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miércoles, 21 de agosto de 2019

EXPEDICIONES DE INVESTIGACIÓN ANTIGUAS Y ACTUALES

EXPEDICIONES DE INVESTIGACIÓN ANTIGUAS Y ACTUALES
Siempre que me pongo a pensar en las ruinas de la antigua ciudad de Quilmes se me presenta la figura de los jinetes del apocalipsis, por todas las vicisitudes que debió pasar esa tierra, que al parecer era muy rica, naturalmente, por la aguadas, los canales y para colmo: Las Minas. Que no dejó de pasarlas ni en el Siglo XX, ni en esta parte del XXI.
La reconstrucción de la parte frontal de la misma, si no se llega al Pucará, da una idea de pequeñez, porque solo desde la cima se puede observar el valle, que esta cubre y la enorme cantidad de construcciones en el mismo, que forma parte de un error en la reconstrucción, ya que ese lugar era parte del sistema defensivo y se presenta como sitio de viviendas, pero son errores al mismo estilo que el Pucará de Tilcara, donde se recrea la realidad y en algún caso con materiales que no concuerdan con la época de su construcción original. Por ello, es posible, que la intensa y extensa disputa por la misma sea uno de los motivos por los cuales los sitios de la Quebrada de Humahuaca entre el 3000 y el 1000 antes del presente, sean escasos o difíciles de encontrar. Pero se puede decir que hasta hoy día se la sigue disputando y se olvidan de las otras ciudades, porque tremenda sublevación de 130 años, por fuerza necesito de muchas ciudades en toda la zona próxima a Quilmes y no se puede explicar solo con El Shincal, El Pichao y Tolombon (a lo que puede sumarse la zona de la actual San Carlos y de Angastaco o Cachi)
También en esta zona pude observar el accionar desaprensivo de los turistas levantando restos u objetos de la tierra, pero es mucho mas preocupante que logré hablar, sin haberlo buscado y para sorpresa (mía), con mucha facilidad, con huaqueros a todo lo largo y hasta el ancho de estos imponentes Valles Calchaquies, vale decir que cualquier autoridad, que realmente pretenda hacer cumplir la ley, puede hacerlo, con mucha tranquilidad y sin mucho trabajo. Hasta existen personajes que figuran en los relatos, como empresarios, pero no me queda claro si se los llama como empresarios huaqueros y hasta pueden existir políticos huaqueros y otras especies de esta plaga.
CONTRIBUCIONES AL ESTUDIO DE SOCIEDADES ALDEANAS EN EL NOROESTE ARGENTINO: EL CASO DE LA QUEBRADA DE LOS CORRALES (EL INFIERNILLO, TUCUMÁN) Nurit Oliszewski1,2, Jorge G. Martínez1,2,3, Eugenia Di Lullo1,3, C. Matías Gramajo Bühler2,3,4, Guillermo A. Arreguez2 , Hernán Cruz2 , Eduardo P. Mauri2,3, Cecilia Mercuri5 , Ana C. Muntaner2,3 y M. Gabriela Srur
"...A partir de las investigaciones desarrolladas en los últimos años dentro de áreas de estudio próximas a la nuestra, destacamos el creciente número de sitios correspondientes a momentos transicionales (ca. 3500 años A.P.) lo cual resulta alentador en cuanto al aporte que implica para avanzar en la comprensión del paso de un modelo extractivo basado en la caza y la recolección hacia una economía de producción pastoril y agrícola. Como ejemplo, contamos con la información del sitio Soria 2, ubicado en valle de Santa María, donde se registró un pozo de desechos con carbones fechados en 3460 ± 70 años A.P., excavado en el piso de una unidad de planta subcuadrangular, datada en 1900 años A.P. (Palamarczuk et al. 2007). Por otra parte, en el sitio El Divisadero, localizado en la Quebrada de Amaicha, se registraron dos entierros directos datados en 4114 ± 44 y 3943 ± 55 años A.P. que, si bien están localizados en las inmediaciones de un complejo de estructuras circulares y ovales, no presentan asociación cultural o arquitectónica visible (Gómez Augier y Caria 2012). Finalmente, en el valle del Cajón en el sitio Bordo Marcial, fueron detectados dos entierros humanos datados en ca. 3000 años A.P. y asociados a artefactos de cobre (Cortés 2010). Queda claro que las investigaciones realizadas en los últimos años ponen de relieve la importancia del milenio que va de 4000 a 3000 años A.P. en el sector que vincula al sistema del Aconquija y Cumbres Calchaquíes, para comprender los procesos sociales y la dinámica poblacional de la región..." (pag. 63)
Crónicas materiales precolombinas Arqueología de los primeros poblados del Noroeste Argentino M. Alejandra Korstanje, Marisa Lazzari, Mara Basile, Fabiana Bugliani, Verónica Lema, Lucas Pereyra Domingorena y Marcos Quesada (editores) – 2015 –
http://www.saantropologia.com.ar/…/CRONICAS-MATERIALES-PREC…
"...Puede haber sido una razón como ésta, la que provocó la migración de los Quilmes desde la zona cuyana, a las tierras más fértiles del Valle Calchaquí.
3-Los Quilmes no fueron los únicos indios belicosos y rebeldes. Conociendo ya el verdadero origen de los Quilmes, vamos a rectificar algunos conceptos del primer párrafo de don Juan B. Ambrosetti que, para mayor comodidad del lector, transcribimos nuevamente: “Según el Padre Lozano, los Quilmes fueron la parcialidad de indios más belicosos y rebelde que tuvieron los españoles en el Valle Calchaquí. Recién en 1667 pudo sujetarla por las armas el gobernador Alonso Mercado y Villacorta, y, arrancándolas de sus hogares, los hizo transportar en número de 2000 al lugar cuyo nombre han legado a una localidad de la Provincia de Buenos Aires”.
Los indios Quilmes que se trasladaron a Buenos Aires integraban 260 familias que, a cinco individuos por familia, hacen mil trescientos indios, no dos mil. En un bello y bien documentado libro de la Sra. Teresa Piossek de Prebisch (2), se menciona a “los tolombones, los indios más fieros y temidos de todo Calchaquí” en contraposición a lo que afirma la fábula de los Quilmes. Pero además hubo otros como Hualfines, también catalogados como los que se distinguieron por su bravura (3).
Las personas que no mantenido oportunidad de estudiar detenidamente el tema de las rebeliones indígenas en esta parte del país, impresionados por la fábula de los Quilmes, pueden llegar a creer que estos fueron los únicos antagonistas de los españoles en la lucha por su libertad, pero no fue así. En el segundo levantamiento Calchaquí, fueron casi todas las parcialidades indígenas las que se levantaron en armas acaudilladas por el mefistofélico Pedro Bohórquez. En esa época “los valles calchaquíes estaban habitados por acállanos, ahidálgalas, quilmes, pachochas, tolombones, hualfines, yo caviles, anguinas, tucumángastas, abaucanes, saujiles, huaschaschis, huasanes, pomanes, colpeños, bélicas, mutquines, sijanes, etc.” (4). Ningún gran jefe de los Quilmes figura en los libros de los más autorizados autores al lado de los famosos paladines indígenas de la lucha por su tierra.
“Es básico para la comprensión histórica de la etapa de la conquista y de la primera época colonial, tener en cuenta la organización socio-política de los indígenas. No en vano los valles del oeste catamarqueño permanecieron más de cien años rebeldes a toda conquista. Tales valles fueron de una importancia trascendental en lo que se refiere al emplazamiento y localización de las primeras agrupaciones urbanas españolas. Valles enteros se agruparon tras sus jefes naturales y luego formaron ligas entre los distintos valles o regiones. En la Quebrada de Humahuaca el bravo Viltipoco pudo reunir tras si un cuantioso número de guerreros; al Sur el imbatible Juan Calchaquí, y más al Sur todavía, la legendaria figura de Chelemin (líder de los Hualfines), el último de los grandes jefes indígenas del llamado “Gran Alzamiento”.(6)
Atribuirles únicamente a los Quilmes, la lucha por la libertad frente al español en la que participaron más de veinte parcialidades indígenas, además de injusto, es fundamentalmente erróneo.
–CONTINUARÁ-
(1) Canals Frau S. 1973, págs. 492 y 493.
(2) Piossek Prebisch T. 1976 pág. 65.
(3) Piossek Prebisch T. 1976 pág. 15.
(4) Alexander de Schorr, A.F., 1968, pág. 9.
(5) Fajardo, C.R.M. 1957, pág. 40.
(6) González, R.A. y Pérez, J.A. 1976 pág. 14.
VER COMPLETO EN
"...el Ingeniero Alfredo Turbay nos decía:
“Por la misma falta de información correcta y veraz se llamó, desde hace mucho tiempo “Fuerte de los Quilmes” a un poblado prehispánico: “LA FORTALEZA-TEMPLO DEL VALLE CALCHAQUI”, que ocupa 130 hectáreas y que no fue construido por los Quilmes”
Este libro, al tiempo que divulga los más actualizados conocimientos arqueológicos, aporta pruebas documentales, históricas y arquitectónicas para revindicar a sus verdaderos constructores y esclarecer la Verdad.
Para poder comprender en profundidad esta historia, continuaremos en el presente artículo, con uno de los mayores acontecimientos históricos, que marcaron el futuro de nuestras tierras y que dio forma a nuestro actual Valle Calchaquí. Estos acontecimientos nos ayudarán a comprender más la presencia de los Quilmes entre nosotros. Nos referimos a: “Las guerras calchaquíes contra el español”.
4-Las guerras calchaquíes contra el español. Para mayor claridad de nuestra exposición, y mejor ilustración del lector, creemos necesario repasar sucintamente la historia de esa lucha. No encontramos mejor forma de hacerlo que reproduciendo unas páginas del bien documentados libro que ya mencionamos de la Sra. Teresa Piossek Prebisch:
“Eran estos indios los dueños de las tierras más altas del Tucumán, de las más fragosa e inexpugnables. Los poseedores de los valles templados donde proliferaba el ganado; de las aguadas que transformaban en vergel la sequedad de las serranías; de las montañas donde la imaginación del conquistador ubicaba yacimientos riquísimos. Ayudados por esta geografía generosa y protectora, desafiaban al español y se resistían a ser sometidos por él porque eran testigos de la triste suerte que tocaba a los derrotados”.
“Se dividían en tres naciones más o menos definida –pulares, calchaquíes y diaguitas-, aunque formaban una unidad ya que pertenecían a la misma raza andina y hablaban la misma lengua madre, el áspero kakan. Los pulares ocupaban la pare superior de la quebrada de Escolpe hasta la sierras de Cachi, en la provincia de Salta. Los Calchaquíes, los valles del mismo nombre, es decir, los de Tafí, de Santa María y del río Calchaquí. Los diaguitas, la casi totalidad de la actual provincia de Catamarca y zonas contiguas de la Rioja”.
“Formaban uno de los grupos más belicosos con que tropezaron los españoles en toda la extensión del Nuevo Mundo. No sólo rechazaban la idea de renegar de su religión y costumbre, sino que temían al trabajo agotador a que el conquistador sometía a los conquistados, muy especialmente al trabajo de las minas resistido desde la época de los incas”.
“Su rebeldía culmino en tres grandes levantamientos, conocido en la Historia con el Nombre de guerras calchaquíes. La primera encabezada por el cacique Juan Calchaquí, estallo en 1562 y significo para los españoles la pérdida de tres ciudades: Londres I, en la actual provincia de Catamarca; Cañete, en la de Tucumán, y Córdoba, en Calchaquí”.
“La segunda comenzó en 1630 y aunque en ella intervinieron las tres naciones, más adecuado es llamarla alzamiento diaguita puesto que los diaguitas soportaron el mayor peso de la contienda. Entre ellos hubo una tribu que se distinguió por su bravura, las de los hualfines, a la que pertenecía el líder de ese entonces, el cacique Chelemin. El origen de esta guerra fue muy significativo: el encomendero Juan de Urbina descubrió una mina de oro a la entrada de Calchaquí, por el lado del valle de Catamarca y los indios, temerosos de que se los obligara a trabajarla, lo mataron junto con toda su familia. Los españoles reaccionaron violentamente y esto desencadenó una lucha que duró siete años y costó la pérdida de dos ciudades más: Londres II ubicada cerca de la primera, y Nuestra Señora de Guadalupe, en Calchaquí. Para los diaguitas significó la derrota total con la ejecución de Chelemin y el desarraigo de las tribus que, según la costumbre incaica adoptada por los españoles, fueron reducidos al yanaconazgo, arrancados de sus solares nativos y repartidos por tierras lejanas.
“Las otras dos naciones kakanas corrieron diferente suerte. Los pulares, obligados por las circunstancias, dieron la paz, es decir, se declararon vasallos del rey y permitieron que en sus tierras algunos españoles hicieran estancias, debilidad que les costó la amistad con los calchaquíes. Estos conservaron su independencia casi cuarenta años más gracias al agotamiento del ejército español, a su ubicación geográfica en valles protegidos por altas montañas, y a la fama de su bravura, pues era pueblo que cultivaba el arte de la guerra como la actividad varonil por excelencia”
“El período de paz que se inicio en 1637 estaba, pues, cargado de tensiones. Pulares y diaguitas formaban una masa descontenta, sobre todo los últimos que alentaban un sordo deseo de rebelión. Los calchaquíes desconfiaban de los españoles y si años después del cese de las hostilidades permitieron la instalación de dos misiones jesuitas en su territorio, fue porque ellas estaban formadas por sólo cuatro hombres desprovistos de armas. Los españoles, insatisfechos con los resultados de tantos años de lucha y temerosa a su vez de algún ataque de los calchaquíes, los constriñeron con un semicírculo de puestos de control formado por ciudades de Salta, San Miguel de Tucumán y Pomán, y por los fuertes de Andalgalá y de Pantano. Existía el ambiente propicio para que se desencadenara una tercera guerra y tanto indios como españoles lo sabían”. (7)
Observe el lector que en estas guerras, que duran desde 1562 a 1637, o sea 75 años, se habla de los bravos Hualfines, pero para nada se mencionan a los Quilmes (8).
Entonces apareció en el fragoso escenario de los valles Calchaquíes un personaje casi de opereta, elegante –cuando tenía ocasión de conseguir buena ropa- bien parecido, elocuente y ambiciosos sin escrúpulos; andaluz, de nombre Pedro Chamijo, alias Pedro Bohórquez, el falso Inca de Tucumán.
Escapa a los límites que hemos impuesto a esta obra, narrar su increíble historia que más parece tejida por la fantasía, que real; de modo que sólo diremos lo esencial para continuar con la historia de las guerras calchaquíes y la participación, en ellas, de los indios Quilmes.
Pedro Bohórquez planeó un triple engaño: a los indios les prometió acaudillarlos en la lucha contra el español para que recuperaran la libertad perdida (mientras él adquiría poder y riquezas); al gobernador del Tucumán, don Alonso de Mercado y Villacorta, le aseguro conseguir la completa sumisión de los indígenas a la corona española y sonsacarles, a estos, el secreto de los fabulosos tesoros que los Incas ocultaron antes de retirarse de los valles, además de la ubicación de las minas de oro y plata; con la condición, entre otras, de que le permitieran usar el título, la ropa y las prerrogativas del Inca; finalmente, al clero, a cambio de su apoyo, le prometió la completa conversión al Catolicismo de todas las tribus para que la Iglesia pudiera contar con la mano de obra gratuita en las reducciones indígenas. ¡Una linda y gorda lombriz, en cada uno de los tres anzuelos! ¡Y los tres grandes peces abrieron sus ambiciosas fauces y se lo tragaron completamente!..."
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"...Ramon Ortega, le entrega a un empresario la explotación del lugar de las Ruinas de Quilmes, sin participación alguna de la Comunidad Indígena. Este hecho fue la entrada a unos acontecimientos nuevamente bélicos que aún hoy día siguen vigentes...
TODA LA ODISEA SIEMPRE ME RECORDÒ ESTE EPISODIO DE UNA CIUDAD QUE FUE MÍTICA E HISTÓRICA
Descubrimiento de Troya En Hisarlik, Heinrich Schliemann empezó a excavar, en 1870, las ruinas de Troya. Frank Calvert había realizado excavaciones preliminares siete años antes de la llegada de Schliemann, y le sugirió que la colina de Hisarlik era el emplazamiento de la mítica ciudad.
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En Busca de Troya
El descubrimiento de las ruinas de la antigua ciudad de Troya fue lo que permitió reconocer una base Histórica a los escritos de Homero: La Iliada y La Odisea (que se pueden encontrar en esta biblioteca) enmarcados en un relato de guerra mítico (de difusión oral durante muchos años), Sin dejar de lado la trapacería de su descubridor en relación con los objetos culturales que no declaró y si se llevo a Europa.
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