HISTORIA CULTURAL
Parcialmente despojada de sus fines elitistas, en nuestros días intenta comprender fenómenos humanos populares y en nuestra América Latina (o mejor dicho Abya Yala) se sumerge en la variada policromía de nuestras bases ancestrales culturales sin olvidar a los afro descendientes y su in-valuable aporte a lo diverso. Es de destacar que predomina una cultura centro europea en nuestras clases Medias y Altas y ello lleva a confusiones de todo tipo, en particular a lo que se estima como cultura, que empieza a ser cuestionado (Y ya lo hizo desde revistas humorísticas desde fines del Siglo XIX y en particular en el pasado Siglo XX).
Historia cultural es una corriente historiográfica más que una rama de la historia o disciplina académica en sí. ... Generalmente, se enfoca en hechos históricos que suceden entre los grupos que no conforman la elite de una sociedad, como el carnaval, las fiestas populares y los rituales públicos.
Historia cultural - Wikipedia, la enciclopedia libre
https://es.m.wikipedia.org › wiki › Histor...
Historia cultural -
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¿Qué es la historia cultural?
Definir el concepto de la historia cultural no es una tarea fácil. De hecho, los propios especialistas reconocen que esa cuestión todavía aguarda su respuesta definitiva. Sin embargo, en el marco del presente trabajo quisiera aproximarnos a la noción de esa fascinante corriente historiográfica y procurar definirla, fundamentalmente a partir de los criterios de Peter Burke, uno de los eminentes representantes de esa disciplina.
Definir el concepto de la historia cultural no es una tarea fácil. De hecho, los propios especialistas reconocen que esa cuestión todavía aguarda su respuesta definitiva. Sin embargo, en el marco del presente trabajo quisiera aproximarnos a la noción de esa fascinante corriente historiográfica y procurar definirla, fundamentalmente a partir de los criterios de Peter Burke, uno de los eminentes representantes de esa disciplina.
Es precisamente desde los años 70 del siglo XX cuando la historia cultural reconoce un gran auge en particular entre los especialistas ingleses y franceses. Sin embargo, sus raíces se remontan a unos doscientos años más atrás y, en opinión de Burke, combinan los acercamientos de la antropología y la historia para estudiar las tradiciones de la cultura popular o, en general, las interpretaciones culturales e históricas.
Se trata de una disciplina que está en una continua transformación y puede adaptarse prácticamente a todas las nuevas circunstancias. Generalmente, se centra en hechos históricos que suceden entre los diversos grupos de la sociedad. También puede ocuparse de las tradiciones populares como la trasmisión oral de cuentos, canciones, poemas épicos y otras formas de tradición oral. Estudia los conceptos básicos de ambiente histórico como son, por ejemplo, la clase, la ideología, la cultura o la percepción.
Asimismo, se vincula con las representaciones, los aspectos simbólicos y la vida cotidiana y rescata a los marginados de la historia. Otorga la posibilidad a los historiadores de estudiar las relaciones humanas a través de muchos elementos culturales como son el arte, ideas, técnica, etc., y en general, cualquier expresión cultural de actividad histórica.
También se centra en la interacción de la cultura, lo cual incluye la difusión hacia abajo de las ideas de las élites y su penetración en la cultura popular rompiendo todas las barreras económicas, de diferenciación del lenguaje; y por otra parte, la interacción hacia arriba de la herencia cultural popular con la que se inspiran los artistas y los escritores[1].
No obstante, dado el carácter resbaladizo de muchas cuestiones, el camino de esa corriente no es tan prolijo como puede parecer a primera vista. Junto con avances notables en los recientes tiempos, todavía tiene muchos retos a afrontar. Por ejemplo, la problemática de la metodología es candente. Algunos historiadores optan por los métodos cuantitativos, otros por descriptivos, etc. Casi todos los métodos empleados en este campo en resumidas cuentas pueden suscitar problemas, por ejemplo el método descriptivo en cuanto al tránsito de palabras a los temas, la misma palabra tiene distintos significados en diferentes contextos y los temas pueden modificarse en función de las respectivas asociaciones. El método cuantitativo tampoco en ocasiones es esclarecedor.
Otro de los graves problemas es que el historiador cultural sea muy prudente a la hora de examinar los documentos; las lecturas subjetivas de un mismo texto pueden acarear interpretaciones y cambios de actitud distintos.
Por otra parte, los historiadores culturales deben enfrentarse a las constante acusaciones de “sobreestimar la homogeneidad cultural e ignorar los conflictos culturales”. Las paradojas de la tradición a su vez pueden generar dificultades para la historia cultural.
A pesar de todas las dificultades, la historia cultural debe seguir su camino de desarrollo estableciendo equilibrios entre los nuevos enfoques del pensamiento y la escritura históricos y seguir echando puentes entre las áreas del conocimiento para mejorar las interpretaciones históricas, desempeñar un gran papel en tales aspectos como son el surgimiento del feminismo, el discurso cotidiano, etc., y en general en cualquier área donde la idea de cultura es relevante, así como desarrollar métodos nuevos para la investigación histórica.
Su papel es hacer traducciones culturales y explicar los fenómenos culturales a través aspectos sociales, ideológicos, conductuales, económicos, políticos y simbólicos. Dichos aspectos también precisan de la cultura para ser comprendidos. Y por último, debe abrir caminos hacia los diversos tejidos sociales: simbología, estratificación, control. etc.
[1] Un buen ejemplo quizá sea el caso de Rablais que toma los elementos del humor popular y los emplea en su obra cumbre Gargantúa y Pantagruel rompiendo fronteras rígidas entre ambas culturas y abriendo paso a las influencias mutuas.
Apuntes Historiográficos sobre la Historia de la Cultura
Por Paula Bruno
Por Paula Bruno
El objetivo del siguiente trabajo es revisar algunas cuestiones vinculadas con la historia cultural, para lo cual focalizamos la atención en su historicidad, en sus vertientes más destacadas y en sus rasgos particulares y distintivos. El texto se abre con algunas consideraciones generales acerca del concepto de "cultura", con la intención de evidenciar la pluralidad de significados que puede denotar el concepto en cuestión y tomar distancia de la naturalización de su significado
Las acepciones de cultura, incidieron en el ámbito de la configuración de los conocimientos históricos.
Posteriormente, se realiza un recorrido cronológico de la historiografía de la historia de la cultura, poniendo el énfasis en algunas etapas de la misma. La concreción de este recorrido, que abarca más de un siglo, permite rastrear y evidenciar las rupturas y las continuidades existentes en lo que respecta a las formas de abordaje de la cultura concretadas por los historiadores profesionales. El seguimiento de este itinerario está dividido en tres bloques temporales que están relacionados estrechamente con las transformaciones de los contextos de producción y, simultáneamente, con las repercusiones de estos cambios en el interior del ámbito de la disciplina histórica.
La primera etapa que describimos –de comienzos del siglo XIX a 1930, aproximadamente- se caracteriza por el predominio de una concepción de la historia muy ligada a los ámbitos del poder, cuyos relatos ponen el acento en la historia de carácter excluyentemente político. La segunda etapa –desde la segunda posguerra hasta la década de 1980- tiene como rasgo característico la preponderancia de explicaciones históricas que apuntan a dar prioridad a lo sociocultural y lo económico. Por último, presentamos una tercera etapa -que llega hasta nuestros días-, cuyo rasgo central es la de presentar un gran abanico de perspectivas posibles a la hora de concretar y de difundir los estudios históricos referidos a la cultura.
Mientras realizamos esta exploración, procuramos evidenciar cómo las distintas acepciones del concepto de cultura y sus recepciones variadas en diferentes contextos de producción incidieron en el ámbito de la configuración de los conocimientos históricos.
Las acepciones de cultura, incidieron en el ámbito de la configuración de los conocimientos históricos.
Posteriormente, se realiza un recorrido cronológico de la historiografía de la historia de la cultura, poniendo el énfasis en algunas etapas de la misma. La concreción de este recorrido, que abarca más de un siglo, permite rastrear y evidenciar las rupturas y las continuidades existentes en lo que respecta a las formas de abordaje de la cultura concretadas por los historiadores profesionales. El seguimiento de este itinerario está dividido en tres bloques temporales que están relacionados estrechamente con las transformaciones de los contextos de producción y, simultáneamente, con las repercusiones de estos cambios en el interior del ámbito de la disciplina histórica.
La primera etapa que describimos –de comienzos del siglo XIX a 1930, aproximadamente- se caracteriza por el predominio de una concepción de la historia muy ligada a los ámbitos del poder, cuyos relatos ponen el acento en la historia de carácter excluyentemente político. La segunda etapa –desde la segunda posguerra hasta la década de 1980- tiene como rasgo característico la preponderancia de explicaciones históricas que apuntan a dar prioridad a lo sociocultural y lo económico. Por último, presentamos una tercera etapa -que llega hasta nuestros días-, cuyo rasgo central es la de presentar un gran abanico de perspectivas posibles a la hora de concretar y de difundir los estudios históricos referidos a la cultura.
Mientras realizamos esta exploración, procuramos evidenciar cómo las distintas acepciones del concepto de cultura y sus recepciones variadas en diferentes contextos de producción incidieron en el ámbito de la configuración de los conocimientos históricos.
CONSIDERACIONES PREVIAS A LA HISTORIA DE LA CULTURA
El concepto de "cultura" presenta una polisemia prácticamente inabarcable, a lo cual debe sumarse la variación del término a lo largo de la historia y la variedad de definiciones que el mismo asume en diversos marcos geográficos. Intentando ilustrar esta polisemia, a continuación presentamos dos definiciones de este concepto que pueden polarizarse y que nos permiten intuir la gran variedad de matices potencialmente existentes entre ambas [1] .
La definción de cultura que se traducía en una historia de élites comenzó a ser cuestionado.
El significado más tradicional de la palabra "cultura" se refiere a un cierto nivel educativo, a atributos relacionados con el placer por escuchar clásicos musicales o concretar lecturas de obras cumbres de la literatura, o bien, a cierto estilo de consumo y pautas de comportamiento. Dentro de esta perspectiva, la cultura aparece como un elemento privativo de los grupos sociales privilegiados. Es decir, se entiende el término cultura como sinónimo de la expresión "cultura alta" o "cultura de elite".
Asumir esta noción condujo, por mucho tiempo, a concretar una historia cultural que se traducía en una historia de elites o de grupos dirigentes. Todas las manifestaciones provenientes de los otros sectores de la población quedaban en un segundo plano siendo consideradas parte de un todo amorfo que no merecía ser abordado en forma sistemática ni analítica.
Este concepto tradicional de cultura comenzó a ser cuestionado desde distintos ángulos, en el contexto europeo, en el escenario de la segunda posguerra. Desde las diferentes disciplinas sociales se empezó a prestar mayor atención a las expresiones de carácter cultural de los múltiples y heterogéneos segmentos que configuran sociedades complejas. Continua
El concepto de "cultura" presenta una polisemia prácticamente inabarcable, a lo cual debe sumarse la variación del término a lo largo de la historia y la variedad de definiciones que el mismo asume en diversos marcos geográficos. Intentando ilustrar esta polisemia, a continuación presentamos dos definiciones de este concepto que pueden polarizarse y que nos permiten intuir la gran variedad de matices potencialmente existentes entre ambas [1] .
La definción de cultura que se traducía en una historia de élites comenzó a ser cuestionado.
El significado más tradicional de la palabra "cultura" se refiere a un cierto nivel educativo, a atributos relacionados con el placer por escuchar clásicos musicales o concretar lecturas de obras cumbres de la literatura, o bien, a cierto estilo de consumo y pautas de comportamiento. Dentro de esta perspectiva, la cultura aparece como un elemento privativo de los grupos sociales privilegiados. Es decir, se entiende el término cultura como sinónimo de la expresión "cultura alta" o "cultura de elite".
Asumir esta noción condujo, por mucho tiempo, a concretar una historia cultural que se traducía en una historia de elites o de grupos dirigentes. Todas las manifestaciones provenientes de los otros sectores de la población quedaban en un segundo plano siendo consideradas parte de un todo amorfo que no merecía ser abordado en forma sistemática ni analítica.
Este concepto tradicional de cultura comenzó a ser cuestionado desde distintos ángulos, en el contexto europeo, en el escenario de la segunda posguerra. Desde las diferentes disciplinas sociales se empezó a prestar mayor atención a las expresiones de carácter cultural de los múltiples y heterogéneos segmentos que configuran sociedades complejas. Continua
[1] Para un análisis de las variaciones en el concepto de cultura, véase, entre otros: Clifford Geertz Tras los hechos. Dos países, cuatro décadas y un antropólogo, Barcelona, Paidós, 1993, capítulo 3: "Culturas", pp. 51-70.s.
CONSULTA
Reflexiones sobre la cultura. Sigmund Freud: Nuestro estudio de la felicidad no nos ha enseñado hasta ahora mucho que exceda de los conocido por todo el mundo. Las perspectivas de descubrir algo nuevo tampoco parecen ser más promisorias aunque continuemos la indagación preguntándonos porque al hombre le resulta tan difícil ser feliz.... continua
El Estado de excepción como paradigma de gobierno. Giorgio Agamaben: El lindero escencial entre el Estado de excepción y soberanía ha sido establecida por Carl Smith en su Teología Política (1922)...continua
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"Papeles que fueron vidas" o el taller de Leonardo Siciascia y Carlo Guinsburg. Adrián Gerardo Rodriguez Sánchez Todo historiador atento a los menesteres de su oficio, sabe que navegar entre los documentos va más allá de sustraer de ellos la veracidad que sirve para construir un relato histórico; son, además, retazos que silenciosamente lo animan a contraer un compromiso social o político...Continua
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