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miércoles, 21 de agosto de 2019

HISTORIA (Reformado)

HISTORIA (Reformado)
Nos separamos de la idea de la Historia Rosa o de la Historia Negra, ya existen demasiadas antinomias vernáculas en nuestro Abya Yala Latino o en Latinoamérica, para seguir discutiendo esas tretas para ilusos. Lo que es histórico o lo que no lo es tiene que ver con las fuentes y con su análisis, mas el aporte generacional, que suele darle otras ópticas. No existe ningún censo de este continente hasta hace bastante poco y no podemos saber si se encontraba habitado por 50 o 90 millones de personas en el año 1500 de nuestra era, pero lo que no se puede desconocer es la existencia de grandes culturas que contaban con ciudades igualmente grandes y extendidas. Se puede hacer con esto un estudio de la cantidad de viviendas y de su cotejo con la cantidad común de miembros de una familia, nos puede dar una idea aproximada de los habitantes viviendo en ciudades, lo que deja por fuera a las muy exitosas civilizaciones nómadas, que poblaban el resto del territorio. Pero nunca se realizó tal estudio. Por ello, solo podemos hacer aproximaciones en cuanto al número de habitantes. Igualmente, se pueden calcular los muertos en las minas de plata y oro (al menos por mina). Incluso se puede hacer un cálculo de los habitantes totales reconocidos en censos, por etnia y tomar las cantidades de casas habitaciones de las ciudades originarias, correspondientes a esa etnia y tener una aproximación estadística del declive, para intentar fijar, racionalmente los momentos de mayor declive. Vale decir: En época de conquista, en época de colonización, con el auge del sistema minero, con las guerras de independencia, con las guerras civiles, las campañas de exterminio de originarios (para apropiarse de sus tierras), como es la mal llamada conquista del desierto, con mas las masacres del Siglo XX (como es el caso de paraje La Bomba), etc. Asimismo los datos serian parciales incluso en una misma etnia.
Algunos de los países en los que se dividió el territorio continental ofrecen ideas aproximadas de os habitantes anteriores al año 1500, pero siempre estamos en unos 50 millones, como mínimo y 90 millones como máximo. Para nuestro territorio, de lo que hoy se conoce como Argentina, podemos dar una idea entre un millón y medio a tres millones, por lo reconocido, la constancia de las ciudades originarias y evaluando la política de exterminio y de invisibilidad a la que al día de hoy siguen sometidos.
Debemos tener en cuenta que hasta hace unos 15 a 20 años se decía que nuestras guerras civiles se resumían a la Crisis de Año XX (por 1820) o un poco mas y luego se fueron agregando períodos de historia mas largos hasta llegar a los 70 años entre 1810 y 1880 y en el ínterin se olvidan del Comandante Andresito defendiendo la Mesopotamia del ataque de una potencia colonial, como era Portugal (entre 1811 y 1821), con lo que queda claro que existieron varias guerras al mismo tiempo, porque también el enfrentamiento era por el tema de Puerto de Buenos Aires, al igual que con su padrino Artigas (Andrés Guacurarí, nuestro guaraní gobernador - El Historiador
https://www.elhistoriador.com.ar › andres...) y enmascaran varios recrudecimientos de la misma, que no se detienen con la pax rosista, porque no solo existieron enfrentamientos internos sino con los vecinos, como fue el arrastre de la sucesión de la posesión sobre el antiguo Marquesado de Yavi (Marquesado de Yavi
El título nobiliario de Marqués del Valle del Tojo, conocido comúnmente como Marqués de Yavi, por la población en donde se encontraba una de sus residencias principales, en la actual Provincia de Jujuy, era el más ... Wikipedia) y la Ciudad de Tarija, que se encontraba en su territorio. Para seguir, con todo lo que que originó con el desalojo de Rosas y las presidencia liberales, la Guerra de la Triple Alianza y los levantamientos de los opositores argentinos a la misma, mas los renovados problemas por la Federalización de la Ciudad de Buenos Aires.
El problema de la verdad en la historia, mas allá de los debates filosóficos entre positivistas, presentistas y marxista (aunque creo firmemente que cada generación escribe su Historia), no puede resumirse en aproximaciones esperando que un golpe de suerte aporte nuevos documentos (sabida es la necesidad enfermiza de algunas personas o linajes de apropiarse, esconder o destruirlos, que se pudo observar en nuestra pequeña historia como estado y en otros grandes estados). Es indudable que si el historiador no solo analiza la veracidad del documento cotejando-lo con otros de su misma época y si corresponde ver la continuidad con anteriores y posteriores es muy posible que se pase por alto algunas cosas, como en el caso de nuestros supuestos pioneros que se asentaron en tierras que no eran desiertos y que habían sido habitadas desde siglos (por gauchos y originarios), que por otra parte constituye una reproducción del proceso de poblamiento en costas, ríos y lagos en todo el mundo que se encuentra bien estudiado por la Geografía. Igual ocurre, con la incógnita sobre la repentina actividad de personas de origen en lugares donde se practica una agricultura intensiva, que sorprendentemente supieron explotar la agricultura extensiva en nuestros campos y mas sorprendente aun es su transformación en relación con los oficios, dado que en su amplia mayoría indicaron, en la aduana, en su ingreso al país, practicar oficios de ciudad, sin que, para esas fechas existiese la posibilidad de algún organismo similar al INTA (también negando sus descendientes algún posible aprendizaje de gauchos y originarios a los que dan por extintos pese a las nuevas investigaciones sobre el encubrimiento del otro).
Debe entenderse que copiando o si lo prefieren citando una historiografía falaz no se escribe (en el mejor de los casos) Historia o se enseña Historia. Ya para estas alturas, con archivos y bibliotecas digitales (o virtuales) no se puede alegar desconocimiento, dado que la pereza, la impericia (en el oficio) o la ideología no los exime de ser falsarios o propagadores de lo falso. Para colmo existen publicaciones sin ninguna investigación seria detrás, sobre supuestos actos de apropiación de territorios de países vecinos, por este donde se acuñó la frase (que luego se transformó en dogma) que dice que la victoria no da derechos, con lo que tenemos una central pseudo histórica conspirando en Internet, contra la buena enseñanza de la Historia o amparada en su mala enseñanza.
HISTORIA Y VERDAD (Adam Schaff)
La relación cognoscitiva. El proceso de conocimiento. La verdad
Durante mucho tiempo y hasta en la actualidad la gran mayoría de los historiadores han abandonado la reflexión de las cuestiones teóricas y metodológicas que emplean en sus investigaciones. Estas han venido siendo trabajadas fundamentalmente por filósofos y algunos historiadores. Lo que se plantea en este trabajo es que hay una estrecha relación entre la filosofía y la ciencia histórica (las ciencias), la cual fue negada por los positivistas con su burda separación entre filosofía y las ciencias, lo que para ellos significaba la separación entre lo subjetivo y lo objetivo. Pero todos estos planteamientos de los positivistas de derruyen cuando analizamos la ciencia histórica y nos asombramos (considerado como condición fundamental para filosofar) de las múltiples interpretaciones y explicaciones que ofrecen los historiadores de un mismo hecho histórico, y que al parecer cada nueva generación de historiadores vuelve a reformular su historia. Ahora que es innegable la presencia de la subjetividad en la investigación histórica y el asombro teórico que provoca; podemos afirmar que es indispensable una reflexión filosófica consciente y critica para esclarecer la problemática teórica y metodológica que aqueja particularmente a la ciencia histórica.
1. Los tres modelos del proceso de conocimiento
Se puede distinguir tres modelos fundamentales de la teoría del conocimiento: El primer modelo (teoría mecanicista del reflejo) es mecanicista por que supone que el objeto de conocimiento actúa sobre el aparato perceptivo del sujeto cognoscente. En este modelo el sujeto viene a ser un agente pasivo, contemplativo y receptivo; y el producto del proceso señalado antes (eso que llamamos conocimiento) seria un simple reflejo o copia del objeto. Este modelo es el fundamente teórico de la definición clásica de la verdad, según la cual un juicio es verdadero cuando lo que esta enunciando concuerda con su objeto. Las diferencias en las imágenes percibidas por los distintos sujetos se le atribuyen, simplemente, a las diferencias genéricas y genéticas en los aparatos receptores.
El segundo modelo es idealista y activista; en este predomina el sujeto cognoscente que percibe al objeto como su producción, es decir como una construcción suya. Este modelo da el sustento al más alto relativismo de la verdad, ya que según este cada sujeto construye su propia verdad, por ende no existe una sola verdad, sino muchas verdades y cada sujeto tiene su verdad.
El tercer modelo (teoría modificada del reflejo) propone una relación cognitiva en la cual el objeto y el sujeto tienen una existencia objetiva y real, a la vez que actúan uno sobre el otro. Esta interacción se da en el marco de la práctica social del sujeto que percibe al objeto en y por su actividad. En este sentido el conocimiento es concebido como una actividad constante.
2. La verdad como proceso
Según la perspectiva del autor, tanto el conocimiento como la verdad son procesos que acumulan verdades parciales que la humanidad va estableciendo en las distintas etapas de su desarrollo histórico: ampliando, limitando, superando estas verdades parciales. Tomando en cuenta lo dicho se comprueba que es necesario establecer cuales son las verdades parciales de que dispone una ciencia determinada y examinar como a partir de ellas se progresa hacia una verdad total, es decir absoluta.
Daniel Sánchez de la Cruz
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Atlas de México y el Nuevo Mundo agregó una foto nueva al álbum FILOSOFÍA Y TEORÍA DE LA HISTORIA.
(pdf) HISTORIA Y VERDAD. Ensayo sobre la objetividad del conocimiento histórico, por Adam Schaff. Primera edición: 1971. Traducción de Ignasi Vidal Sanfeliu. Décima primera edición. Barcelona – Buenos Aires – México: Editorial Grijalbo; 1982, 382 p.
https://docdownloader.com/…/historia-y-verdad-adam-schaff-p…
Apología para la historia - Marc Bloch
Capítulo 1
1. ¿Cómo aborda M. Bloch el tema de “para qué sirve la historia”?
Bloch plantea el problema sobre la utilidad de la historia mediante la pregunta de un niño dirigida a su padre, «papá, explícame para qué sirve la historia», con la que se plantea el problema de la legitimidad de esta disciplina. Marc Bloch plantea que en principio, antes que el deseo de conocimiento y que la pretensión de constituirse como obra científica conciente de sus fines, la historia produce una atracción: distrae y produce placer. Sin embargo, este atractivo no basta para justificarla y legitimar el esfuerzo intelectual que requiere.
Se plantean dos dimensiones fundamentales en la concepción de la historia: su legitimidad (vinculada al plano cognoscitivo e intelectual) y su utilidad.
La utilidad, vinculada en el sentido pragmático con el provecho en la confrontación política y social, se relaciona con la tendencia a buscar en la historia una guía para la acción. Bloch postula que el valor de una investigación no se mide, al contrario de lo que postulaban los positivistas, según su capacidad de servir a la acción, y que, por lo tanto, este sentido pragmático de la historia no puede confundirse con su sentido propiamente intelectual, que es el vinculado con la legitimidad: la historia se legitima más allá de su utilidad, en función de su rigurosidad y su capacidad de establecer relaciones explicativas entre fenómenos para comprenderlos mediante una clasificación racional y una inteligibilidad progresiva, que le permitan constituirse así como disciplina científica.
2. ¿A qué se refiere el autor cuando plantea que en las últimas décadas del siglo XIX y los primeros años del siglo XX las generaciones “han vivido como alucinadas por una imagen demasiado rígida” refiriéndose a las ciencias? ¿Qué tendencias opuestas se desarrollaron a partir de estas opiniones?
Bloch se refiere a que en la concepción positivista de las ciencias del mundo físico se considera que todo puede formularse en leyes universales por medio de demostraciones irrefutables.
Aplicada a análisis histórico, las tendencias opuestas que se desarrollaron fueron:
a. la posición de la escuela sociológica fundada por Durkheim, que creyó posible instituir una ciencia de la evolución humana conforme al ideal positivista. En su esfuerzo por sistematizar, muchas veces debió dejar de lado efectos del conocimiento de realidades humanas que resultaban rebeldes al saber racional, que identificaron con el acontecimiento. Aportaron mayor profundidad al análisis y al enfoque de los problemas.
b. La posición del historicismo clásico o historia historizante, que no lograron insertar la historia en los marcos del legalismo físico. Tenían una preocupación archivística documental y consideraban que la historia no ofrecía conclusiones seguras en el presente ni perspectiva en el futuro. Negó el conocimiento científico y se enfocó en lo particular.
En la época en que Bloch escribió su Introducción a la historia, ante la importancia de teorías como la teoría cinética del gas, la mecánica einsteniana y la teoría de los quanta, se alteró la noción de ciencia: se aceptó el hacer de la certidumbre y del universalismo cuestión de grados y no se consideró necesario tratar de imponer a todos los objetos del saber un modelo intelectual uniforme, tomado de las ciencias de la naturaleza física, porque en las mismas ciencias físicas este modelo no se aplicaba por completo.
3. ¿Es la historia la ciencia del pasado? ¿Por qué? ¿Cuál es el objeto de la historia para Marc Bloch?
No, porque el pasado, constituido por una serie de fenómenos no contemporáneos al historiador que no suelen tener un carácter común, sin delimitación previa, no puede ser objeto de un conocimiento racional y constituir una ciencia. No basta con contar acontecimientos sólo unidos entre sí por la circunstancia de haberse producido aproximadamente en el mismo momento: de los múltiples acontecimientos pasados interesan al historiador sólo aquellos que se unen a sus preocupaciones específicas en función de la historia problemática que se realiza. La historia estudia la obra de los hombres; es la ciencia de los hombres en el tiempo:
... la historia quiere aprehender a los hombres. Quien no lo logre no pasará jamás, en el mejor de los casos, de ser un obrero manual de la erudición. Allí donde huele la carne humana, sabe que está su presa. (Bloch, p.25)
4. ¿Cómo explica el autor el tiempo histórico?
Marc Bloch explica el tiempo histórico como una «realidad concreta y viva abandonada a su impulso inevitable, es el plasma mismo en que se bañan los fenómenos y algo así como el lugar de su inteligibilidad» (p.26).
Esto se contrapone a las disciplinas en las que no es más que una medida dividida en fragmentos artificialmente homogéneos, pues el tiempo histórico va más allá de lo cronológico y meramente acontecimental: se busca romper con el tiempo histórico unilineal sostenido en la idea de progreso que planteaba ausencia de rupturas. Así, el tiempo histórico tiene dos atribuciones: continuidad y ruptura, es un continuo y está sometido al cambio permanente.
5. ¿Cómo analiza Bloch el tema de orígenes – principios – causas en el desarrollo del pensamiento histórico?
Bloch explica que los orígenes son comúnmente considerados como un comienzo que basta para explicar lo más próximo por lo más lejano. Pueden distinguirse dos sentidos:
- El origen como “principios”, comienzos cronológicos, en donde la obsesión por los orígenes da lugar principalmente a una historia centrada en los nacimientos (los principios) en la que el pasado cumple un papel legitimador o censor del presente, y no sólo busca explicarlo; lo que implica un intento de enjuiciar y juzgar.
- El origen como las “causas” que constituyen una razón explicativa, en las que al estudio de la actividad humana amenaza el error de confundir la filiación con la explicación: se reduce la explicación a un origen, que es generalmente tranquilizador y monocausal, y está vinculado a la concepción historicista de la historia.
Bloch concluye postulando que «un fenómeno histórico nunca puede ser explicado en su totalidad fuera del estudio de su momento», de su contexto.
6. ¿Es el historiador un anticuario? ¿Por qué? ¿Cómo analiza el autor la problemática de comprender el presente por el pasado y comprender el pasado por el presente?
El historiador no es un anticuario, porque no limita su campo de estudio al pasado, sino que estudia también el presente a fin de comprender el pasado, estudia lo viviente. Esto ocurre porque hay una solidaridad de edades en la que la inteligibilidad del presente depende del pasado, y la del pasado, del presente.
La incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado. Pero no es, quizás, menos vano esforzarse por comprender el pasado si no se sabe nada del presente. (p.38)
Bloch analiza esta problemática planteando en principio que postular la autointeligibilidad del presente supone establecer un cambio rápido y total, olvidando la fuerza de inercia propia de las creaciones sociales y la continuidad del tiempo histórico. Tampoco se puede explicar a una sociedad por el momento inmediatamente anterior al que vive (dado que hay una transferencia de pensamiento entre generaciones muy alejadas, que se manifiesta más claramente en las transferencias facilitadas por escritos, que constituyen a continuidad de una civilización), ni por los movimientos de ideas o sensibilidad más cercanos en el tiempo. Hay una crítica a la historia que se limita a la corta duración: no alcanza con estudiar las reacciones de los hombres frente a las circunstancias particulares de un momento, es preciso estudiar al pasado (en la larga duración) para comprender al presente -pero sin pretender realizar una justificación del mismo-, dado que la ignorancia del pasado compromete el conocimiento del presente y la misma acción:
Una experiencia única es siempre impotente para discriminar sus propios factores y, por lo tanto, para suministrar su propia interpretación. (p. 37)
Es preciso partir del conocimiento del presente para comprender el pasado, porque la observación voluntaria y controlada de lo cotidiano da los elementos que sirven para reconstruir el pasado. Bloch recomienda partir de lo mejor conocido a lo más oscuro, del análisis de hoy, a fin de obtener perspectivas de conjunto que no se obtienen a partir del análisis mecánico de atrás para adelante. De esta manera, la ciencia de los hombres en el tiempo llamada historia aúna el «estudio de los muertos con el de los vivos» en una interdisciplinariedad donde se pretende lograr una historia universal.
Capítulo 2
1. ¿Qué quiere decir M. Bloch cuando plantea que el investigador del presente no goza de mayores privilegios que el historiador del pasado? ¿Es para el autor la observación del pasado totalmente “indirecta”? ¿Por qué?
Quiere decir que así como el historiador del pasado tiene un conocimiento indirecto porque se encuentra imposibilitado de comprobar por sí mismo los hechos que estudia y debe recurrir a testimonios de terceros, el investigador del presente elabora su información sobre cosas vistas por otros: los interlocutores en base a los que se realizan las preguntas y se anotan las respuestas son los sujetos de la experiencia del investigador, que no percibe más que un pequeño sector de los que estudia – que está limitado por sus sentidos y su facultad de atención, así como recurre a los testimonios de otros testigos, por lo demás, parciales- para extraer gran parte de la sustancia de investigación.
Para Bloch la observación del pasado no es totalmente indirecta, porque ese término se limita a indicar la presencia de un intermediario, y hay casos en los que el autor se encuentra frente a una fuente arqueológica o realidades semejantes, y con la inducción y las técnicas adecuadas, puede explotarlas con un esfuerzo de la inteligencia personal y sin recurrir a terceros: «el simple razonamiento que excluye toda posibilidad de una explicación diferente y nos permite pasar del objeto verdaderamente comprobado al hecho del que ese objeto aporta la prueba [...] no exige la interposición de otro observador». (p.45)
2. ¿Cuáles son las particularidades de la observación histórica?
La observación histórica consiste mayoritariamente en un conocimiento por huellas, es decir, todo lo dejado por los hombres en el tiempo, la marca que deja un fenómeno y nuestros sentidos pueden percibir.
Los hechos humanos pasados escapan a la posibilidad de una reproducción o de una orientación voluntarias, a diferencia de disciplinas como la física donde se puede provocar la aparición de huellas.
Cuando el historiador estudia fenómenos del presente o el pasado inmediato, puede hacer que algunas huellas vuelvan a existir mediante a los informes de testigos, que sin embargo no siempre están disponibles. Cualquiera sea la edad de la humanidad que se estudie, los métodos de observación se hacen casi con uniformidad sobre rastros.
Hay una perfectibilidad constante del conocimiento del pasado por el surgimiento de nuevos procedimientos de investigación. Hubo avances en la capacidad de análisis y las técnicas debido a la mejora en las herramientas del explorador.
A pesar de eso, no todas las huellas se presentan fácilmente: «Los exploradores del pasado no son hombres totalmente libres. El pasado es su tirano y les prohíbe que sepan de él lo que él mismo no les entrega, científicamente o no» (p.50), y por eso, si o hay indicios a los que recurrir, muchas veces es imposible evitar la ignorancia sobre determinados temas.
El historiador estudia testimonios voluntarios e involuntarios. Los primeros eran fuentes narrativas que consistían en relatos deliberadamente dedicados a la información de los lectores que proporcionan un encuadre cronológico casi normal y seguido. Los segundos, en cambio, no tenían que ver con la preocupación de instruir a la opinión, y aunque no están exentos de errores o mentiras, no fueron concebidas en función de la posteridad.
3. ¿Qué entiende Bloch por “indicios”?
Los indicios son fuentes no voluntarias que no fueron concebidas para la posteridad y para instruir la opinión. Permiten suplir las narraciones cuando no las hay o controlarlas si su veracidad es sospechosa.
4. ¿Cuál es la primera necesidad de toda búsqueda histórica? Analice la siguiente afirmación: “No se puede dar peor consejo a un principiante que el de que espere, en actitud de aparente sumisión, la inspiración del documento”?
La primera necesidad de la búsqueda histórica es el establecimiento de un cuestionario realizado al pasado estudiado con una actitud problemática no contemplativa, dado que según Bloch «...los textos, o los documentos arqueológicos, aún los más claros en apariencia y los más complaciente, no hablan sino cuando se sabe interrogarlos».
No se puede dar ese concejo porque la observación pasiva no reditúa frutos: el historiador no recurre a los documentos, los lee, determina su veracidad y autenticidad y a partir de ello deduce sus consecuencias; el cuestionario preexiste y en la investigación la encuesta ya tiene una duración determinada por la inteligencia. Existe una historia problema en donde:
La facultad de escoger es necesaria, pero tiene que ser extremadamente flexible, susceptible de recoger, en medio del camino, multitud de nuevos aspectos, abierta gracias a todas las sorpresas, de modo que pueda atraer desde el comienzo todas las limaduras del documento, como un imán. (p.55)
En esta historia problema se debe dar en el marco de una multidisciplinariedad que incluya el trabajo en equipo y el empleo de diversas técnicas para el estudio de los testimonios materiales dispares, en pos de la elucidación de un tema único.
5. ¿Qué tipo de obstáculos observa Bloch para la trasmisión de los testimonios en las sociedades a lo largo del tiempo?
No hay una organización racional para la trasmisión de testimonios en las sociedades, con lo cual la conservación o pérdida de archivos depende de causas humanas, el azar y fuerzas históricas de carácter general, entre las que se encuentran las catástrofes (que ocasionan la pérdida de documentos y monumentos, pero a menudo son favorables al investigador, pues «son las revoluciones las que fuerzan las puertas de las cajas fuertes y obligando a huir a los ministros no les dejan tiempo de quemar sus notas secretas.»), el clima, la negligencia, y la pasión del secreto que se vincula con intereses particulares.
Dice Bloch que:
Así seguirá ocurriendo [la pérdida de testimonios, especialmente los involuntarios] mientras las sociedades no organicen racionalmente, con su memoria, su conocimiento propio, renunciando a dejar este cuidado a sus propias tragedias. No lo lograrán sin o luchando cuerpo a cuerpo con los dos principales responsables del olvido y la ignorancia: la negligencia, que extravía los documentos, y, más peligrosa todavía, la pasión del secreto –secreto diplomático, secreto de los negocios, secreto de las familias-, que los esconde o destruye. (p.62)
Capítulo 4
1. ¿Es correcta para el autor la pregunta ‘juzgar o comprender’ para ser planteada al historiador? ¿Cuál es la respuesta?
Para Bloch esa pregunta sí tiene sentido, en la medida en que plantea el problema de la imparcialidad histórica, en la que existen dos maneras de ser imparcial: la del juez y la del sabio, que tienen una raíz común en la búsqueda de la verdad y el camino de observación y explicación que recorren vinculándose con testimonios. Juez y sabio se diferencian en su actitud luego de la explicación: el juez después de conocer los hechos dicta sentencia, juzga, realiza un juicio de valor que «no tiene razón de ser sino como preparación de un acto, y sólo posee sentido en relación con un sistema de relaciones morales deliberadamente aceptadas.» (p.109) El sabio, en cambio, debe procurar limitarse a observar y explicar y evitar juzgar, porque está situado en un contexto histórico diferente del momento en que ocurrió el hecho observado, y «allí donde los ideales comunes difieren profundamente de los nuestros, ya no queda más que un problema».
Bloch propone abandonar el antropocentrismo del bien y el mal y la postura de juzga, procurando comprender, explicar, sin que ello signifique justificar lo ocurrido.
2. ¿A qué se refiere M. Bloch cuando dice “La ciencia no descompone lo real sino para mejor observarlo, gracias a un juego de luces cruzadas, cuyos rasgos se combinan y se interpenetran constantemente. El peligro empieza, únicamente, cuando cada proyector pretende verlo todo él sólo.”?
Se refiere a la necesidad de la historia de abordar con un enfoque multidisciplinario su estudio de las conciencias humanas, donde «las conexiones que se ligan a través de ellas, las contaminaciones, hasta las confusiones de las cuales son la base, constituyen, a sus ojos, la realidad misma» (p.117), y de los individuos en sociedad, donde «la civilización no tiene nada de rompecabezas mecánicamente ajustado», con lo cual el conocimiento de los fragmentos estudiados, cada uno por sí sólo, no puede dar el conocimiento del conjunto ni el de los fragmentos mismos.
Para esto, según Bloch, primero se debe realizar un análisis centrando el estudio de la sociedad en uno de sus aspectos particulares o de los problemas precisos que plantea alguno de esos aspectos. De esta manera los problemas serán mejor planteados y habrá mayor claridad e los hechos de contacto e intercambio, y luego se podrá proceder al trabajo de recomposición, que es la prolongación del análisis...
APOLOGÍA PARA LA HISTORIA O EL OFICIO DE HISTORIADOR POR MARC BLOCH
Edición anotada por ETIENNE BLOCH Prefacio de JACQUES LE GOFF Traducción de MARÍA JIMÉNEZ y DANIELLE ZASLAVSKY Traducción del prefacio de MARÍA ANTONIA NEIRA B. FONDO DE CULTURA ECONÓMICA MÉXICO Primera edición en francés, 1993 Primera edición en español, 1996 Segunda edición en francés, 1997 Segunda edición en español, revisada, 2001 VER COMPLETO EN http://www.ignaciodarnaude.com/…/Bloch,Apologia%20para%20la…
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA
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FILOSOFÍA Y TEORÍA DE LA HISTORIA.
(pdf) LA ESCUELA DE LOS ANNALES. Ayer, hoy y mañana, por Carlos Aguirre Rojas. México: Editorial Contrahistorias; 2005, 190 p.
Historia Universal - USAC
EL HILO Y LAS HUELLAS "Lo verdadero, lo falso, lo ficticio". pdf
Carlo Ginzburg.

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