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viernes, 5 de julio de 2019

DESAFÍOS Y PROBLEMAS

DESAFÍOS Y PROBLEMAS
Es indudable que la calidad educativa se encuentra en primer lugar y no solo tiene que ver con la persistencia de métodos, recursos y técnicas de hace 80 años. El principal desafío a la Educación lo genera (en uno de sus aspectos negativos) la globalización con su secuela de consumismo desproporcionado y su individualismo a ultranza. El otro desafío lo genera la falta de la misma calidad educativa para todo el sistema, lo mismo que para la formación de los futuros docentes, que debe aspirar a los mismos estándares que en las universidades donde no se observa una baja de la misma.
En relación con los problemas se puede identificar la misma baja de la calidad motorizada por los mismos docentes (como pudimos observar en persona y comentamos en el apartado donde explicamos el tema de aquellos que solo se paran, o mejor dicho se sientan en los escritorios a charlar de temas libres, con los alumnos, en horas de clase, con el agravante que el propagandista era el vice-director, mientras la directora afirmaba con la cabeza). Y el otro es la disparidad de salarios entre las Provincias, que tiende a consolidar prácticas como la comentada, aunque era realizada en una provincia donde los sueldos no eran tan bajos y con argumentos vinculados a la falta de ganas de los alumnos, cosa que no ocurría en todos los cursos, ni con todos los alumnos y es mas que posible que se encuentre motorizada en las mismas personas que difundían el pseudo método.
Desafíos a la educación
en el contexto
de la sociedad actual
Sara Oranday Dávila
SARA ORANDAY DÁVILA
Maestra en Investigación y Desarrollo de la Educación y candidata a doctora en Educación. Investigadora en el área de Educación y coordinadora de Titulación en la UIA Laguna. Es coautora de los manuales Investigación a tu alcance 1, 2 y 3.
Dentro del curso "Desafíos a la educación en el contexto de la sociedad actual", impartido por el doctor José María Mardones en el programa del doctorado en Educación en la UIA Golfo Centro, citamos algunas reflexiones que nos parece prudente compartir. Un aspecto interesante que resalta es el cuestionamiento acerca de los retos de la educación actual dentro de un ambiente predominantemente tecnoeconómico globalizado, ya que tal predominio va generando una cosmovisión a través de un prisma de competencia y consumismo que nos transporta a un mundo de funcionalidad, suprimiendo la capacidad de raciocinio lógico que va más con nuestra realidad humana. Ante todo esto, el presente trabajo pretende contestar las siguientes preguntas:
1. ¿Por qué educar?
2. ¿Para qué educar?
3. ¿Cuáles son los principales problemas de la sociedad actual frente a la educación?
4. ¿Qué tensiones principales presenta el sistema educativo en la actualidad?
5. ¿Qué principios o pilares fundamentales se necesitan para la educación actual?
6. ¿Qué aporta este seminario?
1. ¿Por qué educar?
La educación debe participar activamente en la vida y el crecimiento de las sociedades. En todas las épocas, las sociedades presentan cambios que requieren de una actualización educativa que le permita al individuo acondicionarse a las nuevas exigencias del mundo moderno, generar las normas válidas para una vida armónica y social más acorde a tales exigencias y sobre todo, una formación para lograr la estabilidad de las relaciones sociales y políticas como sucede en la actualidad.
La educación representa el sentido de la vida llámese social o individual, es la que ayuda a orientar el quehacer para nuestra existencia común. El modelo educativo centrado en el humanismo debe formar al hombre y a la mujer para aplicar principalmente un servicio hacia la sociedad y a la vez, para alcanzar su propia felicidad.
Los educadores de hoy no podemos pasar sin ver la realidad actual: no se vale navegar con la bandera de la ingenuidad. Estamos obligados a recrear las problemáticas del momento, a echar mano de nuestra capacidad, así como de nuestra experiencia, a generar un nuevo modo de ver y actuar en la realidad; es importante generar un pensamiento más axiológico que dé sustento a una educación con elementos formativos y que tenga como finalidad a la conducta ética; la educación valoral tendría como objetivo formar sujetos éticos que tiendan a realizar valores sociales fundamentales como la libertad y dignidad humana.
Actualmente, la lógica funcional en la que se está educando es un modo de ver la realidad, se prepara para competir y no para compartir... "el otro es mi opositor", asimismo para ser individualista y consumista: no se propicia la solidaridad con el grupo.
Por ejemplo, las instituciones educativas y en especial el sistema educativo mexicano, hoy día se han preocupado por el aspecto cuantitativo, es decir que sus pretensiones han sido en el sentido de abrir sus puertas para incrementar el número de alumnos, profesores, salones, grupos y escuelas, cubriendo la demanda, sobre todo a niveles básicos, pero estos aspectos no han podido ser claramente satisfechos, por lo que todavía existe un rezago considerable. Ahora el reto será atender tanto lo cuantitativo como lo cualitativo, poniendo más énfasis en la calidad de la educación y atendiendo otros aspectos como programas, contenidos, propósitos y objetivos, entre otros.
2. ¿Para qué educar?
Es indispensable que tanto las instituciones educativas como los docentes comprendan que educar no es sinónimo de acumular conocimientos. Ésta resulta una actitud muy limitada. Lo más importante reside en que los educandos, a través de la formación, crezcan y maduren como personas, lo que supone que los alumnos reflexionen, analicen y comprendan su propia realidad y trayectoria de vida, generando con ello una manera crítica de asumir su entorno.
A fin de cuentas, lo que se pretende es generar un pensamiento consciente, crítico y creativo para responder de mejor manera a las exigencias de la modernidad e ir dando solución a problemas reales como el rezago educativo, la pobreza, la inseguridad, la corrupción, el riesgo, etcétera.
Para esto sería importante que los educadores, por medio de su práctica docente, se plantearan en sus asignaturas diversos objetivos relacionados con el conocimiento, las habilidades y actitudes, y que estos objetivos fueran claros y viables.
También es importante que haya calidad en los conocimientos técnicos y científicos y que el alumno tenga, al obtener esta capacitación, la posibilidad de aplicarlos en su beneficio y en el de la sociedad donde vive.
De igual manera, se requiere la formación en valores para entender la tolerancia, la justicia, la libertad, la democracia, la solidaridad y que estos valores pasen a formar parte de la vida cotidiana de los individuos.
Que el educando aprenda a ser responsable de su propia autonomía para "aprender a aprender" y que poco a poco, logre ser un estudiante autosuficiente.
3. ¿Cuáles son los principales problemas de la sociedad frente a la educación?
Los principales problemas a los que se enfrenta el sistema educativo mexicano son la pobreza, la desigualdad y la exclusión social, la importación del modelo neoliberal económico o modelo de sustitución de importaciones que ha traído como consecuencia una economía predominantemente global en los siguientes aspectos: financiero, libre circulación, mercancías y una economía superficial, generando una devaluación del empleo, mal empleo o sector informal, creándose un orden de expectativas a la baja y una domesticación social. Ante esto, los desafíos principales son poner énfasis en la calidad de vida, valorar más el presente, educar para el ahora, educar para el cambio y generar un educando distinto cuyas características principales serían la flexibilidad, la inclinación hacia la democracia, la justicia y la seguridad.
La universalización de la cultura da como consecuencia un conjunto de características ambivalentes que generan un consumo de sensaciones y no la experiencia de la vivencia. La contemporaneidad y el pluralismo cultural rebotan en nuestro localismo y provincialismo, ya que generalmente, nos aferramos a nuestras tradiciones y esto se deriva de la inseguridad que sentimos frente a culturas y tradiciones extrañas o extranjeras que llegan a nosotros de golpe y si bien es cierto, les tememos al principio, con el paso del tiempo nos vamos identificando con esas nuevas formas transculturales hasta que "las hacemos propias", generándose así una pérdida de identidad que se refleja principalmente en los jóvenes que extravían el sentido de su vida.
4. ¿Qué tensiones principales presenta el sistema educativo?
A las principales tensiones de nuestro sistema educativo es posible dividirlas en dos sentidos: exógenas y endógenas. Dentro de los aspectos exógenos podríamos decir que, en primera instancia, habría que tomar en cuenta lo siguiente:
1. El ambiente político, social y cultural que interfieren con el sistema educativo, ya que como sistema abierto, tiene interacciones de entradas de insumos que obedecen a formas pragmáticas y funcionalistas: prepararse para competir, no para compartir.
2. En segundo lugar, las salidas, qué producto vamos a emitir a la sociedad: seres sin solidaridad, individualistas, comenzando desde el aspecto familiar.
3. Por último, las demandas de la modernidad: una domesticación social que genera expectativas que sólo unos cuantos pueden obtener y a las que la mayoría no tiene acceso, llevándolos a la frustración.
Dentro de los aspectos endógenos:
1. En primer lugar estaría la capacitación y la actualización de los profesores, así como su vocación. El sistema educativo no tiene la capacidad para ofrecer la preparación total de sus elementos en todos los niveles. No ha existido una verdadera voluntad política para la actualización; la demanda tecnoeconómico exige a su vez un sistema educativo acorde a la globalización mundial, lo que podría generar una mayor preocupación por elevar la calidad educativa; pero entonces surge el cuestionamiento acerca del sentido de esta actualización que no sólo deberá responder a las demandas globalizadas, sino que también deberán hacerse esfuerzos por cuidar la calidad de vida de los individuos a través de la educación.
2. En segundo lugar, tomaríamos en cuenta a los alumnos, quienes pasan a ser los sujetos y no los objetos.
3. Como tercer punto estarían los métodos pedagógicos.
4. Finalmente, lo institucional; es decir, las normas y políticas, así como los sindicatos magisteriales que provocan tensiones en momentos de ajuste, dificultando en ocasiones que se de un clima de tolerancia y democracia.
5. ¿Qué principios o pilares fundamentales se necesitan para la educación actual?
Es posible configurar un modelo pedagógico condicionado y consecuente con nuestro contexto social, basado en la estructura escolar, el método pedagógico y los contenidos educativos. Una estructura escolar que, ante la ley e igualdad en los derechos, haga propicio el movimiento de la particularidad reflejada en la generalidad y que, al mismo tiempo, constituya un medio ambiente cargado de valor en el que se socialice al educando; métodos pedagógicos que faciliten los aprendizajes necesarios tanto para el desarrollo intelectual y moral del alumno, como para que adquieran las habilidades, competencias y hábitos que le permiten participar activamente en la creación cultural y, por ende, en la realización de valores; contenidos educativos que contribuyan tanto a dar sustancia a las disposiciones cognitivas y actitudinales, como a las razones con pretensiones de validez que se puedan aportar en la acción comunicativa.
Puesto que el método y los contenidos adquieren significación gracias a la forma en que se ejerce la práctica docente y a la aplicación de una determinada didáctica que da fundamento a la interacción educativa, entonces, práctica y didáctica son condiciones que hacen posible una educación para la vida.
6. ¿Qué aporta este seminario?
Haciendo una reflexión seria de este tema, creo que en primer lugar es patente una responsabilidad inmediata de quienes laboramos en la educación, ya que el camino es largo y sinuoso, hay mucho por hacer, un tanto por rehacer y otro más por inventar y crear.
Tomando en cuenta los nuevos paradigmas que demanda la modernización, es innegable el papel preponderante que la educación juega en nuestro país y en América Latina, pero también es cierto que el sistema educativo solo no podría resolver estos problemas sin la cooperación de otros sectores también muy importantes: se tendría que generar una red de responsabilidades que irían desde las voluntades políticas, pasando por el sector salud y el de alimentación, así como por una economía que promoviera condiciones o niveles de calidad de vida para todos. Con el fin de asegurar la permanencia educativa y generar expectativas de una educación continua, se tendría que abordar la problemática con una visión más estructural.
Problemas en el sistema educativo Argentino y sus reformas
En Generales / 23 noviembre, 2018

Entre las razones para que Argentina se quede rezagada con respecto a las economías más dinámicas como Singapur o Corea del Sur en las últimas décadas está la falta de innovación tecnológica y la ineficiencia de su sistema educativo. Esto ocurre a pesar de que Argentina supera a la mayoría de los países de América del Sur en una serie de indicadores de educación estándar.

La promoción del acceso a la educación ha sido históricamente una prioridad de las administraciones argentinas: por ejemplo, una Ley Nacional de Financiación de la Educación aprobada en 2006 ordenaba que un mínimo del 6 por ciento del PIB del país se destinara a la educación. Desde entonces, el gasto en educación ha aumentado considerablemente, pero los niveles de gasto siguen siendo inferiores a ese objetivo. (El gasto en educación se situó en el 5,87 por ciento del PIB en 2015, una cifra media según los estándares regionales).
La tasa de alfabetización de Argentina aumentó del 93,9 por ciento en 1980 al 98,1 por ciento en 2015, y el país tiene la tasa neta de matriculación en educación terciaria más alta de Sudamérica después de Chile (Instituto de Estadística de la UNESCO – IEU). En 2014, Argentina también tenía la segunda tasa neta de matrícula en educación secundaria más alta de toda América Latina (88,2 por ciento, según el Banco Mundial).
Problemas en el sistema educativo
Sin embargo, a pesar de estas tasas de matrícula comparativamente altas, el sistema educativo argentino produce muchos menos graduados universitarios como porcentaje de la población que los sistemas de los vecinos Brasil o Chile.
Un estudio de 2013 reveló que en 2010 Argentina tenía una de las tasas de deserción terciaria más altas del mundo. Sólo el 27 por ciento de los estudiantes argentinos terminaron sus estudios, lo que significa que Argentina tuvo una tasa de deserción del 73 por ciento, en comparación con el 50 por ciento en Brasil, el 41 por ciento en Chile y el 39 por ciento en México.

Las estadísticas del Ministerio de Educación de Argentina muestran que las tasas de deserción también son altas en el nivel secundario y que muchos estudiantes no se gradúan a tiempo: El 36,3 por ciento de los estudiantes matriculados en el décimo grado en 2015 estaban por encima de la edad escolar oficial, y las tasas de deserción escolar en los grados noveno, décimo y undécimo fueron del 9 por ciento, 12,5 por ciento y 8,6 por ciento, respectivamente.
Los estudiantes argentinos también tienen un desempeño deficiente en pruebas comparativas, como el estudio PISA de la OCDE. En 2012, Argentina ocupaba el puesto 57 de los 64 países participantes en el estudio, detrás de Chile, México, Uruguay y Brasil.
Un análisis del Banco Mundial de los resultados del aprendizaje de Argentina reveló que prácticamente no se había producido ninguna mejora en el rendimiento del PISA de Argentina entre 2000 y 2012, mientras que países como Brasil, Chile, Colombia, México y Perú lograron avances significativos.
Dado que Argentina es uno de los países más ricos de América del Sur, los académicos argentinos han señalado que problemas como las altas tasas de deserción escolar no pueden explicarse simplemente por factores socioeconómicos como la pobreza, sino que también se deben a la baja motivación de los estudiantes y a problemas estructurales dentro del sistema educativo. Entre las cuestiones que se han planteado figuran la naturaleza descentralizada y fragmentada del sistema y el hecho de que no existe un examen nacional de fin de estudios secundarios.
Lo que está claro es que existen notables disparidades regionales en el sistema educativo argentino. Como el octavo país más grande del mundo, Argentina es un país grande y culturalmente diverso. Existen diferencias significativas entre las provincias más rurales y los centros urbanos como la ciudad y la provincia de Buenos Aires, donde el 43,4 por ciento de todos los estudiantes de educación primaria, secundaria y superior no universitaria estaban matriculados en 2015.
Argentina tiene un sistema federal de gobierno, y las diferentes provincias tienen una amplia autonomía en materia educativa. Existen disparidades regionales en cuanto a la facilidad de acceso a la educación, la calidad de la educación, los presupuestos de educación, la infraestructura o los sueldos de los docentes, por citar sólo algunos ejemplos.
Estas disparidades se reflejan en la desigualdad de los resultados educativos en las distintas provincias. Las estadísticas del gobierno muestran que las tasas de graduación de noveno grado, por ejemplo, variaban entre el 66 por ciento en la provincia de Neuquén y el 88 por ciento en la provincia de La Rioja en 2015. Las tasas de deserción en el grado 12, de igual manera, oscilaron entre el once por ciento en Corrientes y el 32 por ciento en Tierra del Fuego.
Las reformas para tratar de ayudar a la educación
En reconocimiento de estas disparidades, las autoridades federales han adoptado en los últimos años varias medidas para armonizar los diferentes sistemas educativos bajo la jurisdicción de los gobiernos provinciales. En 2006, por ejemplo, se creó un Instituto Nacional de Formación de Docentes (INFD) con el fin de crear una estructura de formación de docentes normalizada y coherente en todo el país. Según el Ministerio de Educación, la creación del INFD ha contribuido en gran medida a reformar el anterior “sistema de instituciones de educación superior fragmentadas y de calidad desigual”.
Otras medidas de armonización incluyeron la estandarización de las calificaciones académicas mediante la creación de un “Catálogo Nacional de Títulos y Certificaciones de Educación Técnica Profesional” y un sistema federal de títulos y transcripciones para la mayoría de los niveles de educación (excluyendo la educación universitaria).
La Ley de enseñanza profesional y técnica de 2005 tiene por objeto sistematizar las normas de formación y los mecanismos de garantía de calidad en la enseñanza profesional en todo el país. En la enseñanza secundaria, el Gobierno está normalizando los planes de estudio en todo el país, reforma que se espera que concluya a finales de 2019. Las recientes directrices sobre la educación obligatoria tienen por objeto reducir las tasas de deserción escolar en la enseñanza secundaria y mejorar las tasas de promoción y graduación en toda la Argentina.
Todas estas reformas han contribuido a crear en la Argentina un sistema de educación secundaria y superior más homogéneo que el que existía a fines del siglo XX. No obstante, la normalización de la educación en el vasto país sigue siendo un desafío permanente y persisten las disparidades en el acceso, la calidad y la financiación.

Los docentes, por ejemplo, siguen protestando contra las disparidades salariales entre las distintas provincias y Argentina, y en 2017 y 2018 se produjeron huelgas y manifestaciones a gran escala organizadas por los sindicatos de docentes.
ITZEL.LAG.UIA.MX
Dentro del curso "Desafíos a la educación en el contexto de la sociedad actual", impartido por el doctor José María Mardones en el programa del doctorado en Educación en la UIA Golfo Centro, citamos algunas reflexiones que nos parece prudente compartir. Un aspecto interesante que resalta es el ...

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