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viernes, 12 de mayo de 2023

DEFORESTACIÓN


Fuimos un país de montañas, llanuras, ríos, bosques y selvas y perdimos una buena parte en poco tiempo. Cosa que se puede conocer como: Aquello que no se cuenta en clase.

UNA BREVE HISTORIA DE UNO DE LOS SAQUEOS DE RECURSOS NATURALES PERPETRADO EN ARGENTINA POR “ILUSTRES” CIUDADANOS NATIVOS Y DE LOS OTROS

1. LA FORESTAL Y EL QUEBRACHO ARGENTINO 
Guillermo Gallo Mendoza
(investigación)

Antecedentes
Lucas González, ex ministro de Hacienda de Mitre y de Avellaneda, en representación de Murrieta & Company (en adelante, M&C), inició gestiones con el gobernador de la Provincia de Santa Fe, Simón de Iriondo, para acordar la forma de pago del empréstito que le había sido acordado a ésta por la empresa bancaria M&C. El gobernador aceptó la propuesta redactada por Lucas González y la elevó en forma de Proyecto de Ley a la Legislatura en setiembre de 1880.

Prácticamente sin discusión, el Proyecto de Ley fue aprobado el 5 de octubre quedando en ella establecido que la deuda de 110.873 libras y 3 chelines sería pagada en un tercio con bonos del Tesoro más sus intereses, y que los bonos podían ser recibidos por el Gobierno en pago de tierras públicas, mientras que los dos tercios restantes serían pagados con el producido de la venta de tierras fiscales que debía realizarse en Inglaterra u otra parte de Europa.

La Ley estableció que la venta de tierras no podía realizarse a menos de 1.500 pesos la legua cuadrada (2.500 hectáreas). El acuerdo fue formalizado el 30 de noviembre de 1880 con la firma de Pedro Reyna por el Gobierno, y Lucas González (en adelante, L.G.) por los prestamistas. A la vez éste, el 5 de mayo del año siguiente, fue designado por el Gobierno de la Provincia, mediante un Decreto, representante de ésta en las negociaciones, con lo que pasó a representar a ambas parte, es decir al deudor y al acreedor.

En virtud de esa designación, L. G. vendió 404 leguas cuadradas (1.010.000 hectáreas) a sus empleadores, o sea a M&C, empresa que ya operaba en Argentina en negocios ferroviarios y financieros. Poco después el Gobierno de Santa Fe autorizó al mismo L. G. a vender 260 leguas cuadradas (650.000 hectáreas).

De la superficie total vendida, M&C adquirió 504 leguas cuadradas (1.260.000 hectáreas) al precio total de 151.212 libras, 6 chelines, equivalentes a 756.061,50 pesos oro. Poco tiempo después la misma empresa adquirió el resto de la superficie al mismo precio, o sea al establecido como mínimo por Santa Fe, es decir a 1.500 pesos oro la legua cuadrada.

Por lo tanto, basada en el erróneo argumento de tener que pagar la deuda contraída con M&C, el Gobierno de Santa Fe vendió una superficie mayor que la necesaria, desprendiéndose “generosamente” de unas 300 leguas cuadradas (750.000 hectáreas). Años después, un informe del Departamento de Ingenieros señaló que la venta a la mencionada empresa abarcó 668,396 leguas cuadradas (1.671.000 hectáreas) distribuidas entre los departamentos 9 de Julio, San Cristóbal, Vera y General Obligado, o sea alrededor de 12% del territorio de la Provincia.

Mediante un Decreto del 6 de mayo de 1881, el Gobierno de Santa Fe designó a Juan Bautista Alberdi como control de la operación, y este delegó la función en Federico Woodgate. Luego de la venta, mediante un Decreto, el PE Provincial aprobó la misma y destacó la actuación patriótica de L.G. y Juan Bautista Alberdi.

El 8 de agosto de 1884 L.G., en su carácter de apoderado de M&C, vendió las tierras a la empresa “Santa Fe Land Company”. La venta se realizó a 5.292 pesos oro la legua cuadrada. En realidad se trató de una venta simulada. Tres años después se inició la construcción del ferrocarril a Reconquista, cruzando por la superficie de la empresa, objetivo que fue concretado en 1890.

Casi simultáneamente con lo anterior, la empresa M&C obtuvo del General Julio Argentino Roca, en pago de una indemnización cuyo origen se desconoce, 17 mil acciones de la Compañía de Tierras del Central Argentino, sociedad que había sido constituida para la explotación de las tierras cedidas como parte de las concesiones ferroviarias.

La explotación forestal

La expansión de la superficie agropecuaria dio impulso a la extracción de ñandubay y de quebracho, siendo este último utilizado, entre otros usos, como durmiente, compitiendo ventajosamente con los durmientes de acero importados de Inglaterra.

El quebracho, exhibido en las exposiciones de París en los años 1855 y 1867, despertó el interés de los entendidos por la impresionante cantidad de tanino puro contenido en el extracto de quebracho (60 a 70% de tanino puro) que superaba al contenido en las cortezas de curupay y cebil, o de roble y castaño europeos.

Se estima que desde 1888 a 1895 se exportaron rollizos de quebracho equivalentes a 76.339 toneladas de extracto de quebracho sólido (para obtener una tonelada de tanino eran necesarias alrededor de 3,5 toneladas de madera).

En 1880 el doctor Weitz puso en marcha una fábrica en Peguahó, Corrientes, y siete años después la Casa Desimone, Costa y Waltier emprendió la producción de aserrín y tanino de quebracho para cinco curtiembres de Buenos Aires. El aserradero más importante estaba localizado en Florencia, Chaco Santafesino, y el tanino estaba destinado a la curtiembre de la empresa Langworthy, beneficiado con tierras públicas otorgadas por el Gobierno Nacional.

El extracto sólido de quebracho comenzó a figurar en las estadísticas nacionales a partir de 1895 en que se registró la salida de 402 toneladas, de las cuales 345 tenían como destino Alemania. En 1896 se exportaron 1.205 toneladas, continuando luego en crecimiento hasta alcanzar en 1905 una magnitud de 12.040 toneladas, y en 1915 una producción superior a cien mil tn (o sea el equivalente a trescientos cincuenta mil toneladas de madera de quebracho colorado).
Por su parte, la exportación de rollizos alcanzó en 1895 un nivel de 173 mil tn y en 1914 280 mil tn.

La Compañía Forestal del Chaco

Los hermanos Harteneck instalaron en 1895 la primera de sus fábricas de tanino en el pueblo Fives Lille y cuatro años después otra en Calchaquí, la mayor y más moderna de las existentes hasta ese entonces. La materia prima la extraían de sus bosques que se extendían desde Calchaquí a Margarita, empleaban 400 operarios y producían anualmente 14.000 toneladas de tanino (extraídas de alrededor de 49.000 tn de madera).

En 1895 el industrial Benito Pinasco pidió al gobierno provincial la exención de impuestos a la industria de tanino, fundando el pedido en el hecho de “una de las principales riquezas de la provincia la constituye nuestros montes de quebracho. Los rollizos exportados son reducidos a aserrín y se emplean en las curtiembres sustituyendo a la corteza del roble y otras maderas conocidas, por lo que el gobierno provincial debía impulsar la industria nacional” (curiosa justificación para la destrucción de recursos naturales y la extinción de la principal especie de los ecosistemas forestales de la región).

En 1902 se fusionan las compañías de los Harteneck y Portalis, dando nacimiento a la Compañía Forestal del Chaco, con una superficie de 504.667 hectáreas de bosques que abarcaban partes de las provincias de Santa Fe y del Chaco. Sobre esa base instalaron una fábrica en la localidad de Guillermina para la producción de 24 mil tn/año de extracto y en 1903 exportaron la primera partida. Luego, en 1906, instalaron otra fábrica en La Gallareta, para una producción anual de 7 mil tn de extracto.

En 1904 inicio operaciones la “Argentine Quebracho Company”, con un capital de 750 mil dólares oro. La totalidad de sus acciones estaban en poder de la New York Tanning Extract Company, con casa matriz en Nueva York. Poseía 470 mil acres y una fábrica construida al lado de la línea Vera-Reconquista del ferrocarril Santa Fe. Su producción de extracto (alrededor de 50 mil tn), junto con 60 a 70 mil tn de troncos de quebracho era enviada a Nueva York para su comercialización. Empleaba alrededor de 2 mil operarios en fábrica y monte y era propietario de almacenes, tiendas y talleres localizados en los pueblos habitados por dichos operarios.

La Forestal Inglesa

En 1906, con asiento legal en Londres nació la sociedad “The Forestal Land, Timber and Railways Company Limited”. Con anterioridad, en París se había acordado que la Compañía Forestal del Chaco transferiría a la nueva empresa sus bienes y tierras valuados en 1.078.264 libras. También eran objetivos de la empresa la actividad pecuaria, el cultivo de frutos, el curtido de cueros, la minería, la fábrica de ladrillos, la propiedad y administración de muelles, diques, almacenes, hoteles, y generales, así como el transporte de pasajeros y cargas por tierra, agua, ferrocarriles y tranvías, abastecimientos de agua, gas o electricidad para alumbrado o fuerza motriz (o sea un país en porciones de provincias).

La demanda mundial de extracto iba en aumento. En 1895 la exportación fue de 12.400 tn y en 1903 alcanzó a 58.955 tn. Por su parte, la comercialización de quebracho en la provincia de Santa Fe alcanzó en 1906 a 462 mil tn a $45 la tn.

El directorio de la empresa estaba integrado por:
C.E.Gunther, director del Banco Anglo-Sudamericano Ltdo. y presidente de la Cía. de Extracto de Carne Leibig
H.Edlmann, director de The British and Foreign Marine Insurance Company Ltd.
Emile Beaumont D´Erlanger, director de la Cía. Argentina de Tabacos, que de 1911 a 1912 adquirió 19 fábricas; y de la Argentina Iron & Steel Co., que adquiere la firma P.Vasena y Cía., empresas que en 1915 tenían un capital de 2,6 millones la primera y 1,3 millones la segunda, de libras respectivamente, que sumadas a las 5,6 millones de The Forestal totalizaban 9,5 millones
Alberto Harteneck, de Harteneck y Cía
H.M.Kersey, banquero
Federico Portalis, director de Cristalería Rigolleau y Cía.
H.Renner, director gerente de Gerb and Farbstoffwerke 
H. Renner and Co. Actien Gessellschaft.

Mientras que la Junta local estaba integrada por:
Adam Mann (de Brauss Mann y Cía.)
Víctor Negri (de Portalis y Cía., y Cristalerías Rigolleau)
Edmund Hermann (de Portalis y Cía.)
Chales Moll (de Moller y Cía.)

La cantidad y variedad de ramas de la economía nucleadas en el directorio de The Forestal Ltd., constituye un ejemplo de lo que desde comienzos del siglo XX venía aconteciendo en el mundo capitalista y, aunque con características propias, en Argentina (concentración de capitales, pero con la diferencia de que se realizó a través de la penetración imperialista, que encontró una burguesía local con caracteres capitalistas, vinculada principalmente a la explotación de la tierra y desarrollada al ingresar el País en el mercado capitalista mundial, después de la segunda mitad del siglo XIX, y al quedar incorporado alrededor de 1870 al imperio económico de Inglaterra). Los capitales imperialistas hicieron desaparecer una parte de esa burguesía, incorporando a sus negocios a la otra parte. No obstante, un sector logró subsistir con relativa independencia, aunque localizada en aspectos y zonas secundarias de producción.

Fusión de Sociedades

La concentración en manos de The Forestal Ltd. recibió en diciembre de 1913 el aporte de la Argentine Quebracho Company, y en 1914 el de la Santa Fe Land Company. Esta sociedad continúo expandiéndose sobre propiedades de empresas menores: Juan Arronga; López y Blanco; Ernesto Teopeck y Cía., Urdaniz y Cía.; así como los campos de Iturriaga, Browell, Tourné, etc. y el importante establecimiento de Pedro Etchelouz, en el km 107. Así, hasta 1925, solo dos estaciones del ferrocarril Santa Fe no estaban en su territorio, en un trayecto de 200 km.

La Exención Tributaria

Entre 1906 y 1908 la exportación de tanino alcanzó un nivel de 184 mil tn, mientras la demanda mundial era de alrededor de 200 mil tn y con tendencia creciente.

En 1911 The Forestal Ltd., exportó 250 mil tn de maderas y en 1913 136,5 mil tn. En 1912 fueron ubicados 2 millones de durmientes destinados a ferrocarriles que se estaban construyendo en América del Sur. El balance del año 1914 explicitó que sobre un capital integrado de 3,1 millones de libras, The Forestal Ltd. tenía un activo neto de 26 millones de pesos, calificado como estupendo por el diario La Razón en su edición del 4 de setiembre de 1917, agregando que esas empresas y muchas otras pagan enormes impuestos al extranjero, mientras que las leyes argentinas, con una liberalidad inconcebible, no les reclamó ninguna contribución que importe una mínima parte de las dos partidas que ese balance computa.

Por ley del año 1899 se eximió de contribución directa y patente por el término de 10 años a las fábricas de tanino establecidas o por establecer en la Provincia.

En 1941, el diputado José Gustavo Doldan decía: “hacemos notar que la exportación de rollizos y tanino, únicamente pagó impuestos aduaneros en los años comprendidos entre 1918 y 1931, sin que lo hiciera con anterioridad y posterioridad a esas fechas”.

El Tanino en el Mercado Mundial

La primera guerra mundial proporcionó a la industria del extracto de quebracho un nuevo y poderoso impulso. Hasta entonces el comercio exterior se basaba en el envío de rollizos a las fábricas de tanino europeas. Otro factor que impulsó la producción de extracto en el País fue el crecimiento del mercado interno, por la expansión de la industria del cuero.

La exportación del extracto pasó de $5 millones en 1914, a $15 millones en 1918. Entre 1913 y 1919 la cantidad de establecimientos industriales de extracto de quebracho aumentó de 9 a 16, su capital de 10 a 43 millones, ocupando 6.600 obreros.

Pasada la guerra se reanudó la exportación alcanzado valores más altos que los de la preguerra, con implicancias negativas en toda la industria nacional. Así, declinó el comercio de cueros y descendió el precio del tanino pasando de 24 a 21 libras la tn en la primera mitad del año 1928.

En 1931 The Forestal Ltd. bajó el precio de la tn de extracto de 17 a 13 libras, precio que hacia fines del mismo año se redujo a 10 libras. Debido a ello 8 empresas entraron en liquidación y otras se vieron obligadas a suspender periódicamente la producción. En los años que siguieron a 1932 fueron cayendo casi la totalidad de las empresas. Algunas fueron liquidadas y otras cedieron su control a The Forestal Ltd. Como resultado de ello, al 31 de diciembre de 1932 The Forestal tenía alrededor de 76% del total del capital invertido en la industria del tanino en el país. En esos tiempos era vicepresidente de la empresa el primer lord del Almirantazgo y canciller del Exchequer, el conde de Selborne, William Waldegrave Palmer, miembro de la Cámara de los Lores.

En 1939 The Forestal Ltd. exportó 195.863 tn de extracto. 

El diputado José G. Doldan estimaba en 1941 que el monto de las exportaciones de extracto y rollizos de quebracho desde 1900 hasta 1940 había totalizado 11.611.469 tn por un valor equivalente a $1,3 mil millones.

La Vida en el Obraje

La Gallareta, Tartagal, Santa Felicia, Villa Ana, Villa Guillermina eran los Pueblos de la Cía. y Ocampo, Piracua y Piraguacito los puertos sobre el Paraná, a cuyos muelles llegaban los buques también de propiedad de la Cía. 25 mil hombres y mujeres habitaban en su territorio y prácticamente la totalidad eran empleados de ella, con excepción de jueces de paz, policías, maestros y uno que otro comerciante autorizado por la Cía.

La asistencia sanitaria en los dos departamentos en los que la Cía. desarrollaba sus acciones era desastrosa. En Vera, con 47.614 habitantes en 18.583 km², contaba con solo 13 médicos distribuidos en 4 hospitales con una dotación total de 49 camas; el departamento Gral. Obligado con 51.450 habitantes distribuidos en 13.808 km², tenía 20 médicos, distribuidos en 5 hospitales con un total de 130 camas. (la ausencia de control y la sífilis fueron los instrumentos de un prolongado genocidio).

La Violencia se Intensifica

En julio de 1919 estalló la primera huelga conducida por el Centro Obrero que respondía a la Federación Obrera de Tanino y Anexos del Chaco, en demanda de mejores salarios. La empresa accedió a lo solicitado, pero la huelga debió ser reiterada entre diciembre y enero siguiente, siendo levantada luego de un mes por el compromiso de la empresa de establecer turnos de 8 horas de trabajo y un jornal de Cuatro Pesos (m$n 4.-). No obstante ello, en abril de 1920 los obreros de Villa Guillermina volvieron a declarar la huelga por el incumplimiento de la empresa, ocupando la fábrica. Ahora reclamaban también el cese de las represalias por el conflicto anterior, que incluía la cesantía de gran cantidad de obreros y la detención de Lotitto y Juan Giovetti, acusados de agitadores por el gerente de la empresa.

Como resultado de las gestiones de la empresa, la Provincia creó la Gendarmería Volante, los odiados “Cardenales”, pagados por la empresa. Una ola de violencias sin límites estalló en todos los poblados y pueblos de la Forestal. A los Cardenales se unieron en la represión fuerzas policiales de pueblos vecinos situados fuera de los límites de La Forestal, así como tropas de la guardia de seguridad, de guardiacárceles y del Regimiento 12 de infantería.

El 28 de enero de 1921 estalló una nueva huelga, y en Villa Guillermina luego de ocupar la fábrica los obreros se aprestaron a hacer frente a las fuerzas de represión. El 29 de enero los obreros que aun permanecían en la fábrica en Villa Guillermina accedieron a abandonar pacíficamente la misma, pero una bala hirió de muerte al comisario Alfonsín, que requisaba las armas de los obreros que iban saliendo de la fábrica. La bala partió de un provocador de la empresa para justificar la represión, la que efectivamente se desató de inmediato. Parte de los obreros volvieron a entrar en el edificio para protegerse, otros lo hicieron ocultándose detrás de vagones del ferrocarril y de rollizos almacenados en canchones. Los enfrentamientos ocurrieron en las calles de Villa Guillermina y Villa Ana. El pánico se apoderó de las poblaciones de las mencionadas Villas, así como de las de Villa Ocampo y Golondrina. La represión sangrienta se extendió hasta el mes de abril.

La Desocupación

Primero cerró la fábrica de Calchaquí, después vino el cese de actividades en Santa Felicia, luego la suspensión del trabajo en Tartagal, en el año 1915. Mientras tanto, las fábricas localizadas en Villa Guillermina, La Gallareta y Villa Ana funcionaban a todo vapor.

En 1948 la fábrica de Tartagal cerró para siempre, ocurriendo lo mismo en Villa Guillermina. Leopoldo Portnoy, funcionario del Ministerio de Hacienda de la Nación en 1958, inició gestiones con directivos de la empresa para evitar el cierre del establecimiento localizado en Villa Ana. No obstante el compromiso asumido, la empresa cerró en forma definitiva en 1960 y el 30 de septiembre de 1963 hizo lo mismo con la situada en La Gallareta.

La Razón, en fecha 23 de septiembre de 1964, publicó declaraciones del presidente del Instituto Argentino del Quebracho, quien expresó que el promedio de tanino exportado había disminuido pasando de 186 mil tn anuales a 91 mil. Regía el Decreto Nº 1.676 del año 1963 que impedía que los productores pudieran vender libremente el tanino, dando a la Cámara Argentino-Paraguaya de Extracto de Quebracho facultades de intervención. En dicha Cámara predominaba La Forestal (“el zorro cuidando el gallinero”). O sea una entidad no oficial controlaba hasta los embarques para el exterior. En esos tiempos La Forestal ya dominaba la producción de extracto de tanino de Mimosa y Castaño. Recuérdese que José Alfredo Martínez de Hoz figuraba entre los miembros del directorio de La Forestal.

2. EL OBRAJE 

Bernardo Canal Feijóo (La Estructura Mediterránea Argentina) dijo: “solo por un exceso escolático se puede hablar de industria forestal. Se trata simplemente y a lo sumo, de una pseudo industria; carece de permanencia; se establece, cumple su objetivo local, se levanta y desaparece sin dejar rastro en sentido positivo, abriendo una profunda huella en sentido negativo, todo ello en un ciclo fulminante, no se ajusta a ninguna condición técnico-científica; a título de extractiva es directamente destructora, por mucho que pueda enriquecer individualmente a algunos y dar buenos impuestos al fisco, no genera riqueza en el lugar, no deja riqueza: deja desierto, botánico y zoológico; deja desolación; provoca desequilibrio atmosférico, irregularidad climática, sequía, erosión, muerte”.

3. LA FORESTAL 

El nombre de La Forestal es usado como denominador común de los distintos nombres que caracterizaron la razón social que se iniciara como Compañía de Tierras, Maderas y Ferrocarriles La Forestal Ltda. Con esta denominación se menciona a la compañía que desde 1905 hasta 1965 explotó quebracho colorado, fundamentalmente en Argentina.

El Latifundio de La Forestal

Como se puntualizó en párrafos anteriores, La Forestal nació a partir de una cuestionada venta de 664 leguas cuadradas en pago por una deuda contraída con M&C. El General Bartolomé Mitre, en otras circunstancias, expresó que sus dueños consultaban su propio interés y en último término el interés de la Nación.

LG, que como ya dijo representaba a ambas partes, es decir de la Provincia y a la mencionada empresa M&G, acreedora de la Provincia, inmediatamente después de la venta de las tierras a M&C en pago de una deuda y algo más, gestionó en su carácter de apoderado de John Meiggs the Son and Co., de Londres, la construcción del ferrocarril a las colonias y luego al Puerto a Colastiné, que fueron construidos con fondos del empréstito. Además, el gobierno de la Provincia abonó al mismo LG la suma de $10.000 más los honorarios acordados por la legislatura, por su intervención, pero luego el mismo LG solicitó la dación de veinte leguas cuadradas (50.000 hectáreas) de tierra fiscal como compensación por los servicios prestados. En este caso, “excepcionalmente”, primó la razón y el pedido fue denegado.

El mandato otorgado por la Provincia a LG era para la venta de 404 leguas cuadradas mensuradas en el norte de Santa Fe por el señor Foster el 10 de abril de 1881, pero posteriormente se le otorgó otro poder especial para la venta de 260 leguas cuadradas adicionales. Como ya dijimos, el total de la superficie fue vendido de manera muy poco clara a la Casa M&C, con intervención adicional del apoderado Juan Bautista Alberdi también en representación del gobierno de Santa Fe.

Quebracho, Ñandubay, Guayacán y Algarrobo, constituían parte de la riqueza forestal de la región. Desde 1870 se intensificaron las solicitudes de permisos para alambrar, con la consiguiente demanda de postes, en la época en que se generalizaban los alambrados en todo el País y especialmente en las colonias agrícolas y estancias pecuarias, a lo que se sumaba la creciente demanda de durmientes para ferrocarril. Por ello no es de extrañar que los interesados en tierras con bosques estuviesen vinculados al negocio de los ferrocarriles, como es el caso del mismo LG, cuya Cía. construía los ramales hacia las provincias del norte.

Los Informes del Departamento Topográfico de la Provincia, y en este caso en particular el Informe correspondiente al Dpto. Vera, Duplicado Nº 7, Mensura Foster, 1º de abril de 1881, son de incalculable valor en el conocimiento de la historia del saqueo a la Provincia, de sus bienes inmuebles.

El mencionado Informe de Foster explicita: en el monte del Saladillo Amargo se hallan al principio algarrobos, aromitos y ñandubay, desapareciendo conforme de avanza hacia el norte, siendo reemplazados por quebracho blanco y alguno que otro quebracho colorado al principio, siendo estos, después, muy abundantes. Lo mismo sucede con la costa del Salado, aumentándose la anchura de la faja boscosa. Hasta la altura del Mistolar se encuentran ñandubay, más al norte no, siendo reemplazados por quebrachos colorados guayacanes y otros, que más al sur no se encuentran. Entre la mencionada faja boscosa y la del Saladillo se encuentra una zona de campo abierto, alto, excelente para el establecimiento de colonias agrícolas. Hay lagunas de agua dulce, como la de Jume, de la Media Luna y del Ucle; se encuentra arvejilla, trébol canutillo y otros pastos tiernos excelentes para engorde.

Un año antes de realizarse la venta de tierras a la Casa M&C, el doctor Witz instaló en la provincia de Corrientes, en Peguahó, un establecimiento taninero, lo que demuestra que los gobernantes y políticos santafesinos no podían desconocer el potencial de riqueza de los bosques que enajenaron luego.

El Latifundio se Negocia

Como Juan Bautista Alberdi no podía viajar por razones de salud, desde Burdeos a Londres, para firmar la escritura de venta, otorgó poder para ello a Federico Woodgate, inglés radicado en aquella ciudad, para que lo hiciera en representación del Gobierno de Santa Fe. Quizás ignoraba que tanto LG, como Federico Woodgate, actuaban como representantes de la Casa M&C y, a la vez, del Gobierno de Santa Fe. El hecho es que éstos firmaron el traspaso de las 664 leguas cuadradas del Gobierno de Santa Fe a la mencionada Casa M&C. Así, el 8 de agosto del año 1884 nació la “Santa Fe Land Company Limited”, Compañía de Tierras de Santa Fe. En realidad, M&C participaba de la nueva compañía aportando como capital el valor de las tierras, por las que había pagado por todo concepto $1.002.594 (como ya dijimos, “pagó” la tierra, a $1.500 la legua cuadrada), y las transfirió a la nueva sociedad a un valor de $5.292 la legua cuadrada, ganando en ese sencillo acto $3.792 por legua cuadrada, o sea poco más de 2,5 millones de pesos oro.

El Ejecutivo Provincial agradeció a LG y a Juan Bautista Alberdi por haber salvado el crédito y honor de Santa Fe (¿?). Además, mientras el negociado concluía, con dineros del pueblo el gobierno estaba construyendo las vías férreas para la extracción de los productos del bosque hasta los puertos del litoral.

Por si lo anterior resultara poco ilustrativo, en 1965 el Gobierno de la Provincia acordó pagar a La Forestal $2.500.000 la legua cuadrada de peor calidad y $3.750.000 la legua denominada de estancia.

Sucesivos Nombres de una misma Empresa

Como puede observarse, La Forestal se formó sobre la base de la Cía. Forestal del Chaco, fusionada luego con la Argentine Quebracho Company y luego con la Cía. de Tierras de Santa Fe. Pero antes de la instalación de La Forestal ya existían, desde el año 1889, otras fábricas en Corrientes.

M&C Santa Fe Land Company Limited Compañía de Tierras, Maderas y Ferrocarriles La Forestal Ltda. La Forestal Argentina Sociedad Anónima de Tierras y Maderas y Explotaciones Comerciales e Industriales, con 1.598.983 hectáreas, o sea descontada parte de su superficie original que fue reivindicada por poseedores anteriores a la venta realizada por la Provincia, y por cuya devolución ésta pagó a la Compañía de Tierras de Santa Fe $3.212.190, siendo que le había vendido la totalidad en $1.002.594.

Desde el siglo XIX Alemania y Francia compraban en Argentina rollizos de quebracho para la producción de tanino. Por otra parte, numerosas curtiembres instaladas en el País trataban sus cueros con aserrín de quebracho colorado. La más importante estaba situada en Esperanza desde 1878. En 1887, en Corrientes, la sociedad Desimone – Costa - Valtier aspiraba a explotar las maderas del Chaco y tenía una aserrinera que producía aserrín de quebracho colorado y posiblemente tanino para cinco curtiembres instaladas en Buenos Aires . Hasta esa fecha el aserradero más importante del Chaco santafesino estaba situado en Florencia, con instalaciones para extraer tanino destinado a la curtiembre de la empresa Langworthy. Esta industria fue luego absorbida por la Cía. Forestal del Chaco, propietaria de los obrajes y de la fábrica de tanino de Calchaquí, así como promotora de La Forestal.

En 1904 se constituyó la Argentine Quebracho Company (el total de sus acciones estaba en manos de la New York Tanning Extract Company) para la extracción de quebracho y la fabricación de tanino, sobre una superficie de 278.487 hectáreas situadas al norte del latifundio que fuera de los herederos de José I. Gálvez y E. Gálvez, de Llambí Campbell, arrendado por La Forestal y que tenía de lindero también a la Compañía de Tierras de Santa Fe. La Argentine Quebracho Company (AQ Cía.) instaló una fábrica de tanino en Tartagal (hoy Estación El Tajamar, línea ferroviaria Intiyaco - Resistencia) para la producción de hasta 50 toneladas de tanino que era exportado a Nueva York junto con 70 mil toneladas anuales de rollizos de quebracho colorado. Empleaba unos 2000 operarios en fábrica y obrajes. La AQ Cía. se fusionó con La Forestal el 31 de diciembre de 1913

La Cía. formada entre los Harteneck y los Hnos. Portalis tenía 237.338 hectáreas en Santa Fe y 279.620 en el Chaco; el ferrocarril Florencia-Basail y otras redes; y el puerto Piracuá en el Paraná Miní, al este de Florencia.

En base a todos estos antecedentes explicitados nació en 1906 (la tristemente célebre) La Forestal, denominada en el registro de contratos públicos bajo el nombre de The Forestal Land, Timber and Railways Company Limited (Compañía de Tierras, Maderas y Ferrocarriles La Forestal Ltda.).

O sea, en síntesis sobre la base de los bienes de la Cía. Forestal del Chaco, incrementados luego con los de las Cía. de Tierras de Santa Fe, nació en el año 1906 La Forestal.

En 1910 el directorio de La Forestal estuvo constituido por C.E.Cunther, director del Banco Anglo-Sud Americano y presidente de la Cía. de Extracto de Carne Liebig; H. Edlmann, director de la British and Foreign Marine Insurance Company Ltda.; Barón D’Erlanger, banquero; A. Harteneck, comerciante; H.M.Kersey, banquero; Federico Portalis, comerciante; H.Renner, director gerente de la Gerb and Farbstoffwerke H.Renner and Co.Actiengesellschaft. Los banqueros de La Forestal eran el Banco Anglo-Sud América y Emili D’Erlanger y Cía.

Los departamentos Vera, 9 de Julio y Gral. Obligado llegaron a ser el símbolo de lo que puede hacer un latifundio en perjuicio de una nación.

La Forestal en las tierras de la concesión Langworthy

La concesión de 80.000 hectáreas a Eduardo Martín Langworthy implicaba que éste debía establecer 250 familias de agricultores europeos, previa construcción de las respectivas casas de azotea para cada una de ellas; construir edificios públicos, escuela en cada una de las secciones de la colonia y un templo. La radicación de familias debía realizarse a razón de 63 por año. Todas las obligaciones, a costa del concesionario, debía realizarse en un plazo no mayor a 40 años y en caso de incumplimiento debía operar la “caducidad de este contrato”.

Nada de lo puntualizado ocurrió. Además, el contrato establecía que “el concesionario no podrá aprovechar los bosques existentes en la concesión, ni permitirá que los colonos hagan otra explotación que la acordada por ley de 10 de abril de 1879”.

El contrato no fue cumplido ni por el concesionario ni por La Forestal, empresa a la que se incorporó la concesión, así como tampoco las tierras fueron revertidas al Estado al cumplirse el término fijado en el artículo de caducidad de la concesión, es decir, el 25 de noviembre de 1923. Por el contrario, los bosques fueron arrasados y el PE facilitó a La Forestal la fuerza armada para perseguir y asesinar a los obreros huelguistas. Además de las tierras de la concesión, pasaron a La Forestal el ferrocarril construido por Langworthy, el puerto sobre el Paraná Miní, embarcaciones, etc.

Además de las 2,1 millones de hectáreas que poseía en el Norte de Santa Fe, La Forestal disponía de 22.173 hectáreas distribuidas en el sur de la provincia, en los departamentos San Martín, Belgrano y General López, especiales para actividades agropecuarias, que podrían haber dado lugar a la instalación de unos 110 propietarios con un promedio de 200 hectáreas cada uno, mientras que en el norte podrían haberse instalado alrededor de 700 propietarios con un promedio de 3000 hectáreas cada uno. Téngase en cuenta que Gabriel Carrasco, en el censo de 1887, estimó que el precio de la legua en los distritos más alejados era de 14 mil pesos, mientras que el Gobierno las vendió a 1.500 pesos. (¿se trató de un caso típico de corrupción?). También cabe acotar que la empresa tenía 400 mil hectáreas en el Chaco, y otros latifundios en Formosa, Santiago del Estero, Salta y en el sur del País.

Obrajes y Obrajeros

Obrajeros: en términos genéricos, se define al personal integrado por hacheros, carreros, cargadores y otros peones, no por el Contratista.

El Bosque de Quebracho: integrado por Quebracho y una multiplicidad de especies arbóreas y de hierbas y arbustos que lo hacían cerrado. La penetración en él era a golpe de machete y de hacha. En Golondrina, en tiempos de crecidas de las cañadas, en las partes altas donde trabajaba el obrajero, más del 50% de los accidentes eran mordeduras de víboras, que se refugiaban de las crecidas en esos altos.

No siempre el bosque era trabajado en verano, debido a las agresiones de insectos. Polvorines, piques, tábanos, garrapatas, mosquitos, viuditas, mosca brava y jejenes, trasmitían enfermedades. 

En 1914 el departamento Vera estaba habitado por 27.716 personas y General Obligado por 32.964 entre población urbana y rural; mientras que en 1895 el primero tenía 7 mil y el segundo 12 mil habitantes. El incremento entre los años mencionados fue debido a la explotación del Quebracho. Desde Corrientes afluyó el grueso de los obrajeros, complementados por obrajeros de Santiago del Estero, Chaco y Paraguay. 

Cada sección asignada a un contratista para la extracción de quebracho, disponía de un ramal ferroviario del sistema Decauville, bajo la responsabilidad de un Mayordomo de monte que vigilaba el cumplimiento de la explotación. Los pagos a los obrajeros se realizaban con vales para compras en los almacenes y tiendas de la misma empresa (¿otra manifestación de corrupción?).

La fauna utilizada en la alimentación de los obrajeros y sus familias, en tiempos de inactividad en los obrajes, estaba integrada por tatú, peludos, mulitas, guazunchos, etc.

Los ingresos de la Provincia por los impuestos a La Forestal

En el año 1916, usando los cuadros de la Dirección General de Rentas se comprobó que la Forestal pagaba anualmente, por concepto de contribución directa y patentes a la Provincia, donde explotaba más de 2,1 millones de hectáreas, además de otras superficies arrendadas y 64.551 de los campos de Gálvez, menos de 220.000 pesos moneda nacional, más el impuesto al quebracho, $76.966, o sea un total de alrededor de 300.000 pesos moneda nacional; mientras que al Gobierno Inglés, La Forestal le pagó en concepto de impuestos en el mismo año 768.036 libras esterlinas, 600.000 de ellas correspondientes al derecho sobre exceso de los beneficios, impuestos de guerra y a la renta y otras contingencias, mientras que el resto correspondió al 25% sobre el exceso de beneficios. Cabe destacar que la suma pagada al Gobierno Inglés era equivalente a 8.797.503 pesos moneda nacional. 

En la misma época, el jornal del hachero no excedía de $2,20/día, trabajando entre 18 y 20 días/mes. El importe mensual percibido por el hachero equivalía a 10 kg de carne. Estímese el daño ocasionado por la Forestal en casi medio siglo de explotación de los recursos naturales y de los Trabajadores. En la década del 1947-57, según una publicación de la Comisión Intercamarista de investigación a La Forestal, se estimó que ésta había ganado la suma de 50 millones de dólares, y en seis años, 1958-63, según sus propias memorias y balances, ganó $750 millones de pesos moneda nacional, líquidos, libres de pago de impuestos. Se estima que sus ganancias no fueron menores desde que comenzó a exportar rollizos, durmientes y taninos, desde 1905.

Y, ¿en otras partes del País?

Por ejemplo, la Compañía Ganadera y Colonizadora del Salado, era dueña de 345 leguas cuadradas (862.500 hectáreas) distribuidas entre Santiago del Estero y Santa Fe, tenía organizada una fuerza armada de 40 hombres al mando de Francisco Mena. Los socios fundadores de esta Compañía fueron Aristóbulo del Valle, Mariano Demaría, Benjamín Butteler, Adolfo Bullrich, entre otros, que luego transferirían bienes a inversores extranjeros (el contenido del expediente Nº19, año 1885, tomo 109, Expediente del Ministerio de Gobierno de la provincia de Santa Fe, ilustra al respecto).

La industria del quebracho fue exceptuada de todo impuesto desde 1899 y recién desde enero del año 1905 comenzó a cobrarse un muy exiguo impuesto ($0,40 moneda nacional por cada mil kg de quebracho extraído para cualquier uso, con excepción de leña y fabricación de tanino, aplicando al quebracho extraído con este último fin, un impuesto de $0,35) en virtud de la ley Nº 1231. Por lo contrario, las colonias agrícolas soportaban el impuesto a los cereales. Las colonias eran 341 en el año 1893 y a principio de siglo sobrepasarían las 350, con una población trabajadora de 500 mil personas en una extensión de 3.458.392 hectáreas. . Recién en mayo de 1906 se modificó la ley aumentando a $1 por tn de quebracho no destinado a extraer tanino y a $0,75 el destinado a ello. Pero el 21 de diciembre del mismo año, mediante decreto, el PE suspendió la aplicación de la ley.

En el año 1906 el impuesto de $0,40 implicó un ingreso al fisco de $176.000, correspondientes a 462.000 tn de quebracho que, al precio de $45 la tn, le significó a La Forestal un ingreso de $20.790.000, o sea que el impuesto incidía un 0.8%. En el año 1907 el precio de la tn bajó a $30 la tn, por lo que ingresaron a La Forestal $13.860.000 y el fisco percibió $160.000, manteniéndose en los subsiguientes años el mismo coeficiente impositivo. Cabe destacar que el capital social de la Forestal en 1932 ascendía a $54.117.500, según su balance (la cifra de extracción de quebracho podría estar subestimada y la caída del precio podría haber sido manipulada para llevar a la quiebra a las pequeñas empresas, ya que en el año 1909 La Forestal había conseguido monopolizar la venta. Sobre este tema hay un artículo en la Revista del Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas, Universidad del Noroeste, Septiembre de 1963, página 29). 

Los Pueblos de La Forestal

Desde 1902, en que se habilitaron las vías del FFCC Santa Fe, que atravesaban Santa Fe hasta el Chaco, fue posible el fácil transporte de materiales, desembarcados en el puerto de Colastiné y luego en el de la ciudad de Santa Fe, hacia las zonas boscosas. 

El Pueblo de Calchaquí no fue fundado por la Cía. Forestal del Chaco, que instaló allí su fábrica, sino por iniciativa de habitantes urbanos y rurales. Por ello la Cía. no fue propietaria absoluta en esa población. Sí, desde sus límites hasta el Chaco, nacieron poblaciones que fueron propiedad exclusiva de La Forestal, o sea desde principios de siglo cuando inició la instalación de fábricas de tanino, edificios para la administración, estaciones de FFCC, talleres, almacenes, casas de visitas, viviendas para empleados, ranchos para obreros, etc.. Así nacieron La Gallareta, Villa Ana, Santa Felicia, Villa Guillermina y se dio nuevo impulso a Tartagal.

Introducción de ganado vacuno para la obtención de bueyes usados en tracción (téngase en cuenta sus implicancias negativas en áreas sometidas a la extracción de madera). También, téngase presente que La Forestal todavía no había incorporado, en ese entonces, 1.200.000 ha que estaban en las manos de la Cía. de Tierras, ni las 278.478 ha que tenía la Argentine Quebracho Company, que luego se unificaron en la Forestal, pero sí, ya poseía más de 500.000 ha en Santa Fe y en el Chaco. En esas tierras se fundaron La Gallareta, Villa Ana, Villa Guillermina y Santa Felicia, incorporando luego a sus propiedades todo Tartagal (todas ellas en Santa Fe) y Hausonia, Villa Berther, Laguna Limpia, etc., en el Chaco.

Las mencionadas fueron las poblaciones industriales, ya que otras se constituyeron como centros abastecedores de los obrajes y concentradores de los rollizos destinados a la exportación y a la extracción de tanino en sus fábricas. Esas poblaciones secundarias fueron también creadas con el sentido de transitorias, sujetas al agotamiento de la oferta de quebracho en sus zonas de influencia. Entre ellas pueden mencionarse las siguientes: La Estacia, Las Gamas, Santa Lucía, Cerrito, Olmos, Km 800, La Colmena, Guaycurú, Garabato, Golondrina, La Florida, Cañada Ombú, Ogilvie, El Toba, Ramal, San Juan, Km 51, Km 302, Km 36, obrajes de Km 4, 8, 13, 17, 24, 30, 322, 348, Las Garzas, Km 30, La Balanza, Km. 374, El Rabón, Km 366, Puerto Piracúa, Pracuacito y Ocampo en Santa Fe, y otros en el Chaco, donde los obrajes penetraban en los bosques de Tapenagá (explotación en 100 leguas cuadradas) y Resistencia (explotación en 70 leguas cuadradas), redondeando en 1921 alrededor de 1.125 leguas cuadras (2.812.500 hectáreas). 

En Santa Fe, cada pueblo creado por La Forestal tenía una fábrica de tanino, edificios para administración, para habitación del gerente y empleados casados, la casa para visitas, el gran almacén de ramos generales, panadería, carnicería, club deportivo, cancha de golf, etc., una “soltería” para empleados, todas dotadas de luz eléctrica, agua corriente, fábrica de hielo, sistema cloacal, farmacia, médico y luego hospital; otras viviendas para obreros, ranchos o viviendas modestas para peones, alejadas del centro urbano.

Todo ello había sido construido en territorios que fuera de abipones, mocobíes y tobas.

En la escala de ubicación social ocupaban el último lugar los peones de fábrica y el hachero. La población en el territorio de La Forestal totalizaba alrededor de 25.000 personas distribuidas entre campos de ganadería, obrajes y pueblos.

Los datos téoricos, dice Mesey, indican que los árboles de quebracho colorado alcanzan su máximo valor de evolución a una edad de alrededor de 250 años.

En la producción de carbón, bajo método tradicional inadecuado, se obtenían entre 100 y 125 kg de carbón por tn de leña, mientras que si se hubiera aplicado el método de destilación seca se habría producido 324 kg de carbón, 157 m³ de gases útiles, 37 kg de ácido acético, 15 litros de alcohol metílico, 33 kg de brea y 157 de alquitrán.

En 1933 Villa Guillermina tenía 7.000 habitantes, pero por su origen, ya que había sido fundada antes de La Forestal por Harteneck y Cía., tenía el mayor número de personas independientes respecto al resto de los pueblos de La Forestal, pero no por ello escapaba a las garras de la empresa. Villa Ana tenía en 1947 5.000 habitantes, Tartagal 3.000, La Gallareta 4.000, mientras que en Santa Felicia la cantidad era menor. Los otros núcleos pequeños tenían entre 150 y 1.500 habitantes, y muchos de ellos desaparecieron con la paralización de los obrajes.

La Forestal pagaba en 1918 $3.000 anuales de impuesto por la fábrica de tanino de Villa Ana, que elaboraba 2.300 bolsas/día de 50 kg cada una y por la casa de ramos generales $2.100/año; por la fábrica de tanino de Villa Guillermina (una de las más importantes del mundo) pagaba $5.000/año y por su almacen de ramos generales $3.100/año. Por el servicio de farmacia que tenía en cada uno de los cinco pueblos, sólo pagaba impuesto por uno, mientras no pagaba absolutamente nada por herrerías, carpinterías o tros negocios que tenía en cada pueblo.

8 tn de rollizos de quebracho colorado se obtenían como máximo de 4 árboles, pudiéndose obtener también de 2 árboles. En La Gallareta ingresaban cada 24 horas 350 tn de rollizos transportadas en 20 o 25 chatas con carga de 15 tn cada una.

Las Huelgas de 1919 y 1920

Las profundas razones de orden social de las huelgas de 1919, 20 y 21 se encuentran siempre en el trato opresivo de la Compañía respecto a los obrajeros en particular y trabajadores en general. En 1919 la Cía. trabajaba los obrajes con una masa de hacheros y obreros de aproximadamente 9.000 hombres, en muchos casos con sus familias.

En 1911 La Forestal había exportado maderas por un total de 250.000 tn y en un período de tres años, hasta 1908, 184.000 tn de tanino. Además, tenía contraídos compromisos de exportación de 2.000.000 de durmientes destinados a ferrocarriles en América Latina. En 1912 la Cía. exportó 70.000 tn de rollizos por el puerto de Santa Fe y en 1913 136.498 tn. 

El primer Centro Socialista fue fundado en Villa Ocampo, poblado independiente de la Forestal, aunque bajo su influencia y distante 30 km de Villa Ana. Por el puerto de Ocampo, que pertenecía a la Cía., los marineros de sus barcos realizaban tareas proselitistas colaborando con la Federación Obrera de Tanino y Anexos del Chaco. 

En Villa Guillermina se logró formar el Centro Obrero que respondía a la Federación Obrera Regional Argentina (FORA.). Activistas como Lotitto, Giovetti, Ifran (FORA), Teófilo Lafuente (electricista), Vera (FORA), Lorenzo Cochia (mecánico), etc. eran los organizadores. El dirigente obrero Juan Giovetti redactaba en Villa Guillermina el periódico Aña Membuí. En julio de 1919 se produjo la primera huelga encabezada por los dirigentes obreros y el comerciante Isurregui, entre otros. Después de varios días de paro pacífico y de promesas de la Cía., el paro fue levantado.

Un nuevo paro estalló desde el 13 de diciembre hasta mediados de enero de 1920 y la Cía. contó en la oportunidad con el apoyo de fuerzas armadas guardiacárceles y soldados del 12 de infantería a las órdenes del mayor Ortiz (ver diario de sesiones, Tomo III, 1921, pág.297, Cámara de Diputados), además de la participación de la Gendarmería Volante (en realidad fuerza armada pagada por la Forestal con presupuesto equivalente a la paga de 400 obreros, o sea de $30.000 a $40.000/mensuales, constituyó el símbolo de la fuerza de la Cía. Pero además creó un cuerpo de policía sin uniforme, integrada por unos 80 hombres) y la policía. La Forestal cortó el suministro de agua y luz. La huelga concluyó luego de 30 días. Los principales teatros de operaciones de la Gendarmería Volante fueron Villa Ana y Villa Guillermina, pero también se realizaron en Tartagal y Florida.

Los meses Trágicos del año 1921

A comienzos de enero de sucedieron despidos masivos y cierres de fábricas de la Cía. Los obreros cesantes eran los que se habían levantado en 1919 y 1920. La Cía. comenzó a regalar boletos de FFCC a los que desearan abandonar su territorio. ¡despoblamiento del territorio, expulsando argentinos!. 

Los sindicatos obreros de Santa Fe, Rosario y Buenos Aires manifestaron su disposición a colaborar con el movimiento obrero de Villa Ana y Villa Guillermina y de todas las fábricas para poner al descubierto los móviles de la Cía. y detener los despidos.

La Cía. cerró la fábrica de tanino en La Gallareta el 8 de enero y el 10 del mismo mes 300 obrajeros de Garabato e Intiyaco abandonaron el trabajo en virtud de no haber recibido un aumento del jornal. En Santa Felicia y La Gallareta quedaron sin trabajo alrededor de 650 obreros por la clausura de los obrajes. En total quedaron sin trabajo alrededor de 2.000 obreros.

La huelga en las fábricas de tanino sólo hizo cesar el trabajo de una parte de los obreros, porque el “lockout” se había iniciado ya con la suspensión, o la reducción del trabajo en La Gallareta, Tartagal y Santa Felicia. En Villa Ana y Villa Guillermina se habían producido los despidos por lo que el movimiento obrero se proponía paralizar las fábricas en demanda de plena ocupación y conjurar la amenaza de suspensión en todas las fábricas.

Los obreros sostenían que ellos constituían un factor de riqueza de la sociedad y que nadie puede negarles el derechos al trabajo que, en su caso, es el derecho a la vida. Al declararse la huelga el 28 de enero, la Federación Obrera adhirió de inmediato y realizó actos en las principales ciudades. La huelga se extendió a Rosario y a Santa Fe (capital), parando también las fábricas de tanino y los obrajes en el territorio nacional del Chaco. En el territorio de la Cía. se desató una represión violenta. En Villa Ana, el 29 de enero los ataques de la gendarmería y la policía fueron violentos; mientras en Villa Guillermina la violencia se desató, como ya dijo, con la muerte del Comisario General Celestino Alfonsín, siendo atribuida la misma a un agente provocador (de apellido Sandoval) que integraba la policía no uniformada.

El 1º de febrero se combatió en la estación Rica, cerca de Villa Ana. El 2 de febrero comenzaron a huir del lugar familias y pobladores. Al día siguiente ocurrió lo mismo en Villa Guillermina, Villa Ana, Golondrina y Villa Ocampo, mientras obreros y obrajeros buscaban refugio en los montes o en campos vecinos al territorio de la Cía. El 4 de febrero se unieron a la Huelga los Trabajadores de Km 322, Colmena y Florencia.

El 20 de febrero continuaba la “caza” de los obreros y obrajeros, mientras que en las fábricas se había comenzado a trabajar con personal reducido. Una vez finalizados los principales hechos de violencia en Villa Ana y Villa Guillermina, la Cía. resolvió aumentar el sueldo de los gendarmes volantes de $100 a $125/mes, retroactivo al 1º de febrero.

Con la clausura de la última fábrica, localizada en Tartagal, que hasta el 15 de abril había trabajado con personal reducido en cantidad (a 80 personas), donde antes se habían empleado 700 hombres, se acentúo el despoblamiento del territorio.

En Villa Ana y Villa Guillermina la gendarmería continuaba “deportando” pobladores e incendiando sus ranchos. A mediados de mayo de 1921 la Cía. Inició el despido de empleados con antigüedad de hasta 22 años.

Ferrocarriles, Puertos y ... África

Los FFCC de la Cía. abarcaron un recorrido de 400 km, con algunos ramales cortos que convergían con otros mayores al servicio de los obrajes, con estaciones propias o del FFCC Santa Fe, en parte con trochas similares a las de éste, mientras el resto era del tipo Decauville. La red en la Provincia estaba constituida por: 42 km de Calchaquí a la Guampita, 20 km de Margarita a La Gallareta, 51 km de Ogilvie a Olmos con un ramal de Santa Felicia a La Estancia, 45 km de Colmena a Tartagal, 37 de Golondrina que se internaba hacia el este y hacia el oeste en tierras que fueran de Carlos Casado, 54 km de Puerto Ocampo a Mocoví, uniendo Villa Adela, Villa Ana y Campo Redondo, 80 km de Puerto Piracuacito a Villa Guillermina y Resistencia, 23 km de Puerto Piracúa a Florencia, etc. Esta red estaba destinada a servir a la industria del tanino y a la explotación de los bosques, para el transporte de rollizos desde las playas de los obrajes a las estaciones de FFCC propias o del FFCCSF, con el que empalmaban en Margarita, Ogilvie, Colmena, Tartagal, Villa Ana, Villa Guillermina (en la provincia de Santa Fe) y en Horquilla, Hausonia, Km 31 del ramal de Charaday al oeste y Km 29,903 del mismo ramal al norte 

El ramal de Villa Ocampo al Puerto Ocampo, que pasó a pertenecer a la Cía., ensanchó su trocha, empalmándola con los ramales de Villa Ocampo a Villa Adela y de ésta a Villa Ana, pues tenían trochas distintas. La Cía., al adquirir ese FFCC, inició una intensa explotación comercial de transporte de cargas y pasajeros, aplicando tarifas arbitrarias. Para ello formó la SA FFCC a Puerto Ocampo, con asiento en la Capital Federal, presidida por el Sr. Manuel Gálvez, arrendatario de 64.551 ha de La Forestal. Sólo un cargador, la sociedad Feldmann, Prieto y Cía., pagaba por fletes de leña de Villa Adela a Puerto Ocampo, alrededor de $50.000/mes.

La Cía. no estaba autorizada para la explotación comercial del FFCC, al entender que sólo debía prestar servicios al transporte de los productos de ella. Por ello, en 1923 el Superior Tribunal de Justicia ordenó el cobro de una multa a la Cía. por no haber abonado la patente de explotación comercial del FFCC, para lo cual la Dirección General de Rentas había fijado un canon de $15.000/año. (adviértase la diferencia entre lo pagado mensualmente por un solo usuario y el monto del canon anual).

Entre los años 1948 y 1963 la Cía. clausuró en Santa Fe sus cuatro fábricas. En 1936-40 se colocaron en el mercado mundial 236 mil tn de tanino de quebracho y 89 mil de mimosa; en 1959 el primero bajó a 151 mil tn y la mimosa subió a 167 mil tn.

A fines del año 1964 el Sr. Ricardo Marzoratti, presidente del Instituto Argentino del Quebracho declaró que hasta 1951 Argentina exportaba un promedio anual de 186 mil tn de tanino y que luego la exportación descendió a un nivel tal que en 1963 se exportó 91 mil tn. Y eso, agregaba, que las reservas de madera de quebracho convertidas en tanino tienen un valor de 5.000 millones de dólares. El cierre de 13 de las 21 fábricas de tanino que funcionaban en Chaco, Santa Fe, Formosa y Jujuy cerraron determinando la desocupación de 50.000 trabajadores de la industria, quedando sólo 15.000 en actividad. El mismo Marzoratti estimaba que la Argentina disponía de materia primara para 150 años de producción de unas 350 mil tn anuales de tanino. 

El censo de madera que se realizó en el año 1963 en una cuarta parte de las 203.000 ha de La Forestal, antes de cerrar la fábrica, reveló la existencia de unas 165.000 tn de quebracho, sin tener en cuenta que durante el último año de actividad de la fábrica La Forestal impuso un trabajo denominado de explotación parcial, aprovechando solo el fuste de los árboles y desperdiciando la ramazón, que se calcula en un 80% del total de la madera. O sea, dejando en el suelo materia prima equivalente a por lo menos dos años de trabajo de la fábrica.

Levantado el material ferroviario e instalaciones de fábricas, La Forestal vendió 40 millones de kg de hierro y cobre, que al módico precio de $2 por kg le significó un ingreso de $80 millones por los que no pagó impuesto alguno al fisco.

Los desocupados de La Forestal

A 3 años de creada La Forestal, en 1908, se produjo una grave desocupación que obligó al gobierno a tratar un proyecto de construcción de un puente sobre el arroyo Caraguatá, para estimular la agricultura en la zona. Y se trataba del año en que La Forestal avanzó arrolladoramente, alcanzando al año siguiente el control del comercio de madera y una venta al exterior por valor de $20 millones.

En 1913 nuevamente la desocupación se hizo sentir con fuerza debido a la falta de trabajo en los obrajes de la zona de Colmena, estimándose en 7.000 el número de personas que habitaban su centro urbano y obrajes circundantes. Y esta desocupación se dio no obstante la riqueza en quebrachos explotados en los ramales a Fortín Olmos. En esos tiempos estaban clausuradas las fábricas de Santa Felicia, Tartagal y Calchaquí, ésta próxima a ser levantada definitivamente.

Entre 1918 y 1921 la desocupación fue más grave aun. Los salarios de hambre, según Juan José de Soiza Reilley, en 1922 era de $1 a $2,80/día, agregamos, en jornadas de 10 horas/día y 20 días al mes. En Golondrina, alrededor de 1930, se paralizaron casi por completo los obrajes de la Cía. dando lugar a una fuerte migración hacia el Chaco. Los cierres definitivos de las fábricas de tanino se realizaron en las fechas siguientes: Tartagal en 1948, Villa Guillermina en 1952, Villa Ana en 1960 y La Gallareta en 1963 (provincia de Santa Fe), y Baranda en 1949 (provincia del Chaco), siguiendo a Calchaquí y Santa Felicia. Las grandes extensiones de tierras continuaban baldías u ocupadas en parte con ganado de La Forestal, que había llegado a superar las 200.000 cabezas.

La Herencia de La Forestal

300 casas, el taller de vagonería y la fábrica demolida forman el haber edilicio de la Cía. en La Gallareta. Y todo el resto, desolación, miseria, tristeza. Pero la herencia principal, la que espera, es la estimación del pasivo ambiental dejado por La Forestal en las Provincias Argentinas que abarcó su feudo. Ello podría servir para iniciar un vigoroso proceso de desarrollo de las zonas involucradas, dando a las mismas los nombres de luchadores sociales rescatados por crónicas de esos tiempos.

4. HACHA Y QUEBRACHO 

Primera Instancia: Durmientes y Postes de Quebracho. Al principio debió competir con el acero traído de Inglaterra para beneficiar su comercio exterior. Luego se impuso el Quebracho usado tanto en el labrado de postes como de vigas, en la construcción de viviendas, puentes, muelles, muebles, embarcaciones, pisos de parquet, etc. La vinculación con el FFCC fue evidente. Las demandas de madera dura fueron en aumento. A partir de 1870 la introducción del alambrado en las explotaciones pecuarias de la pampa húmeda demandó postes incentivando la explotación forestal. En la década del 1880, con motivo del tendido de vías entre Sunchales y Tucumán se firmó el primer contrato para provisión de durmientes a un precio de $1,65 por pieza.

Segunda Instancia: el Tanino. Se descubrió otra extraordinaria cualidad del quebracho: la gran magnitud de tanino que contenía en su tronco y ramas principales. Pero se descubrió que el quebracho colorado chaqueño de Santa Fe y el Chaco superaban en rendimiento de tanino al santiagueño. Así, en ambas provincias se asentó La Forestal del Chaco formada por la fusión de los Hnos. Portalis con los Hnos. Hartenek que tenían más de 500 mil ha en la zona. 

En 1895 salieron del país 402 tn de extracto sólido de quebracho, la mayor proporción con destino a Alemania; en 1903 aumentó a 12.040 tn y en 1915 superó las 100.000 tn. Ritmo que fue en aumento hasta 1963 en que La Forestal, al reemplazar el tanino de quebracho por tanino de mimosa, decidió levantar sus instalaciones, pueblos, fábricas, vías ferreas, etc. y retirarse del País. 

Tercera Instancia: utilización total del Bosque. Se hizo necesario utilizar el quebracho santiagueño para la provisión de durmientes, postes, vigas y carbón para el FFCC. Ello dio lugar a la tala indiscriminada de las especies arbóreas: quebracho colorado, algarrobo, quebracho blanco, guayacán, itín, etc. Además de los durmientes y postes se necesitaba el carbón y la leña como combustible después de la gran guerra, al agotarse el carbón de piedra. En ese entonces en el bosque existían avestruces, guanacos y venados, entre otros.

Salario medio $2; gasto medio por carne, 1 kg de sal, 1 kg de harina, pan (cuatro galletas), ½ kg de azúcar, ½ kg de yerba, grasa, total “2,45.

Estadística Reveladora

Santiago del Estero tenía a inicios de la explotación forestal una extensión de 143.484 km², de los cuales alrededor de 107.922 km² estaban cubiertos de bosques, de los que en 1965 quedaban sólo alrededor de 7.000 km² . El resto fue irracionalmente extraído, o sea que poco más de 100.000 km² fueron deforestados. Además, estimó que hasta 1941 se había extraído alrededor de 150.000.000 de árboles de quebracho colorado, además de la destrucción de quebracho blanco, algarrobo blanco y negro y otras especies.

Según la Dirección Provincial de Bosques de la Provincia, desde 1900 hasta fines de la década de los años 80, salieron de los bosques santiagueños más de 170 millones de tn de madera. A la par, estimó que de los 240.000.000 de durmientes utilizados en los 40.000 km del FFCC argentino, alrededor de 1/3 provino de Santiago, o sea que sostuvo la totalidad de la red Ferroviaria nacional durante treinta años. En cuanto a los postes para alambrados, estimó que entre 1900 y 1966 se transportaron desde la provincia hacia la región pampeana 64.500.000 unidades.

Hacia fines del siglo XIX (1898 a 1903) el gobierno de la Provincia en sucesivos remates vendió más de 4 millones de hectáreas al irrisorio precio de $0,23/ha, en los departamentos Moreno, Copo, Figueroa y General Taboada (éste, se denominaba 28 de marzo). Para la compra, se formó en la Capital Federal el 23 de julio de 1898 el denominado Sindicato de Capitalistas para la Adquisición de las Tierras en Santiago del Estero, cuyos miembros designaron una Comisión integrada por el Dr. Ramón Santamarina, Luis Suberbuhler y Dr. Antonio Martínez Rufino, Adolfo Villate hijo y José Gómez. Esta Comisión otorgó poderes especiales de representación al Sr. Julio Hasse, que también representaba a la Provincia (nuevamente un arte y parte: ¿a quién será fiel?). En las tierras predominaban los bosques de quebrachos colorado y blanco. Ernesto Tornsquinst, que formaba parte del Sindicato, formó en Amberes la Cía. Belga Argentina de Ferrocarriles para la construcción de un ramal que uniera a los latifundios adquiridos por el Sindicato, lo que posibilitó la deforestación practicada por sus miembros. Explotaron los bosques vecinos a Añatuya, Quimilí y Suncho Corral. Siete años después de adquiridas las tierras, el valor de estas subió un mil por ciento.

Ernesto Tornsquinst con su famillia constituyó en 1906 (casi finalizada la construcción del FFCC) la Cía. Quebrachales Tintina S.A., adquiriendo prácticamente la mitad del chaco santiagueño a los integrantes del Sindicato. El Ferrocarril construido por la empresa mencionada en el párrafo anterior partía de Añatuya ingresando a los Quebrachales del Chaco santiagueño. La empresa (administrada por Jacobo Kade y Ernesto Van Peborgh), por la construcción recibió en venta simbólica 217 leguas (677.500 ha) por parte del Sindicato, las que luego fueron transferidas a Quebrachales Tintina S.A.

En campos de propiedad de la Empresa se establecieron las estaciones FFCC Vilela, Puna, Quimilí, Girardet, Roversi, Lilo Viejo, Alhuampa, entre otras. En los obrajes trabajaban más de 5.000 obreros. Sólo en 1913 salieron por Lilo Viejo 400.000 durmientes. Aun hoy, muchas de las tierras del departamento M. Moreno pertenecen a los Tornsquinst, y con ese apellido se conocía a la actual Quimilí.

En 1921, el entonces Presidente H.Yrigoyen impidió la venta de otras 1.7 millones de ha dispuesta por el gobierno de la Provincia a un solo adquirente. La prohibición de venta abarcó también a 1,45 millones de ha en el Chaco, 825 mil en Formosa, 430 mil en Misiones, 3,4 millones en Chubut, 1,55 millones en Santa Cruz y 500 mil en Tierra del Fuego.

En el año 1942, aproximadamente el 10% de la superficie de la Provincia estaba en manos de 20 familias: Sociedad Tierras Yerbales 191.760 ha; Hartenek, Proske y Cía. 139.802 ha; El Dorado 103.960 ha; Weisburd S.A. Ltda. 92.500 ha; Castiglioni, Pes y Cía. 92.467 ha; Cía. Comercio e Industria 77.346 ha; Ballestrini 76.440 ha; Enrique S. Pérez 72.346 ha; Sociedad Fomento Norte Argentino 68.026 ha; Lafranchi José A. 58.299; Gelosi Nazareno 56.299; De Martini 56.244; Donadeu 45.480; S.A. Tres Mojones 42.886; S.A. Francisco Muhlen Kan 42.498; Merz Hermanos 41.130; Llapur y Azar 40.269; Compagno Hnos. 38.249; Cabeza y Cía. 36.584; Manuel Iriondo 34.706. La totalidad de las 1.407.312 ha se encontraban distribuidos en seis departamentos. En este informe faltan otros grandes latifundios como los de Tornsquinst, Martínez Rufino, Lloveras, entre otros.


https://es.scribd.com/document/351652337/Gallo-Mendoza-La-Forestal-y-El-Quebracho-Santiagueno


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