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viernes, 15 de noviembre de 2019

GEOGRAFÍA HISTÓRICA

GEOGRAFÍA HISTÓRICA
En otro artículo comentaba que, dando clases en una provincia argentina, un profesor de Historia, me había reclamado por un comentario en relación con una materia nueva de la reforma curricular provincial que le quitaba horas a la materia Historia, donde había afirmado que los profesores de historia, no solo que estábamos habilitados por la norma, para dar la materia, sino que podíamos hacerlo con mucha altura. En ese momento afirmó que no era así, porque todos los temas sugeridos por la documentación eran geográficos (solo le faltó acusarme de traidor a la causa, pero con su desplante lo insinuó).
Como ya había decidido dejar de dar clases en esa escuela, dado que no me sentía cómodo en un lugar manejado por personas de poca o nula inteligencia y ya estaba en mi ultimo año de ejercicio de la docencia en la zona, no quise seguir una discusión demencial, con una persona, que a todas luces se encontraba en la misma condición que esos artículos de panadería, que adolecen de la necesaria cocción o faltos de tiempo en el horno..
Lo que sigue puede que le sirva a personas en la misma situación. O si prefieren podemos organizar un juego, para buscar a grandes historiadores, como principales teóricos de la Geografía Histórica.
Geografía histórica
Qué es
La geografía histórica utiliza fuentes históricas como mapas antiguos, libros de viajeros, novelas, datos estadísticos, libros notariales, publicaciones periódicas y textos antiguos para conocer los procesos sociales, culturales, económicos y demográficos que permitan establecer la génesis y evolución de un espacio.
Esta rama de la geografía es muy importante ya que nos ayuda a comprender como se han formado las naciones, las ciudades, las rutas y caminos, las áreas rurales y regiones en particular. La geografía histórica estudia los patrones de asentamiento de una comunidad, los rasgos de apropiación del espacio que prevalecen desde tiempo remotos y sus modificaciones, las diferentes estructuras de ocupación de la tierra y las diferentes rutas comerciales y de comunicación.
Dentro de los teóricos más importantes de la geografía histórica podemos encontrar a Lucien Febvre, Fernand Braudel, Carl O. Sauer, Georges Duby y D.J. Gregory.
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Índice de Biblio 3W
Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98
Vol. XVI, nº 922, 5 de mayo de 2011
[Serie documental de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]
TENDENCIAS DE LA GEOGRAFÍA HISTÓRICA EN MÉXICO
Pere Sunyer Martín
Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa
peresunyer@live.com
Recibido: 15 de julio de 2010. Devuelto para revisión: 30 de julio de 2010. Aceptado: 20 de octubre de 2010
Tendencias de la Geografía histórica en México (Resumen)
Pese a la existencia de una tradición en estudios de geografía histórica solamente algunos autores han reflexionado sobre su desarrollo en México. Incluso, el propio término “geografía histórica” no tiene la implantación que se supondría entre los investigadores que se dedican a esta especialidad. En este texto queremos hacer una revisión de la situación de esta subdisciplina de la geografía humana en este país y presentar los temas principales que están preocupando en la actualidad a los investigadores mexicanos. Creemos que la geografía histórica en México tiene un futuro esperanzador, que está siendo enriquecido desde la multisdisciplinariedad.
Palabras Clave: geografía histórica, Sauer, Braudel, Chevalier, integración territorial, configuración del Estado
Trends in Historical Geography in Mexico (Abstract)
Despite of the existence of a tradition in historical geography research in Mexico, only few scholars have paid attention to its development. Even, the use of the term “historical geography” has not been full extended between its specialists. In this article, we want to review the situation of this sub-discipline of the human geography research in Mexico, and to present the main themes of concern for those researchers interested in it. In our opinion there is a promisory future for the development of such discipline in Mexico, which is being enriched from a multidisciplinary point of view.
Key-words: historical geography, Sauer, Braudel, Chevalier, territorial integration, the making of the State
El desarrollo de la geografía histórica de México ha recibido escasa atención por parte de geógrafos e historiadores nacionales y extranjeros, pese al temprano origen de este campo de conocimiento en el país y la participación de destacados investigadores europeos y norteamericanos en su configuración moderna. Trabajos como los de Manuel Orozco y Berra sobre la distribución de las lenguas indígenas en México (1864), sus Apuntes para la historia de la geografía en México (1881) y la recopilación de materiales cartográficos que conforman hoy la mapoteca que lleva su nombre en el edificio del Observatorio de Tacubaya (México D.F.) (Materiales para una cartografía mexicana, 1871); los del historiador Cayetano Esteva sobre el estado de Oaxaca; los realizados por Francisco del Paso y Troncoso sobre la división territorial de la Nueva España (1912) y su labor de recuperación de las Relaciones geográficas que mandó hacer Felipe II en su reinado, dispersas en diversos fondos documentales y que ha permitido que hayan podido consultarse por numerosos investigadores, entre ellos, Miguel Othón de Mendizábal quien basándose en ellas realizó un estudio sobre la influencia de la sal en la distribución geográfica de las poblaciones indígenas de México[1]; o estudios como Distribución geográfica de los regadíos prehispánicos debido al antropólogo Ángel Palerm (1943), todos ellos son prueba suficiente de una larga tradición nacional[2].
También forman parte de su geografía histórica las numerosas investigaciones desarrolladas en el siglo XX por investigadores extranjeros en este campo que han tenido a México como objetivo. Destacan en primer lugar las aportaciones del estadounidense Carl O. Sauer quien desde principios del siglo vio en este país una fuente inagotable de riqueza para dos líneas de estudio mutuamente imbricadas, la geografía histórica y la cultural. Artículos como The personality of Mexico (1941) resumen las razones de su interés por el país norteamericano, además de ser un alegato en defensa de la perspectiva temporal en los estudios geográficos[3]. El interés de Sauer por este país fue proseguido por otros investigadores de la escuela de Berkeley como S. Cook, W. Borah, P. Gerhardt, que han abordado desde finales de los años de 1940 diversos aspectos de la geografía histórica mexicana, como por ejemplo la evolución demográfica en momentos previos a la irrupción de los españoles hasta mediados del siglo XVII[4]. Desde el ámbito europeo conviene mencionar el trabajo pionero del historiador francés François Chevalier, discípulo de Marc Bloch, La formación de los latifundios en México. Tierra y sociedad en los siglos XVI y XVII, resultado de su tesis doctoral presentada en 1950, publicada originalmente en francés en 1952 y vertida al castellano en México en 1953. Chevalier inauguró una veta de investigaciones que fue seguida por otros colegas influidos por la escuela de los Annales, como Jean-Pierre Berthe y Thomas Calvo, y por geógrafos, como Claude Bataillon[5].
Pese a estas y otras muchas aportaciones, únicamente tres artículos se han ocupado del desarrollo de la geografía histórica en México. Uno debido a D. J. Robinson, investigador de la Universidad de Syracuse (Nueva York), publicado en 1972 en la obra Progress in Historical Geography, coordinada por Alan R.H. Baker. Otro segundo escrito por el historiador mexicano Bernardo García Martínez, en 1998, titulado “En busca de la Geografía histórica”, como parte de un volumen de la revista Relaciones, que edita El Colegio de Michoacán, dedicado al tema que ocupa estas líneas y, en particular, como homenaje al investigador francés Jean-Pierre Berthe. Finalmente, en un ámbito institucional, el geógrafo José Omar Moncada ha hecho hace pocos años una relación de la aportación en este campo de los investigadores vinculados al Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)[6].
Una de las características que muestran estos textos de la geografía histórica mexicana es que ésta ha sido abordada por estudiosos de diferentes disciplinas, no siempre conscientes de que estaban aportando materiales e investigaciones al conocimiento geográfico-histórico nacional[7]. Así sucede con los historiadores, en sus diferentes especialidades, quienes han contribuido significativamente al conocimiento y comprensión del espacio geográfico mexicano, mucho más que los propios geógrafos; una tarea urgente a realizar, sobre todo en un momento en el que se celebran el segundo centenario de la Independencia de México (1810-2010) y el centenario de la Revolución (1910-2010). Creo que a la luz de la evolución reciente de esta especialidad en el ámbito internacional y la ocasión histórica de las celebraciones centenarias, es ahora cuando existen las condiciones para hacer una reflexión desde la geografía histórica sobre el camino político recorrido desde esas fechas y promover esa necesaria comprensión del espacio geográfico nacional y su conformación.
En este artículo quiero presentar el panorama general de la geografía histórica en México y las tendencias temáticas que están preocupando, el principal, desde mi punto de vista, es el del proceso de integración territorial nacional, tema al que he dedicado cierta atención junto a Eulalia Ribera (Instituto Mora) y Héctor Méndoza (Instituto de Geografía-UNAM) y que fue motivo para que se celebraran en México dos coloquios internacionales y se publicaran sendos libros[8], de los que hablaré sucintamente.
No está en mi ánimo ser exhaustivo en todo lo que se ha realizado sobre geografía histórica en México, que es mucho. Artículos sobre el tema pueden encontrarse en una amplia variedad de publicaciones académicas. Parto asimismo de una concepción amplia de lo que creo que debe comprender esta subdisciplina de la geografía humana: la comprensión de los procesos de ocupación humana de la superficie terrestre a lo largo de la historia y la reconstrucción histórica de las geografías pasadas; de los usos y significados dados al territorio; de los procesos de apropiación individual y colectiva del espacio terrestre. En definitiva de todas aquellas investigaciones que nos permitan conocer “la historia del territorio”, parafraseando el título del tema que ocupó el VIII Coloquio Internacional Geocrítica celebrado en México en 2006[9].
En los próximos apartados, revisaré, primero, los estudios ya mencionados que se han ocupado de esa evolución, principalmente los de Robinson y García por el amplio panorama que plantean, y mostraré algunas de sus virtudes y carencias; segundo, presentaré las líneas generales que se están desarrollando en geografía histórica en el contexto internacional y; finalmente, abordaré los temas que están ocupando actualmente a los especialistas en geografía histórica mexicana, una muestra del amplio campo de desarrollo que tiene esta disciplina en México. En esta última parte, haré especial hincapié en el VIII Coloquio Internacional Geocrítica, dedicado al tema que me ocupa, una oportunidad magnífica para que se conociesen los especialistas mexicanos en la materia y los temas que les preocupan.
La evolución de la geografía histórica en México. Algunas revisiones previas
En 1972 apareció el artículo de David J. Robinson “Historical Geography in Latin America” en la ya citada obra de Alan R.H. Baker Progress in Historical Geography. El motivo de la aparición de esta obra fue el de revisar la situación, los avances y las perspectivas de la geografía histórica tras la Revolución cuantitativa y proponer nuevos enfoques que permitieran a esta subdisciplina superar la brecha que, al menos de forma aparente, se había abierto con respecto a los otros ámbitos de la geografía y, en última instancia, justificar su existencia[10]. La geografía histórica, explica Alan Baker, por su propia idiosincrasia, tuvo un “long relaxation time”, un largo período de respuesta, para asumir los cambios que se estaban planteando desde mediados de 1950 en la geografía. Así, tras una introducción escrita por el coordinador de la obra en la que reflexiona acerca de la filosofía de este campo de conocimiento y propone nuevos métodos de trabajo que habrían de permitir profundizar en los análisis, se encuentran varios capítulos que examinan el desarrollo de esta disciplina en diversos países y regiones del mundo. Uno de ellos, el elaborado por Robinson, está dedicado a América Latina.
David James Robinson, historiador especialista en Latinoamérica y en aspectos de su geografía histórica[11], presentaba un panorama desolador para la geografía de esta extensa región en los años de 1970 y, en particular, para su geografía histórica, aunque pone más atención en los países del cono Sur, especialmente Argentina y Brasil, que en otros como México. Es un panorama bastante negativo que muestra, sobre todo, el desinterés de los geógrafos latinoamericanos por lo geográfico-histórico, algo comprensible si se reflexiona sobre el contexto económico, social y político de la región en la segunda mitad del siglo pasado, más pendiente por superar problemas estructurales acuciantes que en pensar en los procesos que la llevaron a esa situación. Así, describe unos países con unos departamentos de geografía poco desarrollados en general, orientados más a la formación de futuros docentes que a investigadores y con una gran escasez de medios y recursos para la investigación.
En lo relativo a la geografía histórica, acusa la larga dependencia intelectual de los países europeos (Francia y Alemania, principalmente) y estadounidenses, cuyos investigadores habían sido, además, según él, los que habían realizado hasta los años setenta las principales aportaciones. Por otro lado, para este autor, los geógrafos autóctonos en este campo no poseían la preparación, ni el bagaje intelectual ni metodológico que les permitiera competir con especialistas de disciplinas próximas, como los historiadores y antropólogos y denotaba una “ausencia de dinamismo en la investigación geográfica”. Como reflejo de la situación que vivía la geografía histórica en México en esos años, este autor menciona, únicamente, cuatro trabajos de diferente temática realizados por mexicanos; alude a la relevancia de El Colegio de México en este campo, sobre otras instituciones existentes en el país; y concentra su atención en los trabajos emprendidos por Carl Sauer y su escuela, aunque reconoce su escasa influencia directa en México...
VER COMPLETO EN
DESCARGA LIBRE DEL LIBRO "EN BUSCA DE LA GEOGRAFÍA HISTÒRICA" (y si podemos agregaremos otros).
Saberes Heterológicos
B. G. Martinez
En busca de la geografía histórica
Capel Horacio - La Regionalizacion Paises Vias De Desarrollo Brasil
Giberti Horacio - El Desarrollo Agropecuario
Cortez, Claude, Geografía Histórica
Sánchez, Joan Eugeni, Espacio, economía y sociedad.
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