PALIMPSESTO
9
Los
“No lugares” "...La
antropología posmoderna depende (digámoslo
en represalia) de un análisis de la sobremodernidad de la cual su
método reductor (del terreno al texto y del texto al autor) no es
sino una expresión particular. En las sociedades occidentales, por
lo menos, el individuo se cree un mundo. Cree interpretar para y por
sí mismo las informaciones que se le entregan. Los sociólogos de la
religión pusieron de manifiesto el carácter singular de la práctica
católica misma: los practicantes entienden practicar a su modo.
Asimismo, la cuestión de la relación entre los sexos quizá no
pueda ser superada sino en nombre del valor individual
indiferenciado. Esta individualización de los procedimientos,
notémoslo, no es tan sorprendente si se refiere a los análisis
anteriores: nunca las historias individuales han tenido que ver tan
explícitamente con la historia colectiva, pero nunca tampoco los
puntos de referencia de la identidad colectiva han sido tan
fluctuantes…" LOS «NO LUGARES» ESPACIOS DEL ANONIMATO. Una
antropología de la Sobremodernidad. Marc Auge
Ver
y descargar completo en
https://antroporecursos.files.wordpress.com/2009/03/auge-m-1992-los-no-lugares-una-antropologia-de-la-sobremodernidad.pdf
La
primera definición de bizarría en el diccionario de la real
academia de la lengua española es gallardía,
valor. Otro
significado de bizarría en el diccionario es generosidad,
lucimiento, esplendor. Bizarría
es también colorido
o adorno exagerado. (Ver
en http://lexicoon.org/es/bizarria)
En
general en tierras de contrastes sobre una base de medio ambiente
destacado donde se puede vivir tranquilamente, existen almas (siempre
vale aclarar que no se trata de un todo, sino de algunos) que quieren
equilibrar las bondades de la naturaleza con sus bajos instintos
dominados por una ramplona chabacanería extrema de esa calaña que
invita al supuesto goce de la violación de valores y de leyes. En
lugares donde la máxima exigencia es la sobrevivencia y la vida no
es tan dulce, las relaciones son totalmente diferentes y no nos
referimos a ellas en este escrito.
En
cualquier lugar del planeta se identificaría alguna de las
siguientes conductas en la tercera definición de Bizarría que
aportamos, si se entiende esto como un juego un tanto infantil y no
como una forma de relacionarse dentro de una profesión: ¿Puede
identificarse como bizarro un grupo de personas que amenazan, agreden
de palabra y se burlan de una sola persona, tomada como chivo
expiatorio de sus propias falencia o de lo que adolecen en su
desempeño profesional? ¿Desde posiciones de autoridad algún o
algunos dirigentes pueden enseñar a menores fórmulas para agredir o
atacar a los adultos que intentan realizar su tarea según su real
saber y entender? ¿Puede un grupo de adultos (digo grupo, cuando se
trata de varios) enseñar a menores o adolescentes, si lo prefieren,
a mentir o a usar fraudulentamente documentos de cualquier índole,
que también pueden ser de origen médico?
Es
bien sabido que los que se erigen en líderes de patotas o mafias,
por lo que sabemos de las historias de las más conocidas, necesitan
de su autoridad en la misma para dejar libres sus bajezas, contando
con el aval de los miembros del grupo, en su presencia y sin que esas
conductas se reproduzcan en privado con la misma persona que se
agrede en grupos. La clave parece ser el trabajo en la sombra o con
mayorías relativas en el momento de abusar de posiciones de
liderazgo, que pueden o no ser legales en algún momento, pero
siempre se busca “legalizarlas” o simular su valía legal, con
cualquier norma de tercera o cuarta (incluso más) posición en lo
que refiere a la jerarquía racional de normas y leyes. El secreto,
para el común del público, consiste en mostrarse agredidos por
reales o supuestas actitudes confrontativas del otro, que
generalmente solo trata de realizar su trabajo según su real saber y
entender y no respeta los estereotipos lugareños, por no ser
racionales, como ya explicamos anteriormente.
En
esos ambientes cerrados las prebendas y los supuestos favores se
cobran con adoctrinamiento y militancia en el grupo, para aumentar el
poder la patota o mafia, por la cantidad y no por la calidad de los
miembros, sin excluir a menores, que forman las veces de un peonaje
dispuesto a defender a sus patrones de los ilícito y del desmadre.
Más tarde que temprano el público se enterará de los deslices de
esos paladines bizarros, generalmente con los daños a la vista y
razonarán según su conveniencia o según su imposibilidad de
remediar los males, porque en estos casos los remedios demoran mucho
tiempo en aplicarse y los daños retroalimentan el sostenimiento del
grupo o de los nuevos grupos que reemplazarán al que se extinga por
impericia en la negociación con la autoridad, que es para lo que se
busca formar grupos, vale decir, para negociar desde posiciones de
fuerza a favor de normas o en contra de leyes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario