Ayer volví a lavarme el pelo con el Elvive Nutri Gloss, el rosado, el mismo que en enero 2009 cargamos en la mochila para recorrer el NOA, Luisina y yo; y me pasó algo fantástico. Apenas lo empecé a desparramar sobre mi pelo volví a verme en Cafayate, en cucliyas, enjuagándome la cabeza en el baño del fondo de una casa donde sus propietarios improvisaron un camping.
Fabuloso. Cerré los ojos e inhalé lo más profundo que pude para seguir de viaje. Volvieron a maravillarme la plaza, los grupos de mochileros que caminaban pateando piedritas, el río Chuscha y las remeras llenas de polvo. El dolor en los hombros colorados de carga y de sol. El manjar callejero a dos pesos: pan con queso de cabra. El viento en la cara. La lengua con vino.
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La vid |
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Río Chuscha |
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Plaza principal |
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El mensaje del barril |
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