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sábado, 1 de junio de 2019

EL PENSAMIENTO SALVAJE

EL PENSAMIENTO SALVAJE
Pensamiento salvaje (o mítico) y científico coexisten en la actualidad de acuerdo a lo que nos enseña el maestro de la Antropología del Siglo XX Claude Lévi-Strauss (1), en contraposición a la postura positivista o determinista. No existe una evolución donde uno se encuentre primero y otro (producto de la misma evolución) se presente luego de aprender, para aprehender. Todos tenemos la posibilidad de orientar nuestra forma de pensar desde una base mítica o desde una base científica. Hasta ese momento somos iguales, como acostumbraban decirme algunos colegas. Mas tarde o mas temprano se diferenciaran siguiendo un sistema de valores próximo a lo religioso o apegado a la ciencia. El entorno condiciona cualquiera de las posturas de igual forma. El formalismo no integra decididamente el campo de uno u otro, porque lo formal es común a los dos pensamientos, de lo que se infiere que existen formalidades para los dos tipos de pensamiento. Donde se diferencian es en la comprobación de los dichos, donde uno apela a la fe, el otro apela a varias fuentes o a la posibilidad de repetir fenómenos.
JUEVES, 7 DE MARZO DE 2013
SIST III - Levi-Strauss, C. El Pensamiento Salvaje. México: FCE, Caps. 1, 2 y 3.
Guía n°4 y también en prácticos.
Levi-Strauss, C. El Pensamiento Salvaje. México: FCE, Caps. 1, 2 y 3.
CAPITULO 1: LA CIENCIA DE LO CONCRETO
¥ Conocimiento exhaustivo de plantas y animales. No se debe solo al interés del indígena por su utilidad, sino en el deseo innato y universal del conocer.
¥ Contacto íntimo entre el indígena y el medio, un conocimiento tan sistemático no puede deberse exclusivamente a su utilidad practica è se los utiliza o declara útiles porque primero se las conoce, y no al revés. El objetivo primero de conocer corresponde a necesidades intelectuales è busca introducir un comienzo de significados en el universo mediante agrupaciones de cosas y de seres.
La EXIGENCIA de ORDEN se encuentra en la base de TODO pensamiento.
¥ Entre MAGIA y CIENCIA la primera diferencia seria que una postula un determinismo global e integral, mientras que la otra opera distinguiendo niveles, solamente algunos de los cuales admiten formas de determinismo que se consideran aplicables a otros niveles.
¥La necesidad de organización es una necesidad común al arte y a la ciencia. La magia no es una forma primera de la ciencia, el pensamiento mágico forma un sistema bien articulado, independiente del pensamiento científico. MAGIA y CIENCIA son dos modos distintos de conocimiento, pero una NO antecede a la otra.
¥Hay dos modos distintos de pensamiento científico: uno ajustado a la percepción e imaginación y el otro desplazado.
¥Toda clasificación es superior al caos. Una clasificación, aunque el nivel de las propiedades sensibles, es una etapa hacia un orden racional.
¥CIENCIA DE LO CONCRETO: los ritos y mitos ofrecen como lazos principales el preservar modos de observación y reflexión que estuvieron adaptados al descubrimiento que autorizaba la naturaleza, a partir de la organización y explotación reflexiva del mundo sensible en cuanto sensible.
*BRICOLAGE è ciencia primera è reflexión mítica è bricolage intelectual.
*BRICOLEUR è no tiene un proyecto definido, no subordina el proyecto a la obtención de materias primas.
¥El MITO esta a mitad de camino entre un precepto y un concepto.
¥SIGNO:
- Intermediario entre la imagen y el concepto.
- SDO-STE
- Es concreto como la imagen, pero referencial como el concepto.
PENSAMIENTO BRICOLEUR
PENSAMIENTO INGENIERO
*Más acá. Percepción sensorial.
*Opera por medio de signos.
*Sin proyecto previo.
*Elementos limitados.
*STES
*Parte del ACONTECIMIENTO para llegar a la ESTRUCTURA.
*Reflexión mítica.
*Más allá. Conceptos.
*Opera por medio de conceptos.
*En vista a un proyecto.
*Elementos ilimitados.
*SDOS
*Parte de la ESTRUCTURA para llegar al ACONTECIMIENTO.
Estos dos hacen caminos simétricos e inversos.
¥EL PMTO. Mítico construye conjuntos estructurados a partir de residuos o restos de acontecimientos.
¥Tanto el PMTO. Bricoleur como el del ingeniero son igualmente válidos, no se trata de dos fases o etapas de evolución del saber.
Pensamiento científico y salvaje son las modalidades de un mismo pensamiento.
¥El ARTE se inserta a mitad de camino entre el PMTO científico y el mítico. El artista tiene algo de sabio y algo de bricoleur: con medios artesanales confecciona un objeto material que es al mismo tiempo objeto de conocimiento.
TODA obra de arte es un « modelo reducido » de la realidad (ya sea por la escala o por las propiedades sensibles).
A diferencia del modelo real, en el modelo reducido el conocimiento de todo precede al de las partes.
El modelo reducido compensa la renuncia a las dimensiones sensibles mediante la adquisición de dimensiones inteligibles.
Una obra de arte puede condensar muchos SDOS.
¥ El arte opera de manera SIMETRICA e INVERSA a como lo hace la ciencia. El arte reproduce, la ciencia produce.
¥La relación de prioridad entre estructura y acontecimiento se manifiesta de manera simétrica e inversa en el bricolage y en la ciencia. Aquí el arte ocupa una posición intermediaria. El artista une conocimiento interno y externo, un ser y un devenir, hay una unión en la obra de arte entre el orden de la estructura y el del acontecimiento.
La obra de arte parte de un conjunto de uno o carios objetos al cual la creación estética confiere un carácter de totalidad. Poner de manifiesto una estructura común. El mito recorre el mismo camino pero en el otro sentido: utiliza una estructura para producir un objeto absoluto. Así el ARTE, procede de un conjunto (objeto + conocimiento) y se lanza al descubrimiento de su estructura; el MITO parte de una estructura, por medio de la cual emprende la construcción del conjunto (objeto + acontecimiento).
¥El juego y el rito ofrecen entre si relaciones del tipo que el arte tiene con el mito y la ciencia. El juego es DISYUNTIVO, culmina en la creación de una separación diferencial entre los jugadores (ganadores y perdedores); el ritual, de manera simétrica e inversa, es CONJUNTIVO, pues sustituye una unión o relación orgánica entre dos grupos que estaban disociados al comienzo (ejecutador y observadores ?). En el juego, la asimetría es engendrada por los acontecimientos. En el ritual, es lo contrario : se establece una asimetría preconcebida y postulada entre profano y sagrado, fieles y oficiantes, muertos y vivos, etc., y el « juego » consiste en hacer pasar a todos los participantes al « bando ganador », por medio de acontecimientos cuya naturaleza y ordenamiento tienen un carácter verdaderamente estructural. Como la ciencia, el juego produce acontecimientos a partir de una estructura, mientras que los ritos descomponen y recomponen conjuntos acontecí mentales con vistas a ordenamientos estructurales que habrán de hacer las veces, alternadamente de fines y de medios.
CAPITULO 2 : LA LÓGICA DE LAS CLASIFICACIONES TOTÉMICAS
¥Las imágenes simplificantes del mito, os materiales de bricoleur, son definibles mediante un doble criterio: HAN SERVIDO y PUEDEN TODAVÍA SERVIR. Ni unos ni otros provienen del DEVENIR puro.
No son materiales brutos, sino productos ya trabajados.
¥Todo ordenamiento puede expresarse en relaciones rigurosas entre sus partes, relaciones que no tienen mas contenido que el ordenamiento mismo ð LÓGICA CONCRETA.
Identificación con seres que el pensamiento indígena carga de significación. El sentimiento de identificación y parentesco es mas profundo que la noción de las diferencias.
El saber teórico no es incompatible con el sentimiento. Las relaciones concretas entre el H y los seres vivos colorean, a veces, con sus matices afectivos.
¥El « salvaje no es un H apenas salido de la condición animal, ni mucho menos tiene una conciencia animada por la afectividad y ahogada en la participación.
¥Clasificaciones indígenas ð son metódicas y están fundadas en un saber teórico solidamente armado.
¥Para identificar correctamente los MITOS y RITOS, es indispensable la identificación precisa de las plantas y de los animales de que se hacen mención, o que son utilizados, directamente en forma de fragmentos o despojos.
¥Los elementaos de la clasificación no son constantes, solo lo son las relaciones. Hay que saber que, también, que papel les atribuye cada cultura en el seno de un sistema de clasificaciones.
Los términos jamás poseen significación intrínseca : su significación es de « posición », función de la historia y del contexto cultural, por una parte, y por otra parte, de la estructura del sistema en que habrán de figurar. Cada detalle en distintas culturas, será interpretado de diferentes maneras.
¥Naturaleza polivalente de lógicas que apelan simultáneamente a varios tipos normales de vinculaciones ð generan dificultades a la interpretación etnográfica de las clasificaciones.
El totemismo no es sino un caso particular del problema general de la clasificación, y un ejemplo, entre otros, del papel frecuentemente atribuido a términos específicos para elaborar una clasificación social.
¥Relación entre términos que pueden darse por :
- Contigüidad.
- Semejanza
- Pueden ser : sensibles, inteligibles.
- Sincrónica o diacrónica.
- Cercana o lejana
- Estática o dinámica.
Es posible que el número, la naturaleza y la « calidad » de estos hechos lógicos no sean los mismos según las distintas culturas.
¥Lógicas totémicas ð 2 dificultades :
1. No sabemos siempre de que plantas o animales se trata exactamente.
2. Cada especia, variedad o subvariedad puede compartir un numero considerable de funciones diferentes en sistemas simbólicos en los que algunos funciones solamente les son efectivamente asignadas.
¥Solo las formas pueden ser comunes pero no los contenidos.
¥Clasificaciones totémicas en sentido amplio ð no solo concebida sino también vivida.
Cada vez que son denominados algunos grupos sociales, el sistema conceptual formado por estas denominaciones se halla entrampado a los caprichos de una evolución demográfica que posee sus leyes propias. El sistema totémico es dado en la sincronía, en tanto que la evolución demográfica se desenvuelve en la diacronía ð hay, así, dos determinismos, cada uno de los cuales opera por su cuenta.
Las estructuras sincrónicas de las clasificaciones totémicas son muy vulnerables a la diacronía.
La demografía lleva a la desorganización, mientras que la inspiración reflexiva lleva a la reorganización conforme a una norma, la mas semejante posible al estado anterior.
Capitulo 3: los sistemas de transformaciones.
Las lógicas prácticas teóricas que rigen la vida y el pensamiento de las sociedades llamadas primitivas, están movidas por la exigencia de SEPARACIONES DIFERENCIALES.
Las separaciones (y no su contendido) forman una vez que existen, un sistema utilizable.
TOTEMISMO: no es una institución autónoma definible por características intrínsecas, sino que corresponde a algunas modalidades arbitrariamente aisladas de un sistema formal, cuya función es la de garantizar la convertibilidad ideal de los diferentes niveles de las realidades sociales. Hay una socio-lógica (como dice Dukheim)
Operador totémico: media entre la naturaleza y la cultura.
Durkheim y Malinowki: intentaron confiar al totemismo en una sola de esas dimensiones (o de la naturaleza o de la cultura) siendo que el mismo es ante todo medio de trascender su oposición.
El sistema mítico y las oposiciones a las que da lugar sirven para establecer relaciones de homología entre las condiciones naturales y las condiciones sociales.
Condiciones naturales: no tienen existencia propia sin funciones de las técnicas y del género de vida de las poblaciones que las definen y les dan un sentido, aprovechándolas en una dirección determinada.
La naturaleza no es contradictoria en sí misma, sino que puede serlo en los límites de la actividad humana particular que se inscribe en ella.
Las relaciones del hombre con el medio natural desempeñan el papel de objetos de pensamiento: el hombre no las percibe pasivamente, las tritura después de haber reducido a conceptos, para desprender de ellas un sistema que nunca está predeterminado: la misma situación presenta a varias sistematizaciones posibles.
Los fenómenos naturales no son lo que los mitos tratan de explicar, sino aquello por medio de lo cual los mitos tratan de explicar realidades que o son de orden natural, sino lógico.
PRIMADO DE LAS INFRAESTRUCTURAS
El totemismo funda una ética al prescribir a prohibir conductas. Las poblaciones pueden tener muchas formas distintas. Prohibiciones o prescripciones se nos manifiestan como medios, teóricamente equivalentes, para “significar la significación”, en un sistema lógico en el que los espacios consumidos constituyen, en todo o en parte, los elementos.
La división natural y la división social son homologas y la elección de una división en un orden implica la apropiación de la división correspondiente en el otro, además como forma privilegiada.
Es en vano tratar de establecer una relación de prioridades entre prohibiciones alimenticias y reglas de exogamia. El lazo que hay entre las dos no es casual, sino metafórico. Relación sexual y relación alimenticia se piensan inmediatamente como similares.
Las prohibiciones alimenticias no siempre acompañan a las clasificaciones totémicas y les están lógicamente subordinadas.(2)
Pero igualmente se encuentran en vigencia atento a los sistemas de vida vegano y vegetariano, que se observan en continuo aumento de seguidores en general y en particular entre la Tribu Urbana de mochileros a los que no me arrepiento de calificar como salvajes, por el nomadismo, pero no por el sistema de pensamiento que suele responder al científico, sacando a los que, anteriormente, denominamos como contras.
Otro párrafo merecen las personalidades que se dedican a otros tipos de consumos desmedidos que los intoxican, con lo que suman a su falta de esfuerzo en muchos sentidos, en especial en el educativo, que suele quedar relegado en aras de una nebulosa de proyectos vinculados con el pensamiento mítico que los atrae de una forma desmedida, incluso por encima de su dejadez y amor por Il dolce far niente o la buena vida sin compromiso, tomada como un estilo de vida permanente, que suele iniciarse en la temprana adolescencia y en relación con el dejar hacer, dejar pasar, con el que fueron colonizados sus progenitores.
La Teoría Anarquista del Conocimiento de Feyerabend
Chalmers dedica un capítulo a Feyerabend, en el que resume y valora los rasgos claves de su postura expuesta en el libro Against Method.
Todo vale
Feyerabend hace una enérgica defensa de la afirmación de que ninguna de las metodologías de la ciencia hasta ahora propuesta ha tenido éxito, ya que esas metodologías, según defiende, son incompatibles con la historia de la física.
Mantiene, de forma convincente, que las metodologías de la ciencia no han proporcionado reglas adecuadas para guiar las actividades de los científicos, y sugiere que, dada la complejidad de la historia, es muy poco razonable esperar que la ciencia sea explicable sobre la base de unas cuantas reglas metodológicas.
La idea de que la ciencia puede y debe actuar de acuerdo con reglas fijas y universales es tan poco realista como perniciosa. Es poco realista porque tiene una visión demasiado simple de los talentos del hombre y de las circunstancias que fomentan o provocan su desarrollo. Es perniciosa porque el intento de aplicar las leyes está abocado a incrementar nuestra cualificación profesional a expensas de nuestra humanidad. Además es perjudicial a la ciencia porque pasa por alto las complejas condiciones físicas e históricas que influyen en el cambio científico. Hace que la ciencia sea menos adaptable y más dogmática.
Dada la complejidad de cualquier situación realista en la ciencia y la imprevisibilidad del futuro por lo que se refiere al desarrollo de una ciencia, no es razonable esperar una metodología que determine que, dada una situación, un científico racional debe adoptar la teoría A y rechazar la teoría B, o preferir la teoría A a la teoría B.
La acusación de Feyerabend contra el método se dirige contra las metodologías interpretadas como proveedoras de reglas para guía de científicos. Los científicos no deben estar obligados por las reglas del metodólogo... (3) Decir todo vale implica una tajante diferenciación, porque en la realidad no todos conformamos de la misma forma nuestras zonas de desarrollo próximo (Vigotski), ni sentimos igual o pensamos siguiendo las mismas bases, fuentes o formas de pensar, dado que en tanto humanos somos esencialmente diferentes, de acuerdo a la constitución de nuestro diferenciado pensamiento. Incluso nuestra forma de vida y aspiraciones, como nómadas vivimos como salvajes solo respetando las leyes naturales y sus derivados en las de los estados, pero no tenemos nada que ver con las ancladas en consumismo propiciado por el capitalismo salvaje donde se llevan a los extremos las leyes del capitalismo a las que no respetamos en tanto somos seres humanos orientados hacia el pensamiento crítico, cosa sobre la que adolecen otros. En alguna oportunidad se me reclamaron fuentes por mis supuestos iguales, cuando me encontraba en los inicios de una investigación y en otra se me reclamó
por lo extensos (a su juicio) de los contenidos, que es un disparate asentado en el dejar hacer dejar pasar, como ya fue explicado antes de esta critica del formalismo autista.(3)
Dualismo Y Pensamiento Salvaje
A. El etnocentrismo de las ciencias sociales
El subjetivismo es el acto de referir la realidad al yo: un sujeto se convierte en centro de referencia de todo lo existente. Es una conducta que acompaña ineluctablemente al animal sensitivo, incapaz de prescindir de sí. Lo muestra el simple hecho de tender la vista alrededor en un campo abierto, cuando la línea imaginaria del horizonte sitúa en el centro exacto de un círculo al observador, tanto si está en reposo como si está en movimiento. Lo muestra también el recuerdo de episodios vitales anteriores, porque entonces todos los seres de la memoria se organizan asimismo en torno a un eje central, que es el individuo que recuerda. Y los sueños, que son el modelo de todas estas experiencias, pues cada hombre es en ellos el protagonista imprescindible.
La religión mantiene al creyente en esta convicción, en tanto que, no sin excepciones notables, la ciencia y la filosofía procuran alejarlo de ella con el fin de alcanzar un punto de vista universal desde el que, trascendiendo al animal sensitivo, observar la realidad sin que el observador la remita a sí mismo. Pero éste es un ideal no siempre logrado. La astronomía ptolemaica, por ejemplo, ofrecía al medieval la confirmación de su propia espontaneidad perceptiva demostrándole que el suelo firme sobre el que se erguía era verdaderamente parte de un planeta inmóvil alrededor del cual daba vueltas uniformes la solemne cúpula universal. Las ciencias del hombre han actuado del mismo modo. Largamente dominadas por la tesis evolucionista, han solido ofrecer al observador europeo el firmamento de las culturas humanas como reliquias de un pasado ya extinguido y superado. La ciencia acudía así a refrendar lo que su superioridad técnica para el dominio le había ya demostrado, convirtiendo las creencias, mitos, modos de organización, equipamiento técnico… de otras culturas en supervivencias de otros tiempos. La antropología reproducía al colonialismo.
La equivalencia de dos vocablos, supervivencia y superstición, ilustra sobradamente este caso. El segundo contiene todo el desprecio que insuflaron en él los ilustrados. La profusión de su concepto prueba la creencia mantenida no solamente por el hombre común, sino también por muchos científicos sociales del siglo XIX y principios del XX. El etnocentrismo, variante hiperbólica del subjetivismo, podía sentirse satisfecho con los resultados de una disciplina mental que, destinada en principio a presentar al otro, lograba más bien convertirse en espejo con el que el europeo podía admirar su propia imagen...
B. El dualismo en las ciencias sociales
A la quiebra de esa visión del mundo humano sobrevino la perplejidad. Las sociedades dejaron de ser catalogables bajo el esquema jerárquico del evolucionismo y ninguna de ellas pudo aducir el derecho de su concepción superior. Siendo varios millares las que existían a comienzos de siglo, quedaron unas frente a otras, como individuos iguales ante la consideración del antropólogo o del filósofo. ¿Cómo comprender en esas circunstancias la presente confrontación, que se viene librando desde el advenimiento de una de ellas, dotada de una forma peculiar de organización para la producción y el gobierno, que está trastornando profundamente la antigua atomización en que todas se hallaban sumidas, destruyendo los diques que las separaban y obligándolas a formar parte de un todo cuyos contornos parecen irse precisando paulatinamente?
Esta es una cuestión a la que solamente se enfrenta la cultura surgida en el Occidente europeo y, para responderla, ha dado lugar a instituciones científicas conscientes por medio de las cuales procura hacerse cargo mentalmente de todo ese vasto territorio de mitos, rituales, organizaciones de parentesco, calendarios, técnicas… Es una comprensión de lo otro en la que no hay un sujeto frente a un objeto, sino que ha sido el propio devenir, maduro ya y accesible, el que se ha tornado objeto del pensar. Una comprensión que es sólo uno de los frentes de una lucha que se libra actualmente en todos los terrenos de la vida humana...
El sesgo gnoseológico de esa confrontación se manifiesta cuando se consideran el pensamiento salvaje y el científico. Se ha creído con harta frecuencia que el primero, pese a hallarse muy extendido en las sociedades civilizadas, es exclusivo de las primitivas y se ha presentado erróneamente el segundo como el propio del hombre de Occidente en general. Todos los hombres que hasta el día de hoy han logrado permanecer en grupos de nómadas o en aldeas reducidas se encuentran diseminados por el escaso territorio a donde los ha expulsado la creciente expansión de las organizaciones neolíticas. No han fundado naciones poderosas ni construido obras arquitectónicas admirables; no han creado ejércitos ni conocido apenas la producción para el comercio; no han cuantificado el valor del agua, la tierra, el aire…, pero se hallan en posesión de universos simbólicos abundantes y variados, universos que durante mucho tiempo se pretendió que son esencialmente distintos de los nuestros. Muchos pensadores prestigiosos de la primera antropología social se entregaron a la tarea de definir los rasgos que los distinguen, pero solamente lograron proyectar sobre ellos algunas categorías occidentales. En particular proyectaron el dualismo, esa brecha que aparta a la materia de la mente y que se abrió con tal fuerza en la filosofía del siglo XVII que impregna toda la intelectualidad de la Edad Moderna hasta nuestros días. En Descartes, su iniciador, es una dualidad que escinde no solamente el ser del hombre sino sobre todo sus contenidos de conciencia: a un lado están las ideas luminosas de la razón, al otro las turbias representaciones de la imaginación y los sentidos. Solamente las primeras son verdadero conocimiento...
Después de trazar esta separación era fácil ver al primitivo al otro lado de lo racional, allí donde imperan el conocimiento de lo irreal, lo confuso, lo aparente, lo irracional… ¿Cómo concebir de otro modo las creencias en la brujería, la magia, el exorcismo o los mitos después de contrastarlas con la flamante ciencia europea? No era plausible que aquel que hubiera debido encargarse de tender un puente sobre ese abismo, el antropólogo, un partícipe de la cultura que lo ha proyectado, se colocara a ambos lados de él.
C. Hacia el monismo racionalista
Ahora bien, el empeño por entender el pensamiento salvaje pretende ser un empeño científico y por ello mismo no le es dado dividir lo real en racional e irracional. Este es el primer paso inevitable. Si hago ciencia, sea medicina, física, geología, prehistoria o lingüística, es que he aceptado que existe un orden previo que me es posible desvelar y que en ese desvelamiento consistirá la verdad del conocimiento a que aspiro...
El hombre de ciencia no puede transigir con el desorden. Exige que el mero existir de su disciplina sea indicio suficiente de lo racional en el objeto a que ella se dedica. O esto o no hay más ciencia. Si acepta algo como ininteligible es porque no tiene más remedio que hacerlo, pero él sabe que ésa es una situación transitoria ajena a la naturaleza de las cosas. La insuficiencia temporal del conocimiento no debe confundirse con lo definitivamente opaco a la luz del intelecto, que no es real, o no lo es en algún sentido...
Ahora bien, no vemos que suceda lo mismo en las ciencias humanas y sociales. Trátese, por ejemplo, del estudio de las revoluciones. Nada impide en principio que exista también aquí alguna ley que, como el principio de Arquímedes, sea capaz de explicar adecuadamente lo que en las revoluciones históricas es universal. Pero, si así fuera, serviría para comprobar lo poco que se aprende cuando se llega a una enunciación semejante, porque en esos casos interesa el objeto particular, que es la Revolución Francesa, la de Octubre…, es decir, una totalidad concreta que nunca es posible abarcar del todo.
De ahí que el problema de la distinción entre lo necesario y lo contingente afecte a las ciencias del hombre y la sociedad de un modo que desconocen hoy las ciencias naturales. Estas últimas no necesitan pararse a considerar sus presupuestos epistemológicos y ontológicos. A diferencia del físico y el astrónomo, que solamente deben dejarse llevar de la corriente, pues la tradición de su ciencia ya les ha dejado a punto la distinción, los científicos del hombre y la sociedad son extraordinariamente críticos, y no por algún inconformismo especial del que se hallen imbuidos, sino porque la situación de su objeto de estudio les obliga continuamente a enfrentarse a ella, sometiendo a discusión los fundamentos y el objeto mismo de su disciplina e incluso poniendo en tela de juicio el concepto mismo de ciencia.
Estas dificultades se revelan también en el estudio del simbolismo. A Durkheim cupo el mérito de plantear la cuestión correctamente. Si hay algo universal en el pensamiento del hombre, decía, debe poderse hallar en todas las culturas. Es cierto que lo primero que en ellas hace acto de presencia es la diversidad, pero tras ella debe encontrarse la unidad.
D. Dos culturas
Sin embargo la idiosincrasia propia de las ciencias sociales y humanas parece presentar también aquí una objeción: ¿no es acaso la diversidad de las formas culturales lo único existente en el mundo humano?. De conformidad con lo anterior, la respuesta sólo puede ser una, a saber, que la variedad es lo inmediatamente evidente, pero que debe ser matizada, porque la decisión de convertir también en científico lo que se sepa sobre lo humano exige no detenerse hasta hallar, por encima de lo anecdótico, algo que pueda ser susceptible de universalización. Con ese fin puede tomarse como punto de referencia la técnica, pues creo que a su través es relativamente fácil convenir en una clasificación de formas culturales capaz, por un lado, de reducir notablemente la variedad y apta, por el otro, para servir de fundamento a lo que, a mi entender, cabe concluir con sentido en el estudio del simbolismo...
Luego la mera existencia de la técnica no es indicio suficiente de que se haya dado ya el paso de la unidad natural a la diversidad cultural. Más aún: la escasa diversificación de los productos materiales de la técnica durante largos períodos de la prehistoria sugiere que dichos períodos no habían traspasado todavía el límite de lo natural. Defiendo que es así porque si se utilizan los productos de la técnica como exponentes del desarrollo humano, apenas dos o tres hitos jalonan ese camino:
A.- Primero fue la piedra, que tuvo una larga existencia: la monótona repetición de lo mismo durante el Paleolítico. No digo esto sin prevención. Sé que hay variación, pero ésta apenas destaca sobre un horizonte que se extiende a lo largo de muchos centenares de miles de años. Ha sido un transcurso lento, imperceptible, vivido por la humanidad durante casi toda su existencia.
Si damos por buena la equivalencia de las actuales sociedades primitivas –actuales de acuerdo con los parámetros de un tiempo ahistórico, que es el de la ciencia, pues sabemos que todas ellas están inmersas fatalmente en un proceso de deterioro y destrucción, y primitivas, o arcaicas, o salvajes… por una convención terminológica que no viene a cuento discutir aquí- con las del pasado prehistórico, puede decirse que durante todo ese tiempo los hombres han estado agrupándose en un tipo de sociedad a la que debería convenirse en llamar sociedad natural, porque se ajusta al tiempo circular, que es el propio de la naturaleza. En ella existe sólo la repetición, la tendencia al centro de sí. Al árbol le sucede el árbol y al tigre el tigre. Por eso existen el bosque y el felino: la especie es eterna cuando los individuos se relevan con rapidez. Aquí es la impotencia de la vida: el comienzo del individuo viviente es la simiente, que también es su fin. Nada nuevo hay bajo el sol natural[3]. La naturaleza gira sobre sí y no tiende a nada que no sea ella tal como es. Podría decirse que se esfuerza por mantenerse en lo que es frente a todas las contingencias del devenir.
Así parece que debería haber sido también para el hombre, pues no otra cosa sugiere su existencia sobre este planeta. Tres cualidades diferenciales, que son responsables de esta tan considerable ausencia de cambios, se pueden atribuir a aquella clase de sociedad que fue su primera forma de agrupación:
a) poseer un nivel modesto de vida en comparación con la sociedad del presente,
b) practicar unas reglas de matrimonio que limitan el índice de fecundidad, y
c) vivir una vida política basada en el consentimiento y no en la organización centralizada del poder.
Aunque estas agrupaciones humanas se oponen a la historia por adoptar un tiempo reversible y mecánico, y se oponen al cambio por rechazar todas las innovaciones, no puede concluirse que vivan de hecho fuera del curso de la contingencia, en un momento estático donde no sucede transformación alguna. Es en sus mitos y creencias donde se piensan y se desean así...(4)
Quedarse en el formalismo, para garantizar el rigor científico es deformar las ciencias sociales que se caracterizan por una variedad de ambivalencias que se mueven en forma vertiginosa (si las vemos desde una óptica positivista) y para las que la última frontera no existe en tanto y en cuanto se encuentran vivas, como la humanidad.
(1) DESCARGAR EN
[PDF] EL PENSAMIENTO SALVAJE CLAUDE LÉVI-STRAUSS
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