en perspectiva histórica
JESÚS CASQÜETTE
Fair is foul, and foul is fair
SHAKESPEARE, Macbeth
Ni la ya inabarcable literatura acerca de la acción colectiva
desde abajo, una de las cuestiones que más polémica ha
generado en las últimas décadas ha sido la referida a la no-
vedad de los movimientos sociales surgidos del ciclo de protesta
de la década de 1960. En un ejercicio no exento de simplificacio-
nes de bulto y reduccionismos necesarios en aras de la claridad
expositiva, podemos identificar a los sociólogos como los prota-
gonistas de uno de los polos del debate, precisamente el de los
defensores de la novedad de las formas de acción colectiva con-
temporáneas o, en expresión de amplio predicamento, el de los
«nuevos» movimientos sociales (NMS); en el otro extremo del de-
bate, encontramos sobre todo a historiadores y a sociólogos his-
tóricos, defensores ambos de una perspectiva del cambio social
de más largo alcance a quienes cualquier referencia a la novedad
del ciclo movilizatorio después de la Segunda Guerra Mundial pro-
voca una indisimulada sonrisa. Huelga explicitarlo, la polarización
entre ambos disciplinas no pasa de ser una táctica expositiva que
tiene mucho de artificial y simplista, pero que no obstante pre-
senta la virtualidad heurística de ayudarnos a despejar el pano-
rama y entender un poco mejor los términos en que se ha desa-
rrollado el debate o , más precisamente, por qué no se ha entablado
debate alguno y, en su defecto, hemos asistido a un diálogo de
sordos.
Entre los historiadores, toda referencia a la novedad de las for-
mas recientes de movilización protagonizadas por estudiantes, de-
fensores de los derechos humanos (de las minorías étnicas, habi-
tantes del tercer mundo...), ecologistas, feministas o pacifistas ha
desencadenado de inmediato la búsqueda en los anales de la his-
toria de argumentos que maticen o desmientan cualquier rasgo
inédito en los temas, formas de acción y de organización, baso so-
cial o valores prototípicos de los movimientos sociales menciona-
dos. La mera sugerencia de la novedad de los NMS no sería sino
una prueba más del profundo desconocimiento de las claves de laevolución de las sociedades que aqueja a los sociólogos. Al igno-
rar el «coeficiente históricos» (Stzompka, 1995) inherente al pro-
ceso de cambio social, continúa el reproche, los sociólogos mos-
trarían un marcado sesgo a etiquetar como nuevo aquello que,
sólo en apariencia, representa una ruptura sustancial con el pa-
sado. En otras palabras, la preocupación obsesiva por una ins-
tantánea descontextualizada de la película de la evolución histó-
rica impide a los sociólogos relativizar el alcance de la novedad y
les empuja a aislar rasgos rupturistas donde no hay sino continui-
dad histórica.
En lo que sigue, repasaremos algunos de los rasgos de la ac-
ción colectiva contemporánea aducidos como innovadores por los
defensores de la novedad de las formas presentes de acción co-
lectiva. En el siguiente epígrafe, centramos nuestra atención en el
aspecto analítico crítico que nos servirá para matizar la originali-
dad de las movilziaciones surgidas del ciclo de acción colectiva de
la década de 1960, al tiempo que nos ayuda a delimitar la cate-
goría de movimiento social frente a otros actores colectivos como
son los partidos políticos y los grupos de presión. Nos referimos
a lo que denominamos «estrategia dualista» de los movimientos
sociales. En la argumentación de estos nos remitiremos a una
muestra minúscula de la evidencia histórica disponible.
LAS CARACTERÍSTICAS NOVEDOSAS DE LOS NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES
Podemos acotar los términos en que se ha venido desarrollando
durante los últimos años el debate acerca de la novedad del modo
siguiente. Al referirse a la originalidad de la acción colectiva pro-
tagonizada por los movimientos surgidos del ciclo de protesta de
los años sesenta, sociólogos e historiadores hacen referencia a dos
significados que se confunden y entremezclan demasiado a me-
nudo en la literatura especializada. En tanto que, por un lado, los
historiadores tienden a subrayar que las supuestas características
inéditas responden en realidad a un atributo de todos los movi-
mientos sociales en su fase formativa, en el momento en que se
encuentran en status nascendi, sus colegas los sociólogos insisten
en interpretar las movilizaciones que han vivido las sociedades oc-
cidentales a partir de los años sesenta como un reflejo (o, más
bien, indicador) de una serie de transformaciones estructurales
que están atravesando las sociedades capitalistas avanzadas, en
particular las metamorfosis en las relaciones de cías y en las ló-
gicas específicas de la producción y reproducción social. Los pri-
meros toman la historia en serio, planteamiento que les induce a
abrazar una postura que podemos denominar como «nuevo-es-
céptica».
Dialnet-NuevosYViejosMovimientosSocialesEnPerspectivaHisto-265196 (2)
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/265196.pdf
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