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martes, 16 de julio de 2019

APRENDER A ENSEÑAR

APRENDER A ENSEÑAR
Es un requisito ineludible en todos los niveles de la Educación, pero ese aprender a enseñar tiene una orientación hacia la autonomía y el aprehender. Con la aceleración de la información sobre el conocimiento científico disponible al alcance de la mano por la vía del crecimiento tecnológico es impensable que se pueda mantener una educación memorística de baja calidad y si lo hace no será más que un engaño a la sociedad.
Desde siempre los buenos educadores se buscaron y encararon proyectos en común, pero hoy no basta con los proyectos, si no se contempla una educación que enseñe a investigar. Hace pocos días publicaba en redes las noticias de un libro fundado en fuentes y las personas que opinaron solo lo hicieron desde un punto de vista de lo que les gustaba o no les gustaba y ninguno se dedico a evaluar las fuentes, con la excepción de una persona que hizo una afirmación desde el cariño, como si se tratase de Historia Oral, en un muro donde se trata de Historia y no de me gusta o no me gusta y mucho menos si alguien o algunos quieren o no quieren. Otro se lanzo a enunciar una verdad de perogrullo sobre la post verdad, como si fuese una adquisición propia. Todos ellos fueron educados con los viejos métodos de la memorización y de causa efecto lineal (al margen que no gustamos del epíteto peyorativo-Significado de Epíteto (Qué es, Concepto y Definición ...
https://www.significados.com › epiteto
15 jun. 2016 · Epítetos peyorativos, expresan cualidades negativas que son subjetivas: “No quiero volver a ver a ...-).
De lo que se desprende que la baja calidad de la educación debe ser eliminada, como garantía que exista algún tipo de Educación en el futuro, donde el transito vertiginoso, posiblemente se acelerará y la autonomía será la regla y no la excepción.
Enseñar a aprender un reto para la formación de profesionales universitarios en el nuevo siglo
2010
Dra. C. Margarita González González*
Dr. C. Ignacio Ramírez Ramírez **
Resumen: Con el crecimiento vertiginoso de la información disponible en las últimas décadas, la labor de los docentes debe centrarse en la utilización de adecuadas estrategias para enseñar a los estudiantes a aprender.
En la actualidad un currículo para enseñar a aprender requiere reformas profundas que afectan no sólo a los contenidos de ese currículo, sino también a decisiones administrativas que tienen que ver con la organización de los centros educativos y a los modos de actuar y sentir de directivos profesores y alumnos para transformar la realidad educativa.
Para la transformación curricular, es necesario elaborar estrategias que posibiliten la formación de competencias profesionales necesarias en el mundo de hoy lo que requiere del papel activo y consciente del estudiante en su propio aprendizaje. Estas estrategias deben partir de un diagnóstico de la realidad, una planeación adecuada de todos los recursos, una ejecución según lo planeado y una validación del impacto, determinando los cambios necesarios para contribuir a erradicar las debilidades y desarrollar el pensamiento reflexivo y maneras de actuar y sentir en correspondencias con las necesidades sociales.
Palabras clave: Aprender a aprender, enseñar a aprender, profesional competente, estrategias de aprendizaje, estilos de aprendizaje.
Enseñar a aprender y las exigencias de la educación en la sociedad actual
El crecimiento vertiginoso de la información disponible y del conocimiento científico en sus diferentes ramas, que ha tenido lugar en las últimas décadas, han cambiado sustancialmente las concepciones teóricas acerca de la función de la escuela y el carácter del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Las posiciones actuales de diferentes investigadores concuerdan en señalar la necesidad de que se haga énfasis en preparar a los estudiantes para el aprendizaje independiente, de manera que puedan enfrentar por si solos la tarea de orientarse en el objeto de estudio, seleccionar la información que necesitan y elaborar sus propias concepciones y puntos de vista.
“...Enseñar a estudiar y enseñar a aprender siguen siendo reclamos cruciales en el mundo de la información. La labor profesional está llamada a ser cada vez más tutorial, en el mejor sentido de la expresión; es el profesor como mentor de los caminos del saber y muy especialmente del corazón, del mejoramiento humano de la contribución a ser mejores personas. Ninguna tecnología podrá sustituir nunca esa función que demanda saber orientarse en el complejo universo del ser humano. (1)
En estas condiciones la labor de los docentes debe centrarse en la utilización de adecuadas estrategias para enseñar a los estudiantes a aprender y lograr de esta manera que la educación se convierta en verdadera promotora del desarrollo, que conduzca al educando más allá de los niveles alcanzados en un momento determinado de su vida, propicie la realización de aprendizajes que superen las metas ya logradas y forme las competencias integradas que requieren los profesionales en la sociedad actual.
Una educación desarrolladora, se anticipa, guía el aprendizaje, orienta al estudiante y estimula su desarrollo, parte del nivel alcanzado por el estudiante y lo tiene en cuenta para ampliar continuamente los límites de la zona de desarrollo próximo o potencial y por lo tanto, los progresivos niveles de desarrollo del sujeto.
La educación desarrolladora promueve y potencia el aprendizaje desarrollador, con lo cual intenta superar las concepciones de la escuela tradicional, al conferirle su verdadero valor al proceso de aprendizaje de los estudiantes.
Durante el siglo XXI, se ofrecerán recursos sin precedentes tanto a la circulación y al almacenamiento de informaciones como a la comunicación, lo cual planteará a la educación el transmitir, masiva y eficazmente, un volumen cada vez mayor de conocimientos teóricos y técnicos que son las bases del futuro. Al mismo tiempo se deben estructurar orientaciones que permitan no dejarse sumergir o desviar por las corrientes de información poco sustentadas científicamente, que invaden los espacios informativos a los que tienen acceso los estudiantes y conservar el rumbo en proyectos de desarrollo individual y colectivo, en lo cual la universidad tiene una importancia vital.
En la actualidad la educación en sentido general y esencialmente la superior se ve obligada a ser la brújula en un mundo complejo y agitado para poder navegar por él, porque en la sociedad de la información las instituciones educacionales ya no son la única fuente de conocimientos y a veces ni siquiera la principal, para los alumnos en muchos campos del saber. Los estudiantes son bombardeados por distintas fuentes, que de forma general se presentan en formatos casi siempre más atractivos que los escolares, por eso, lo que necesitan cada vez más los alumnos no es tanto más información, que pueden sin duda necesitarla, como capacidad para organizarla e interpretarla, para darle sentido. Y sobre todo lo que van a necesitar como futuros ciudadanos son capacidades para buscar, seleccionar e interpretar la información. (2)
El crecimiento vertiginoso de la información disponible y del conocimiento científico en sus diferentes ramas, que ha tenido lugar en las últimas décadas, han cambiado sustancialmente las concepciones teóricas acerca de la función de la escuela y el carácter del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Para lograr el estilo de trabajo que requiere la universidad de hoy, desempeñan un papel esencial el enfoque científico en la solución de los problemas, el trabajo independiente creativo y el trabajo metodológico de los colectivos de profesores.
Los retos que se avizoran para el futuro imponen la actuación de los colectivos en equipos multidisciplinarios, que busquen la solución de los problemas a partir de la utilización de métodos científicos que propicien en los estudiantes universitarios la posibilidad de aprender a aprender, para lo cual se hace imprescindible un estilo de trabajo donde predomine la cooperación y relaciones interpersonales positivas.
Las instituciones educativas del siglo XXI, tienen que estar dirigidas a ayudar a los estudiantes a aprender a aprender. Ninguna reflexión seria sobre el papel de la educación, deja de tener en cuenta como función esencial la de promover la capacidad de los alumnos de gestionar sus propios aprendizajes, adoptar una autonomía creciente en su preparación profesional y disponer de habilidades intelectuales y sociales que les permitan un aprendizaje continuo a lo largo de toda su vida. En una sociedad cada vez más abierta y compleja, hay una insistencia creciente, en que la educación debe estar dirigida a promover capacidades y competencias y esencialmente la capacidad de aprender a aprender como centro de todo proyecto educativo, porque aprender es una capacidad necesaria y humana, es la capacidad esencial en el mundo de hoy y lo será más en el mundo del fututo, por eso cualquier proyecto educativo bien elaborado tiene que tenerla en cuenta.
Ante los retos que se presentan en este siglo, la perspectiva de una educación que enseñe a aprender debe formar parte de sistemas educativos que borren buena parte de la función selectiva y pragmática a la que tradicionalmente han estado dirigidos, para que puedan adoptar posturas más flexibles, porque la universidad no es el sitio donde sólo se puede aprender, sino es el espacio que le da al individuo la posibilidad de continuar su aprendizaje y de desarrollar cualidades positivas de su personalidad, de desarrollar las capacidades necesarias para transformar su entorno.
Las exigencias formativas de los profesionales en la actualidad explica la necesidad de centrarse en el desarrollo de competencias y habilidades transferibles. Un profesional es competente no sólo porque manifieste conductas en el plano cognitivo (conocimientos y habilidades) que le permiten resolver adecuadamente los problemas profesionales sino también porque siente y reflexiona acerca de la necesidad y el compromiso de actuar en correspondencia con sus conocimientos, habilidades motivos y valores, …manifiesta una motivación profesional sustentada en intereses y valores profesionales y dispone de recursos personológicos que le permiten funcionar con flexibilidad, reflexión personalizada, iniciativa, perseverancia, autonomía, perspectiva futura en su actuación profesional de manera tal que posibilitan un desempeño profesional eficiente y responsable. (3)
Para que un profesional se considere competente, desde nuestra concepción, no basta con lograr un desempeño eficiente sino que es necesario además que actúe con compromiso y responda por las consecuencias de las decisiones tomadas, esto ocurre justamente porque la competencia profesional como configuración psicológica compleja, integra en su estructura y funcionamiento elementos de orden cognitivo y motivacional que se expresan como una unidad reguladora en la actuación profesional. (4).
Por lo cual, los sistemas educativos si realmente pretenden formar esos profesionales integrales que necesitan la sociedad actual deben tener presente los pilares básicos para hacer frente al porvenir con criterio renovador planteados por la Comisión Internacional sobre Educación en el siglo XXI, UNESCO. Estos son:
Aprender a conocer; que significa adquirir instrumentos de comprensión trascender la simple adquisición de conocimientos para centrarse en el dominio de los instrumentos que permiten producir el saber. Apropiarse de procedimientos y estrategias cognitivas, de habilidades metacognitivas, en resumen aprender a aprender y a utilizar las posibilidades de aprendizaje que permanentemente ofrece la vida.
Aprender a hacer; que significa poder influir en el entorno, adquirir habilidades y competencias que preparen al individuo para aplicar nuevas situaciones en contextos culturales y sociales determinado.
· Aprender a convivir; que significa poder cooperar y participar supone el desarrollo de las habilidades de comunicación e interacción social, la tolerancia, la solidaridad y del respeto a los otros.
· Aprender a ser; que significa el desarrollo de las actitudes de responsabilidad personal, de la autonomía, de los valores éticos y de la búsqueda de la integridad de la personalidad significa en fin, la síntesis creadora que se aspira en la preparación de las nuevas generaciones. .(5)
Limitaciones y desafíos de los proyectos curriculares para enseñar a aprender
Elaborar un currículo que enseñe a aprender, teniendo en cuenta las competencias profesionales básicas, requiere de reformas profundas que afectan no sólo a los contenidos de ese currículo, sino también a decisiones administrativas que tienen que ver con la organización de los centros educativos y a los modos de actuar y sentir de directivos profesores y alumnos, sin embargo, en la realidad educativa, de una forma mucho más amplia que la deseada, se evidencia que:
· La acumulación de insuficiencias en el aprendizaje, se incrementan de un nivel educativo a otro y se manifiestan en el limitado desempeño de los estudiantes en la apropiación y uso de los conocimientos, con predominio del plano reproductivo, situación que se arrastra hasta la universidad.
· La estimulación al desarrollo intelectual y la formación de habilidades y competencias para aprender a aprender se trabajan en las aulas de forma limitada y no se tiene en cuenta las particularidades psicológicas del escolar.
· La práctica pedagógica no siempre asegura la suficiente ejercitación para desarrollar en los estudiantes la independencia, por apegarse a formas tradicionalistas, o por el contrario por entender que aprender a aprender no requiere de una orientación y una preparación pedagógica eficiente por parte de los docentes.
· Es insuficiente la atención a las formas de orientación y control de la actividad de aprendizaje, que propicien eliminar la tendencia poco reflexiva de los estudiantes a ejecutar sin que medien suficientemente los procesos de análisis y razonamiento requeridos, sobre lo que tiene que aprender y sobre su propio aprendizaje.
· La concepción de las relaciones interdisciplinarias en muchas ocasiones queda a un nivel de declaratoria, porque incluso en aquellos países donde las reformas curriculares han incluido ejes transversales o los llamados programas directores del currículo, no se han trazado las estrategias investigadas que permitan alcanzar ese propósito.
· Se maximiza lo cognitivo, lo intelectual, lo informativo, sobre lo afectivo-emocional, lo ético y sobre el saber hacer, por lo que no se trabaja sobre la base de la formación de competencias integradas, cuyos rasgos deben incorporarse en la formación del profesional desde una visión integral, “que además de promover el desarrollo de ciertos atributos (habilidades, conocimientos, actitudes, aptitudes y valores), considere la ocurrencia de varias tareas (acciones intencionales) que suceden dentro del contexto (y la cultura del lugar de trabajo) (6) ;
· Se privilegia una formación para lograr adaptarse al medio, más que para aprender a transformar ese medio, a desarrollarse en el, a aprender a convivir y a crecer.
Todas estas dificultades explican la resistencia que se produce en ocasiones a estos cambios curriculares. Muchas veces los profesores continúan aferrados a la idea de su papel protagónico, esto explica la importancia de la superación sistemática y sobre todo la investigación educativa para la identificación y superación de los problemas, con más apertura en los modos de pensar.
Las nuevas demandas educativas y sociales en el marco de la llamada civilización cognitiva, imponen la necesidad a los colectivos de profesores universitarios de desarrollar cada vez con más profundidad, la investigación en relación con las estrategias para enseñar a aprender y para formar las competencias que necesitan los profesionales de hoy. Se necesita además profundizar en cómo desarrollarlas para preparar mejores profesionales, que puedan transformar, reelaborar, reconstruir los conocimientos que reciben y además identificar y resolver los problemas de su práctica.
Las razones para considerar la necesidad de estrategias de aprendizaje, tiene que ver con el aumento acelerado de fuentes de información con el uso de tecnologías como medio de comunicación, la distancia física con el profesor y los compañeros, en los cursos semipresenciales, el insuficiente dominio de técnicas de autoaprendizaje y la necesidad de aplicar el contenido con autonomía y creatividad.
El estudio sobre el desarrollo de estrategias de aprendizaje en estudiantes universitarios no puede ser desde enfoques unipersonales, el abordaje desde posiciones interdisciplinarias es un requisito esencial, por lo cual los profesores tienen que flexibilizar cada vez sus posiciones, estar abiertos al trabajo en equipo y al análisis y la crítica...

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