“I. INTRODUCCIÓN
La estrecha vinculación entre las políticas de reformas estructurales y el deterioro de la
situación social, a fines del siglo XX en la Argentina constituyen un hecho ampliamente
documentado. Avala este diagnóstico una amplia literatura que expone este hecho en términos
de incremento de la pobreza, del desempleo, de la precariedad laboral y de la desigualdad en
la distribución del ingreso. Entre sus mecanismos funcionales, este deterioro social tiende a
ser explicado a partir de los efectos que dichas reformas tuvieron sobre el mercado interno, la
vulnerabilidad financiera y la debilidad institucional del Estado.
Si bien la crisis del empleo tuvo en este marco una particular gravedad, su explicación -tal
como destacan la mayoría de los estudios- no se reduce a las reformas estructurales ocurridas
durante el último decenio.
1 Durante más tres décadas, la crisis del modelo de acumulación
social orientado al mercado interno y apoyado en los grupos industriales, junto a un
desplazamiento del poder económico hacia grupos financieros (Nun, 1987, Neffa, 1998),
dieron como resultado un escenario laboral cada vez más precarizado, en donde el
crecimiento de la tasa de desempleo abierto se constituyó en una manifestación a penas
parcial del problema. En este contexto, durante el programa de reformas de los años noventa,
el deterioro del mercado de trabajo argentino alcanzó una mayor virulencia, afectando en
forma más cualitativa a la estructura social. En términos de balance se hizo evidente que el deterioro sociolaboral constituyó un rasgo característico tanto de las fases de crecimiento
(1991-1994 y 1996-1998) como de crisis (1995-1996 y 1999-2001) a lo largo de la década
(Altimir y Beccaria, 1999a y 1999b; Beccaria, 2002; Lindenboim, 2001; Salvia, 2002; Donza,
Salvia, et al, 2004; Beccaria y Maurizio, 2005; Gasparini, 2005).
Durante este período el débil crecimiento que experimentó el empleo se explica
fundamentalmente por una conjunción de definiciones macro económicas y político-
institucionales que gravitaron negativamente sobre la generación de puestos de trabajo. En
primer lugar cabe destacar las derivaciones generadas por la desregulación financiera, la
apertura comercial y la apreciación del tipo de cambio. Todo ello con efecto directo sobre los
costos del capital y del trabajo, con alta gravitación en la demanda agregada de empleo en el
sector formal e informal de la economía (Frenkel y González Rozada, 1999; Damill, Frenkel y
Mauricio, 2002; Beccaria, 2002; Salvia y Rubio; 2003.)
En segundo lugar, la volatilidad
macroeconómica del capitalismo argentino se convirtió en un elemento determinante del
aumento de la pobreza y la desigualdad. Los ciclos económicos de expansión y contracción de
la actividad y la inversión, cada vez más breves, provocaron un efecto destructivo y
acumulativo sobre los activos de los sectores medios y más vulnerables de la sociedad,
particularmente sobre aquellos relacionados con los bienes y las condiciones de vida que
tradicionalmente había alcanzado nuestro país, pero también con el acceso a medios de
financiamiento económico y social. Tales procesos dejaron a los sectores con menores
recursos en una situación de creciente marginación económica, social y laboral. 2
Ahora bien, la situación económica y ocupacional del país parece haber cambiando en los
últimos años.
El período de crecimiento ocurrido tras la salida de la crisis 2001-2002, estuvo
acompañado por una expansión en la demanda de empleo, una recuperación del consumo y
una caída en los niveles de pobreza e indigencia, medidas en términos de ingresos. Los datos
agregados sobre la caída del desempleo y la recuperación de las remuneraciones laborales
resultan altamente positivos. En este sentido, las actuales condiciones macroeconómicas y
político-institucionales generadas con la salida del régimen de convertibilidad y la ulterior
reactivación económica (2002-2006), constituyen un escenario relevante para examinar la
capacidad del capitalismo argentino de absorber, bajo un mercado de trabajo formal y
socialmente integrado a un extenso reservorio de sectores excedentes y marginados de la fuerza de trabajo. Es en este “nuevo” marco económico y político que resulta relevante
preguntarse: ¿En qué medida los cambios macroeconómicos y el aumento de la demanda de
empleo están produciendo alteraciones “modernizadoras” y efectos “integradores” sobre la
composición sectorial del empleo, así como sobre las formas que asumen las relaciones
sociales de producción en las que participa la fuerza de trabajo? O, por el contrario, ¿en qué
medida se mantiene vigente una organización económico-sectorial desigual, con un polo
informal marginal y con mercados de trabajo segmentados en cuanto a sus rasgos
estructurales y modos de funcionamiento?
A igual que en anteriores trabajos se examina en esta ponencia la tesis que considera que los
desequilibrios laborales y sociales de la Argentina son de tipo estructural y encuentran
explicación en el régimen social de acumulación. Como consecuencias de este proceso, la
precariedad laboral y la desigualdad social no serían el resultado de una transición sino que
constituirían un componente estructural del funcionamiento del régimen económico e
institucional dominante. Dicho de otra forma, la tesis que organiza este trabajo es el supuesto
de que bajo un régimen de desarrollo desigual, combinado y dependiente 3 existe una estrecha
relación entre la lógica de acumulación capitalista, el funcionamiento segmentado de la
estructura socio-ocupacional y los efectos de marginación social y pobreza. Una relación que
si bien no es para nada novedosa en América Latina, sí lo es para la historia de nuestro país.
En este sentido, cabe destacar que uno de los resultados más reconocibles que ha dejado la
dinámica económica capitalista de las últimas décadas en la Argentina ha sido la cristalización
de una estructura productiva heterogénea, más “moderna” en su pirámide, pero también más
empobrecida y precaria en su base.
El estudio de esta estructura hace evidente la vigencia de
un sistema económico en donde coexisten actividades altamente competitivas, integradas al
mercado internacional con sectores de muy baja productividad, donde el empleo es informal y
los salarios están por debajo del nivel de subsistencia…”
https://www.aacademica.org/agustin.salvia/193
ACTIVIDADES: Puedes buscar en internet para responder.
1).-¿Dónde se encuentra la minería a cielo abierto en Argentina?
2).-¿Qué es la mega minería?
3).-¿Por qué no es común saber cuestiones vinculadas a la minería en los medios masivos de comunicación?
4).-¿Cuánto pagan de impuestos las mineras en Argentina?
5).-¿Por qué no se terminan los trabajos complementarios de Vaca Muerta?
6).- Si el tren sigue siendo importante en todo el mundo: ¿Por qué no se intenta restaurar los ramales que puedan ser restaurados?
7).- ¿Cuál es el apoyo real a los nuevos emprendimientos en materia económica en nuestro país?
8).- ¿A qué se conoce como régimen social de acumulación?
9).- ¿Hacia dónde se desplaza el poder económico?
10).- ¿Cuál es el poder económico que más es atacado por el gobierno actual?
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