como la génesis legendaria de los pioneros que se adentraron en terrenos que se decían desiertos y que es parte del encubrimiento del otro, que termino masacrado, esclavizado y aculturado por políticas de los estados hasta bien entrado el Siglo XX. La desaparición del gaucho en ese mismo siglo, que es el que produjo nuestra independencia, junto al descendiente africano esclavo y con los originarios obedece a la necesidad de instaurar una idea de progreso ilimitado sobre la base de una nueva población europea, que desprecie el pasado por ignorante e incivilizado, cuando es notable que esas lineas de población continúan y solo basta mirar los rasgos de la mayoría de la población, para saber que se trato de un gigantesco engaño, que solo pretende perpetuar las prebendas de las clases altas o medio altas de estas tierras, notablemente beneficiadas por el Estado Liberal estructurado sobre prebendas (Ventaja o beneficio que recibe arbitrariamente una persona. Trabajo o cargo lucrativo y poco trabajoso: esa prebenda le permite vivir con holgura. Renta aneja a algunas dignidades y oficios eclesiásticos.
prebenda - Definición - WordReference.com
www.wordreference.com › definicion
Prebenda). En resumen no existía una cultura del trabajo, como pretenden hacernos creer las clases medias y altas de nuestra sociedad, en todo caso esa cultura del trabajo se sustenta en el trabajo de los pueblos originarios o en los descendientes de africanos o en el gaucho como trabajador rural, en principio y luego en la saga de sindicatos anarquistas o socialistas desde 1880 en adelante, que incluye a las olvidadas colonias (anarquistas o socialistas) y a las mutuales, que en esos orígenes no recibían dineros del Estado.
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Prebenda). En resumen no existía una cultura del trabajo, como pretenden hacernos creer las clases medias y altas de nuestra sociedad, en todo caso esa cultura del trabajo se sustenta en el trabajo de los pueblos originarios o en los descendientes de africanos o en el gaucho como trabajador rural, en principio y luego en la saga de sindicatos anarquistas o socialistas desde 1880 en adelante, que incluye a las olvidadas colonias (anarquistas o socialistas) y a las mutuales, que en esos orígenes no recibían dineros del Estado.
También se puede estudiar Historia, para no andar repitiendo tonterías de las redes sociales, desde las mas pequeñas como decir Toba (por cabezón) a los Qom o Chiriguano (por caca fria) a los Guaraní, ni las medianas que se relacionan con la supuesta fagocitación (viene de fagocitar: El término fagocitar es un término que se utiliza principalmente en la biología para señalar a aquel fenómeno mediante el cual una célula fagocita o asimila otro tipo de célula o elemento para consumirlo o para destruirlo.
Definición de Fagocitar » Concepto en Definición ABC
https://www.definicionabc.com › salud
Fagocitar - significado de fagocitar ) de un pueblo originario sobre otro o decir que se extinguió, cuando no es cierto. Y mucho menos sobre las mayores: Que no existieron altas culturas originarias o que son producto de la ayuda de seres míticos, que viene a ser lo mismo.
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Fagocitar - significado de fagocitar ) de un pueblo originario sobre otro o decir que se extinguió, cuando no es cierto. Y mucho menos sobre las mayores: Que no existieron altas culturas originarias o que son producto de la ayuda de seres míticos, que viene a ser lo mismo.
Es común, también, que se escuche en la zona centro de nuestro país que el que reparte se lleva la mejor parte, referido a los asados y se lo pretenda incluir en la cultura gaucha, cuando esta se basa en la gauchada (En su sección El Habla Culta: Martha Hildebrandt: el significado de Gauchada 21.10.2016 / 09:59 pm
El sustantivo de origen incierto gaucho, -a ‘criollo rural del Río de la Plata’ se documenta en el castellano americano desde el siglo XVIII. El desarrollo semántico del término ha hecho que este tome el sentido de ‘persona noble, valiente y generosa’. De ahí se debe el derivado gauchada, registrado en el Perú, Bolivia, Chile, Paraguay, Argentina y Uruguay, con el sentido de “servicio o favor desinteresado”.https://elcomercio.pe/…/martha-hildebrandt-significado-gauc… -Diccionario de americanismos, ASALE, 2010). O de su desaparicion por obra del progreso o de las escuelas y universidades, cuando siguen existiendo la gauchada y el gaucho. Lo que nos lleva a los intentos por evitar que un gaucho enseñe la Historia desde una mirada cultural (o de su cultura), pretendiendo que es mucho o trabajoso.
El sustantivo de origen incierto gaucho, -a ‘criollo rural del Río de la Plata’ se documenta en el castellano americano desde el siglo XVIII. El desarrollo semántico del término ha hecho que este tome el sentido de ‘persona noble, valiente y generosa’. De ahí se debe el derivado gauchada, registrado en el Perú, Bolivia, Chile, Paraguay, Argentina y Uruguay, con el sentido de “servicio o favor desinteresado”.https://elcomercio.pe/…/martha-hildebrandt-significado-gauc… -Diccionario de americanismos, ASALE, 2010). O de su desaparicion por obra del progreso o de las escuelas y universidades, cuando siguen existiendo la gauchada y el gaucho. Lo que nos lleva a los intentos por evitar que un gaucho enseñe la Historia desde una mirada cultural (o de su cultura), pretendiendo que es mucho o trabajoso.
Incluso, existe una tendencia a creer que todos podemos usar plantas alucinógenas, cuando son propias de una cultura y que precisan de mucho conocimiento sobre esa o esas culturas, que no es el único motivo por el cual no las uso, sino que lo acompaño con el respeto a lo natural y a la naturaleza, que seria violar la ley natural de no sobre explotar un rito, una planta o un hongo determinado. Pero si entramos en estos temas de violaciones de leyes o de normas, que pueden surgir de las culturas o de sus costumbres o ritos, podríamos necesitar de muchos libros de Antropología desde una perspectiva Histórica, para entender lo que se debe o no se debe en relación con el lucro desmedido, cosa que también podemos aprender de la Historia y no solo al estudiar Imperios, Colonialismo y Capitalismo, cosa que nos regresa al respeto y la no discriminación que surge de las leyes sobre Derechos Humanos, porque los Derechos siempre se encuentran acompañados de Obligaciones vinculadas con el Deber Ser.
¿POR QUÉ ESTUDIAMOS HISTORIA? CINCO RAZONES Y UNA REFLEXIÓN
SEPTIEMBRE 27, 2015 REVISTAHISTORIAPARATODOS 13 COMENTARIOS
No hay semana de clases en que no me enfrente a la siguiente frase: “Profe, ¿de qué me va a servir a mí saber cómo se creó la escritura, o cómo se expandieron los romanos, o cuáles fueron las características de la Edad Media?”. Un profesor de Historia con un mínimo de experiencia estará ya preparado para ese tipo de preguntas. La respuesta más obvia es la siguiente:“Estudiamos historia para no repetir los errores del pasado”.
Sí, pero a veces nuestros alumnos no son capaces de interiorizar del todo esa respuesta, sobre todo si nos encontramos estudiando la Antigua Grecia o la Alta Edad Media, etapas históricas lejanas en el tiempo cuyas consecuencias no son tan evidentes en nuestro presente (como sí lo son la Guerra Civil española o la Segunda Guerra Mundial). Aquí van algunas de las mejores respuestas a la pregunta de por qué estudiamos historia, a la que cualquier profesor de Historia se enfrentará alguna vez en sus clases:
¿Por qué estudiamos Historia?
SEPTIEMBRE 27, 2015 REVISTAHISTORIAPARATODOS 13 COMENTARIOS
No hay semana de clases en que no me enfrente a la siguiente frase: “Profe, ¿de qué me va a servir a mí saber cómo se creó la escritura, o cómo se expandieron los romanos, o cuáles fueron las características de la Edad Media?”. Un profesor de Historia con un mínimo de experiencia estará ya preparado para ese tipo de preguntas. La respuesta más obvia es la siguiente:“Estudiamos historia para no repetir los errores del pasado”.
Sí, pero a veces nuestros alumnos no son capaces de interiorizar del todo esa respuesta, sobre todo si nos encontramos estudiando la Antigua Grecia o la Alta Edad Media, etapas históricas lejanas en el tiempo cuyas consecuencias no son tan evidentes en nuestro presente (como sí lo son la Guerra Civil española o la Segunda Guerra Mundial). Aquí van algunas de las mejores respuestas a la pregunta de por qué estudiamos historia, a la que cualquier profesor de Historia se enfrentará alguna vez en sus clases:
¿Por qué estudiamos Historia?
Razón 1: Porque aprendemos cómo eran las cosas en el pasado
¿Os habéis preguntado alguna vez cómo era la vida antes de que existieran los ordenadores? ¿Cuándo comenzó a habitarse tu pueblo? ¿Qué pasaba antes de que ir al colegio fuese obligatorio por ley? ¿Qué estarías haciendo ahora si vivieras en el pasado? ¿Por qué celebramos el Carnaval o la Semana Santa? ¿Por qué tenemos castillos, murallas o grandes piedras colocadas en vertical?
Razón 2: Porque nos convierte en personas mejor informadas
Estudiando historia comenzaremos a comprender las referencias históricas que aparecen por doquier, desde una película de Hollywood hasta un capítulo de Los Simpsons.
¿Te suenan algunas de estas imágenes? Los Simpsons están plagados de referencias históricas. En este artículo puedes visitar algunas de ellas: 15 momentos en que Los Simpsons quisieron emular la historia.
Razón 3: Porque así conoceremos más cosas sobre lo que sucede en el mundo
Por qué hay ahora una crisis de refugiados en Siria. De dónde viene eso. Por qué Corea del Norte es el país más hermético del mundo. Por qué Cuba ha estado bloqueada internacionalmente por Estados Unidos desde hace medio siglo. Por qué los españoles y los franceses no nos llevamos muy bien (y no sólo en los deportes). Y muchos etcétera.Estudiar historia nos ayudará a comprender algunos de los porqués del presente.
Sirios emigrando en el contexto actual de crisis de los refugiados sirios.
Estudiar historia nos ayudará a comprender y a recordar que el problema actual de la crisis de los refugiados sirios, por ejemplo, no es nuevo, que los europeos ya tuvimos que emigrar en masa, a otros lugares, huyendo de la crisis (crack del 29), de la guerra (Guerra Civil española o la Segunda Guerra Mundial) o por cuestiones políticas (Guerra Fría).
Razón 4: Pone en práctica habilidades que necesitamos para otras materias
Estudiar historia nos ayudará a comprender y a recordar que el problema actual de la crisis de los refugiados sirios, por ejemplo, no es nuevo, que los europeos ya tuvimos que emigrar en masa, a otros lugares, huyendo de la crisis (crack del 29), de la guerra (Guerra Civil española o la Segunda Guerra Mundial) o por cuestiones políticas (Guerra Fría).
Razón 4: Pone en práctica habilidades que necesitamos para otras materias
Como escribir respuestas y redacciones detalladas, elaborar buenos argumentos y usar diferentes fuentes para construir nuestro propio trabajo. Las ventajas de estudiar historia se notarán en materias como Lengua y Literatura, Ciencias Naturales, Filosofía, etc.
Razón 5: Porque nos permite aprender a pensar
Razón 5: Porque nos permite aprender a pensar
Y por último, la razón que más me gusta y que considero un poco más importante de las anteriores. Estudiar historia nos capacita para hacernos preguntas y extraer conclusionesa partir de indicios disponibles. Podremos juzgar, en la medida de lo posible, las decisiones que otros tomaron en el pasado y que afectaron a miles o a millones de personas, y pensar qué podría ocurrir en casos en que lo actual se presente como algunos momentos del pasado. Porque el pasado es una rueda de molino que siempre vuelve.
El conocimiento nos hará libres
El conocimiento nos hará libres
“El conocimiento nos hará libres” no es una frase mía,
sino del filósofo Sócrates, quien defendía la
importancia del saber para luchar contra la ignorancia.
Hoy en día parece que las asignaturas de humanidades están cada vez más arrinconadas, porque “la moda” es priorizar las asignaturas quizá más prácticas para el día a día. Quizá el error radica en lo que todos pensamos que es el hecho de estudiar historia. Esta materia no tiene como objetivo el convertir a los estudiantes en grandes jugadores de Trivial, o en loros que aprenden a base de repetición y olvidan más rápido aún. Mi lucha particular como profesor de Historia es la de que mis alumnos no memoricen, sino que “piensen históricamente” y, que, por tanto, entiendan. Esta asignatura no sirve para almacenar conocimiento como si fuésemos un lápiz USB. Como ya hemos visto, ¡estudiar historia tiene una importancia capital! Sirve para comprender todo cuanto nos rodea: cómo la civilización ha evolucionado hasta hoy, por qué el mundo es como es, cuál es la razón de los conflictos, el nacimiento de las culturas o de los países. Sin historia, crearíamos jóvenes sin pasado y sin pensamiento crítico.
¿Y cuál es la razón última de estudiar esta materia? Desarrollar en los estudiantes un espíritu crítico; es decir, la capacidad para tener una opinión propia sobre acontecimientos o procesos históricos y poder defender vuestras ideas. Y con una idea original (es decir, vuestra) en la cabeza nadie podrá coaccionaros, ni manipularos, ni manejaros como a títeres. Y sólo así seréis libres. Porque el fin último de la educación es el de crear personas libres. Nunca lo olviden.
sino del filósofo Sócrates, quien defendía la
importancia del saber para luchar contra la ignorancia.
Hoy en día parece que las asignaturas de humanidades están cada vez más arrinconadas, porque “la moda” es priorizar las asignaturas quizá más prácticas para el día a día. Quizá el error radica en lo que todos pensamos que es el hecho de estudiar historia. Esta materia no tiene como objetivo el convertir a los estudiantes en grandes jugadores de Trivial, o en loros que aprenden a base de repetición y olvidan más rápido aún. Mi lucha particular como profesor de Historia es la de que mis alumnos no memoricen, sino que “piensen históricamente” y, que, por tanto, entiendan. Esta asignatura no sirve para almacenar conocimiento como si fuésemos un lápiz USB. Como ya hemos visto, ¡estudiar historia tiene una importancia capital! Sirve para comprender todo cuanto nos rodea: cómo la civilización ha evolucionado hasta hoy, por qué el mundo es como es, cuál es la razón de los conflictos, el nacimiento de las culturas o de los países. Sin historia, crearíamos jóvenes sin pasado y sin pensamiento crítico.
¿Y cuál es la razón última de estudiar esta materia? Desarrollar en los estudiantes un espíritu crítico; es decir, la capacidad para tener una opinión propia sobre acontecimientos o procesos históricos y poder defender vuestras ideas. Y con una idea original (es decir, vuestra) en la cabeza nadie podrá coaccionaros, ni manipularos, ni manejaros como a títeres. Y sólo así seréis libres. Porque el fin último de la educación es el de crear personas libres. Nunca lo olviden.
VER COMPLETO EN https://revistahistoriaparatodos.wordpress.com/…/por-que-e…/
¿PARA QUÉ ESTUDIAR HISTORIA?
Publicado por Miguel Angel Guzmán López
Publicado por Miguel Angel Guzmán López
Imagen tomada de http://blogsdelagente.com/tegstudiofacil/tag/comprension/
Por Sergio Bedolla Lara
Licenciatura en Historia
Universidad de Guanajuato
A la edad de 17 años fue cuando le conté a mi familia que quería estudiar historia, y como era de esperarse las reacciones no tardaron en llegar, inmediatamente me empezaron a llenar la cabeza con dudas, preguntas y, en general, con ideas negativas sobre esa carrera; por fortuna no tarde en convencer a mi madre para que me dejara estudiarla, pero el problema continuo con mis hermanos, que mediante comentarios algunas veces con doble intención y otras veces con una queja más clara que el agua, trataban de desanimarme para que no me metiera a esa licenciatura, lo bueno es que sus opiniones entraron en oídos sordos.
Algunas de las preguntas más frecuentes que me hacían eran, por ejemplo: “¿por qué quieres estudiar historia?” “¿para qué quieres estudiar algo que ya paso y que ya no tiene importancia?” “¿qué encuentras de interesante en eso?” Por decir algunas de las menos altisonantes.
En ese tiempo solo podía responderles con el simple argumento: “Porque a mí me gusta”. Sorprendentemente con eso y con el apoyo de mi madre logre callar sus negatividades. Aunque técnicamente se podría decir que les gane con ese argumento, no puedo evitar sentir un poco de vergüenza por esto. El avergonzarse por eso no proviene de que haya sido este una mentira, porque es solo la verdad, en verdad me gusta la historia, sino que proviene de la misma simpleza de ese argumento que no responde verdaderamente a ninguna de esas preguntas. Es por eso que he decidido tomar esta oportunidad para responderles:
“Aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo” es una cita del libro de George Santayana La razón en el sentido común, esta es probablemente la frase más famosa que cualquier historiador, al menos entre los jóvenes estudiantes, utiliza cuando no desea profundizar y desea encontrar una manera rápida de responder a esa pregunta, pero ¿qué tan verídico es este argumento?
Desde que empecé la carrera de historia, al menos yo, nunca he conocido a algún historiador cuyo principal objetivo sea el de predecir el futuro, y eso es precisamente lo que implica esa frase. Parece que con el objetivo de que en la sociedad general se acepte la historia como algo importante, se ha difundido esta, si se puede decir de esa manera, mentira, que solo resulta cierta cuando se habla de los historiadores positivistas, y aun dentro de estos solo los más fanáticos del modelo cientificista se atreven a declarar la frase ya mencionada como verdadera.
Pero entonces, si lo que buscan los historiadores no es poder predecir el futuro, entonces ¿por qué se estudia la historia? La respuesta resulta sorprendentemente fácil de deducir; está se divide en dos partes, que generalmente dependen de cuánto tiempo la persona lleva estudiándola. La primera es precisamente la que ya he dicho arriba, simplemente porque a uno le gusta, la disfruta, existe un placer en la lectura y en lograr “descifrar”, si se me permite utilizar ese término, el código de una sociedad, una región, un país, de una persona, etc. anteriores a nuestro tiempo. La segunda es en donde ocurre lo interesante, parece que mientras uno más se sumerge en el mundo de la historia, claro dirigido por los maestros, va descubriendo que de alguna u otra marera empieza a entender las ideologías, las acciones, las formas de ser de las sociedades modernas, y no solo del país y/o región al que pertenece, sino también logra entender el porqué de algunas “peculiaridades” de otras sociedades.
Es un grave error creer que los acontecimientos históricos tienen nada de importancia en las sociedades actuales porque es precisamente todo lo contrario, las sociedades contemporáneas están formadas a raíz de los acontecimientos ocurridos en el pasado, tan solo en la sociedad mexicana es relativamente fácil encontrar el porqué de muestra mentalidad, de nuestra forma de hablar el castellano, nuestra situación económica, nuestro color de piel, etc. tan solo con ver el pasado.
Y es ahí en donde entra la verdadera “utilidad” de la historia y de los historiadores, si uno quiere conocer por qué las cosas son como son, simplemente hay que mirar al pasado.
jueves, 30 de abril de 2015
Analisis del "Manual de Zonceras Argentinas" A. Jauretche
MANUAL DE ZONCERAS ARGENTINAS – Arturo Jauretche
Analisis del "Manual de Zonceras Argentinas" A. Jauretche
MANUAL DE ZONCERAS ARGENTINAS – Arturo Jauretche
El Manual de Zonceras Argentinas es una recopilación de hechos históricos que caracterizan o determinan ciertos aspectos de la cultura y la idiosincrasia argentina. Frases, enunciados o simplemente dichos que manifiestan una forma de ver la realidad histórica de este país explicados a través de una fuerte crítica revisionista.
Fue editado en el año 1968, pero a pesar de cierto diacronismo manifiesto a lo largo de las más de 100 páginas que abarca este libro es posible notar muchas influencias en acciones posteriores de hechos fehacientes de la historia nacional y la actualidad reciente.
El carácter en que esta presentado este libro lo hace ver, según las propias palabras del autor, como “una miscelánea… destinada impedir que el pensamiento nacional se elabore desde los hechos, es decir desde las comprobaciones del buen sentido”.
Aspectos interpretativos de la presente obra
El manual de zonceras argentinas es una obra multifacética, presenta varios aspectos que servirían de base analítica para una completa interpretación de lo que expone, aunque con la limitación de que cada una no puede tomarse exclusivamente o separada de las demás.
Estas aristas exegéticas pueden agruparse de la siguiente manera:
Ø El aspecto histórico-psicológico: puede entenderse lo expresado en el libro como una manifestación de “personalidad histórica” o “política del pensamiento” donde las relaciones entre lo que se dice y lo que se hace están condicionadas por la voluntad expresa de los creadores de cada una de las zonceras o la condición histórica coyuntural que llevo a “pensar y sentir” lo que cada una dice, y el cuestionamiento de la inteligencia de quien es destinatario de la zoncera como elemento de dominio psíquico. O como dice el autor (citando a un amigo suyo) “el argentino es vivo de ojo y zonzo de temperamento…” por cuanto se es bombardeado desde muy pequeño con ellas o a decir de Jauretche “…no importa que la zoncera sea congénita; basta con que la zoncera lo agarre a uno desde el destete…”. He ahí donde radica el verdadero aspecto psicológico de las zonceras.
Ø El aspecto lingüístico-discursivo: los actos y hechos históricos que dieron origen a las zonceras fueron realizados en un contexto temporal determinado, pero los efectos que producen tienen un marco atemporal vinculado a una “relación de autoridad” centrada en algún prócer determinado, que tiene por objetivo condicionar cualquier discusión sobre lo que dice la zoncera. Lo que implica una argumentación a decir del autor parafraseando a Bentham sobre la naturaleza de los sofismas “Al hablar del sofisma en general…establece la diferencia entre error, simple opinión falsa, y sofisma, la introducción en el razonamiento de una premisa extraña a la cuestión, que lo falsea” para luego agregar la explicación correspondiente “…las zonceras de que estoy hablando cumplen las mismas funciones de un sofisma, pero más que un medio falaz para argumentar son la conclusión del sofisma, hecha sentencia”.
Ø El aspecto pedagógico-político: cada zoncera relata una exclusiva relación de poder, una vinculación pedagógica entre lo que se dice y quien lo dice, y lo que se pretende lograr y en quien se logra, más allá del tiempo que pase entre un hecho (o hechos), la zoncera a la que da origen y la realidad que pretende disfrazar, alterar o alienar, haciendo ejercicio del factor de poder que la historia otorga. A esto el autor expresa “Este no es un trabajo histórico; pero nos conducirá frecuentemente a la historia para conocer la génesis de cada zoncera…muchas tuvieron una finalidad pragmática y concreta que en el caso las hace explicables, aun como errores, y que su deformación posterior, dándole jerarquía de principios, ha respondido a los fines de la pedagogía colonialista…”Esto explica fundamentalmente la relación de poder, por cuanto el ejercicio responde fundamentalmente a la anulación de todo aquello que sea propio (cultural y políticamente) del país que se pretende colonizar, como finalidad última de la faz estructural de la colonización.
Sobre las zonceras en general
Ya explicados estos aspectos analíticos del libro se puede pasar a analizar las zonceras explícitamente, dando una caracterización lo más completa posible, y, relacionando los puntos fuertes sobre los que se asientan las mismas.
Jauretche realiza un catálogo de zonceras pero, curiosamente, considera a solo una como “la madre que las parió a todas”, o sea, el famoso tópico sarmientino Civilización y Barbarie.
El autor considera que “La idea no fue desarrollar América según América…Se intentó crear Europa en América…”. Esto naturalmente significó, y significa (¿?) eliminar todo aquello que representara atraso y barbarie, o en palabras de Jauretche “todo hecho propio, por serlo, era bárbaro, y todo hecho ajeno, importado, por serlo, era civilizado. Civilizar, pues, consistió (y consiste) en desnacionalizar.”
Civilización significó (y significa) progreso, pero un progreso oligárquico de las élites de poder que, azonzados, confunden como progreso de la Nación su progreso particular; “…la oligarquía…llamó el progreso…al desarrollo dependiente del país, su prosperidad momentánea le hizo confundir su propia prosperidad con el destino nacional”. Cuando la barbarie, que significó hacer de lo propio de uno mismo y de nadie más según uno mismo, cambió el paradigma de intercambio comercial propio del sistema colonial (materias primas por manufacturas), esa mesiánica visión de confundir su éxito momentáneo con el éxito de la Nación se terminó cuando “…la oligarquía (…) pierde el papel promotor que se había asignado mientras se creyó constructora, para hacerse conservadora en un país que no debe dar un paso más adelante (…) los progresistas de ayer se vuelven anti progresistas desde que todo su progreso solo puede realizarse contra la ideología que identifica el destino nacional con sus intereses de grupo.”
Entonces cabe resaltar la condición espuria de la zoncera madre que las parió a todas, porque respondió a una concepción mezquina, criminal, anti nacional de quien la dio a luz. Una ideología que tiene el objetivo de civilizar, civilizar excluyendo la realidad por ser considerada “bárbara”, no adecuar la ideología a la realidad, sino que ésta se adecue a la ideología. Si la realidad se opone a la ideología, la inadecuada no es la ideología sino la realidad.
Fue editado en el año 1968, pero a pesar de cierto diacronismo manifiesto a lo largo de las más de 100 páginas que abarca este libro es posible notar muchas influencias en acciones posteriores de hechos fehacientes de la historia nacional y la actualidad reciente.
El carácter en que esta presentado este libro lo hace ver, según las propias palabras del autor, como “una miscelánea… destinada impedir que el pensamiento nacional se elabore desde los hechos, es decir desde las comprobaciones del buen sentido”.
Aspectos interpretativos de la presente obra
El manual de zonceras argentinas es una obra multifacética, presenta varios aspectos que servirían de base analítica para una completa interpretación de lo que expone, aunque con la limitación de que cada una no puede tomarse exclusivamente o separada de las demás.
Estas aristas exegéticas pueden agruparse de la siguiente manera:
Ø El aspecto histórico-psicológico: puede entenderse lo expresado en el libro como una manifestación de “personalidad histórica” o “política del pensamiento” donde las relaciones entre lo que se dice y lo que se hace están condicionadas por la voluntad expresa de los creadores de cada una de las zonceras o la condición histórica coyuntural que llevo a “pensar y sentir” lo que cada una dice, y el cuestionamiento de la inteligencia de quien es destinatario de la zoncera como elemento de dominio psíquico. O como dice el autor (citando a un amigo suyo) “el argentino es vivo de ojo y zonzo de temperamento…” por cuanto se es bombardeado desde muy pequeño con ellas o a decir de Jauretche “…no importa que la zoncera sea congénita; basta con que la zoncera lo agarre a uno desde el destete…”. He ahí donde radica el verdadero aspecto psicológico de las zonceras.
Ø El aspecto lingüístico-discursivo: los actos y hechos históricos que dieron origen a las zonceras fueron realizados en un contexto temporal determinado, pero los efectos que producen tienen un marco atemporal vinculado a una “relación de autoridad” centrada en algún prócer determinado, que tiene por objetivo condicionar cualquier discusión sobre lo que dice la zoncera. Lo que implica una argumentación a decir del autor parafraseando a Bentham sobre la naturaleza de los sofismas “Al hablar del sofisma en general…establece la diferencia entre error, simple opinión falsa, y sofisma, la introducción en el razonamiento de una premisa extraña a la cuestión, que lo falsea” para luego agregar la explicación correspondiente “…las zonceras de que estoy hablando cumplen las mismas funciones de un sofisma, pero más que un medio falaz para argumentar son la conclusión del sofisma, hecha sentencia”.
Ø El aspecto pedagógico-político: cada zoncera relata una exclusiva relación de poder, una vinculación pedagógica entre lo que se dice y quien lo dice, y lo que se pretende lograr y en quien se logra, más allá del tiempo que pase entre un hecho (o hechos), la zoncera a la que da origen y la realidad que pretende disfrazar, alterar o alienar, haciendo ejercicio del factor de poder que la historia otorga. A esto el autor expresa “Este no es un trabajo histórico; pero nos conducirá frecuentemente a la historia para conocer la génesis de cada zoncera…muchas tuvieron una finalidad pragmática y concreta que en el caso las hace explicables, aun como errores, y que su deformación posterior, dándole jerarquía de principios, ha respondido a los fines de la pedagogía colonialista…”Esto explica fundamentalmente la relación de poder, por cuanto el ejercicio responde fundamentalmente a la anulación de todo aquello que sea propio (cultural y políticamente) del país que se pretende colonizar, como finalidad última de la faz estructural de la colonización.
Sobre las zonceras en general
Ya explicados estos aspectos analíticos del libro se puede pasar a analizar las zonceras explícitamente, dando una caracterización lo más completa posible, y, relacionando los puntos fuertes sobre los que se asientan las mismas.
Jauretche realiza un catálogo de zonceras pero, curiosamente, considera a solo una como “la madre que las parió a todas”, o sea, el famoso tópico sarmientino Civilización y Barbarie.
El autor considera que “La idea no fue desarrollar América según América…Se intentó crear Europa en América…”. Esto naturalmente significó, y significa (¿?) eliminar todo aquello que representara atraso y barbarie, o en palabras de Jauretche “todo hecho propio, por serlo, era bárbaro, y todo hecho ajeno, importado, por serlo, era civilizado. Civilizar, pues, consistió (y consiste) en desnacionalizar.”
Civilización significó (y significa) progreso, pero un progreso oligárquico de las élites de poder que, azonzados, confunden como progreso de la Nación su progreso particular; “…la oligarquía…llamó el progreso…al desarrollo dependiente del país, su prosperidad momentánea le hizo confundir su propia prosperidad con el destino nacional”. Cuando la barbarie, que significó hacer de lo propio de uno mismo y de nadie más según uno mismo, cambió el paradigma de intercambio comercial propio del sistema colonial (materias primas por manufacturas), esa mesiánica visión de confundir su éxito momentáneo con el éxito de la Nación se terminó cuando “…la oligarquía (…) pierde el papel promotor que se había asignado mientras se creyó constructora, para hacerse conservadora en un país que no debe dar un paso más adelante (…) los progresistas de ayer se vuelven anti progresistas desde que todo su progreso solo puede realizarse contra la ideología que identifica el destino nacional con sus intereses de grupo.”
Entonces cabe resaltar la condición espuria de la zoncera madre que las parió a todas, porque respondió a una concepción mezquina, criminal, anti nacional de quien la dio a luz. Una ideología que tiene el objetivo de civilizar, civilizar excluyendo la realidad por ser considerada “bárbara”, no adecuar la ideología a la realidad, sino que ésta se adecue a la ideología. Si la realidad se opone a la ideología, la inadecuada no es la ideología sino la realidad.