FOTO DE VIERNES
Tal como dice el dicho, "lo bueno viene en frasco pequeño".
Este parece ser el caso de la Avenida Alvear en el barrio porteño de Recoleta, que en tan sólo siete cuadras aloja palacetes, galerías de arte, museos, hoteles cinco estrellas, y algunas de las boutiques de ropa y joyerías más caras y exclusivas de la ciudad de Buenos Aires.
En el siglo XVIII, se trataba de una zona de chacras apartadas de la ciudad, donde vivían familias de la alta sociedad. Con el pasar de los años, la zona se fue incorporando a la ciudad, hasta convertirse en una zona céntrica.
Este rincón de Buenos Aires, concentra algunos de los palacetes mejor conservados de la capital como el Palacio Duhau (foto con dos columnas), construido hacia 1930 por el arquitecto León Dourge para la familia Duhau. Actualmente, esta fachada de imponentes columnas pertenece al hotel Park Hyatt Buenos Aires.
Palacio Duhau
A pocos metros, se encuentra el
Palacio Harilaos de Olmos, construido en 1909 para la familia Fernández-Achorena. Durante varios años, funcionó como residencia presidencial del Presidente Marcelo T. de Alvear y su esposa. Según la página del
Hotel Lindor "
a fines de 1920 la residencia fue comprada por Adelia María Harilaos de Olmos y donada al Vaticano y es la actual sede de la Nunciatura Apostólica de Buenos Aires (Embajada del Vaticano)."
Palacio Harilaos de Olmos
A la izquierda del Palacio Duhau, se ubica la obra del arquitecto francés León Dourge, que también perteneció a la familia Duhau. Esta construcción de fuertes influencias medievales y renacentistas actualmente pertenece a la Familia Maguire.
Las construcciones estás tan bien conservadas, que si uno cierra los ojos frente a estas construcciones y se concentra, puede imaginar a hombres de traje, zapatos lustrados y relojes de bolsillo caminando por las calles de adoquines del brazo de elegantes mujeres con miriñaque y trabajados peinados mientras sus amigos los saludan desde carretas tiradas por caballos.
Caminar por la Avenida Alvear es viajar a una argentina de caudillos y patricios, es beber un a dosis concentrada de historia, es recorrer una realidad que a simple vista parece irreal.
La obra del arquitecto francés León Dourge
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