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lunes, 13 de diciembre de 2010

EL BUEN SALVAJE 3 O SOBRE LA REALIDAD 5, por guillofca

EL BUEN SALVAJE 3 O SOBRE LA REALIDAD 5, por guillofca

Siempre dijimos sobre los datos incontrovertibles, que nos aporta la realidad. Esa misma, que es la única verdad, pero se manifiesta en muchos lados (como decía mi abuelita materna). Veamos de qué se trata:
1).- NO ES CIERTO QUE TODOS DESCENDIMOS DE LOS BARCOS, en esta Argentina, hace algunas generaciones. Más de la mitad de la población presenta entre sus antepasados algún originario de esta tierra. Sumado a la innegable descendencia africana de muchos habitantes de nuestro suelo, que no bajaron por propia voluntad de los barcos, que los dejaran engrillados en el puerto de Buenos Aires o en el de Montevideo, durante la colonia. Es comprensible que, vistas las conductas de nuestras instituciones (comandadas por ignorantes y vivillos de baja estofa), como podemos observar a diario, pero más particularmente en estos días, que existan unos cuantos, que no se animen a reconocer su pertenencia y que otros la desconozcan, porque tienen vergüenza, o, no quieren ser tratados, como indios, negros, bolivianos, paraguayos, etc. Pero en realidad, la mayoría somos indios, negros, bolivianos, paraguayos, etc. La mismísima ciudad de Buenos Aires, fue fundada, por gentes de Asunción del Paraguay y recibió esa corriente denominada “aluvión zoológico”, por los blanqueados dirigentes portuarios, en más de una ocasión en estos casi doscientos años de Historia independiente. Eso no indica, que la Sra. Presidente, pueda decir, que: “Todos descendimos de los barcos”, porque es una burrada, que engendra el accionar fraudulento de unos cuantos, propios y extraños a la mencionada dama de alcurnia presidencial.

2).- No se puede aceptar, que se diga, como si nada pasara, que por provenir de una determinada región de este continente, el descendiente de originarios, sea un traficante, o, un ladrón, o lo que sea. No existe ese tipo de determinismo, tan a gusto de los positivistas Neoliberales, que nos gobiernan. Es muy raro, que los organismos de derechos humanos, en esta sangrante argentina, no se explayen sobre la cuestión de maneras más contundentes, la misma, no pedimos más, que utilizaron en otras épocas y cuando los asesinos no se sentaban en su mesa.  Esas mismas personas, que defienden y mantienen las políticas de exclusión denominadas “INDIGENISMO”, porque en realidad, son los autores ideológicos de la matanza, los que apretaron el gatillo pueden ser otros, pero los asesinos ideológicos tienen nombre y apellido y todos sabemos quiénes son y donde trabajan. No se trata de una cuestión de supremo interés nacional el permanecer en el encubrimiento y en denegar la justicia. Es hora de reconocer los territorios y las formas de vida de nuestras comunidades originarias y de resarcirlos con ingresos y, en este punto, como todos saben, que no me gustan las copias (o el juego), pero se puede utilizar esa tendencia enfermiza hacia la ludopatía y entregarles los casinos, con una participación, por diez años, de los actuales propietarios, fijada en un treinta por ciento y con derecho a la administración (mientras mis hermanos aprenden el negocio).

3).- Es hora de terminar con el engendro denominado INSTITUTO NACIONAL DE ASUNTOS INDÍGENAS , que incluye a toda la corruptela y desviación o degeneración, de los postulados de nuestros héroes fundadores, para que tengamos bases sólidas democráticas, de genuina democracia, que no puede ser posible sin justicia, sin respeto a la Constitución y las Leyes, que deviene de su aplicación sin tapujos y reformando las que se encuentran en oposición a las mismas. Igualmente, es hora de dejar de mirar, para otro lado y reconocer el legítimo derecho de nuestros pueblos originarios a la tierra y vivienda. Debemos dejar de pensar, como si nuestra república se encontrase en una isla y reconocer, que los problemas, que hoy se plantean en el Parque Indoamericano de Buenos Aires, en Formosa y en otros puntos del país (sin muertos en estos últimos momentos), tiene su origen en la falacia del principio, esa misma que reclama, que todos descendimos de los barcos, negando que las fronteras las fijaron los liberales blancos de todos los países latinoamericanos a su real conveniencia y desconociendo, que existen pueblos (Quechua, Kolla, Guaraní, etc), que vivieron ancestralmente en territorios, que hoy se encuentran divididos, por fronteras, que no se corresponden, con los territorios, o, el habitad de nuestros originarios. Es por ello, que tienen derechos, como cualquier latinoamericano, por los orígenes conjuntos, para vivir en esta tierra. Es hora de mandar a la justicia a todos los discriminadores de estas políticas de exclusión fraudulentas.  

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