EL CORCEL DESAMARRADO
“…6.- Todos los
pueblos originarios tienen muy desarrollada la capacidad de anticipación,
a lo que no escapa
nuestro continente. Alguno, con seguridad y pensamiento centro
europeo, me puede
decir que igual fueron conquistados. Pero no alcanzan a comprender
la integralidad del
asunto. Sabían que era inevitable, por la brecha tecnológica y la falta
de comunión entre
hermanos. Los pueblos, individualmente, ensayaron dos grandes
políticas defensivas,
pero comunes a todos, por esas cosas de las causalidades, por un
lado, encargaron a
los espíritus guerreros el retraso, humanamente posible, de la
invasión, dada con
variantes particulares, llegando, en algún caso, a la alianza con
sectores menos
virulentos de los agresores, como ejemplo podemos citar a la mal
llamada civilización
jesuítico-guaranítica y por el otro se preocuparon por esconder el
tesoro
intelectual-espiritual en el interior del alma originaria, o, india si lo prefieren.
Durante siglos los
blancos buscaron ese tesoro escondido, pensando que se trataba de
oro y plata. Hoy
sabemos que llegó el momento de mostrar el tesoro al mundo, en
comunión, en común
unión, con todos los habitantes de la tierra, porque resistimos y
triunfamos a favor de
la vida, siguiendo las reglas de la madre naturaleza. Todo llega a
su tiempo y cada uno
se deja engañar o no, según su real saber y entender, por ello es
importante el
continuo de conocimientos- valores. En el fondo es una cuestión de
preparación
intelectual-espiritual, que necesita equilibrio interno. En algún momento,
mi hija, preocupada
porque no podía tener esa percepción de su sangre, que yo le
describía como la
inestimable guía de mi parte originaria y africana, sobre la blanca, a
pesar de mi aspecto
externo europeo, me preguntó por lo que tenía que hacer, para
lograr la comunión.
Le contesté que lo primero se relacionaba con la eliminación del
bloqueo, con el
desamarre, que postulaba el sabio del cuento del corcel (Martes 25 de
septiembre de 2007 “El
corcel desamarrado”
Luis Hernández
Navarro Andrés Aubry: el corcel desamarrado. Tenía 80 años de edad.
Venía de ver al
médico. Andrés Aubry quería viajar en su vehículo hasta Vicam,
Sonora, para asistir
al encuentro indígena. Regresaba a San Cristóbal de las
Casas. No alcanzó a
llegar. Un tractocamión color azul se impactó de frente en
su camioneta tracker
blanca. Andrés Aubry se encontraba en un momento de gran
productividad. Se
había sobrepuesto al profundo dolor que le produjo la pérdida
de su compañera,
Angélica Inda. Interlocutor privilegiado de la experiencia
autonómica zapatista,
mantenía con sus dirigentes un diálogo fecundo. Su visión
sobre Chiapas había madurado.Su
formación ortodoxa devino heterodoxa. Nacido en
Francia en 1927,
estudió etnosociología en Beirut, Líbano, y sociología e
historia en París.
Trabajó en su país de nacimiento, en Bélgica y España. Fue
asesor del Concilio
Vaticano II, el Celam, la UNESCO y la Conai. Su encuentro
con Samuel Ruiz en
Colombia fue fundamental para que se trasladara a vivir a
México. Llegó a
Chiapas en 1973, año de la última inundación histórica de Jovel.
La catástrofe –dijo–
le enseñó que esa entidad es un estado olvidado por la
naturaleza y por los
hombres. Participó en el Congreso Nacional Indígena de 1974.
Fundó, junto a Jan
Rus, el Instituto de Asesoría Antropológica para la Región
Maya AC (Inaremac).
Junto con Angélica Inda editó 34 números del Boletín del
Archivo Diocesano de
San Cristóbal de las Casas. Andrés Aubry fue,
simultáneamente, un
intelectual de la otra Iglesia católica chiapaneca y del
mundo indígena.
Acompañó la forja de la institución eclesial popular de Samuel
Ruiz en la diócesis
de San Cristóbal, la formulación de la teología india y la
reconstitución de los
pueblos originarios en Chiapas. Encontró en Bartolomé de
las Casas la matriz
de su rebeldía. “La Iglesia latinoamericana –escribió–, como
la lucha indígena,
tiene 500 años. En Chiapas nació rebelde porque el fundador
de la diócesis, fray
Bartolomé de las Casas, fue condenado por el rey y la
Inquisición en 1570.
¿La razón? Entre muchas otras, pero la mayor: su tesis de
que la soberanía del
continente es de los indios… “Este carácter dual lo acompañó
hasta su muerte. En
la catedral de San Cristóbal se ofició una misa de cuerpo
presente. Sus restos
fueron velados en el templo de San Nicolás, convertido en
capilla ardiente.
Allí acudieron indígenas rebeldes de Oventic. Sobre el féretro
gris colocaron la
bandera rojinegra del EZLN. Simultáneamente antropólogo,
historiador y
geógrafo, apostó a la gestación de una nueva antropología que
procese la
experiencia indígena. Una disciplina que sistematice sus
experiencias, teorice
sus prácticas y recupere su saber, creando las condiciones
para reactivar la
memoria colectiva. Encontró en la obra de Ferninand Braudel,
Edgar Morin, Inmanuel
Wallerstein y Paulo Freire herramientas conceptuales para
emprender esta empresa.
Crítico acérrimo de la academia tradicional, Aubry se
hizo alumno de los
indios. Acusó a científicos sociales de realizar “despojo
intelectual” de los
conocimientos y sabiduría de los pueblos a los que
“estudian”, con fines
totalmente ajenos a los de los propios pueblos. “Sin
revolución de la
academia –afirmó– es impensable otra ciencia social con
enfoques dictados por
los de abajo, trabajados y procesados por ellos y en su
beneficio, no
programada por las clases académicas del SNI, el Conacyt y otras
burocracias
intelectuales, sino por los actores sociales, no objeto de estudio,
sino programadores de
nuestros estudios.” El experto habrá de realizar “un
encargo y un
compromiso de dimensión comunitaria o intercomunitaria, rural o
urbana, donde
investigará escuchando y resolverá investigando”. Aubry escribió
regularmente en La
Jornada. Su primer artículo, sobre la Convención Nacional
Democrática,
realizada en la Selva chiapaneca, fue publicado en 1994. El último:
“Tierra, terruño,
territorio”, data de junio de 2007. En sus colaboraciones
analizó temas sobre
los paramilitares, los desastres naturales en el Soconusco,
la Diócesis de San
Cristóbal y sus sucesivos obispos, la iniciativa Cocopa y la
transformación de
Chiapas de república bananera en república maquiladora. Más que
artículos de opinión,
sus escritos son esclarecedores ensayos y testimonios
sobre la cuestión
chiapaneca. Su redacción, siempre erudita, sufría para
ajustarse al tamaño
requerido para un periódico diario. Nunca protestó por ello.
Su prosa estaba
salpicada de términos e imágenes nacidas lo mismo del minucioso
trabajo en los
archivos históricos que del castilla hablado en las antiguas
fincas. A fines de
los años 70 coordinó el proyecto en el que jóvenes indígenas
recogieron los
recuerdos revolucionarios de los viejos de Zinacantán y los
publicaron en tzotzil
y español en “Cuando dejamos de ser aplastados”. Su último
libro fue una
polémica interpretación de la genealogía de su estado adoptivo:
Chiapas a contrapelo.
Una agenda de trabajo para su historia en perspectiva
sistémica. En alguna
ocasión, para explicar la importancia de los acuerdos de San
Andrés y la autonomía
para los pueblos indios, recurrió a la imagen de un
corcel. Según su
relato, un espléndido caballo tenía un único y embarazoso
problema: no podía
correr. Su dueño gastó fortunas en consultar a especialistas.
Nada logró: seguía
sin correr. Pero el mozo que lo cuidaba los miraba a todos
con una sonrisa de
media burla. Desesperado, el amo le preguntó:–Si creés que
sabés, ¿por qué no
hablás? ¿Qué decís que tiene?–¿De veras querés saber? –le
respondió el
mozo.–¡Pos sí, ándale!–Pero es que no me vas a hacer caso –insistió
el cuidador.–Decímelo
de una vez. Órale, es la vencida, decímelo –respingó el
patrón.–¿No ves,
patrón? –dijo el mozo–. Lo que tiene este caballo es que está
amarrado. ¿Por qué no
lo soltamos?...Al igual que el mozo del cuento, Andrés
Aubry pasará a la historia
como el hombre que dedicó su vida a ayudar a
desamarrar las
cuerdas que impiden que el corcel de la autonomía indígena corra,
reactivando la
memoria histórica de los pueblos originarios. Periódicos: La Jornada
Guerrero | La Jornada
Jalisco | La Jornada Michoacán | La
Jornada Morelos | La
Jornada de Oriente | La Jornada San Luis
Medios asociados: BBC
Mundo | The Independent | Radio Nederland | Gara |
Página/12 | Clarín.
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Luego levantando la
frente y para nuestro interior se debe repetir, mentalmente: ¡ Soy
un indio ! (o negro,
o, los dos), porque el eufemismo no es lo que nos agrede, lo que nos
bloquea, pero en
algunos casos encubre esa imposibilidad de asumir y asumirse. Luego,
en comunión, en común
unión con tus ancestros, notarás la naturalidad integral de tu
pensamiento y acción.
Y ello no es mágico, se logra trabajando a favor del tiempo, en
relación al continuo
de tiempo-naturaleza. De esa conjunción nació la frase tan actual:
Todo indica que se
termina..., porque es un proceso irreversible, pero debemos trabajar,
para reparar el daño,
que causa lo malsano, para que no sea muy profundo. Cuando el
juego se presenta,
como una necesidad suprema, que denota la enfermedad, apuntando
al dominio de lo que
no se puede dominar, siempre es bueno no entrar al juego. En ese
sentido, en general,
se observa un reflejo acertado. En primer lugar no se entra en la
provocación. En
segundo lugar se ubican los detalles. El riesgo institucional es muy
grande y requiere de
respuestas de alto vuelo, sin descuidar el detalle. Uno de esos
detalles tiene que
ver con llevar a los tribunales a los legisladores que, recientemente,
violaron la
Constitución, en lo que son reincidentes. En esas cosas SIEMPRE se debe
ser firme y claro, en
el camino de las fuentes.
7.- Me aclaran de una
secta, que ellos ya colaboraron con el hambre más urgente. Pero
yo no me refería a la
generación ó profundización del modelo, solo busco la solución
sostenible en el
tiempo. Es seguro que me expresé de manera incorrecta, como cuando
se analiza el consumo
de yerba mate, hojas de coca o tabaco, propio de nuestras culturas
originarias, porque
se usa para equilibrar los factores internos, para pensar-trabajar, en
el sentido del
continuo, que nada tiene que ver, con el placer, con el escapismo hacia la
nada. Para los que
tienen por objetivo mitigar el hambre más urgente, el de comida
física, palpable, que
no significa que se sacie el de reconocimiento, el de hermandad, el
de justicia, el de
conocimientos-valores, el de patria, que es el opuesto de paria, les pido,
les suplico, que
NUNCA crean que saben, que NUNCA privilegien el hablar sobre el
escuchar y tendrán la
oportunidad de APREHENDER, como funcionan las sociedades y
los hombres que
conforman el término patria. Como siempre: En tiempos de crisis
moral-institucional,
se debe atacar el tráfico de drogas, junto a los otros tráficos que lo
alimentan, el de
influencias, el de tierras aptas para el cultivo y emprendimientos de
turismo ecológico, el
de voluntades, el de personas (porque forma parte del triángulo de
la fortuna mal
habida: Drogas, trata de blancas y de armas). Todos de resorte,
eminentemente,
político-social. En el fondo, en los actos electorales, es lo que elegimos.
En otras palabras,
tenemos los gobiernos que elegimos, engañados o no. Por ello es
fundamental fijar las
bases de nuestra Educación en el continuo de
CONOCIMIENTOS-VALORES,
desde la perspectiva de la FORMACIÓN
PROFESIONAL, en el
sentido del DESARROLLO SUSTENTABLE, para hacer una
genuina APUESTA AL
FUTURO, o, para que tengamos posibilidades de futuro y
evitemos la segura
disolución a la que nos condena nuestra inacción educativa. Suscribo
la opinión del médico
y periodista Nelson Castro, tendiente a la despenalización del
consumo de drogas,
pero sin des judicialización, porque esas personas enfermas
necesitan de la
tutela del Estado. Debemos considerar que, se estima, son,
aproximadamente, el
veinte por ciento de la población general del país, lo que lo
transforma en una
epidemia. Sin contar que, a ojos vista, se observan verdaderas ferias
nocturnas, en la
periferia de las ciudades, con proliferación de pequeños puestos de
venta (incluso en
bolsones céntricos). Debe considerarse, como un problema médico-
ecológico, como toda
actividad que agrede la vida en general. Nos referimos al definir
a la Educación, como
el ARTE Y CIENCIA DE ADMINISTRAR EL TIEMPO EN
8
RELACIÓN A LA TRANSFERENCIA
DEL CONTINUO DE CONOCIMIENTOS-
VALORES, que
significa: el arte, que representa al genio creador (nada tiene que ver
con la subcultura
Kolo, o, como me indican desde la ACADEMIA DE IDIOMA AL
REVÉS, LOKO) y
ciencia, que tiene que ver con la aplicación, en primer lugar de las
Ciencias Sociales o
de la Educación y, posteriormente, de las ciencias en general, en la
administración del
TIEMPO entendido en el sentido de nuestras culturas originarias en
el continuo de
TIEMPO-TIERRA, lo que le otorga razón de ser a la nuestra, o, a la
nación que
representa, vale decir que se interrelaciona-integra, con la tierra, con la
naturaleza, o, con su
expresión en la cosmovisión, el imaginario social, colectivo, que es
la PACHAMAMA…” (pág.
4, 5, 6, 7 y 8 de FORMACIÓN PROFESIONAL IV EN https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=sites&srcid=ZGVmYXVsdGRvbWFpbnxjYW1waW5nY2FtYXJvbmVzfGd4OjE2NWZiMzgwNzQzOTM2YmI
(294k)
Guillermo
Fernando Cámara,
1 sept. 2010 EN https://sites.google.com/site/campingcamarones/
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