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lunes, 19 de febrero de 2024

LAS OTRAS OPINIÓNES SOBRE TEHUELCHES Y MAPUCHES EN NUESTRO TERRITORIO ARGENTINO

PREVIAMENTE debemos consignar que existe, en el ámbito del INAI (Instituto Nacional de Asuntos indígenas) una clara posición de vinculaciones entre Organizaciones Mapuches-Tehuelches y otras, de raíz comunitaria y más, aunque algunas, solamente Tehuelches, que no se encuentran enfrentadas, aunque las Tehuelches se consideran interesadas en que se note su independencia. Pero se trata de un esfuerzo que corona unas décadas de paulatina recuperación de todos los aspectos de la vida sana y en evolución Tehuelche, buscando estándares pasados. Y frente a ello, en relación con el pueblo mapuche, debemos aclarar que nuestra constitución garantiza la plena y libre evolución de todo aquel inmigrante llegado a nuestras tierras, desde cualquier sitio del mundo, o del continente. Y creo que el pueblo Mapuche, no tiene ninguna intención de hacerse pasar por otra comunidad y en eso, son bien claros. En otras palabras son inmigrantes legítimos y, por ello, son argentinos. Encontrándose en el mismo nivel que otros hijos y descendientes de cualquiera que sitúe su origen en otro lugar, recordando que se registra un origen común, con diaguitas. Y nadie se sobresalta con la constatación de la indudable población diaguita en nuestro vecino. Sin olvidarme de los reconocidos habitantes Tehuelches en ese mismo vecino, lo que no significa otra cosa que reconocer, que en otros tiempos, no existían límites fronterizos, cómo hoy, por lo tanto las relaciones, entre pueblos, existieron durante miles de años y los recelos hace menos tiempo.

Gracias a estas tonterías, se escondió, durante casi doscientos años, que nuestro libertador, eligió al pueblo pehuenche, para que le cuide la espalda en el cruce de los Andes, sin ningún recelo. Es más lo siguió utilizando en períodos que cruzó a nuestro país, cuando estaba proscripto (por la desobediencia genial).



OPINIÓN
MAPUCHES
Historia
Tehuelches, el pueblo originario de la Patagonia y la invasión mapuche
Domingo, 10 de octubre de 2021
La desmitificación de la presumida "originalidad" mapuche en tierras de la Patagonia. Gustavo Cairo, entusiasta de la historia y diputado provincial por el PRO en Mendoza, deja aquí su testimonio al respecto.
Gustavo Cairo

Desde hace algunos años vemos como en la Patagonia argentina, ciertos grupos mapuche que se autodenominan "originarios" toman tierras y ejercen actos de violencia, invocando supuestos derechos ancestrales sobre esos territorios.
Si hay un pueblo que puede ser considerado originario de la Patagonia es el tehuelche, que la habitó desde hace unos diez mil años. Magallanes los llamó "patagones" cuando desembarcó en la región que luego en su honor se denominó Patagonia. Ellos se llamaban a sí mismos "aóniken", la denominación "tehuelche" se la dieron los mapuche mucho tiempo después. Quienes visitaron la región en el siglo XVII como el jesuita Mascardi o el marino Villarino documentaron que en las márgenes del Nahuel Huapi o al pie del volcán Lanín vivían tribus tehuelches. Nombres como Esquel, Gaiman, y Chaltén provienen de su lengua. La Cueva de las Manos en Santa Cruz, presenta restos arqueológicos tehuelches de miles de años de antigüedad.

Los mapuches son originarios de la Araucanía chilena. Algunos grupos comenzaron a cruzar la cordillera e instalarse en el actual territorio argentino a partir del siglo XVI, luego de la llegada de los españoles, en un proceso denominado "araucanización de la Patagonia".


Antropólogos e historiadores de Chile y Argentina coinciden en el origen chileno de este pueblo y su relativamente reciente llegada al este de la cordillera de los Andes. El reconocido antropólogo chileno José Bengoa, autor de Historia del pueblo Mapuche expresa "antes de la llegada de los españoles a Chile, las pampas argentinas estaban habitadas por pequeños grupos indígenas no mapuches. Los mapuches no tenían relaciones con la pampa y se circunscribían a su territorio en el lado chileno". El argentino Antonio Serrano coincide: "Los araucanos no son oriundos del territorio argentino. Su establecimiento en él y la araucanización de los núcleos autóctonos es relativamente reciente. Los araucanos propiamente dichos ocupaban en el momento de la conquista el territorio chileno y ellos se nombraban mapuches". Milcíades Vignati de la Academia Nacional de Historia escribió: "los indígenas de procedencia chilena que invadieron el territorio en la segunda mitad del siglo XVIII, hasta lograr la hegemonía sobre las otras tribus...Estos elementos invasores eran chilenos de raza araucana". Por su parte el historiador anarquista Alvaro Yunque en Calfucurá, la conquista de las pampas relata: "antes de la raza venida de Chile...las pampas habían sido habitadas por indios aborígenes de ellas, pampeanos auténticos. Lentamente fueron substituidos, por eliminación o absorción, por las razas más agresivas e inquietas de Arauco".
Fue un choque de culturas. Los tehuelches eran amigables y creían en la pacífica convivencia con los blancos. Diversos testimonios dan cuenta de ello: Musters, un viajero inglés que convivió con ellos más de un año desde 1870, dice en su libro Vida entre los Patagones: "los tehuelches son bondadosos, de buen carácter. En mis relaciones con ellos, me trataron siempre con lealtad y consideración, y dispensaban el mayor cuidado a mis pocas pertenencias". Ramón Lista escribió en Los Tehuelches, una raza que desaparece: "el tehuelche es hospitalario, en su hogar hasta el enemigo es inviolable". Los araucanos por el contrario, traían una mentalidad guerrera, agresiva y eran muy superiores en número. Las consecuencias fueron trágicas para los tehuelches.

Sobre tehuelches y mapuches: respuesta al diputado Cairo
Los tehuelches llamaban chenna (guerreros) a los araucanos. Musters cuenta que "los mapuches, tenían esclavos tehuelches", capturados en las batallas de Barrancas Blancas sobre el río Sengel y Geylum cerca del Nahuel Huapi. En relación a estas luchas Ramón Lista nos dice: "comienzan las incursiones vandálicas de los araucanos. Las tolderías tehuelches son sorprendidas y asaltadas al amanecer, se combate cuerpo a cuerpo, a lanza, a flecha, a bola: los ancianos inermes son estrangulados; las mujeres y los niños huyen despavoridos; al alarido de unos les responde el grito de venganza de los otros; todo es confusión, y la sangre humedece la tierra. Los tehuelches casi deshechos se reorganizan, estrechan sus filas, y después de algunos momentos rechazan a la horda araucana que huye llevándose no pocas mujeres y niños cautivos. Estas razzias se repiten de tiempo en tiempo". Entre las más cruentas batallas está la de Languiñeo, ("lugar de los muertos"), cerca de la actual ciudad de Tecka. En ella, a principios del siglo XIX los araucanos atacaron a los tehuelches en un combate que duró tres días. El saldo fue de cientos de muertos aóniken. Entre los sobrevivientes, las mujeres fueron tomadas por aracuanos y sometidas a su arbitrio. Los niños, asimilados. Se han hallado en el lugar numerosas sepulturas, armas y huesos de los vencidos. El cacique mapuche Chocory, quien comandaba a los atacantes, tomó como una de sus esposas a una tehuelche, que a la postre sería la madre de Sayhueque, rey del "país de las manzanas".

El chileno Guillermo Cox que cruzó en misión exploratoria a territorio argentino en 1863, nos cuenta en su libro Viaje a las regiones septentrionales de la Patagonia sobre la matanza de Piedra Shotel, de 1820, donde el cacique araucano Paillacán atacó a los tehuelches con armas de fuego. El asalto se realizó por sorpresa al amanecer y duró varias horas. La derrota tehuelche fue cruenta. Federico Escalada en El Complejo Tehuelche entrevista a doña Agustina Quilchaman de Manquel, cuyo bisabuelo fue tomado cautivo, junto a su madre y cuatro hermanas luego de esa sangrienta batalla en la que entre tantos mataron a su padre. Dos de las hermanas fueron tomadas por esposas por el vencedor Paillacán. También la madre de su bisabuelo fue llevada por esposa de un araucano, por derecho de conquista. "Las madres tehuelches jamás olvidarían la afrenta sanguinaria infligida a su estirpe derrotada...ni el recuerdo de los seres queridos masacrados en aquella durante las insomnes veladas del cautiverio". Todas estas batallas de exterminio sobre los tehuelches hacen pensar en un verdadero genocidio.


Tehuelche.

La actitud hacia los cristianos también fue diametralmente opuesta. Los tehuelches tenían una excelente relación comercial con los españoles/argentinos de Carmen de Patagones y los galeses de Chubut. Intercambiaban plumas de avestruz y pieles por pan, tabaco, azúcar y aguardiente. En Chubut desde 1865 hasta la actualidad se conmemora el encuentro entre galeses y tehuelches. En 1965, para el centenario de ese evento, en Puerto Madryn se inauguraron dos monumentos, uno a la Mujer Galesa y otro al Indio Tehuelche.

Dionisio Schoo Lastra en El Indio del Desierto relata: "Casimiro (cacique tehuelche) llevaba siempre una bandera azul y blanca, que hacía flamear en reuniones, fiestas y consejos, con el deliberado propósito de significar que ellos eran indios argentinos".

Este cacique, en la última etapa de la Campaña del Desierto y al tener conocimiento en 1881 de la llegada victoriosa de la expedición del general Villegas al lago Nahuel Huapi "se presentó con su indiada al campamento argentino con la bandera nacional al frente, y fue recibido con honores de un soldado". Musters fue testigo de un parlamento por el cual los tehuelches "convinieron en ponerse a las órdenes de Casimiro con el consejo de defender Patagones en caso posible de una invasión de los indios de Calfucurá...Porque si esa población llegaba a ser destruida, no habría mercado para sus pieles".

Los mapuches por el contrario, traían una cultura de lucha y odio contra el "huinca". El fin de la Guerra de Independencia en Chile con la batalla de Maipú en 1818, determinó que tribus mapuches enteras, que en su mayoría habían apoyado a los realistas, cruzaran la cordillera para instalarse definitivamente en suelo argentino. Entre ellas, los voroganos y los ranqueles, que inauguraron una época de desolación sobre las tribus tehuelches de la pampa atacándolas sistemáticamente. Bajo el liderzgo de los caciques chilenos Calfucurá y Yanketruz, los sangrientos malones marcaron toda época. Los campos y poblados de San Luis, Mendoza, Córdoba y Buenos Aires, eran arrasados, con un saldo de miles de muertos y cautivas, el robo de millares de cabezas de ganado y la pretensión de negociar de potencia a potencia con Argentina, desconociendo la soberanía nacional en toda la pampa y la Patagonia.

Los Pampas, que eran los tehuelches de la región pampeana se pusieron del lado de las autoridades argentinas. Juan Catriel combatió junto a Rosas a los araucanos y fue un inclaudicable amigo de los cristianos. Su hijo Catriel el joven, fue nombrado coronel del ejército argentino y murió peleando contra quienes denominaba "indios chilenos invasores". Su nieto Cipriano Catriel y sus lanzas fueron fundamentales para derrotar a Calfucurá en la batalla de San Carlos en 1872.


Las campañas del desierto de Rosas de 1833 y de Roca de 1879, que rescataron miles de cautivas, fueron contra estas tribus invasoras, nunca contra los tehuelches. La diferenciación era muy clara. Estanislao Zeballos escribió en 1878: "Habitan la Patagonia los indios de otra nación accesible a la civilización por su índole pacífica y sus instintos humanitarios, los Tehuelches...no son invasores, porque su índole y sus costumbres difieren radicalmente de los caracteres morales y elementos materiales de los araucanos. Los tehuelches son indios naturalmente preparados para la civilización"

Federico Escalada nos entrega una semblanza -ya en el siglo XX- de dos de los últimos caciques tehuelches: "Keltchamn...es el último gran jefe tehuelche con mando efectivo de la de la Patagonia. El recuerdo de este noble jefe ha quedado como inconmovible ejemplo de la hidalguía, pureza y desinterés de que fuera capaz esta raza. El consenso de los antiguos pobladores que le conocieron es unánime. Recto, veraz y de magnanimidad superior. Las autoridades constituidas lo consideraban como policía y juez de las comarcas que dominaba. Los pobladores blancos encontraron en él un buen amigo. Su segundo, Venancio, siguió con su legado y supo desfilar con su tribu con bandera y lanza, junto a los escolares, y a las fuerzas de Gendarmería Nacional. Actuaba en esas circunstancias con la dignidad correspondiente a su rango y participaba de los actos patrios. A los sesenta y tantos años murió de un síncope. Tuvimos la dolorosa sensación de asistir al último acto de la trágica epopeya tehuelche".

Para concluir, diremos que Argentina siempre fue un pueblo abierto a todos los que quisieran habitarla en paz y con fines fecundos. Ha sido además, un ejemplo mundial de integración social, sin problemas raciales ni religiosos. Es inadmisible que un grupo de impostores pretendan invocar ilegítimos "derechos ancentrales", para usurpar violentamente propiedades y atacar personas. Algún trasnochado quizás pretenda reeditar los delirios del aventurero francés Antoine de Tounens que en 1860 se autoproclamó "rey de la Araucanía y la Patagonia", considerando a esas regiones exentas de la soberanía de ningún país. Mucho menos tolerable es que el actual gobierno argentino por acción u omisión, los ampare y aliente a intensificar sus actos de terrorismo.

Esta nota habla de:

mapuchesGustavo Cairo

https://www.memo.com.ar/opinion/tehuelches-mapuches-articulo-gustavo-cairo/

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Algunas cosas que desconoces de la cultura tehuelche
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Tehuelches, patagones o aonikenk… no importa como los llamemos, la historia milenaria de este pueblo fueguino que vivía cerca de los glaciares es fascinante. Por muchos siglos habitaron las llanuras patagónicas, justo en el Estrecho de Magallanes y muy pronto la literatura europea creó un aura de mayor misticismo alrededor de ellos. Te explicaremos las razones.

 

Los tehuelches y su leyenda
 

Los tehuelches sorprendieron a los europeos en un primer momento por su estatura, de hecho, algunos llegaban a medir hasta los 2 metros de altura. Al verlos por primera vez, los bautizaron como “patagones” y esto hizo extender en Europa la historia de los gigantes de la Patagonia chilena, hombres muy altos y de enormes pies que dejaban unas inmensas huellas en cada pisada.

 

Su organización social
 

Los tehuelches eran nómadas y vivían en tribus, ya por el siglo XVIII gracias a su hábil manejo del caballo, ampliaron el alcance de su territorio y, además, se dedicaron a la cría de ovejas y otros vacunos como medios de subsistencia

El jefe de la tribu era un cacique, quien era el encargado de organizar las cacerías; sin embargo, no era un líder político. En el caso de guerras, los diferentes caciques se reunían para planear la estrategia.

Los viejos y las mujeres se dedicaban a la medicina o curar enfermos con procedimientos naturales o “mágicos”. Mientras tanto, los hombres jóvenes eran formados como guerreros. No obstante, hay que destacar que los tehuelches llegaron a establecer una buena relación con los españoles.

 

Costumbres sociales, ritos y lengua
 

Los tehuelches enterraban a los muertos, pero creían que si era un joven el fallecido entonces su alma vagaba en pena y quedaba prisionero en la tierra de los vivos. A los muertos los enterraban con sus objetos personales, en posición fetal y mirando hacia el Oriente.

También, efectuaban rituales de iniciación. Por ejemplo, una mujer embarazada debía evitar el contacto sexual con su pareja. Al recién nacido se le pintaba de color blanco y después se le asignaba un nombre que por lo general estaba asociado al alumbramiento, el nombre de algún familiar muerto o sus características físicas.

Otra ceremonia es la de “los aros”, momento en que a las niñas se les perforaban los lóbulos de las orejas (al niño sólo un lóbulo) y, una última ceremonia llamada “la casa bonita”, donde se preparaba a la joven para contraer matrimonio.

Hoy en día, su lengua conocida como aonikaish está extinta y se caracterizaba por ser aglutinante, además de estar clasificada dentro del tronco lingüístico Tshon o Chon.

 

El arte era su principal manifestación
 

La pintura era su principal manifestación cultural. Utilizaban sus cuerpos como lienzos para crear pinturas, especialmente en el momento de alguna ceremonia o para protegerse del clima. También se tatuaban la piel, los motivos eran principalmente geométricos e incorporado figuras de la naturaleza.

Manejaron la baraja española, pero adornado con sus propios motivos. Además, ellos mismos fabricaban instrumentos musicales como el quera, una especie de bombo que les servía para comunicarse a distancias largas; el rambo que era similar a una flauta y se fabricaba con el fémur del guanaco y el chelper, que se hacía a partir del cuero y las pezuñas del guanaco y se usaba como pulsera sonajera...

El Litoral
OPINIÓN
Tribuna de opinión (por Néstor Vittori)
El origen de los mapuches no es argentino
Viernes 15.9.2017
Última actualización 19:48
Por Néstor Vittori


El inciso 17 del art. 75 de la reformada Constitución Nacional dice: “Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.



“Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible, ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afectan. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones”.


Éste es sin duda el punto de partida de la discusión desatada en torno a los reclamos de sectores del pueblo mapuche respecto del reconocimiento de su condición de indígenas argentinos preexistentes, al proceso colonizador por parte de España, y luego a la independencia y organización nacional, hecho éste muy controvertido por parte de los historiadores, etnógrafos y antropólogos.


Origen


Hay distintas teorías respecto de su origen, desde indígenas de la Amazonia, que cruzaron los Andes, a pampeanos argentinos que hicieron lo propio y se radicaron en territorio chileno, y otra que considera su origen entre mariscadores y pescadores, afines a la cultura de Tiahuanaco que se desplazaron desde el norte hacia el sur. (Osvaldo Menghin 1909; Ricardo E. Latcham; Tomás Guevara 1925.)

Hay coincidencia en que los mapuches no eran homogéneos en su cultura y en su lengua, estando relacionados con los huiliches y los picunches, habiendo grupos araucanizados en el oeste chileno y en Argentina como los pehuenches y los ranqueles.


Los datos de difusión genética indican que la región andina hace muchos años era la más poblada y los mapuches tienen mayor cercanía con indígenas andinos de Perú que con los de las tierras bajas de Bolivia o Amazonas.


Como dato concluyente aparecen los estudios arqueológicos de Grete Mosny y Carlos Aldunate que confirman que en la temprana unidad cultural, no se aprecian huellas del elemento pampeano postulado por Latcham.


En 2007, Patricio Bustamante presentó la hipótesis de que la cultura mapuche sería sucesora de la cultura molle, desaparecida, y que ésta podría ser la cultura mapuche arcaica.


Migraciones


Sin perjuicio de que pequeños grupos de mapuches puedan haber cruzado la cordillera anteriormente, el movimiento migratorio más importante se produjo en el siglo XVIII y XIX. Hacia 1810 huiliches de Valdivia, migraron a las Salinas Grandes; entre 1818 y 1823 se produjo la de los vorogas. Estas migraciones fueron consecuencia de la denominada guerra a muerte en Chile, que causó su desplazamiento hacia el este, llegando éstos hasta las Salinas Grandes, Sierra de la Ventana, Guaminí y Epecuén (Porcel, Roberto Edelmiro “La araucanización de nuestra pampa” Bs. As. 2007).


Durante la guerra de independencia de Chile, los mapuches vorogas del Cautín, lucharon a favor de los españoles y, vencidos, huyeron a la Argentina junto a los hermanos Pincheira, bandoleros realistas que asolaron nuestro territorio en numerosos malones, ocupando las tierras de los Pampas (tehuelches septentrionales) a los que vencieron y persiguieron (Porcel).


Pero la gran migración mapuche, se produce hacia 1834, con el arribo del contingente conducido por Calfucurá, nacido en Llaima, lugar cercano a la actual localidad chilena de Cura Cautín, quien llegó con 40.000 almas entre lanzas y chuzma, por pedido -según algunos historiadores- de los vorogas, también chilenos, que mantenían conflictos con el gobierno y en particular con Juan Manuel de Rosas.


Otra versión histórica sostiene, en virtud del acceso a supuestas cartas del propio Calfucurá, que no las escribía él porque era analfabeto, que Rosas lo invitó a venir a acaudillar a todas las tribus indígenas del territorio bonaerense y pampeano en una gran confederación bajo su mando, para poner orden en el anárquico mosaico de comportamiento de las tribus pampeanas y las inmigrantes chilenas, y así poder parar los malones.


Instaló sus tolderías en las Salinas Grandes, en el límite actual entre Buenos Aires y La Pampa, a la altura de Puán, sesenta kilómetros al norte de Bahía Blanca, donde se aseguraban la disponibilidad de sal para la carne y los cueros y les permitía controlar el camino de los chilenos, por donde arreaban el ganado robado hacia Chile.


Consolidó su autoridad a fuerza de lanza. Cuando descubrió que los vorogas lo habían traicionado aliándose con Rosas, los masacró en Masallé, lugar cercano a la laguna de Epecuén en la provincia de Buenos Aires, donde éstos habitaban junto a otras tribus.


Dice Estanislao Zeballos: “Resonó en los desiertos por primera vez el nombre del caudillo vencedor. Callvucurá era aclamado, sobre el ensangrentado médano de Masallé. Cacique General del inmenso Imperio de la Pampa”.


La relativa paz pactada con Rosas, a partir de su exitosa campaña al desierto de 1833, que llevó los límites de la lucha contra los indios hasta la estratégica isla de Choele Choel, y que se consumó en 1835 con Calfucurá, se mantuvo relativamente hasta 1852, año de la caída de Rosas, a partir del cual se terminó el acuerdo de paz y recrudecieron los malones, donde los destacamentos nacionales fueron sucesivamente derrotados en batallas como la de Sierra Chica, donde humilló a Mitre obligándolo a huir a pie junto a sus soldados hasta llegar a Azul; al poco tiempo también en San Jacinto, cerca de Tapalqué libró una batalla, induciendo al general Hornos a perseguirlo en un terreno donde quedó atrapada su caballada, resultando diezmado por la conjunción de pampas, ranqueles, pehuenches y otras tribus que le respondían.


Calfucurá enfrentó a Sarmiento declarándole la guerra el 5 de marzo de 1872 y aprovechando que el gobierno estaba empeñado en la guerra del Paraguay, saqueó los partidos de 25 de Mayo, General Alvear y 9 de Julio, matando 300 personas y arreando un voluminoso número de ganado.


Finalmente, fue derrotado en su última gran batalla en San Carlos de Bolívar el 8 de marzo de 1872 en las cercanías de Carhué, por las fuerzas comandadas por el general Ignacio Rivas, que tuvieron la ayuda de Cipriano Catriel con 1.000 indígenas y de Coliquéo con 140 indígenas.


Apenado por la derrota, Calfucurá moriría en su toldería de Chilihue el 4 de marzo de 1873 evidenciando la decadencia del poder indígena sobre las pampas.


Estos relatos evidencian, la realidad del acápite de la nota, en el sentido de que los mapuches hoy residentes y ciudadanos argentinos, no fueron un pueblo originario dentro de las fronteras de nuestro país, preexistentes en los términos de nuestra Constitución Nacional, no siendo distintos a todas migraciones que pueblan nuestro territorio, acogidos desde el preámbulo de nuestra Constitución, “con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino”.
https://www.ellitoral.com/opinion/origen-mapuches-argentino_0_fvZK4IYrdO.amp.html

ACTIVIDADES

1) Cual era la ubicación de los tehuelches? 

2) Que forma de vida tenían? 

3) Que actividades realizaban según su forma de vida?

4) Nombra a los viajeros que los describieron.

5) ¿Se observa alguna diferenciación entre Tehuelches y Mapuches hoy en los organismos argentinos que se encargan de pueblos originarios en Argentina?

6) ¿Que partes de argentina habitan en la actualidad?

7) ¿Cómo hacían para soportar los fuertes fríos de la Patagonia?

8) ¿Cuál era su principal manifestación Cultural?

9) Menciona una característica, de su fisonomía, que sorprendió a los europeos.

10) ¿Cómo era el bombo tehuelche?

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