Alpargatas, libros, camping y comida
Una aguda observación sobre lo que pasa en una ciudad como Jesús María y cada descripción de personas y lugares tiene su correlato en la reflexión sobre lo que nos pasa como seres humanos.
Por: Juan Manuel García Escalada (Docente. Psicólogo Social)
En El Casco, he comprado dos pares de alpargatas. Calzado con uno de esos pares, he comenzado a recorrer la ciudad.
Es tiempo donde el año se hace pequeño y desaparece del almanaque que lo contuvo durante los 365 días.
Cuando llegué a la ciudad no había una librería donde se pudiesen encontrar nuevas ideas, para pensarnos desde nosotros mismos. Si no leo, no conozco, no puedo aprender a escribir, ni tampoco a hablar y aún menos, con la palabras, poder conquistar anhelos cotidianos.
El libro permite conocer y cotejar ideas para que desde nuestro lugar, éstas puedan ser conceptuadas y definidas, con teorías propias, que se hacen universales.
Paso por Cabildo y me detengo a mirar y sentir el aroma de papeles impresos. Tan maltratados por ciertos sectores que sueñan que el libro tiene su fin. No desaparecerá, se transformará. Me encantará tener en mi mochila un E-Book.
Salgo de la librería y en los hermanos Angelini pido un cortado con una medialuna (invento húngaro, que sofisticaron los franceses). Es un cortado en su justa medida y con el agregado de una cita de parroquianos, que todavía encuentran un espacio y un tiempo, al tiempo “loco social”.
Desperezando cuerpo, ideas y dando orden de prioridades, salgo hacia la Plaza Central. La esquina de Tucumán e Ingeniero Olmos contiene ese edificio a cual todos pasan por su vereda, pero pocos se detienen: La Biblioteca Sarmiento. Nunca hay dinero para transformar la identidad con lo cultural. Bosteza un sueño que décadas de anhelos la van transformando en un espacio lejano y extraño para los mas jóvenes.
Al pasar por Bergoglio desde la vidriera me llama la atención unos anteojos para sol. El modelo supo usarlo Audrey Hepburn, en la película “Desayuno en Tiffany”. Son los Ray-Band clásicos, negros. Los hombres también lo elijen.
Giro hacia el oeste y entro en “Indigo”. Me gusta la ropa para mujer que hacen allí. Buena combinación de colores, cortes y abstracciones. Buena idea para varones que quieran regalar y quedar bien.
En la vereda de “Kariba”, un grupo de mujeres, entre 40 y 50 años conversan animadamente, (Ríen, dialogan, monologan, observan, se alegran), ¡Vivan las mujeres! Recuerdo a mi amiga santiagueña que supo decirme: “ Nos encanta el diálogo, y más si es entre mujer y varón...”. Remonto la calle Tucumán al norte y entro en el supermercado Roldán. Voy a comprar unas ensaladas, queso, y atún. En unos de los estantes de bebidas, hay una botella de Jack Daniel´s. Es para tomarlo y saborearlo con placer y moderación, para acompañar como un aperitivo, para una charla entre amigos; con una amiga/o; esposa/o; novia/o y amante.
Me llego a Cástulo Peña entre Colón y Pío León. Voy a llevar dos películas clásicas. Elijo, Casablanca y el Baile.
Ya es hora de ir al Camping de los Scouts, en Agua Mansa.
Allí pasaré, junto a Pablo y Eugenia, (una cálida pareja que atiende el lugar), una hermosa tarde . Podré correr con una pelota a los pies. Me ducharé y me zambulliré a la pileta y tomaré sol. Comeré frutas de estación; trozos de melones, sandías, duraznos, damascos, bananas, y luego concluiré con una infusión, y para esta época, con pan de navidad (parece una antigüedad) de la panadería “Italia”.
No sé dónde iré este verano, pero lo disfrutaré mientras tanto, descubriendo espacios en la pequeña ciudad.
Ha sido una linda jornada en el Camping.
Paso por la panadería “Italia”, compro pan de salvado, unos mignones y miro el Club Huracán y recuerdo su historia junto a la gente que juega al tenis.
Cruzo las vías del ferrocarril Belgrano. En la calle Córdoba, entre Zípoli y Roca, está “Inocencio”. Un restaurante, que ha creado un lugar, para que la comida tenga su tiempo para disfrutarla.
Es un espacio, comida-cultura, como definición.
Unos días más y será Navidad y luego Año Nuevo. Tradiciones de un país que no llegó a ser, lo que quiso ser. ¿Qué quiso ser?.
Parafraseando a John Lennon: “La historia es lo que pasa mientras quieres ser...”.
En la civilización persa, cuando se pedía a los dioses, se debía pedir por los demás, no estaba permitido hacerlo para sí mismo. De esa manera todos pedían por todos. Había comunidad de deseos compartidos.
Pido por todos y todas. Cordialmente.
Por: Juan Manuel García Escalada (Docente. Psicólogo Social)
En El Casco, he comprado dos pares de alpargatas. Calzado con uno de esos pares, he comenzado a recorrer la ciudad.
Es tiempo donde el año se hace pequeño y desaparece del almanaque que lo contuvo durante los 365 días.
Cuando llegué a la ciudad no había una librería donde se pudiesen encontrar nuevas ideas, para pensarnos desde nosotros mismos. Si no leo, no conozco, no puedo aprender a escribir, ni tampoco a hablar y aún menos, con la palabras, poder conquistar anhelos cotidianos.
El libro permite conocer y cotejar ideas para que desde nuestro lugar, éstas puedan ser conceptuadas y definidas, con teorías propias, que se hacen universales.
Paso por Cabildo y me detengo a mirar y sentir el aroma de papeles impresos. Tan maltratados por ciertos sectores que sueñan que el libro tiene su fin. No desaparecerá, se transformará. Me encantará tener en mi mochila un E-Book.
Salgo de la librería y en los hermanos Angelini pido un cortado con una medialuna (invento húngaro, que sofisticaron los franceses). Es un cortado en su justa medida y con el agregado de una cita de parroquianos, que todavía encuentran un espacio y un tiempo, al tiempo “loco social”.
Desperezando cuerpo, ideas y dando orden de prioridades, salgo hacia la Plaza Central. La esquina de Tucumán e Ingeniero Olmos contiene ese edificio a cual todos pasan por su vereda, pero pocos se detienen: La Biblioteca Sarmiento. Nunca hay dinero para transformar la identidad con lo cultural. Bosteza un sueño que décadas de anhelos la van transformando en un espacio lejano y extraño para los mas jóvenes.
Al pasar por Bergoglio desde la vidriera me llama la atención unos anteojos para sol. El modelo supo usarlo Audrey Hepburn, en la película “Desayuno en Tiffany”. Son los Ray-Band clásicos, negros. Los hombres también lo elijen.
Giro hacia el oeste y entro en “Indigo”. Me gusta la ropa para mujer que hacen allí. Buena combinación de colores, cortes y abstracciones. Buena idea para varones que quieran regalar y quedar bien.
En la vereda de “Kariba”, un grupo de mujeres, entre 40 y 50 años conversan animadamente, (Ríen, dialogan, monologan, observan, se alegran), ¡Vivan las mujeres! Recuerdo a mi amiga santiagueña que supo decirme: “ Nos encanta el diálogo, y más si es entre mujer y varón...”. Remonto la calle Tucumán al norte y entro en el supermercado Roldán. Voy a comprar unas ensaladas, queso, y atún. En unos de los estantes de bebidas, hay una botella de Jack Daniel´s. Es para tomarlo y saborearlo con placer y moderación, para acompañar como un aperitivo, para una charla entre amigos; con una amiga/o; esposa/o; novia/o y amante.
Me llego a Cástulo Peña entre Colón y Pío León. Voy a llevar dos películas clásicas. Elijo, Casablanca y el Baile.
Ya es hora de ir al Camping de los Scouts, en Agua Mansa.
Allí pasaré, junto a Pablo y Eugenia, (una cálida pareja que atiende el lugar), una hermosa tarde . Podré correr con una pelota a los pies. Me ducharé y me zambulliré a la pileta y tomaré sol. Comeré frutas de estación; trozos de melones, sandías, duraznos, damascos, bananas, y luego concluiré con una infusión, y para esta época, con pan de navidad (parece una antigüedad) de la panadería “Italia”.
No sé dónde iré este verano, pero lo disfrutaré mientras tanto, descubriendo espacios en la pequeña ciudad.
Ha sido una linda jornada en el Camping.
Paso por la panadería “Italia”, compro pan de salvado, unos mignones y miro el Club Huracán y recuerdo su historia junto a la gente que juega al tenis.
Cruzo las vías del ferrocarril Belgrano. En la calle Córdoba, entre Zípoli y Roca, está “Inocencio”. Un restaurante, que ha creado un lugar, para que la comida tenga su tiempo para disfrutarla.
Es un espacio, comida-cultura, como definición.
Unos días más y será Navidad y luego Año Nuevo. Tradiciones de un país que no llegó a ser, lo que quiso ser. ¿Qué quiso ser?.
Parafraseando a John Lennon: “La historia es lo que pasa mientras quieres ser...”.
En la civilización persa, cuando se pedía a los dioses, se debía pedir por los demás, no estaba permitido hacerlo para sí mismo. De esa manera todos pedían por todos. Había comunidad de deseos compartidos.
Pido por todos y todas. Cordialmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario