(El matrimonio de la princesa inca Beatriz Clara Coya fue tan importante que la boda quedó representada en varios cuadros y obras teatrales hasta cerca de 200 años después de que ocurriera.)
Cómo ejemplo tenemos en Argentina la caída de la gran y heróica ciudad de Quilmes, luego de 130 años de lucha, por el casamiento de una hija de cacique, con un capitán español, luego que entregará el secreto de la última fuente de agua de la ciudad.
Como duraderas, hasta el final de la vida del Emperador Inka, era la alianza entre la hija del Cacique de la tribu anexada y el envío de alguna Ñusta (hermana del Emperador a la Tribu). Y es posible, por sus antecedentes de temibles guerreros y la constancia que sus Pucarä no fueron destruidos durante el Imperio, que se haya pactado algún tipo de servicio militar de los Omaguaca del norte de Argentina, dado que el prestigio de los mismos sigue hasta el día de hoy, entre las otras etnias de la zona. A lo que debe sumarse, su participación determinante (junto con los chasquis y los Gauchos) en la lucha que afianzó nuestra independencia en la zona (que también sirve para demostrar la mentira respecto a la pertenencia de la región de tradicional dominio Omaguaca, aunque es frecuente encontrar a personas que afirman lo contrario, pero es muy difícil discutir sobre palabrerio sin fundamento. Lo mismo puede afirmarse sobre el último Marques de Tojo y Yavi, que se paso a la Revolución de Mayo, por ser primo de histórico jefe de los ponchos rojos, como les dicen del otro lado de la frontera.
4.6 Alianzas matrimoniales duraderas
Es importante recordar que dada la tendencia que tienen las uniones humanas a prolongarse en el tiempo, existen instituciones que cumplen eficazmente este objetivo. Este es el caso del levirato (frecuente entre los Chuckchee) y del sororato. Aunque se suelen encarnar en sociedades primitivas, no son ajenas por entero a las sociedades complejas modernas. La función de las mismas es suplir el resultado de la muerte de uno de los cónyuges.
En el levirato, el hermano del marido difunto contrae matrimonio con la viuda de éste. Se trata de una institución muy extendida por África y por otras partes del mundo. Constituye una extensión de la alianza matrimonial, sobre todo en el orden económico e, incluso en el de la socialización de la descendencia y, según parece, no implica necesariamente la cohabitación.
En el sororato, a la inversa del caso anterior, la alianza matrimonial se perpetúa mediante la unión de la hermana de la difunta con el cónyuge viudo. En grupos de filiación unilineales estas instituciones permiten que los cónyuges que enviudan puedan permanecer en el grupo en el que habían quedado insertos tras el matrimonio.
En algunas culturas las reglas estipulan minuciosamente quién es el hermano o la hermana que han de contribuir a reparar la ruptura forzosa del matrimonio que se produce tras la defunción de uno de los cónyuges. El caso mejor conocido es el de los Chuckchee de Chukots, donde la obligación no sólo fija el orden de los hermanos en acceder al levirato, sino la obligación de los primos en ausencia de hermanos.
G26: 4.6 Alianzas matrimoniales duraderas
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