AdSense

miércoles, 20 de enero de 2016

PALIMPSESTO 10

PALIMPSESTO 10

¿El medio ambiente incide en la formación cultural?

"...Más bien, la génesis de la contradicción se encuentra en la distinción cualitativa que Steward hace de dos tipos de rasgos. Tendríamos, en primer lugar, aquellos vinculados al núcleo cultural que resultan afectados directamente por el medio ambiente.
En segunda instancia, hallaríamos un conjunto de “rasgos secundarios determinados en gran medida por factores puramente histórico culturales –bien por innovaciones al azar bien por difusión– y que dan una apariencia externa distintiva a culturas con núcleos culturales semejantes” (1955, 37). Ahora bien, si se considera que existe una interdependencia funcional, como Steward y White afirman, entre todos los rasgos de una cultura, será preciso concluir que, cualquier rasgo, por secundario que sea, podrá afectar a otros. De ser así, rasgos modelados por el ambiente serían condicionados por factores histórico culturales en la misma medida en que rasgos determinados por procesos culturales resultarían condicionados por el entorno ambiental. O dicho más claramente, resulta inconsistente mantener simultáneamente la interdependencia funcional y la existencia de un núcleo cultural..."
ECOLOGÍA CULTURAL
Y ANTROPOLOGÍA ECONÓMICA
P e d r o To m é M a r t í n
Ver y descargar de forma gratuita en https://antroporecursos.files.wordpress.com/2009/03/tome-p-2005-ecologia-cultural-y-antropologia-economica.pdf

De ciudades pequeñas a ciudades intermedias

"...En este punto se referencian los rasgos propios de la urbanización latinoamericana que se presentan como condicionantes de la forma en que estas ciudades se vinculan con las redes mundiales y regionales, pero fundamentalmente con las redes urbanas de sus propios países. Se plantea entonces el interrogante respecto a si la reorganización territorial en curso consiste solamente en el reforzamiento de la tradicional funcionalidad de las ciudades principales o si, por el contrario, se estarían produciendo nuevas posibilidades para las ciudades de menores dimensiones, caracterizadas como intermedias. Ese es el objetivo del apartado cuarto, mostrando los datos para el caso de las ciudades argentinas. En él se plantea también la tensión entre la tendencia forjada históricamente hacia la concentración geográfica de las actividades socioeconómicas en la metrópolis de Buenos Aires y otras tendencias, un tanto más recientes, hacia la dispersión. Por un lado, los datos de la década de los años noventa parecen apuntar hacia el mantenimiento de la concentración, mientras que otras evidencias empíricas e investigaciones recientes parecen mostrar que a la par del reforzamiento del papel de la Ciudad de Buenos Aires como economía de servicios avanzados, también se estarían produciendo nuevas oportunidades para las ciudades intermedias, en una suerte de una mayor especialización funcional del territorio, de acuerdo con los trabajos de Duranton (2002) y Duranton y Puga (2001, 2004). Como se explicará con más detalle durante el desarrollo del trabajo, adelantamos aquí que por ciudades intermedias se entienden a aquellas cuya dimensión oscila entre los cincuenta mil y un millón de habitantes..."
Globalización y ciudades en América Latina. ¿Es el turno de las ciudades intermedias en la Argentina?
Natalia Usach (•)
(CONICET Argentina; Universidad de Alcalá)
Ruben Garrido Yserte (••)
(Universidad de Alcalá)

Ver completo en 
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S1851-37272009000200001&script=sci_arttext

Los Nómadas

Nos llaman
extranjeros, locos, outsiders, nómadas.
Nos miran con pena.
Nadie entiende
por qué nos vamos voluntariamente de casa.
Podríamos quedarnos,
pero no.
Ojo. Algo de razón tienen.
No es lógica ni conveniente
nuestra manía new age
de abandonar los sofás cómodos de pertenecer
por dos alas que viajan
sin terruño ni destino.
Decime:
¿Quién, en su sano juicio,
reemplazaría los abrazos tibios de mamá
por las manos transpiradas de un vendedor en Bangkok?
¿Quién, con dos dedos de frente,
entregaría los días seguros y previsibles
para recluirse en colchones sucios de un hostel barato?

No te confundas.
Vos y yo estamos hechos de lo mismo.
A los desarraigados
nos crecen las pérdidas y los agujeros.
Y daríamos lo que sea
por el calor del útero
otra vez,
por la sábana limpia,
los asados,
la palabra amiga y el café.
Pero suspendemos todo
con tal de incluir al universo entero en la familia.
No partimos para destruir lo ganado.
Nos movemos para dejarle clarito
al ñato que nos mira en el espejo
-y solo a él-
que amamos los principios
que nos enloquecen las historias
y que nos aterra morirnos un día
sin cantarle al mundo
la canción que nos arrolla por dentro.

Los nómadas no renunciamos a un techo,
sino a una definición antigua del paraíso
que deja a medio planeta por fuera.

Si te arrimás al fogón
de cualquier grupo de viajeros
los vas a escuchar.
Nosotros, los caminantes sin reloj
nos dividimos la piel en países
ante todo
porque amamos regresar al hogar perdido
de ser nosotros mismos.
______________________________________________________________
Este post pertenece a Inspiramundo

Blog de Coaching, Escritura, Pasión y Trabajo
Tomado de http://inspiramundo.com/nosotros-los-nomadas/


Si pensamos que vivir en un nudo de caminos, que se construyó sobre un valle fértil y verde en medio de un desierto desde hace más de cien años (aunque es mucho más prudente decir que los inicios se remontan a varios milenios si contamos con los caminos ancestrales originarios, porque las civilizaciones se reproducen en ambientes propicios y todas ellas creen ser las primeras) llegaríamos a la conclusión errónea que los habitantes de ese lugar son abiertos y flexibles, permeables a las múltiples variables culturales que transitan por esos mismos caminos. Por el contrario, la inflexible pretensión de ser los primeros los lleva a intentar borrar todo posible vestigio de los habitantes anteriores, aunque ellos tengan, en algunos individuos, una innegable pertenencia con lo ancestral. Los nuevos colonos se harán llamar pioneros y ello será determinante para las generaciones que sigan, intentando moldear una sociedad a sus necesidades de grupo social, castigando toda posible confrontación con el modelo o con los estereotipos formados en los últimos años. En tal caso, las variables culturales que fluyen por los caminos son solo eso, variables que fluyen, pero que no pueden ni deben detenerse en los meandros de esa masa que transita por las riveras, que se considera ajena y perniciosa (para los pioneros y sus descendientes), basados en su intento de mantener un estatus congelado en supuestas realidades de supremacía.

Desde siempre la transferencia cultural se realizó, como es normal, por medio de la familia y se consolidó por las instituciones educativas, lo que obligó a una farsa respecto a la sujeción de los pioneros a normas y leyes que en realidad rechazan, como solo pueden hacerlo aquellos a los que no les conviene aceptar el desmedro de una supremacía que creyeron construir con sacrificio con el paso del tiempo, olvidando los indudables favores y facilidades obtenidas desde el poder del Estado, cuando ese poder se reflejaba en los territorios. Es dable observar que esas clases, con aspiraciones de castas, con el paso del tiempo se transforman en elementos parasitarios, que siguen necesitando de los favores del mismo Estado, para mantenerse y con el que mantienen una especie de toma y daca fraudulento, lo que consolida la creencia en la ineficacia de los mismos poderes del Estado para sujetarlos a una realidad o a un deber ser democrático, donde las leyes son para todos por igual. Según esa forma de pensar, los nuevos habitantes deben comulgar con los estereotipos, para seguir insertos en esa sociedad, que puede o no promoverlos a instancias superiores teniendo en cuenta las calidades de los descendientes de los pioneros, con lo cual la cosmovisión de los recién llegados se fundirá con la de los pioneros, motorizada por esa necesidad de pertenecer.

Es sabido que los habitantes de pueblos y ciudades pequeñas no terminan de engañarse sobre las realidades de las tendencias de los estados en los cuales se encuentran comprendidos y vislumbran las necesidades de seguirlas, para no perder posiciones en relación con lo establecido de esa manera que demostramos. Nadie quiere perderse las bondades del porvenir de las futuras ciudades intermedias, aunque no se haya logrado llegar a ese sitio, justamente por los estereotipos. Con lo que pueden desatarse rivalidades entre ciudades pequeñas y pueblos, con la intención de lograr el objetivo de llegar a formar parte de ciudades intermedias, cuando lo correcto sería la colaboración, impera la intolerancia, la discriminación, la burla y la necesidad de magnificar los posibles aspectos negativos de unos y de otros. Cosa que es tomada como una especie de folclore moderno, si me permiten la expresión, destinado a mantener posiciones de unos y de otros en materia social. En otras palabras, más que un ancla los estereotipos se transforman en un lastre, que las mantiene sujetas a realidades que no les permiten despegar de posiciones que serán perniciosas en un futuro muy próximo, que verán las próximas generaciones y que llegarán a padecer las actuales, en el caso que no logren salir de esas enfermizas realidades virtuales.

Ni hablar de los contratiempos que puede padecer un nómada, que se haya detenido, por un breve tiempo a tomar impulso, en una de estas calderas humanas tan afectas a catalogar a lo diferente, como agresivo o enemigo del mantenimiento de posiciones irreales y fantasiosas. Es muy posible que se intente demostrar que el mismo confronta a todo un grupo con oscuras intenciones no santas, o que es un loco que no mide las dimensiones de grandeza de ese mismo grupo, aunque las intenciones sean mas humildes y modestas, solo basadas en el real deber ser profesional y en las leyes que supimos conseguir, como humanidad y como nación. Es posible que tampoco crean, lo que les dice desde su llegada el nómada, sobre su nomadismo y se desvivan en intrigas o en detectar posibles intrigas del que se encuentra solo y hace lo que le indica su deber ser profesional en relación con las leyes, que se habituó a respetar desde la niñez, porque no fue criado en la necesidad enfermiza de violarlas, sin pretender quedarse o aspirar a posibles promociones dentro de esa sociedad desequilibrada en realidades virtuales.


No hay comentarios:

Publicar un comentario