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lunes, 25 de diciembre de 2023

EL TRABAJO DEL HISTORIADOR



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Muchas veces se ha asimilado el trabajo del historiador al de
un detective. Es cierto que ambos presentan algunas caracte-
rísticas comunes. En primer término, comparten el problema
de tener que reconstruir su objeto de estudio: el pasado exis-
tió, ya no existe; el delito cometido ocurrió, pero el detective
no lo presenció y el hecho no se reitera.
Ambos investigadores deberán buscar pistas, indicios, prue-
bas, a efectos de intentar imaginar lo ocurrido y ensayar una
o varias explicaciones posibles.
¿ Cuáles son los pasos que el historiador debe seguir en este
c a m i n o ?
Hay discusiones todavía sobre la metodología histórica
p e ro muchos autores coinciden en puntualizar las siguien-
tes etapas:
Formulación del problema a analizar. Delimitación con-
ceptual, espacial y temporal del mismo.
Tanto para el planteo de las preguntas iniciales como para
delimitar el tema a investigar en los aspectos ya citados, es
fundamental el conocimiento previo que posee el historiador.
Éste condicionará la elección inicial de fuentes y su forma de
abordarlas pero no deberá ser determinante. Muchas veces el
planteo inicial se modifica en el curso de la investigación.
Planteo de hipótesis.
Una hipótesis es una conjetura, una sospecha, una respuesta
posible al problema que el historiador se ha planteado. Tiene
siempre carácter provisorio, está fundada en el conocimiento
previo y deberá tener un sustento empírico que el investiga-
dor encontrará o no a medida que analice su material. El his-
toriador deberá estar dispuesto a desecharla si a lo largo de su
trabajo se vuelve no comprobable o si surge información con-
creta que la contradice.
Reunión de fuentes y selección de las mismas conforme al
tema investigado.
El historiador consigue información sobre el pasado que estu-
dia a partir de las fuentes.
El trabajo del historiador: la reconstrucción y
explicación del pasado
“La labor del historiador me parece la más
difícil: necesita mantener la atención sobre
mil objetos a la vez, y mediante citas, enume-
raciones precisas, hechos que no tienen sino
un lugar relativo, tiene que conservar el calor
que anima el relato.”
Delacroix (1850) en Duby, Georges. La historia
c o n t i n ú a, Madrid, Ed. Debate, 1993.
…”es esencial que los historiadores defien-
dan el fundamento de su disciplina: la supre-
macía de los datos. Si bien sus textos son fic-
ticios, y lo son en cierto sentido, pues son
composiciones literarias, la materia prima de
estas ficciones son hechos verificables.”
Hobsbawm, Eric. Sobre la Historia, Crítica,
Barcelona, 1998.
“Insistir en la supremacía de las pruebas y en el
carácterfundamental de la distinción entre la rea-
lidad y la ficción históricas que puedan verificarse
es sólo una de las maneras de ejercerla respon-
sabilidad del historiador y, como la invención histó-
rica real no es lo que era en otro tiempo, quizá no
la más importante.Buscarlos deseos del presente
en el pasado o, por decirlo con términos técnicos,
el anacronismo es la técnica mas común y cómo-
da para crear una historia que satisfaga las nece-
sidades de lo que Benedict Anderson ha llamado
´comunidades imaginadas´ o colectividades, que
en modo alguno son sólo nacionales”.
Hobsbawm, Eric. Ob. cit
¿Qué es una fuente? Simplemente es todo resto o vestigio que
nos brinde información sobre los hechos históricos.
Generalmente se las divide en primarias y secundarias. Las
primeras son las que pertenecen y son contemporáneas al
período que el historiador investiga. Las secundarias son los
trabajos realizados por otros sobre el tema en cuestión.
El investigador deberá someterlas a una crítica rigurosa, tanto
con respecto a su autenticidad –crítica externa– como a la fia-
bilidad de su contenido –crítica interna–.
En esta etapa será fundamental cómo y desde dónde interro-
ga a las fuentes en cuestión y su criterio para decidir cuáles
utilizará o no conforme con el objeto estudiado.
Organización de los datos obtenidos a partir de las fuentes.
En este paso, el historiador debe consignar y organizar la
información obtenida de las fuentes. El ordenamiento puede
obedecer a criterios muy distintos según las variables analiza-
das, el tipo de datos reunidos y las vinculaciones que desee y
pueda establecer. Ejemplos: ordenamiento de datos biográfi-
cos, archivos personales, cuadros que vinculen datos económi-
cos, de población, de propiedad de la tierra, etc.
Interpretación del material de investigación y elaboración
de una síntesis explicativa.

El historiador debe interpretar el material estableciendo rela-
ciones entre los distintos datos obtenidos y conforme a las
hipótesis que planteó al comienzo. Este paso es esencial y
anterior a la elaboración de la síntesis explicativa.
Esta última debe cumplir una serie de requisitos:
• Ser una totalidad integrada, que enlace agentes, factores,
circunstancias, etc.
• Tener un desarrollo argumentativo
• Llegar a conclusiones que sean coherentes con el desarro-
llo y con la hipótesis.
• Las conclusiones deben ser abiertas y no dogmáticas,
pues los mismos hechos y procesos pueden ser interpre-
tados con otras ópticas o nuevos datos pueden aportar
interpretaciones diferentes.
• Aunque la explicación adquiera una forma narrativa, ésta no
deberá limitarse a una descripción de hechos sucesivos. Su
función será la de explicar, comprender y hacer compre n s i-
bles las conclusiones extraídas por el historiador.

…”¿Se encuentra alguna vez el historiador
mas cerca de la realidad concreta, de esa
verdad cuya espera le consume y que siem-
pre se le escapa, que cuando tiene delante,
cuando escruta con sus ojos esos despojos
de escritura venidos del fondo de los siglos
como los restos de un naufragio, esos obje-
tos llenos de signos que pueden tocar, olfate-
ar, mirar con lupa, lo que en su jerga llama
´fuentes´?”
Duby, Georges Ob. cit.
“En 1949, Lucien Febvre expresaba:
´Indudablemente, la historia se hace con
documentos escritos, cuando los hay. Pero
también puede hacerse, debe hacerse, sin
documentos escritos si estos no existen. Con
todo lo que el ingenio del historiador pueda
utilizar para fabricar su miel, a falta de las
flores usuales. Por tanto con palabras. Con
signos. Con paisajes y con tejas. Con formas
de campo y malas hierbas. Con eclipses de
luna y cabestros. Con exámenes periciales
de piedras realizados por geólogos y análisis
de espadas de metal realizados por químicos.
En una palabra: Con todo lo que siendo el
hombre significa la presencia, la actividad,
los gustos y las formas de ser del hombre.”
Moreyra, Beatriz Inés. El Historiador y
su oficio. Córdoba, Centro de estudios
históricos, 1995.
“En síntesis -y como criterio general-
la elección de las fuentes está sujeta a los
objetivos de la investigación, a la posibilidad
de acceder a su conocimiento y empleo y a
la calidad y riqueza de los datos que propor-
cionan en relación al universo de análisis.”
Moreyra, Beatriz Inés. Ob. cit.
Exposición
En este paso el historiador da a conocer sus resultados. Puede
adoptar diferente forma: oral (conferencias, clases, ponencias
en congresos de especialistas, etc.) o escrita (artículos periodís-
ticos, libros, comunicaciones académicas, etc.).

Todos estos pasos serán realmente exitosos si se transitan con
curiosidad, gusto, interés, disfrute y honestidad intelectual.
Sólo así, el historiador logrará despertar en el otro el reflejo de
su pasión.
Para decirlo con palabras de Georges Duby:
“Al historiador le corresponde esa función de mediador:
comunicar por medio de la escritura el fuego, el calor,
restituir la vida misma”
Las fuentes de la Historia. Su clasificación
El trabajo del historiador se apoya en la búsqueda, la recopi-
lación y el análisis de fuentes variadas. Las fuentes son las hue-
llas del pasado, vestigios fragmentarios, piezas de un rompe-
cabezas que el historiador intentará armar.
Marc Bloch, historiador francés, miembro de la Escuela de
Annales, fue prisionero de los alemanes durante la Segunda
Guerra Mundial y fusilado en 1944.
La historiografía del siglo XIX puso el acento en las fuentes
escritas de manera excluyente, y en particular en los docu-
mentos oficiales o institucionales.
La ampliación del objeto de estudio de la historia que se opera
a partir de las corrientes más modernas, fue acompañada, a su
vez, por una necesaria ampliación del concepto de fuente.
Pasaron a considerarse como tales: escritos personales, utensi-
lios, herramientas, registros parroquiales, diarios de viaje, cen-
sos, actas notariales, poemas, libros propios de una época,
relatos folclóricos, etc.
Por otra parte, y en lo que se refiere a una historia más recien-
te, los avances tecnológicos permitieron capturar el pasado de
otra manera: daguerrotipos, fotografías, grabaciones de audio,
registros fílmicos, etc.
La cantidad es tan grande y variada que en el siguiente cuadro
se presenta un posible agrupamiento, de los tantos que podrí-
an realizarse.
“...los textos, o los documentos arqueológi-
cos, aún los más claros en apariencia y los
más complacientes, no hablan sino cuando
se sabe interrogarlos. (...) En otros términos,
toda investigación histórica presupone,
desde sus primeros pasos, que la encuesta
tenga ya una dirección. (...) Sábese que
el itinerario establecido por un explorador
antes de su salida no será seguido punto por
punto; pero, de no tenerlo, se expondrá a
errar eternamente a la aventura.

La diversidad de los testimonios históricos es
casi infinita. Todo cuanto el hombre dice o
escribe, todo cuanto fabrica, cuanto toca
puede y debe informarnos sobre él. (...) De
ese carácter maravillosamente dispar de
nuestros materiales nace, sin embargo, una
dificultad; desde luego, lo suficientemente
grave para contarse entre las tres o cuatro
grandes paradojas del oficio del historiador.

(...) Creo que pocas ciencias están obligadas
a usar simultáneamente tantas herramientas
dispares. Y es que los hechos humanos son
de los más complejos.”
Bloch, Marc. Introducción a la Historia,
Madrid, FCR, 1985.
“Las entrevistas suelen revelar aconteci-
mientos desconocidos o aspectos descono-
cidos de acontecimientos conocidos:
siempre arrojan nueva luz sobre áreas
inexploradas de la vida cotidiana de
las clases no hegemónicas. (…)
Las fuentes orales nos dicen no sólo lo que
hizo la gente sino lo que deseaba hacer, lo
que creían estar haciendo y lo que ahora
piensan que hicieron. (…)
La subjetividad es asunto de la Historia tanto
como los hechos más visibles. Lo que creen
los informantes es en verdad un hecho
histórico (es decir, el hecho de que ellos lo
crean), tanto como lo que realmente sucedió.”
Alessandro Portelli, “Lo que hace diferente a
la historia oral”, en Dora Schwartzein.
La historia oral, Buenos Aires, CEAL, 1991.Buenos Aires, CEAL, 1991
¿Qué es una fuente? Simplemente es todo resto o vestigio que
nos brinde información sobre los hechos históricos.
Generalmente se las divide en primarias y secundarias. Las
primeras son las que pertenecen y son contemporáneas al
período que el historiador investiga. Las secundarias son los
trabajos realizados por otros sobre el tema en cuestión.
El investigador deberá someterlas a una crítica rigurosa, tanto
con respecto a su autenticidad –crítica externa– como a la fia-
bilidad de su contenido –crítica interna–.
En esta etapa será fundamental cómo y desde dónde interro-
ga a las fuentes en cuestión y su criterio para decidir cuáles
utilizará o no conforme con el objeto estudiado.
Organización de los datos obtenidos a partir de las fuentes.
En este paso, el historiador debe consignar y organizar la
información obtenida de las fuentes. El ordenamiento puede
obedecer a criterios muy distintos según las variables analiza-
das, el tipo de datos reunidos y las vinculaciones que desee y
pueda establecer. Ejemplos: ordenamiento de datos biográfi-
cos, archivos personales, cuadros que vinculen datos económi-
cos, de población, de propiedad de la tierra, etc.
Interpretación del material de investigación y elaboración
de una síntesis explicativa
El historiador debe interpretar el material estableciendo rela-
ciones entre los distintos datos obtenidos y conforme a las
hipótesis que planteó al comienzo. Este paso es esencial y
anterior a la elaboración de la síntesis explicativa.
Esta última debe cumplir una serie de requisitos:
• Ser una totalidad integrada, que enlace agentes, factores,
circunstancias, etc.
• Tener un desarrollo argumentativo
• Llegar a conclusiones que sean coherentes con el desarro-
llo y con la hipótesis.
• Las conclusiones deben ser abiertas y no dogmáticas,
pues los mismos hechos y procesos pueden ser interpre-
tados con otras ópticas o nuevos datos pueden aportar
interpretaciones diferentes.
• Aunque la explicación adquiera una forma narrativa, ésta no
deberá limitarse a una descripción de hechos sucesivos. Su
función será la de explicar, comprender y hacer compre n s i-
bles las conclusiones extraídas por el historiador.
…”¿Se encuentra alguna vez el historiador
mas cerca de la realidad concreta, de esa
verdad cuya espera le consume y que siem-
pre se le escapa, que cuando tiene delante,
cuando escruta con sus ojos esos despojos
de escritura venidos del fondo de los siglos
como los restos de un naufragio, esos obje-
tos llenos de signos que pueden tocar, olfate-
ar, mirar con lupa, lo que en su jerga llama
´fuentes´?”
Duby, Georges Ob. cit.
“En 1949, Lucien Febvre expresaba:
´Indudablemente, la historia se hace con
documentos escritos, cuando los hay. Pero
también puede hacerse, debe hacerse, sin
documentos escritos si estos no existen. Con
todo lo que el ingenio del historiador pueda
utilizar para fabricar su miel, a falta de las
flores usuales. Por tanto con palabras. Con
signos. Con paisajes y con tejas. Con formas
de campo y malas hierbas. Con eclipses de
luna y cabestros. Con exámenes periciales
de piedras realizados por geólogos y análisis
de espadas de metal realizados por químicos.
En una palabra: Con todo lo que siendo el
hombre significa la presencia, la actividad,
los gustos y las formas de ser del hombre.”
Moreyra, Beatriz Inés. El Historiador y
su oficio. Córdoba, Centro de estudios
históricos, 1995.
“En síntesis -y como criterio general-
la elección de las fuentes está sujeta a los
objetivos de la investigación, a la posibilidad
de acceder a su conocimiento y empleo y a
la calidad y riqueza de los datos que propor-
cionan en relación al universo de análisis.”
Moreyra, Beatriz Inés. Ob. cit.

https://www.google.com.ar/url?sa=t&source=web&rct=j&opi=89978449&url=https://www.cnba.uba.ar/sites/default/files/Guia_2_de_Historia.pdf&ved=2ahUKEwj987ue_O6CAxVrnpUCHSNtCZ8QFnoECCkQAQ&usg=AOvVaw1xv3g7fBAynAGEo_xQRw7I

ACTIVIDADES

1. ¿Cuál es el estatus de la verdad en el discurso histórico? 

Si la primera ya nos pone en un compromiso con el tema de la verdad, seguimos jugando fuerte con el tema no menos espinosos, el de la objetividad en la historia.

2. ¿Existe algo parecido a una historia objetiva (podemos hablar de «hechos» objetivos, etc.) o es la historia sólo interpretación?

Verdad, objetividad...¿se puede complicar más? Obviamente, contemos con los sesgos.

3. ¿Qué es el sesgo histórico y qué problemas supone intentar que desaparezca?

La cuarta es muy divertida y actual. Algo de lo que todo el mundo presume y pocos poseen. No, no es dinero, hablamos de empatía. Y ojo, los historiadores no hablamos de intentar empatizar con nuestro vecino del quinto, sino con un molinero del siglo XVI. Ahí lo llevas.

4. ¿Qué es la empatía? ¿Se puede conseguir? ¿Cómo y por qué? Si no podemos lograrla, ¿por qué nos parece tan importante intentar establecerla?

¿Se puede complicar más? ¡Siempre!. Reflexionemos sobre la materia prima de nuestro trabajo, las fuentes. 

5. ¿Qué diferencia hay entre las fuentes (vestigios) primarias y secundarias? ¿Y entre la «evidencia» y las «fuentes»? ¿Qué implica esto?.

Si aún tienes ánimo para meterte en más charcos, vamos con conceptos que en muchas ocasiones utilizamos sin apercibirnos de toda su complejidad.

6. ¿Qué podemos hacer con los pares de conceptos causa-efecto, continuidad-cambio o similitud-diferencia? Es posible conseguir con ellos lo que se os pide que hagáis? 

Tranquilos, que ésta es la última. Acabemos por todo lo alto para rematarnos si aún no nos ha estallado la cabeza. Cortita pero matona.

7. ¿Es la historia un arte o una ci

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