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lunes, 27 de febrero de 2023

CONFLICTO CON PORTUGAL

El conflicto contra Portugal en los días de Andresito
ANDRESITO


Recuerdo a uno que no podía decir que no sabía nada de ANDRESITO y de su lucha por la independencia de Argentina, del Litoral y de su zona de nacimiento, pero igual negaba, o mentía, cómo en todo lo que hacía y les recuerdo que mentir no se encuentran comprendido dentro de la Libertad de Cátedra y mucho menos por cualquier corriente o escuela historiográfica, solo sirve para el pequeño espacio de los caraduras, presuntos señores historia o de señoras negadoras de la HISTORIA.

Desde los primeros días de la expansión europea hacia las cuencas de los ríos Paraná y Uruguay, la zona se convirtió en terreno de violentas disputas entre españoles y portugueses. Desde los enfrentamientos entre bandeirantes y jesuitas hasta la invasión portuguesa a las Misiones Orientales en 1801, pasando por la devastadora guerra guaranítica, las tensiones fronterizas signaron la historia colonial de Misiones. Los guaraníes se vieron envueltos en esta permanente competencia entre los imperios ibéricos por definir una línea fronteriza que les fuera favorable. A partir de fines del siglo XVII, estos conflictos se extendieron a un marco regional más amplio, que incluyó la Banda Oriental y Río Grande do Sul. En este caso, también los guaraníes se vieron arrastrados a una guerra que no era suya: las sucesivas reocupaciones españolas de Colonia del Sacramento, por ejemplo, sólo fueron posibles por el envío de gruesos contingentes de milicias guaraníes.

El estallido de la revolución y el surgimiento del artiguismo no lograron superar esta conflictividad, e incluso le dieron un nuevo impulso. El recrudecimiento de la guerra fronteriza se debía, en parte, al temor del gobierno portugués de que las ideas radicalizadas confederativas y republicanas se “contagiaran” a su territorio, especialmente en la zona de Río Grande do Sul. Pero sobre todo respondían a un replanteo de la naturaleza misma del imperio lusitano en América.

La corte había salido de Portugal en el año 1808, huyendo de la invasión de Napoleón Bonaparte, e instalando su nueva sede en Rio de Janeiro. En 1815, restablecida la paz en Europa, creció la presión interna y externa (sobre todo británica) para que se diera el regreso a Lisboa. Entonces el rey João VI, en contra de su fama de vacilante e inseguro, no sólo decidió permanecer en América sino también iniciar la creación de un nuevo “imperio tropical”, dándole a Brasil la categoría de Reino. Con ello, la antigua colonia pasaba a tener el mismo status que Portugal. Y para demostrar la vitalidad de su proyecto, el imperio inició una agresiva política expansionista hacia un antiguo objetivo: el río de la Plata. Para ello, hizo venir desde Portugal a parte de las tropas veteranas de las guerras napoleónicas, encabezadas por Carlos Federico Lecor. Éstas habían sido entrenadas por un antiguo conocedor de la región: William Carr Beresford, el comandante militar de la Primera Invasión Inglesa de 1806.

José Artigas tuvo noticias ya en enero de 1816 de la invasión que se avecinaba, y a partir de entonces comenzaron los preparativos para el enfrentamiento. En el momento en que el Congreso de Tucumán declaraba la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, todo el Litoral se preparaba, especialmente Misiones, donde se sabía que el enfrentamiento sería feroz en la línea del Uruguay.

Durante varios meses Andrés Artigas organizó tres “piquetes” armados en Concepción, Santo Tomé y Yapeyú, desde donde se debería atacar de manera simultánea al tiempo que otras columnas hacían lo propio desde Entre Ríos y la Banda Oriental. La idea era contrarrestar la invasión atacando primero y llevar de esa manera la guerra a territorio enemigo. Además de recibir continuos cargamentos de armas, se instaló una herrería para repararlas en San Carlos y se intentó organizar una fábrica de pólvora en Concepción.

En septiembre de 1816, justo un año después de la batalla de Candelaria, Andresito inició la ofensiva cruzando el Uruguay. Tras lograr la victoria en Rincón de la Cruz y San Juan Viejo, inició el ataque a San Borja, sede de gobierno de Francisco das Chagas Santos. Aunque diversos historiadores afirmaron que hubo indecisión por parte de Andresito al no tomar la plaza al primer impulso, posiblemente por tratarse de su pueblo natal, lo cierto es que no tenía cómo hacerlo. Los pueblos misioneros, erigidos en piedra, eran prácticamente fortificaciones. Si bien su fuerza era mucho más numerosa que la de los portugueses, al contar sólo con una modesta artillería, muy inferior a la del enemigo, el Comandante misionero consideró que la opción más razonable era iniciar un sitio y rendir la plaza por hambre.

Posiblemente habría logrado tomar San Borja. Sólo la llegada sorpresiva de refuerzos portugueses al mando de José Abreu le impidió lograr su objetivo. Tras un sangriento combate, las fuerzas guaraníes occidentales debieron retirarse y recruzar el río, dejando un saldo de numerosas bajas.

En todos los frentes, las fuerzas artiguistas fueron derrotadas. En los meses siguientes se iniciaría la terrible contraofensiva portuguesa.

Por Mgter. Oscar Daniel Cantero, esperial para MTH.

http://www.misionestienehistoria.com.ar/el-conflicto-contra-portugal-en-los-d%C3%ADas-de-andresito

Andrés Guacurarí, nuestro guaraní gobernador


Fuente: Felipe Pigna
Sobre Andresito como se lo conoce entre quienes lo quieren y lo han convertido en el máximo prócer de nuestra provincia de Misiones, algunos dicen que nació en San Borja (ubicada en el actual Estado brasileño de Rio Grande do Sul) y otros en Santo Tomé, actual Corrientes en una fecha que, presumiblemente, sería el 30 de noviembre de 1778, unos meses después que su vecino José de San Martín. Su infancia transcurrió en Santo Tomé donde pudo educarse desarrollar un muy buen nivel de lectura y escritura y aprender a ejecutar diversos instrumentos musicales.

Tampoco está muy claro cuándo conoció a quien sería su padre adoptivo y del corazón y su jefe político-militar, José Artigas. Aunque seguramente tiene razón uno de sus principales biógrafos, Jorge F. Machón, cuando afirma que la relación era ya de larga data al momento de nombrar a su hijo Andrés en 1815 Comandante general de Misiones, un cargo equivalente al de gobernador. Su primera misión militar fue recuperar los pueblos misioneros ocupados por los paraguayos.


Lo hace al mando de su ejército indígena de 500 combatientes armados como pueden, con lo que tienen que no es mucho y que compensan con coraje y su conocimiento del terreno palmo a palmo. En poco tiempo recupera Candelaria, Santa Ana, San Ignacio, Loreto y Corpus.

El único gobernador indígena de nuestra historia ejerce una conducción humana, justa y socialmente revolucionaria, recordando y aplicando la máxima artiguista al anunciar la primera reforma agraria de América “que los más infelices sean los más privilegiados”. Ante todo abolió la servidumbre en todas sus formas y repartió tierras a los que las habían perdido a manos de la conquista, el saqueo, la estafa o todo eso a la vez. Durante su gobierno, se eliminaron del territorio bajo su jurisdicción todos los símbolos, escudos y emblemas que pervivían de la colonización española, y recobraron su vigor los cabildos de los pueblos originarios que tenían una función central en la administración del territorio fomentando la producción y comercialización de la yerba mate y la fabricación de pólvora y hasta la instalación de hornos para fabricar puntas de lanzas.

https://www.elhistoriador.com.ar/andres-guacurari-nuestro-guarani-gobernador/

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