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miércoles, 21 de agosto de 2019

CÓMO RECONOCER UN MAL PROFESOR

CÓMO RECONOCER UN MAL PROFESOR
Cuando me preguntan les contesto algo que considero elemental: Uno que da clases sentado y con las piernas cruzadas, sin tener una discapacidad. Porque el profesor debe interactuar con los alumnos y no contestar de lejos una pregunta, ya que es necesario el contacto visual próximo, para determinar el alcance de la pregunta. No contestar preguntas sobre el tema de la clase es otra sin ninguna duda. Debo sumar algo a un puesto tercero en mis respuestas, que recién lo aprendí hace menos de cinco años: El profesor que organiza, frecuentemente, clases de conversación libre y no usa recursos docentes de su materia para poder solucionar algún problema real que tenga el alumno, porque, generalmente, nos enteramos de ellos rápidamente y por sus propios compañeros si es que se logro tener mutua confianza. Y, generalmente, no suele aportar dinero, cuando se le solicita para un trabajo solidario.
Dentro de los documentos y opiniones que consulte sobre este tema figura el de hablar mal de sus compañeros (de otros docentes) en clase, porque los descalifica a ellos mismos. Pero me parece que lo mas destacable es la falta de conocimientos sobre su materia y de la capacidad de transmitirlos de manera que generen aprendizajes significativos.
Un mal profesor
¿Cómo reconocer a uno?

Los maestros, profesores, docentes o como les llamemos en cada país, somos calificados de malos por razones puntuales. Así lo demuestra el Sistema de Educación Científica Redalyc, que es la Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal.
El estudio elaborado encontró que el “Mal Maestro” es definido como irresponsable, impuntual, ignorante, flojo, desorganizado, prepotente, no preparado, aburrido e injusto.
Es interesante observar que los profesores definen a un mal maestro como alguien desorganizado y no comprometido, mientras que los alumnos lo distinguen como alguien prepotente, injusto, apático y cerrado.
Las pocas investigaciones que se han realizado en relación con las características de un mal maestro, muestran que éste se define, generalmente, más por la ausencia de características positivas que por la presencia de características negativas (Strickland, 1998 16 Silvia Araceli Sánchez Ochoa y Alejandra Domínguez Espinosa y Check, 1999).
Son muy pocas las características que aparecen en la literatura y que son propias de un mal maestro. La desorganización y la dificultad para transmitir sus conocimientos, o falta de comunicación adecuada, son características mencionadas tanto por Check, mientras que Strickland menciona conductas no profesionales, entre las cuáles podemos encontrar la impaciencia y el incumplimiento.
Los invitamos a revisar estas características de los profesores que están en el aula y que generalmente dejan ver estas actitudes en su quehacer profesional.
Características
1. Tiene otro trabajo. Y no nos referimos al docente que no le alcanza el sueldo y tiene que recurrir a otro empleo para vivir dignamente. No. Un delincuente de la docencia tiene una empresa (una consultora, por ejemplo), o es gerente en el sector privado. No le interesa dar clases en realidad, pero sí le interesa alimentar su ego diciendo que es profesor. Y, además, nada mejor para aumentar sus honorarios que tener en su CV un ítem que diga “docente”.
2. Llega tarde. Su trabajo es su prioridad y cuando se hace tiempo, va a dar clases. Es por eso que llega siempre media hora o una hora tarde.
3. Falta sin avisar. Como una extensión del ítem anterior, si no puede ir, no va. ¿Para qué avisar? Total el alumnado a él no le interesa.
4. No le importa si entendiste o no. Cualquier docente que ame su profesión sabe que lo más importante es transmitir conceptos y que puedan ser asimilados por sus alumnos. Pero a un delincuente de la docencia esto no le importa. Él da su clase y listo: El que entendió bien y el que no, que se arregle.
5. Cuando le preguntas algo no sabe bien. Hacerle una consulta a este tipo de docentes es casi suicida. Puede llegar a responder cualquier cosa con tal de irse y lo más seguro es que ponga alguna excusa para justificar su falta de conocimiento en un área que debería dominar.
6. Explica mal. Porque no tiene facultades didácticas. Puede que sepa de su área, pero no lo sabe transmitir. Las clases resultan ser un desastre.
7. Dificultades con conceptos básicos. Puede ser que demuestren deficiencias en conocimientos básicos, aunque estos no pertenezcan a la asignatura que él da. Sería un ejemplo exagerado, pero podríamos citar a alguien que da clases de matemática avanzada y no se acuerde bien como sumar y restar sin la calculadora.
8. Delega todo lo que puede. En el ámbito académico, los profesores se rodean de ayudantes. Un delincuente de la docencia, los usa y les traspasa absolutamente todas las responsabilidades para que lleven adelante la cátedra.
9. Mala letra en el pizarrón. Quizás, el síntoma más claro de que no están preparados para dar clases.
10. Interrumpe la clase para hablar por teléfono. Esta es una conducta inaceptable, sin hablar del mal ejemplo para con sus alumnos.
¿Conoces a algún profesor así?
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Los maestros, profesores, docentes o como les llamemos en cada país, somos calificados de malos por razones puntuales. Así lo demuestra el Sistema de Educación Científica Redalyc, que es la Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal.

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