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jueves, 29 de diciembre de 2022

CONTROL O DESCONTROL

 CONTROL O DESCONTROL



En realidad hace mucho tiempo que no vivimos sanamente y en familia, como lo hacían nuestros abuelos, lo nuestro se transformó en una lucha constante con emboscadas, trampas, espionaje, que son preludio de intentos de dominación. Ingenuamente, muchas personas creen que solo se espiaba a la población en épocas de dictaduras. De hecho hoy conocemos altas magistraturas que tienen una debilidad congénita con el espionaje del otro. Pero todos, más o menos, transitan los mismos carriles. “...Vivimos la decadencia de la “sociedad disciplinaria”, que fue “la sucesora de las sociedades de soberanía”, cuyos fines y funciones eran completamente distintos. Estas surgieron en los siglos XVII y XVIII hasta mediados del XX, y fueron el tema central de las investigaciones de Foucault. La sociedad actual es denominada como “sociedad de control” y éste se ejerce fluidamente en espacios abiertos, en forma desterritorializada, mediante los psico-fármacos, el consumo televisivo, el marketing, el endeudamiento privado, el consumo, entre otras modalidades. Lo esencial en ellas son las cifras fluctuantes e intercambiables como las que muestran el valor de una moneda en las otras, el movimiento incesante del surf que sustituye los deportes lentos y estratégicos como el box. Las fábricas son reemplazadas por las empresas, que son formaciones dúctiles y cambiantes, las máquinas simples por sistemas computarizados de producción y control. La in-dividualidad es sustituida por “divuales” externos, informatizados e informatizables, que se desplazan en un espacio virtual…” (1) Lo llamativo es que debiese darles vergüenza, cosa que no ocurre y, por ello, viendo esta realidad encontramos que cualquier “Pablo Pueblo” se cree con derechos adquiridos para espiarte, dando la idea que se trata de una función, indicada en algún código celestial, que los habilita a ello, desde leyes religiosas no escritas y secretas. Pese a que existen las leyes civiles que pretender reprimir esos dislates. Cualquiera se cree un Señor Territorial, al mejor estilo Medieval, incluso los que no fueron generosamente dotados de buenas construcciones mentales que posibiliten, fluidamente, sinapsis neuronales, con lo que creen engañarte.
Desde hace unos cuarenta años o más, pero solo para darle alguna fecha real y medible (que es lo que buscan muchos), los tomé como pequeños irresponsable malcriados, por sus padres, que los llenaron de prebendas absolutamente inmerecidas y desproporcionadas, con lo que podemos tener alguna idea de lo profundo del problema. Claro que con el tiempo, la mentira planteada desde estas miradas, cansa y produce daños, no irreparables, pero que se constituyen en una molestia cotidiana, que no ayuda, a la víctima, para poder dedicarse a cuestiones más benignas y sanas, vinculadas con el deber ser y el respeto de los simples y comunes postulados de enseñar y aprender, para aprehender, vale decir hacer parte de uno mismo, lo que costó algunos sacrificios, para ser entendido. Situación que no les causa gracia y, normalmente, termina en algún que otro intento de demostrar alguna desviación o insana orientación producto del paso de los tiempos. Aunque existen personas que hablan de sana envidia, cosa que es algo traído de los cabellos, que por suerte me quedan pocos a estas alturas de mi vida.

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