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sábado, 15 de julio de 2023

CIUDADANÍA Y PARTICIPACIÓN



¿Qué es la ciudadanía?
Las tradiciones y enfoques sobre ciudadanía varían a lo largo de la historia y a lo largo del mundo de acuerdo a los diferentes países, a la historia, a las sociedades, a las culturas y a las ideologías, lo que se traduce en muchas diferentes interpretaciones del concepto de ciudadanía.

No siempre es lo mismo ser un buen hombre y un buen ciudadano.
Aristóteles

El origen de la ciudadanía se remonta a la Antigua Grecia, en el que “los ciudadanos” eran aquellos que tenían derecho a participar en los asuntos del estado. Sin embargo, de ninguna manera eran todos ciudadanos: los esclavos, los campesinos, las mujeres o los extranjeros residentes eran simples súbditos. Para aquellos que tenían la condición privilegiada de ciudadano, la idea de “virtud cívica” o ser un “buen” ciudadano era una parte importante del concepto, puesto que la participación no se consideraba solo un derecho, sino también, y ante todo, un deber. Un ciudadano que no cumplía con sus responsabilidades era considerado socialmente perjudicial.

“Ciudadanía es un proceso complejo y multidimensional que es necesario establecer en su contexto político e histórico…”. Ciudadanía democrática, específicamente, se refiere a la participación activa de los individuos en el sistema de derechos y responsabilidades que es el destino de los ciudadanos en las sociedades democráticas.
Reunión consultiva del Programa para Educación a la Ciudadanía Democrática del Consejo de Europa, 1996

Esta idea de ciudadanía tiene hoy su reflejo en la mayoría de los significados más comunes del término, que se refieren a la relación jurídica entre el individuo y el estado. La mayoría de las personas en el mundo son ciudadanos legales de uno u otro estado-nación, y ello les da derecho a ciertos privilegios o derechos. Ser un ciudadano también impone ciertas obligaciones en términos de lo que el estado espera de las personas sometidas a su jurisdicción. Por lo tanto, los ciudadanos cumplen ciertas obligaciones con su estado y a cambio pueden esperar la protección de sus intereses vitales.

Sin embargo, el concepto de ciudadanía tiene muchas más capas de significado que la de ciudadanía legal. Hoy en día “ciudadanía” es mucho más que una construcción jurídica y se refiere, entre otras cosas, a la sensación personal de pertenencia, por ejemplo, al sentido de pertenencia a una comunidad que puedas moldear e influir directamente.

Una comunidad puede definirse a través de una variedad de elementos, por ejemplo, a través de un código moral compartido, de un conjunto idéntico de derechos y obligaciones, de la lealtad a una civilización común, o a través de un sentido de identidad. Desde el punto de vista geográfico, el término “comunidad” generalmente se define a dos niveles principales, diferenciando entre la comunidad local, en la que vive la persona, y el estado, al que pertenece la persona.

En la relación entre el individuo y la sociedad se pueden distinguir cuatro dimensiones que se corresponden con los cuatro subsistemas que uno puede reconocer en una sociedad, y que son esenciales para su existencia: la dimensión política/jurídica, la dimensión social, la dimensión cultural y la dimensión económica.1

La dimensión política de la ciudadanía se refiere a los derechos políticos y responsabilidades Image: Dimensions of citizenshipcon respecto a su sistema político. El desarrollo de esta dimensión viene a través del conocimiento del sistema político y la promoción de actitudes democráticas y participativas.

La dimensión social de la ciudadanía tiene que ver con el comportamiento de los individuos en una sociedad y exige cierto grado de lealtad y solidaridad. Las habilidades sociales y el conocimiento de las relaciones sociales de la sociedad son necesarias para el desarrollo de esta dimensión.

La dimensión cultural de la ciudadanía se refiere a la conciencia de un patrimonio cultural común. Esta dimensión se desarrolla a través del conocimiento del patrimonio cultural, de la historia y de las habilidades básicas (competencia lingüística, lectura y escritura).

La dimensión económica de la ciudadanía se refiere a la relación del individuo con la mano de obra y el mercado de consumo. Supone el derecho al trabajo y a un nivel mínimo de subsistencia. Los conocimientos económicos (para el trabajo y otras actividades económicas) y la formación profesional desempeñan Image: Chair - dimensions of citiizenshipun papel clave para que se desarrolle esta dimensión.

Estas cuatro dimensiones de la ciudadanía se alcanzan mediante los procesos de socialización que tienen lugar en la escuela, en las familias, las organizaciones cívicas, partidos políticos, así como a través de asociaciones, medios de comunicación de masas, el barrio y grupos de compañeros.
Al igual que con las cuatro patas de la silla, cada persona debe ser capaz de ejercer las cuatro dimensiones de manera equilibrada y equitativa, de lo contrario la ciudadanía plena no será equilibrada.

Pregunta: ¿Qué sentidos de pertenencia puedes reconocer en ti mismo?

Cuando somos parte de una comunidad, podemos influir, participar en su desarrollo y contribuir a su bienestar. Por lo tanto, la ciudadanía se entiende como una práctica, la de desempeñar un papel activo en nuestra sociedad. Esa participación podría ser dentro de nuestro barrio, en un grupo social formal o informal, en nuestro país, o en todo el mundo. El concepto de ciudadanía activa implica trabajar hacia el desarrollo de la comunidad a través de la participación para mejorar la calidad de vida de todos los miembros de la comunidad. Ciudadanía democrática es un concepto que hace hincapié en la creencia de que la ciudadanía debe basarse en principios y valores democráticos como el pluralismo, el respeto de la dignidad humana y el imperio de la ley.

Pregunta: ¿Te consideras un ciudadano activo?

Ciudadanía, participación y derechos humanos
Toda persona tiene derecho a participar libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en sus beneficios.
UDHT, el artículo 27

El artículo 15 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce el derecho a una nacionalidad, el derecho a cambiarla, y el derecho a no ser privado de ella. El derecho a la nacionalidad está confirmado en muchos otros instrumentos internacionales, incluidos el Convenio Europeo sobre la Nacionalidad del Consejo de Europa (1997). En el contexto de las normas internacionales, “nacionalidad” y “ciudadanía” se usan generalmente como sinónimos. Esto también es aplicable a la Convención como subraya en su Informe explicativo4: nacionalidad “… se refiere a una determinada relación jurídica entre una persona y un estado que es reconocida por el Estado. …En lo que respecta a los efectos de la Convención, los términos “nacionalidad” y “ciudadanía” son sinónimos”.

El derecho a la nacionalidad es muy importante debido a las consecuencias en la vida cotidiana de las personas de cada país. Ser un ciudadano reconocido en un país tiene muchos beneficios jurídicos, que pueden incluir entre otros, dependiendo del país, el derecho al voto, a ocupar cargos públicos, a la seguridad social, a los servicios de salud, a la educación pública, a la residencia permanente, a la propiedad de la tierra, o a participar en el empleo.
A pesar de que cada país puede determinar para sus nacionales y ciudadanos, los derechos y obligaciones que tienen, los instrumentos internacionales de derechos humanos plantean algunas limitaciones sobre la soberanía del estado con la ciudadanía. En concreto, el principio universal de los derechos humanos de la no discriminación y el principio de no tener ciudadanía deben evitar limitar la discrecionalidad del Estado en cuanto a la ciudadanía.

La participación en la vida política y cultural es un derecho humano fundamental reconocido en una serie de tratados internacionales de derechos humanos, empezando por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establece el derecho a participar en el gobierno y las elecciones libres, el derecho a participar en la vida cultural de la comunidad, el derecho a la libertad de reunión y asociación pacífica y el derecho a afiliarse a los sindicatos. Participación es también un principio básico de los derechos humanos y es también una condición para la ciudadanía democrática de todas las personas.

Participación es uno de los principios rectores de la Convención sobre los Derechos del Niño. Este tratado dice que los menores de edad (todas las personas menores de dieciocho años) tienen el derecho a hacer oír su voz cuando los adultos están tomando decisiones que les afectan, y a que sus opiniones se tengan debidamente en cuenta, en función de la edad y la madurez del niño. Además tienen el derecho a expresarse libremente y a recibir y compartir información. La Convención reconoce la capacidad de los niños de influir en la toma de decisiones relevantes para cada uno de ellos, de compartir sus opiniones y, por lo tanto, de participar como ciudadanos y actores del cambio.

Sin el espectro completo de los derechos humanos, la participación resulta difícil si no imposible de acceder. Las malas condiciones sanitarias, los bajos niveles de educación, las restricciones a la libertad de expresión, la pobreza, etc. Todos esos factores tienen un impacto en nuestra capacidad de tomar parte en los procesos y estructuras que afectan a nuestros derechos. Igualmente, sin participación, muchos de los derechos humanos son de difícil acceso. Es a través de la participación que podemos construir una sociedad basada en los derechos humanos, fomentar la cohesión social, hacer oír nuestra voz para influir en la toma de decisiones y lograr el cambio, y finalmente ser el sujeto y no el objeto de nuestras propias vidas.

Pregunta: ¿Qué formas de compromiso o de participación, salvo el voto en las elecciones, son posibles para los ciudadanos?

https://www.coe.int/es/web/compass/citizenship-and-participation

ACTIVIDADES

1.-¿Cómo se puede medir el éxito de las iniciativas de participación ciudadana?
2.-¿Cuán esenciales son los procesos de cambio organizativos e institucionales?
3.-¿Se puede estimular la voluntad política para una mayor participación?
4.-¿Qué función cumple la sociedad civil organizada en los procesos de participación ciudadana?
5.-¿Cómo podemos fomentar la inclusión y cuáles son los impactos de los diferentes métodos de selección de participantes (por ejemplo, abierto, aleatorio)?
6.-¿Podemos aprender algo del sector privado acerca de escuchar a las audiencias externas?
7.-¿Cuál es el papel real de la tecnología (si lo hay) en los procesos de participación?

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