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martes, 20 de febrero de 2024

MUJERES Y MOVIMIENTOS SOCIALES



Introducción

Este trabajo se interroga acerca del lugar de las mujeres y las relaciones de género al interior de las organizaciones populares en Argentina, en un escenario de reactivación económica y cambio político en el que dichas organizaciones experimentan transformaciones en su rol y en sus formas de vinculación con el Estado y la política. Para abordar esta pregunta, se estudia el caso de la Organización Barrial Tupac Amaru, uno de los movimientos con mayores recursos, capacidad de movilización e incidencia política de la Argentina pos-neoliberal, que se beneficia de la transferencia directa de recursos federales durante los gobiernos de Néstor Kirchner (Frente para la Victoria, FpV, 20032007) y Cristina Fernández (FpV, 2007 al presente) (Moscovich, 2009; Battezatti, 2012).1 La Tupac Amaru, originada en las protestas contra las reformas neoliberales características de la década de 1990 en el empobrecido noroeste argentino, desempeña un papel hegemónico en la articulación de demandas de los sectores populares informales (Battezatti, 2012)2 y es la única del país que tiene como su máximo referente a una mujer.

Desde el ángulo de la sociología feminista, las organizaciones, sus estructuras y procesos están generizados (Acker, 1990; Britton, 2000; Kabeer, 1993; Lind, 2005). Siguiendo a Kabeer (1993), sostenemos que las relaciones de género en las organizaciones distribuyen recursos, derechos, responsabilidades y significados entre diferentes colectivos de mujeres y varones, y moldean las experiencias de feminidad y masculinidad. La Organización Barrial Tupac Amaru es un locus de poder donde las desigualdades de género se producen, se recrean y pueden transformarse.

En las investigaciones que analizan la participación femenina en los movimientos de trabajadores desocupados entre la década de 1990 y principios de este siglo (Causa, 2008; Di Marco, 2011; Monteagudo, 2011),3 se destaca el empoderamiento personal que implica, para las mujeres de sectores populares, la acción colectiva en el ámbito público. Con todo, estos mismos trabajos coinciden en marcar que al interior de las organizaciones se observan mecanismos de segregación por sexo/género, tanto horizontales como verticales. En este sentido, la demografía masculina de las dirigencias es un rasgo destacado por la literatura.4 De hecho, las mujeres piqueteras se ocupaban del trabajo alimentario y de cuidado, participaban en acciones públicas y llenaban las filas de las bases, pero no accedían a puestos de dirección en sus organizaciones.5 Asimismo, algunas de estas investigaciones evidencian la adición de la militancia a las demás actividades productivas, reproductivas y de cuidado que realizan las mujeres, con la consiguiente "cuádruple carga de trabajo" (Causa, 2008). Por último, esos mismos trabajos revelan el uso de narrativas maternales para legitimar la participación de las mujeres en la esfera pública y, en particular, su acción de realizar demandas al Estado.

Frente a este cuadro, la Tupac Amaru presenta dos características que la diferencian de los movimientos de trabajadores desocupados de los años noventa, foco de los estudios mencionados. En primer lugar, los puestos de conducción en este caso son ocupados en buena medida por mujeres, bajo el liderazgo carismático de Milagro Sala, una dirigente que se autoidentifica como indígena. Esta dirigente tiene relaciones estrechas con altos(as) funcionarios(as) del gobierno nacional y es considerada un actor de veto en la política provincial (Moscovich, 2009). El lugar protagónico de las mujeres en la organización se da a su vez en un contexto provincial conservador, con acentuadas desigualdades de género que dificultan la participación política de las mujeres.6 Por otro lado, a diferencia de las organizaciones piqueteras ya descritas, la Tupac Amaru articula demandas que van más allá del trabajo (Battezatti, 2012) y abre la pregunta por la incorporación de las demandas de mujeres de los sectores populares. A pesar de estas características, la Tupac Amaru y su dirigencia prácticamente no han recibido atención por parte de las investigaciones sobre política, género y políticas públicas. Este artículo contribuye a saldar esta laguna empírica a través del análisis de tres niveles de generización de dicha organización.

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-76532015000200006

ACTIVIDADES

LEY MICAELA

1) ¿Por qué la Ley se llama Micaela?
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2) ¿Cómo y cuándo fue sancionada?
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3) ¿Cuál es su objetivo y a quiénes está dirigida?
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4) ¿Hasta qué grado de la función pública rige?
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5) ¿Todas las provincias y distritos están alcanzados?
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6) ¿Cuál es la autoridad de aplicación?
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7) ¿Cuáles son los ejes centrales de la formación?
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8) ¿Quién tiene que organizar las capacitaciones?
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9) ¿Cómo se establecen los contenidos?
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10) ¿Es posible negarse a recibir la capacitación?
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