marzo 03, 2008
En la segunda mitad del siglo XVI los conquistadores españoles habían logrado instalar en el noroeste argentino una serie de colonias que iban desde San Salvador de Jujuy -en el norte- hasta La Rioja -en el sur-.
Pese a ello, el área ubicada en medio de esa vasta región aún no había sido conquistada: Los valles calchaquíes, tal el nombre de la región, se constituirían más tarde en el foco de fuertes y feroces rebeliones con origen, entre otras causas, en la organización tributaria impuesta a los indígenas otorgados en encomiendas.
La Primera Guerra Calchaquí comenzó en 1562, y la rebalión indígena fue encabezada por el carismático cacique de Tolombón, Juan Calchaquí. A pesar de que no han quedado testimonios de los indios, muchos especialistas piensan que los aborígenes combatieron para evitar la conquista de sus tierras, objetivo que habían perseguido en sus guerras contra el imperio Inca.
Al parecer, los calchaquíes conocían bien cuáles serían las consecuencias de la ocupación española, de las que sabían que se habían puesto en práctica en el corazón del imperio Inca, y para ellos la consecuencia más indeseable de la ocupación era la mita en las minas, especialmente en Potosí.
Como resultado de esta primera sublevación, los españoles perdieron tres de las primeras ciudades que habían fundado en el noroeste argentino.
La Segunda Guerra Calchaquí se prolongó de 1630 a 1643, y fue encabezada por el cacique Juan Chelemín. Según las fuentes de la época, un encomendero de la zona habría hallado minas de cobre en la zona, y los indios lo habrían asesinado buscando impedir la aparición de una nueva Potosí en esta región.
En esta segunda contienda fueron muchas las colonias españolas involucradas, y dos de ellas cayeron ante los ataques de los indios, que obtuvieron algunas victorias. Sin embargo, cada vez que eran derrotados, los indios eran asesinados por cientos, sus tierras eran arrasadas y se les quitaban sus bienes, con lo cual sus privaciones aumentaban y las enfermedades arreciaban causando verdaderos estragos.
La derrota se consuma con la captura y condena a muerte de Chelemín, y con un nuevo método que con el tiempo se iría perfeccionado: la deportación. Muchos de los grupos vencidos fueron desarraigados y repartidos entre los encomenderos y ciudades que habían participado en la contienda y/o aportado dineros para el gasto bélico.
La Tercera Guerra Calchaquí comenzó en 1658. Luego de la segunda derrota, los grupos calchaquíes continuaron en su postura de negarse a trabajar en encomiendas, mientras que otros grupos habían alcanzado pactos con los españoles que, lejos de perder el tiempo, continuaban fundando colonias.
Hacia 1657 había llegado desde Chile un español, de origen desconocido, que tenía una compañera india. Este hombre, llamado Pedro Bohórquez, se presentó ante las autoridades españolas como alguien capaz de dirigir a los indios y sacarles información. A los jesuitas -preocupados por la falta de respuesta a la evangelización por parte de algunos grupos, y ante los indios se presentó como un descendiente de la nobleza incaica. Logró, entonces, ser nombrado Teniente del Gobernador y Capitán General, y al mismo tiempo se lo autorizó a utilizar el título de Inca.
Finalmente Bohórquez se instaló en los valles e intentó levantar a las tribus, al tiempo que las autoridades del Virreynato desautorizaban las decisiones del gobernador y ordenaban deshacer las prebendas otorgadas. En 1659, el gobernador Alonso Mercado y Villacorta invadió el valle y con esa acción dio comienzo a la Tercera Guerra Calchaquí.
Bohórquez se rindió durante el primer año de la guerra, pero los indios continuaron peleando por seis años más, hasta 1665. Al final de la guerra, esta práctica del desarraigo se perfeccionó y los valles quedaron prácticamente vacíos.
Todos los grupos que allí habitaban fueron dispersados, siendo el ejemplo paradigmático el caso de los indios kilmes, o quilmes, acerca de quienes hablaremos en un futuro no muy lejano.
Fuente: Temas de nuestra América. Publicación de la Cátedra Abierta de estudios Americanistas de la Universidad de Buenos Aires. N° 3.
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Imagen: Solar de Amaicha, de Temakel
Viltipoco
Biografías. Pueblos Originarios de América
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Omaguaca
Segunda mitad siglo XVI.
Vilipoco ?
Ampliar imagenSegún los lugareños de Humahuaca la figura central del Monumento a la Independencia representa a Viltipoco.
La obra del escultor argentino Ernesto Soto Avendaño (1886-1969) de 70 toneladas, representa a las razas nativas y europeas que conforman la identidad argentina. Se eligió la ciudad de Humahuaca por ser el lugar donde más batallas hubo (14) en la Guerra de la Independencia. Erigido en la colina de Santa Bárbara, frente a la Plaza Principal, se accede luego de 103 escalones. Ampliá la imagen para ver este impresionante monumento inaugurado el 23 de Agosto de 1950.Ultipoco, Viltipoco o Piltipoco, fueron los tres nombres que usaron los españoles para citar al curaca de Purmamarca.
La dominación española de los nativos en el noroeste argentino, fue facilitada por sus creencias de una instancia superior para las buenas personas que ayudó a los evangelizadores cristianos. También fue providencial para los encomenderos que considerasen natural pagar tributo, ya que venían haciéndolo con los Incas.
Pero la dominación española era despiadada, herido el orgullo indígena, se produjeron sublevaciones, la primera masiva, en 1560, tuvo como caudillo a Juan Calchaquí, cacique de Tolombón.
La situación de los conquistadores intrusos llegó a ser muy comprometida frente a esos enemigos, ahora hostiles, que se desplazaban con astucia y que los atacaban con sus flechas terminadas en agudas puntas de cobre, atrincherados en sus "pucarás" de piedra.
La superioridad en armamento y en estrategia darán el triunfo a los blancos y a sus indios sumisos.
Pero la región se mantendrá en latente estado de rebelión haciendo que en 1588 el gobernador Ramírez de Velasco recorra los valles calchaquíes con un poderoso ejército en una cruenta campaña de "persuasión".
Ello no impedirá que poco después, estallara otra revuelta aún más vigorosa que las anteriores. Su jefe fue Viltipoco.
No se sabe a ciencia cierta si Viltipoco estuvo como cacique de los omaguacas en la destrucción de San Francisco de Álava el 25 de mayo de 1576 pero sí que en 1589 ya era cacique de los omaguacas, así se desprende de esta carta de Alonso Gómez de los Ríos "yo entré el año de ochenta y seis (1586) en esta provincia juntamente con Ramírez de Velazco, gobernador que fue de ella, a servir a su Majestad, como lo he hecho en todas las ocasiones que se han ofrecido del real servicio y en la conquista de los naturales, con mucho lustre de mi persona, sin haber recibido ayuda de la real caja, ni de otras cosas que las ciudades dan; y el año de ochenta y nueve (1589) volví a esta ciudad (Salta) con el gobernador Ramírez de Velazco, el cual teniendo noticia de que en el Valle de Omaguaca había cantidad de indios con el curaca Viltipoco que impedían el paso haciendo daño a los pasajeros con robos y hurtos y muertes, y habían despoblado Jujuy (Álava) con muerte de muchos españoles, pareciendo muy conveniente para la seguridad de esta ciudad enviar como envió al coronel Gonzalo Duarte con doce hombres, y a mí entre ellos y llegamos a Omaguaca donde estuvimos algunos días sin que pudiésemos ver al curaca del valle, y tomamos por medio buscarlo y hallado el curaca Viltipoco, tratamos con él cosas de importancia de que resultó el dar la paz, mediante la cual se pobló Jujuy"
Desde Purmamarca su pueblo, Viltipoco dirigió las operaciones. Los omaguacas, si bien formaban una etnia culturalmente homogénea, respondían a jefes locales. No existía una autoridad superior que unificase jefaturas tales como las de los Tumbayas, los Tilcaras, los Uquías, etc. Pero Viltipoco tuvo aparentemente el poder de reunirlas, para responder a un fin común: la guerra contra el invasor español. No solo logró tratos con los pequeños jefes, sino que también se alió a los diaguitas, a los chichas, a los apatamas y a los churumatos.
Su ejército llegó a contar con diez mil combatientes.
Viltipoco y los suyos llegaron a dominar gran parte del Tucumán, aislándolo del resto del virreynato del Perú.
El padre Gaspar Monroy hizo esfuerzos para incorporarlo a la fe cristiana. Pedro Lozano, en su "Descripción Corográfica" narra un episodio entre el Padre Monroy y Viltipoco: "El cacique le ofrece un vaso de chicha al sacerdote y éste intenta rechazarlo por la (suciedad) que implicaba su fabricación, pero luego al ver que el indígena se ofendería, tomó el brebaje. Fue tal la alegría que sintió Viltipoco que a partir de aquí trocóse en otro hombre y se mostró más benigno".
La cristianización de Viltipoco (con el nombre de Diego) es un hecho que permanece incierto, al menos para los períodos anteriores a su contacto con el grupo de Francisco de Argañarás y Murguía. El Padre Monroy no habría logrado su total sumisión al nuevo orden creado. Todo lo contrario, sus acciones con otros caciques se veían perturbadas por la poderosa influencia de Viltipoco. Debe entenderse que era un cacique hábil y con capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias y por ello, no dispuesto a ceder su territorio y gente a los españoles.
En la probanza de méritos y servicios del fundador de Jujuy don Francisco de Argañarás, declara como testigo, el vecino y conquistador Pedro Díaz de Herrera y al referirse a Viltipoco a quien nombra Diego Viltipoco dice que este curaca preparaba un alzamiento de más de diez mil indios de guerra entre los cuales se contaban: diaguitas, chichas, omaguacas, churumatas, lules y apatamas, para asolar Jujuy, Salta, la villa de Nueva Madrid y La Rioja porque era "carnicero e cruel e que por su horden e yndustria auían acaescido las muertes que subcedieron en el dicho valle e provincia de Jujui y Salta e la Rioja... y hera tanta la fama del dicho capitán Viltipoco que hasta los yndios de chile respetauan y le embiauan presentes".
Sin embargo, se sabe que para 1593 Viltipoco mantenía relaciones con la Audiencia de Charcas, ofreciendo pagar su tributo en maíz.
La tercera fundación de Jujuy "San Salvador de Velasco en el Valle de Jujuy", y la vida de su fundador, el Teniente de Gobernador Francisco de Argañarás y Murguía, están estrechamente ligadas al dominio en la Quebrada de Humahuaca. La instalación estratégica de la ciudad de españoles en la boca de la Quebrada sirvió de base de operaciones militares primero, civiles y religiosas después. Desde allí salió Argañarás el 22 de marzo de 1594 con una columna de 25 hombres y en una noche de abril cayó sobre Purmamarca y capturó a Viltipoco.
Una vez más, las traiciones de algunos capitanejos influenciables y el poderío de los conquistadores lograron imponerse. El jefe rebelde fue apresado, estuvo algún tiempo en su prisión de Jujuy y fue llevado después a Santiago del Estero para que lo juzgase el gobernador donde falleció en su húmeda cárcel.
En un escrito a la Audiencia de Charcas, Argañaraz afirmo: “Prendí a Biltipoco, principal tirano de los naturales y a todos sus capitanes, con cuya prisión y muerte está llana (la tierra) y los caminos seguros, porque los dichos yndios rresiven el sancto baptismo y doctrina xptiana y obedecen los mandamientos de buestra rreal justicia”.
Viltipoco - AlgarroboAmpliar imagenEste algarrobo tiene más de quinientos años de vida, se encuentra en la localidad de Purmamarca, Quebrada de Humahuaca, provincia argentina de Jujuy. Bajo sus ramas, en el siglo XVl, el cacique Viltipoco y otros jefes se conjuraron para resistir al español, conformando un ejército de 10000 guerreros. Una de las estrategias urdidas por el cacique fue simular una conversión al cristianismo para acercarse al enemigo y estudiarlo antes de atacar. Y fue también allí, bajo el árbol, que Viltipoco fue sorprendido mientras dormía, víctima de una traición. Así lo recordaba una placa hoy faltante. A su derecha se encuentra el cerro de los siete colores. (Fotografía de Agosto 2.010).
https://pueblosoriginarios.com/biografias/viltipoco.html
ACTIVIDADES
1) ¿Quién era Viltipoco?
2) ¿De que pueblo era?
3) ¿Dónde vivía?
4) ¿Cuáles eran sus estrategias
5) ¿Quién era Juan Calchaqui? ¿Cuáles eran sus métodos de combate?
6) ¿Cuál fue el castigo para los aborigenes Quilmes?
7) ¿Qué estrategia llevó adelante el pueblo calchaquí en las guerras?
8) ¿Cómo terminaron los pueblos que fueron cabecera de las luchas?
9) ¿ Qué papel jugaron en nuestras guerras de independencia
10) ¿Con qué pueblos originarios acordó San Martin en las guerras de independencia?
Las rebeliones lideradas por Calchaquí y Viltipoco (Gobernación del Tucumán, virreinato del Perú, siglo XVI)
Una revisión bibliográfica centrada en la visibilización de los vínculos regionales
Autores/as
Miguel Nicolás Hopkins Cardozo
Universidad de Buenos Aires
DOI: https://doi.org/10.46661/americania.6498
Palabras clave: Viltipoco, Calchaquí, Interdigitación , Resistencia
Resumen
Viltipoco y Calchaquí son los nombres de dos líderes indígenas que permanecen vivos en la memoria colectiva de las provincias argentinas de Jujuy y Salta. Sus nombres son reivindicados por organizaciones indígenas, son mencionados en el folklore, hay barrios, calles y monumentos que los recuerdan. Son una referencia ineludible para la historiografía del Tucumán colonial, pero, paradójicamente, es muy poco lo que sabemos de ellos. En este trabajo propongo recuperar lo poco que sabemos acerca de estos dos líderes indígenas partiendo de lo que la historiografía ha escrito sobre ellos, proponiendo una perspectiva regional, que trascienda el localismo que relaciona a Viltipoco con Jujuy y a Calchaquí con Salta. A partir de allí propongo plantear o recuperar hipótesis para tener en cuenta en estudios posteriores que contemplen los vínculos regionales que estas rebeliones visibilizan, creando un diálogo entre la historiografía de los valles Calchaquíes, la puna y quebrada jujeñas y Atacama.
Biografía del autor/a
Miguel Nicolás Hopkins Cardozo, Universidad de Buenos Aires
Licenciatura en Historia, Universidad de Buenos Aires. Integrante del UBACyT 20020170100751BA, Marcas en el paisaje altoandino del Tucumán (siglo XIV-XVII). Textos, cartografías, representaciones visuales y contextos arqueológicos. Programación Científica 2018-2021. Grupos Consolidados. Directora: Laura Quiroga.
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