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lunes, 30 de enero de 2023

CULTURA Y ANTROPOLOGÍA

CULTURA



Cuando se tratan estos temas es conveniente aclarar que no existen Culturas superiores o inferiores, ya que todas son iguales y vinculadad, generalmente, al medio que les permitió florecer. Cuando decimos en nuestro continente, sobre Altas Culturas, es para equipararlas a las otras del mundo que se desarrollaron sobre la base de construcción de obras de canales muy extensas.
De modo que toda cultura, por el simple hecho de existir es exitosa, siempre vinculada al medio y siguiendo la cosmovisión, la condición humana del grupo, etnia, pueblo o nación en la que se desarrolla.
Igualmente, no tiene ningún sentido la existencia de una cultura dominante, que toma examen a otras, presuntas culturas inferiores y las controla, en este mundo caracterizado por el alto valor otorgado a los derechos humanos, que no son solo, para blancos.
Cultura en sentido antropológico
Nos atenemos a la definición de E. B. Tylor (Primitive culture): “La cultura o civilización, en sentido etnográfico amplio, es aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos o capacidades adquiridas por el hombre en cuanto miembro de la sociedad”. Incluye, por tanto, no sólo las diferentes capas en las que cabe situar a sus diferentes componentes (la subjetual o intrasomática, la social o intersomática y la material o extrasomática), sino también a las diferentes esferas o círculos de cultura en sentido etnográfico (cultura egipcia, maya,…). {MC 14, 226}
http://www.filosofia.org/filomat/df406.htm
Tipos de cultura
Culturas orales o culturas ágrafas. ...
Culturas escritas. ...
Culturas nómadas. ...
Culturas agrícolas o rurales. ...
Culturas urbanas o comerciales. ...
Culturas industriales. ...
Culturas no teístas. ...
Cultura elitista o cultura de élite.
Más elementos…
Tipos de cultura - Significados
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MÉTODO, HISTORIA Y TEORÍA EN LÉVI-STRAUSS
METHOD, HISTORY AND THEORY IN LÉVI-STRAUSS
Aleixandre Duche Pérez1
David Blaz Sialer2
1 Universidad Católica de Santa María, aduche@ucsm.edu.pe
2 Universidad Nacional Federico Villarreal, diblazsialer@hotmail.com
RESUMEN:
Claude Lévi-Strauss es una de las figuras de mayor autoridad en la historia de la aún joven disciplina antropológica, debido a su contribución en el incremento del caudal de conocimientos etnográficos y en la formulación de una de las más potentes propuestas teóricas del siglo XX dirigidas a la comprensión de la naturaleza humana. Además, su rigurosidad metodológica y conceptual han permitido a consecutivas generaciones de antropólogos aprehender e interpretar la diversidad cultural, característica inmanente de las sociedades. En este artículo revisaremos los principales postulados teóricos del estructuralismo, haciendo hincapié en dos de sus principios fundamentales: la comprensión de la mente humana como única y trascendental, y la elección metodológica por la sincronía, resaltando la estrecha relación existente entre ambas afirmaciones. Por último, nos referiremos a la necesidad de comprender el importante papel de la producción teórica en el progreso de la ciencia antropológica y de adecuar sus herramientas conceptuales con el objetivo de inteligir nuestra contemporaneidad.
Palabras clave: Claude Lévi-Strauss; estructuralismo; teoría; método etnográfico; antropología


INTRODUCCIÓN
Con el fallecimiento de Claude Lévi-Strauss se cierra un ciclo de enorme importancia para la ciencia antropológica, y para las ciencias sociales en general. La apuesta por develar aquello inconsciente que estructura nuestro mundo concreto fue el sentido intelectual de la vida del brillante etnólogo francés quien, a pesar del surgimiento de la nueva antropología “posmoderna” y la revolución teórica que suscitó la presencia del posestructuralismo como paradigma filosófico de la última parte del siglo XX, mantuvo sus convicciones académicas centrales con una vida y producción intelectual jamás antes conocida en la Antropología hasta el día de su partida.
En las siguientes líneas trataremos de describir a grandes rasgos el proyecto estructuralista, tanto en sus postulados filosóficos que hacen referencia a un contenido inmanente e inconsciente propio de la condición humana, como en sus principios metodológicos, los cuales responden a toda una herencia positivista que busca dotar a la teoría de un procedimiento que haga inteligible cualquier producto cultural, señalando a estos como un epifenómeno de las estructuras elementales del pensamiento.
A su vez, nos remitiremos a la elección clave por la sincronía dentro del análisis estructural y a las razones por las cuales se privilegió tal opción. Por último, señalaremos la pertinencia de apostar por un nuevo proyecto en antropología que señale la incompletud de la experiencia posmoderna y que esto nos remita a la necesidad de encontrar nuevamente un centro de análisis para poder tener una visión teórica holística de lo que llamamos cultura, una propuesta intertextual que trascienda la fragmentación de la labor antropológica contemporánea. En este sentido, resaltaremos la importancia que ha adquirido en la actualidad la propuesta teórica del antropólogo brasileño Eduardo Viveiros de Castro, (Viveiros de Castro, 2004) la cual hace hincapié en una crítica frontal a la ontología dualista occidental desde las tradiciones culturales de los pueblos originarios de la Amazonía.
La naturaleza de la estructura y el método para develarla
El estructuralismo en la Antropología planteado por Lévi-Strauss se enraíza en la tradición teórica francesa de inicios del siglo pasado inaugurada por el lingüista francés Ferdinand de Saussure, quien señalaba que el lenguaje se encuentra estructurado siguiendo un modelo relacional y diferencial: un signo adquiere identidad en su contraste con otros. Así, en palabras de Saussure:
(…) en la lengua no hay más que diferencias. (…) Ya se considere el significante, ya el significado, la lengua no comporta ni ideas ni sonidos preexistentes al sistema lingüístico, sino solamente diferencias conceptuales y diferencias fónicas resultantes de ese sistema. (Saussure, 1945, p. 144)
Y en este procedimiento relacional propio del lenguaje se puede observar, de manera primigenia, cómo funciona la mente humana: la producción de significaciones a partir del establecimiento de relaciones de distinción entre ellas permite a Lévi-Strauss entender la cultura como un sistema ordenado bajo oposiciones binarias-diferenciales.
Tales oposiciones binarias-diferenciales, en tanto que son inherentes a la mente humana, son universales: la sustancialidad unívoca del hombre radica en su estructura mental, en el orden sistémico propio de su forma de pensar lo externo a él. Nuevamente, la lingüística nos ilustra tal afirmación a través del lenguaje: la traductibilidad entre lenguas es posible gracias a que la estructura lingüística humana (y, por tanto, su capacidad de simbolización) es unívoca. Esto mismo ocurre con la cultura: el antropólogo, cuando realiza su labor de campo, lo que en realidad hace es una labor de “traducción” (al menos en el nivel etnográfico); en este sentido, analizar la cultura del otro puede ser entendido también como “traducir” a códigos culturales las formas de vida de los grupos humanos que son objeto de la antropología. Y, tal como señala Lévi-Strauss, hacer esto es posible gracias a que la mente humana es una: “(…) pese a las diferencias culturales existentes entre las diversas fracciones de la humanidad la mente humana es en todas partes una y la misma cosa, con las mismas capacidades” (Lévi-Strauss, 1990, p. 40).
Una característica clave de dicha estructura elemental es su naturaleza inconsciente: la mente humana somete a su entorno a criterios normativos, a reglas de ordenamiento, y esta acción opera sin la participación de la conciencia. En tal sentido, la estructura mental inconsciente remite a la propia forma en la cual el ser humano da sentido a lo que lo rodea; en consecuencia, el orden preexiste y condiciona el conocimiento humano. El hombre, para Lévi-Strauss, no puede acceder al mundo concreto de otra forma; el orden es propio del significado del mundo, solo a través de él logramos entenderlo y, sobre todo, transmitirlo, tal como él mismo señala:
En mi opinión es absolutamente imposible concebir el significado sin orden (…). Hablar de reglas y hablar de significados es hablar de la misma cosa; y si reparamos en las realizaciones de la humanidad siguiendo los registros disponibles en todo el mundo, siempre verificaremos que el denominador común es la introducción de algún tipo de orden. (Lévi-Strauss , 1990, pp. 30-31)
Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con esta afirmación, pues podría deslizarse un sentido distinto al que el propio Lévi-Strauss pretende darle, y es el de entender al estructuralismo como una clase de fenomenología en tanto que el orden emana de la mente y no de la realidad concreta que esta ordena. Que la mente represente al mundo a través de la forma (incluso Lévi-Strauss se acerca a las matemáticas al dotar a estas estructuras de códigos algebraicos1) no significa que el caos sea lo que caracterice al mundo, sino más bien que el orden presente en él es tan evidente como para que la mente no pueda dejar de comprenderlo:
Si el hecho (de que el pensamiento humano funcione bajo la dirección del sentido) representa una necesidad básica de orden en la esfera de la mente humana, y como la mente humana, finalmente, no pasa a ser una parte del universo, entonces quizás la necesidad exista porque en el universo hay algún tipo de orden, el universo no es un caos. (Lévi-Strauss, 1990, p. 31)...

VER COMPLETO EN
http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2393-68862018000200061&lng=es&nrm=iso

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