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miércoles, 21 de agosto de 2019

RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS EN CIENCIAS SOCIALES

RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS EN CIENCIAS SOCIALES
Si se utiliza el método de investigación, como si no se lo hace, siempre es parte de cualquiera de los recursos educativos empleados. Incluso se pueden usar las técnicas de resolución de problemas no solo como apoya tura para trabajar con el método de investigación en el aula, sino como parte del proyecto del aula o de varias aulas y materias o de toda la escuela. El proceso de descubrir, analizar y resolver el problema es fundamental para seguir adelante y es similar al método de investigación, por lo tanto su utilización mejora las posibilidades de investigar y sirve como una práctica que corre paralela a la misma investigación o puede usarse como parte de ella.
Sin desconocer, que al igual que el método de investigación, la técnica de resolución de problemas sirve para toda la vida de las personas y puede usarse en grupos, para mejorar sus condiciones. Lo que nos lleva, nuevamente al tema libre semi permanente y nos encontramos que podemos buscar soluciones investigando, desarrollando un proyecto o por medio de las técnicas de resolución de problemas y enseñaremos que suelen no existir los problemas sin solución.
Todos conocemos el simple hecho de que los problemas se complican cuando no decidimos enfrentar su solución. Y, generalmente, en grupos es mas fácil lograr la suficiente presencia de ánimo, de ganas que nos permitan superar los escollos que se nos presenten. Con esquivar y esconderse las problemáticas no desaparecen, como por arte de magia y es sabido que necesitamos tener despejado de problemas nuestra investigación o proyecto, para que lleguen a un buen final y nos sirvan en nuestro desarrollo como estudiantes, profesionales o simples seres humanos, como lo somos todos nosotros.
Técnica de Resolución de Problemas: ¿Te es difícil tomar una decisión?
ANDREA GARCÍA CERDÁN
Contar con una técnica eficaz de resolución de problemas va a ayudarnos a que las decisiones importantes que tomemos sean más acertadas. Esta estrategia de resolución de conflictos, nos permitirá reducir el estrés o la ansiedad que sentimos ante la incapacidad de tomar decisiones.
¿Qué son las técnicas de resolución de problemas?
¿Alguna vez te has visto incapaz de solucionar algún problema? ¿Tiendes a equivocarte en las decisiones que tomas? ¿Por mucho que hagas no te sientes con la capacidad de llegar a una solución? ¿Tomas decisiones rápidamente sin detenerte a analizar otras posibles soluciones y consecuencias? En cualquiera de los casos, seguro que te vienen bien esta técnica de resolución de problemas. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es la técnica de resolución de problemas?
En psicología cognitiva, el término solución (o resolución) de problemas se refiere al proceso mental que la gente lleva a cabo a la hora de descubrir, analizar y resolver sus problemas. Esto implica todo un proceso en el que se incluye descubrir el problema, la decisión para atajarlo, entender el problema, investigar las posibles soluciones, y llevar a cabo las acciones para conseguir nuestros objetivos.
Bien porque te genere ansiedad tomar decisiones o solucionar ciertos problemas, o bien porque te enfrentas a una problema difícil, la técnica de resolución de problemas es muy útil. Además, en algunos trastornos, como la depresión, las personas se sienten incapaces de tomar decisiones y solucionar sus problemas. Están paralizados y no saben como empezar. Por ellos, en estos casos, se lleva a cabo esta técnica de resolución de problemas, no sólo para que realmente se solucionen, sino para que aprendan a como abordarlos y buscar soluciones por sí mismos.
Estilos en la resolución de problemas
Las personas a menudo tenemos diferentes formas de abordar los problemas, algunas son más eficaces que otras. Aquí vemos las más relevantes:
Estilo impulsivo-descuidado: Este estilo se caracteriza porque se responde a los problemas de forma activa, pero sin pararse a pensar en ellos. De forma rápida, incompleta e ineficaz. Tienden a utilizar las primeras ideas que les vienen a la mente sin pensar más allá, normalmente este estilo de resolución de problemas se caracteriza por bajos niveles de inhibición. Tampoco reflexionan acerca de las consecuencias de esas soluciones.
Estilo evitativo: Se aplaza y evita continuamente la toma de decisiones. Se caracteriza por un estilo pasivo e inactivo. Se creen incapaces de tomar decisiones y a veces dependen de los demás para ello. También intenta que los demás se responsabilicen de sus problemas.
Estilo racional: Es el estilo más eficaz a la hora de resolver los problemas, y el que suele llegar a los mejores resultados. Se caracteriza por la deliberación y planificación sistemática. Recopilan la información relevante, identifican obstáculos, generan una gran variedad de alternativas… Comparan los pros y los contras de cada una de ellas y ponen en marcha el plan.
El objetivo de la técnica de resolución de problemas es ayudarte a llevar a cabo un estilo racional, ya que los otros dos estilos suele llevarnos a decisiones erróneas y poco eficaces.
Técnica de resolución de problemas: pasos a seguir
A continuación detallamos los pasos a seguir en la técnica de resolución de problemas.
1. Identifica el problema o los problemas que quieres resolver
Plantéate si tienen, de hecho, solución. No todos los problemas se pueden resolver como tal, sino que tenemos que aprender a vivir con ellos de la mejor manera posible.
2. Define el problema detalladamente
Para esta técnica de resolución de problemas tenemos que intentar ver los problemas como oportunidades. En este punto puedes usar una lista estructurada de preguntas para ayudarte a profundizar en él:
Qué: Qué quieres conseguir exactamente, qué pasaría si no tomaras una decisión o encontraras una solución, qué necesitas para encontrarla, qué significaría para ti solucionarlo.
Por qué: por qué quieres llegar a una solución, por qué ha surgido el problema. Analiza todos los porqués posibles.
Cómo: cómo sería la situación diferente, cómo puedo implicar personas relevantes.
Dónde: dónde apareció el problema, dónde este tiene impacto, es el ‘donde’ importante, si es así, ¿por qué?
Quién: a quién estoy intentando agradar, a quién le importa esta situación, a quién le afecta, quién está implicado, quién necesita estar informado.
Cuándo: cuando apareció el asunto, cuándo se necesita que actúe, cuándo se prevee que esté resuelto.
3. Busca soluciones
Para solucionar nuestros problemas, primero debemos proponer todas las soluciones que se nos ocurran. En este paso no nos importa si son descabelladas o poco posibles de llevar a cabo. Nos interesa tener la mayor cantidad de soluciones posibles. Lo mejor es llevar a cabo una “lluvia de ideas”, no le pongas filtro.
Por ejemplo, si el problema es que no llegamos a fin de mes podemos proponer las siguientes soluciones: buscar otro empleo, pedir un aumento de sueldo, reciclarnos laboralmente, entrar en una mafia, robar un banco, pedir un crédito, pedir dinero prestado a un familiar…
Como ves, hay soluciones más factibles y otras menos. Robar un banco o entrar en una mafia quizá no son las soluciones más deseables, al margen de que vaya en contra de la ley. Pero eso ya lo analizaremos en el siguiente paso.
4. Analiza las consecuencias
Como hemos visto hay soluciones que parecen mejores y otras peores. Otro paso en este proceso de solución de problemas es analizar las alternativas pensando en sus consecuencias. El objetivo de este paso eliminar las soluciones que no nos parecen buenas, analizando sus consecuencias.
Por ejemplo, siguiendo con el ejemplo anterior, entrar en la mafia o robar un banco no son deseables porque podemos acabar en la cárcel y perjudicar a muchas personas. Podemos pedir un crédito, pero igual luego no o podemos devolver y tendríamos más deudas. Podemos pedir dinero prestado a un conocido pero puede que él lo necesite tanto como yo. Por lo tanto nos quedaríamos con las tres primeras soluciones: buscar otro empleo, pedir un aumento de sueldo, reciclarnos laboralmente. Con estas opciones podemos detallar también sus consecuencias y los pasos a seguir en cada una. Analizando esto llegaremos a la opción que más nos convenga.
Para ayudarte en este paso puedes considerar tres factores:
Validez operacional: ¿Realmente puedes llevar a cabo esa solución al problema, o solo puedes hablar de ella?
Validez económica: ¿Te va a reportar algún beneficio económico? ¿Como vas a saber qué está funcionando esa solución?
Compromiso personal: ¿Realmente crees en esa idea? ¿Quieres ser esa clase de persona, hacer esa clase de trabajo o llevar ese tipo de negocio?
5. Pasar a la acción
¿De qué sirven todos los pasos anteriores si luego no llevamos a cabo la solución que hemos planteado? El objetivo fundamental del proceso de solución de problemas es realizar acciones para solucionarlos. Pero antes de pasar a la acción, es interesante realizar un plan de acción, sobre todo cuando nuestras soluciones sean algo complejas.
En el ejemplo anterior, si hemos elegido reciclarnos profesionalmente para acceder a un empleo mejor, ¿cómo lo vamos a hacer?:
Pensar a qué otras cosas me gustaría dedicarme, elegir una.
Informarme bien acerca de esa profesión.
Buscar cursos de formación, posgrados, masters.
Buscar empleos
Una vez que lo tenemos claro podemos pasar a la acción, sin perder de vista todos los pasos anteriores que hemos dado.
6. Examinar los resultados
Ya hemos llevado a cabo nuestro plan de acción para solucionar nuestro problema. Ahora nos debemos preguntar:
¿Ha funcionado?
¿Los resultados que hemos obtenido son los que queríamos?
¿Estamos perfectamente satisfechos con la resolución?
Si la respuesta a alguna de estas preguntas es negativa, debemos empezar el proceso de nuevo. Examina el problema, revisa su definición, revisa las posibles soluciones… ¿Se te ocurre alguna otra solución? ¿Puedes probar con otra? Si la solución que has llevado a cabo es la única que se te ocurre o que quieres realizar, puede que haya habido algún fallo en el paso de ejecución. Analízalo detalladamente y no desistas. ¡Inténtalo de nuevo!
COMPETENCIAS, DIDÁCTICA, REVISTAS EDUCATIVAS
La resolución de problemas y la didáctica de la Historia.
Publicado el 3, febrero, 2010
El número 63 de la revista Iber está dedicado a la resolución de problemas y la didáctica de la Historia. Los artículos que constituyen el monográfico son:
F. Xavier Hernández Cardona: Simulación y resolución de problemas en historia.
J. Antoni Serra: Enseñanza de la historia. Claroscuros de la estrategia de la resolución de problemas.
F. Xavier Hernández Cardona: ¿Problemas de historia?.
Neus Sallés: Resolviendo problemas como los detectives del pasado.
José M.ª Cuenca, Miryam J. Martín: La resolución de problemas en la enseñanza de las ciencias sociales a través de videojuegos.
Joaquín García Andrés: Asesinato en la catedral.
María Feliu, Anna Triado: Los enigmas como alternativas de aprendizaje.
Estos artículos nos pueden servir para conocer esta estrategia metodológica, que, según Ausubel, es una de las posibles formas que se podrían utilizar para desarrollar el aprendizaje significativo. Cómo indica José Mª Cuenca, la resolución de problemas ha sido una estrategia metodológica monopolizada por las ciencias experimentales y las matemáticas, áreas que han considerado habitualmente la resolución de problemas como “un recurso metodológico que les permitía aproximarse a cuestiones relevantes para la enseñanza a través de procesos de indagación por parte del alumnado“.
Desde el punto de vista metodológico, la resolución de problemas se basa en propuestas de indagación, interacción, funcionalidad y relación con la vida real. Las fases en que se desarrollaría esta propuesta metodológica serían:
Percepción del problema.
Formulación del problema.
Búsqueda de soluciones.
Selección inicial.
Toma de postura final.
El papel del profesor/a en esta propuesta sería la de “encauzar las inquietudes planteadas por el alumnado y transformarlas en formulaciones viables para las edades con las que trabajemos”.
La aplicación de esta metodología a la didáctica de las Ciencias Sociales sería, según Cuenca, complicada, ya que, y siguiendo a Jesús Domínguez, en ciencias sociales “los problemas están poco definidos desde un punto de vista teórico, las respuestas conllevan necesariamente opciones de valor y están altamente mediatizados por las fuentes de información“.
No obstante, el estudio de problemas actuales, medio ambiente, inmigración, cambio climático, identidades nacionales, recursos, etc., si se pueden enfocar desde esta perspectiva. Especial aplicación tendría para la Geografía, pero también a la Historia, como nos muestran algunas de las aportaciones que se hacen en este monográfico, o los trabajos realizados por el grupo Cronos, entre otros.
A pesar de sus bondades, y como ocurre con otras metodologías y enfoques didácticos, no debemos mitificar al aprendizaje por descubrimiento, como opina el propio Ausubel. Puede servir para aplicarse a alumnos que no tengan ningún tipo de conocimiento previo sobre el tema objeto de estudio; es recomendable, especialmente, para educación infantil, como se está potenciando, por ejemplo, desde las asesorías de Educación Infantil de nuestro CEP, y, sobretodo, es aplicable al ámbito científico. Sin emabrgo, comod efendemos desde aquí, su aplicación a las Ciecnias Sociales no debe descartarse.
En el artículo de J. Antoni Serra se realiza un interesante análisis del origen de esta metodología, sus aspectos positivos y las críticas que se le han realizado.
En definitiva, la resolución de problemas es una de las posibles vías de desarrollo del aprendizaje significativo, con menor recorrido, desde el punto de vista didáctico, que el aprendizaje por proyectos, el cual, además de resolver problemas, plantea más posibilidades didácticas. En este sentido, el aprendizaje por proyectos encajaría más en el enfoque por competencias que se pretende dar a nuestro curriculum. Podemos abundar más en este aspecto consultando referencias como la de Ana Basterra: “Los proyectos de trabajo: una manera eficaz de trabajar las comeptencias en el aula” o el monográfico realizado en Educateka “Aprendizaje por proyectos“.
LAS CIENCIAS SOCIALES EN LA SOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS DEL MUNDO ACTUAL
Discurso inaugural del IX Coloquio Internacional de Geocrítica, 2007
Horacio Capel
Universidad de Barcelona
Los diagnósticos críticos son muy habituales en geografía, al igual que en otras ciencias sociales. Científicos que observan el mundo actual se sienten a veces muy afectados por la gravedad de las situaciones que describen. El impulso moral de aspirar a un mundo mejor en el que no exista la pobreza, la segregación o la injusticia, y en el que los hombres no degrademos de forma irreversible el medio ambiente, lleva a observar de forma crítica la realidad que se examina y que, como científicos, hemos de estudiar. El resultado es un panorama bastante pesimista, con diagnósticos que generalmente desvaloran, a veces de forma somera, cualquier interpretación optimista que pueda realizarse: los problemas serían tan graves que en el mundo actual solo podrían ser optimistas los ingenuos, los mal informados, los egoístas que únicamente piensan en sí mismos o, peor aún, que están vendidos al sistema de explotación.
La experiencia del VII Coloquio Internacional de Geocrítica, celebrado en Santiago de Chile en 2005, fue, en cierta manera, un reflejo de ese ambiente intelectual. Se hicieron en dicho coloquio, como en los anteriores, numerosos y excelentes diagnósticos de la situación actual. A algunos de los asistentes eso nos produjo, como en otros casos, un sentimiento de angustia: el argumento general de una buena parte de las comunicaciones puede resumirse en estas palabras: “todo va mal y, además, todo está empeorando”.
Tuve la impresión de que no podíamos continuar así. Que es preciso seguir haciendo diagnósticos críticos, pero que hemos de pasar a la propuesta explícita de soluciones para resolver los problemas que están planteados. Por ello en la clausura del Coloquio anuncié que debíamos convertir esa búsqueda de respuestas y soluciones en el eje articulador de un futuro encuentro.
Desde entonces la necesidad se ha hecho mayor. En los dos años transcurridos la conciencia de los numerosos problemas del mundo actual y de su gravedad ha ido aumentando. La pobreza, la segregación y la exclusión social, la fragmentación de las ciudades, el aumento de enfermedades infecciosas en algunas regiones, y otros muchos problemas han ido creciendo y se tienen, si es que eran precisos, nuevos datos contundentes sobre todos ellos. Hemos asistido también a la aceptación de la trascendencia del calentamiento global y se admite ya la necesidad de intentar reducir ese proceso. Muchos hablan abiertamente de la crisis global y dan argumentos sobre la urgente necesidad de buscar soluciones globales.
Los problemas del mundo actual son muchos y muy graves. Pero no podemos quedar inactivos ante ellos. Hemos de movilizarnos, y diseñar programas de investigación y de enseñanza que ayuden a tomar conciencia y a enfrentarnos a la misma raíz de los mismos. Pero también hemos de tener fuerza para hacerlo, lo que es imposible sin un mínimo de optimismo, de convicción de que podemos abordarlos, con alguna esperanza de que puedan resolverse.
Algunas disciplinas sociales tienen ya incorporada en sus tradiciones intelectuales la propuesta de soluciones, o en ellas es consustancial el realizar planes de mejora. El economista o el urbanista, por ejemplo, no pueden limitarse a realizar diagnósticos, sino que han de proponer actuaciones concretas para resolver las situaciones que describen. Otras disciplinas, entre las cuales la geografía, tienen menos interiorizada y aceptada esa dimensión.
II
La geografía ha sido durante mucho tiempo una descripción del mundo. Pero es importante, y oportuno, recordar que también en esta ciencia han existido desde hace mucho tiempo propuestas explícitas para que su estudio contribuya a la solución de los problemas sociales.
La geografía sirve ante todo para hacer la guerra, escribió hace años el geógrafo francés Yves Lacoste en un influyente libro. Lo que es cierto en gran medida, siempre que recordemos que no es la única ciencia que ha contribuido a la actividad bélica.
Pero, sin negar esa dimensión de la disciplina geográfica, no hay que olvidar que desde hace siglos los geógrafos han realizado también contribuciones, a veces decisivas, a la paz. Y que han tenido asimismo la ambición de que esta disciplina sirva para buscar la felicidad en el mundo.
Quizás sea oportuno recordar en este momento no solo que la geografía moderna nació aquí en América, tal como he defendido en otra ocasión, sino que puede sostenerse que también surgió aquí la geografía aplicada. Sobre lo primero bastará con recordar que fueron las obras de Gonzalo Fernández de Oviedo Historia natural y general de las Indias, Islas y Tierra Firme del mar Océano (1535) y de José de Acosta Historia natural y moral de las Indias (1590) las que inauguraron un género historiográfico que unía a la vez el estudio de los hechos naturales y humanos de un territorio, algo que se ha considerado característico de la ciencia geográfica.
Pero además, fue la necesidad de conocer estas tierras y organizar la colonización del Nuevo Mundo lo que dio lugar al diseño del primer programa científico de reconocimiento territorial, plasmado en las Relaciones Geográficas de Indias, y que culmina con el interrogatorio de 1573 puesto a punto por el geógrafo Juan López de Velasco. De manera similar, en la América portuguesa la geografía fue esencial en la organización de la nueva Europa que se constituía aquí, al otro lado del Atlántico.
Desde el primer momento la investigación geográfica acompañó a todas las tareas de gobierno y fomento territorial en la América hispana y portuguesa. Ejemplo de ello pueden ser durante el siglo XVIII las descripciones y estudios territoriales realizados por los ingenieros militares, cuerpo técnico al servicio de la Corona, no solo para la organización del sistema defensivo sino también para las políticas de fomento económico, en las que también intervinieron estos técnicos.
Por otra parte, la tradición liberal y progresista en el mundo hispano, mucho más importante y esencial de lo que se acostumbra a reconocer, incluye geógrafos que se han preocupado directamente por el problema de la felicidad. Entre ellos podemos citar a dos, que es oportuno recordar en esa reunión, Manuel de Aguirre e Isidoro de Antillón.
En la conclusión del libro Indagaciones y reflexiones sobre la Geografía con algunas noticias previas indispensables, publicado en 1782, el coronel de caballería Manuel de Aguirre reflexionaba sobre la necesidad de realizar un estudio geográfico y afirmaba abiertamente que resultaba imposible hacer una descripción de los pueblos de la Tierra sin hacerse preguntas sobre las causas de su felicidad o desgracia:
“¿Cómo era posible contentarse con una narración imperfecta de las circunstancias y situación de las gentes y de las sociedades, sin indicar en sus leyes, establecimientos, opiniones, educación, igualdad, o crecida desigualdad de las fortunas de sus individuos, y en el decoro finalmente, o abatimiento, con que trata a los hombres, el origen de las buenas costumbres, felicidad, grandeza, poder, brío para las acciones heroicas, humanidad y sabiduría en los unos; y de los vicios, esclavitud, mendicidad, ninguna fuerza, olvido del amor a la Patria, crueldad con sus semejantes y torpe ignorancia en los otros? ¿Cómo hablar de los Pueblos, que vemos brillar en el día, sin descubrir las máximas, constituciones y leyes que los han elevado a tanto poder y gloria desde la torpeza y debilidad en que se hallaban a principios de este siglo y del antecedente? ¿Cómo resolverse a dar noticia de muchas Naciones, que ahora se hallan despreciadas, pobres, débiles, despobladas, bárbaras, crueles, ignorantes y llenas de vicios, después de haber sido en otros tiempos el centro de la virtud, saber, felicidad y humano trato con sus semejantes, sin desenvolver en su gobierno y actual constitución el germen destructor, que así las corrompe? ¿Cómo hablar del uso y utilidades, que sacan unas gentes de la Colonias que pueblan y el ningún provecho que resulta de ellas a otras, sin hacer manifiesto el origen de donde dimana esta diferencia, en las leyes y principios de comercio, con que las fomentan aquellas, y en la violencia o desarreglo con que pretenden éstas sacar mucho lucro a costa de la libertad, estableciendo derechos crecidos y aduanas cargadas de ministros, que consumen más de la mitad de su producto? ¿Y como, finalmente, describir nuestro Reino y posesiones omitiendo el manifestar la causa de la decadencia de nuestro comercio, el origen de la causa que acaba con todas nuestras fábricas y población, la funesta semilla que hará (mientras no se arranque) que se reduzcan a discursos de sociedades y Academias nuestros establecimientos económicos, e impulsos que se quieran dar a la actividad de la Nación y su comercio?”
Es decir, en definitiva, ¿cómo describir los problemas de un país, o de una sociedad, sin hablar de sus causas?
Por su parte Isidoro de Antillón en sus trabajos sobre Teruel, a principios del siglo XIX, procuró contribuir “a la felicidad del pueblo” y a la “ilustración y reforma de sus paisanos”. Y en sus Elementos de Geografía astronómica, física y política de España y Portugal, publicados en 1808 fustigó las causas políticas y morales que retardaban el progreso de la nación.
III
En América española y portuguesa los ideales de libertad y progreso fueron también diseminados por la ciencia y por la geografía. Muchos científicos pusieron las bases para la emancipación, para la libertad y para el desarrollo económico, y el papel de la geografía fue decisivo en muchos campos, como el de la ciencia en general. Lo que debería ser recordado para movilizar a los geógrafos y a los científicos sociales de este continente ahora que está a punto de empezar a conmemorarse el segundo centenario de la independencia
Sería interesante realizar una historia de la evolución de una geografía aplicada a la resolución de problemas y a la búsqueda de la felicidad de los pueblos, frente a una geografía aplicada al servicio de la dominación, la guerra y la colonización. Algunos estudios sobre el desarrollo de las dimensiones geográficas del pensamiento filantrópico y liberal, del pensamiento anarquista, y de la tradición marxista podrían ser aportados en esta reflexión, en la que ahora no podemos entrar...
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