CUENTO: LOS PERROS DE AGUA, MARIANA, LUCAS Y EL MATA, por guillofca
Antiguamente la vieja isla 29, que es la joya de Chom Chom, porque se encuentra a menos de quinientos metros del centro comercial de la localidad, solo se ocupaba para el canotaje y, en ella, o, mejor: en “los perros de agua” descollaban Lucas (m…) y el mata, como instructores de canotaje y maestros de la vida en el Río Oscuro Noche Sin Luna, que baña la rivera de Chom Chom. Luego y casi simultáneamente, con el advenimiento del área de camping, “los perros de agua” se transformaron en galpón y administración del camping y se incorporo la tercera figura del trío de trabajadores de camping más mentados de todo el Valle Intermedio del Río Oscuro Noche Sin Luna. Transcurridos muchos años no se cansan de derramar su trabajo y conocimiento certero de las cosas de la madre naturaleza y de lo natural, de lo que se transformaron en celosos cuidadores. Mata es un pescador empedernido, pero de esos que no cometen estragos; Lucas es un baqueano del río que tiene pocos rivales y Mariana administra y despunta el vicio, por la elaboración de salsas y vinagretas, que acompañan perfectamente los asados de Lucas y el Mata. Dicho lo anterior, en abril, cuando el trío ya se ganó con creces un merecido descanso y disfrute “en familia” de los otoño-invierno dorados de ensueño de la 29, preparando fuerzas, para recibir al turista el año que viene, mientras todo muta o se traslada despacio, casi diría: “sigilosamente”, como llegó.
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