martes 15 de febrero de 2011
ARRESTADA POR LLEVARSE DE LA BASURA LAS PATATAS FRITAS DESHECHADAS POR UN SUPERMERCADO
Según recoge el diario británico Daily Mail, una joven fue detenida por llevarse a casa unas bolsas de patatas fritas.
Puede que la historia de Sasha Hall merezca la pena salir en una película de Ken Loach, o tal vez sea un chiste que recorra las ciudades basurero de Manila, Ciudad de Guatemala o Río de Janeiro donde miles y miles de hambrientos extraen petroleo de lo que otros tiran. El caso es que un supermercado, de un barrio de Essex (Reino Unido), tiró a la calle comida por valor de 3.600 euros.
¿Motivo?: un corte de luz en el local, lo que hizo que se estropeasen para la venta cientos de kilos de patatas fritas, bollos y congelados, entre otros alimentos.
Cuando los vecinos contemplaron el espectáculo, empezaron a arramblar con las bolsas,incluida Sasha, una joven de 21 años que, casualmente, trabaja de cajera en otro supermercado de la ciudad.
Un par de horas después, la policía se acercó al domicilio de Sasha con modales poco británicos y le gritó: “Abra o tiramos la puerta abajo”. Cuando los agentes registraron su casa encontraron alimentos por valor de 200 libras (unos 240 euros) y procedieron a arrestarla como sospechosa de “robo por hallazgo” y se la llevaron esposada a la comisaría.
Después de este trato, la joven relató lo sucedido y sus circunstancias personales al periódico local Essex Chronicle: “…gano 600 libras al mes y no me llega para pagar la casa y alimentar a mi familia. Tesco [el supermercado que tiró la comida] no quería los alimentos, así que de deshizo de ellos como si fueran basura. Pensé que podrían servirme para que mi familia y yo comiéramos durante una semana o dos”. Sasha Hall añadió que estaba a punto de ser expulsada de su casa por no poder pagar el alquiler.
En cuanto al trato dado por la policía declaró: “fui tratada como si fuera una criminal”.
Por su parte, un portavoz de Tesco afirmó: “estamos ayudando a la policía en su investigación”. “Intentamos minimizar el desperdicio en nuestras tiendas y, en la medida de lo posible, intentamos reutilizar y reciclar los productos”, añadió críticamente.
Según la experiencia de Katherine Hibbert descrita en “Free: Adventures on the Margins of a Wasteful Society” o Gratis: Aventuras al margen de una Sociedad Despilfarradora.
Algunos sitios que eran fuentes fiables de alimentos han empezado a ser saboteados. Por ejemplo, una sucursal de EAT que solía tirar bolsas enteras de sándwiches, bocadillos, ensaladas, yogures y fruta todos los días, sigue haciéndolo, pero ahora los empleados se encargan de abrir cada paquete antes de tirarlos a la basura. Al vaciar los yogures encima de las ensaladas y los sándwiches consiguen que todos sean incomibles. En New Covent Garden, la policía metropolitana a empezado a dar papeles a las personas que rebuscan en la basura diciendo que tomar la basura podría ser considerado un robo.
Cociné para el grupo “East London Food Not Bombs”, que conseguían los ingredientes a partir de desperdicios, y los cocinaban y los daban gratis. Así que cuando uno de los voluntarios mencionó que el grupo necesitaba más miembros no me lo pensé. Volví a poner un despertador, lo que me hizo más feliz.
Creo que para Katherine Hibbert las cosas fueron muy distintas a las De Sasha Hall, y la diferencia estriba en la organización civil: la creación de grupos es más eficaz que las acciones individuales aisladas.
En la unión está la fuerza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario