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lunes, 29 de noviembre de 2010

SOBRE LA REALIDAD 2

SOBRE LA REALIDAD 2
SOBRE LA REALIDAD 2 (O sobre los datos incontrastables que nos depara la realidad dos). Por guillofca.


Hace unos pocos días, no más de cuarenta y cinco, tocaba el tema de la realidad, que como todos sabemos es la única verdad, pero se encuentra en muchos lados (como decía mi abuelita materna). En ese momento pedía cordura, por el asesinato de un estudiante en una movilización. Hoy, con varios muertos más, con lo que remarco que todos los muertos valen lo mismo, debo indicar la falacia del discurso indigenista de nuestro gobierno, al menos el que se apresuraron a intentar destacar en los últimos tiempos, en relación con “nuestros hermanos los indios”, como decía el General San Martín. El asesinato impune y cobarde de mis hermanos Qom no amerita ninguna cautela, por su complejidad, como dice un alto funcionario del gobierno, que lo único que demuestra es su falta de madurez y de formación. En el hecho de Formosa, como en Barracas, operó la misma sinrazón, la misma ilógica del desmadre del poder, del dinero y la violencia. En los dos hechos el asesino serial es el ideologismo, o, la idea sectaria de la supremacía de un grupo sobre otro. Ya nos explayamos, en otros escritos, sobre la falacia de considerar en menos los derechos humanos de todos, apelando a su generación. Los derechos de mis hermanos son de igual calidad y excelencia, que los derechos de cualquiera, aunque, esos otros, hayan apelado a la violencia política. En nuestro país parece que los valores se encuentran trastocados y cualquiera, que ejerce su derecho a participar en política, apelando a la violencia, parece por encima de los demás, como más puro, más intocable, con mayores permisos, por sobre la constitución y las leyes. Eso mismo es lo que origina estas muertes y eso se llama IDEOLOGISMO o IDIOTISMO SECTARIO. Es ese mismo ideologismo del que se encuentra plagado el gobierno nacional y los provinciales, de, presunto, distinto signo que los de antaño, pero basados en la apetencia desmedida de poder, de dinero, que los lleva a la violencia. Notaron que existen algunas personas que no les interesa nada más que saciar sus instintos, a esos los llamamos degenerados, o, drogadictos, pero estos son adictos al poder y al dinero. Ya los conocemos, porque tenemos un antecedente inmediato en la década del noventa del siglo pasado y otro más antiguo en lo que se conoce, como la “generación del ochenta”, a la que prefiero llamarla degeneración del ochenta, porque trastocaron nuestros valores fundacionales y me refiero al legado: a esa igualdad nacida del reconocimiento de los orígenes ancestrales de los derechos de este pueblo, que no es otra cosa que la apoyatura en el innegable derecho a la determinación de nuestros pueblos originarios. Luego eso se deformó, al igual que en el resto de Latinoamérica y se entronizaron en el poder grupos sectarios, que se apoyaban en el manejo discrecional del poder, en el dinero (que saquearon de estos suelos o tierras) y en el abuso de la violencia estatal o paraestatal. A ese grado retrocedimos en estos tiempos, dejando de lado las conquistas de Yrigoyen y Perón. No pretendo culpabilizar al gobierno, porque estoy seguro que tiene la culpa, por impericia, por negligencia, por defender sociedades fraudulentas, por ignorantes de la realidad, porque se basan en sus necesidades y no en las del común de las gentes, lo que los transforma en sectarios. Y todavía falta mucho tiempo, para las elecciones generales del año que viene, por lo que podemos presuponer nuevos incidentes, donde primen los deseos de nuestros funcionarios de mentes unidireccionales, atento al hecho incontrastable de la felicitación presidencial al gobernador de Formosa, por su política energética, en medio de la matanza. Es llamativo que algunos individuos de intelecto deprimido se paseen por el país destacando que eligen el mal menor, porque los otros son peores, cuando en política hay que apostar al bien, no al mal. Igualmente, es deplorable que se ataque, en el arco opositor a una persona, que se cansa de remarcar los vicios de nuestra política interna y reitero que existen ciertas flores que no me gustan, como me preocupan los ingenuos, que quieren pactar con el gobierno, cuando en realidad este los llama a copular, por aquello de: “Cuando parece que nos estamos peleando, en realidad estamos copulando”, frase célebre si las hay, que los marca de pies a cabeza a nuestros gobernantes de mentes unidireccionales, que necesitan de un descanso merecido.

Ver en http://ar.groups.yahoo.com/group/gene_camara/

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