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miércoles, 21 de agosto de 2019

HEURÍSTICA, HERMENÉUTICA, HISTORIOGRAFÍA Y CALIDAD EDUCATIVA

HEURÍSTICA, HERMENÉUTICA, HISTORIOGRAFÍA Y CALIDAD EDUCATIVA
Hace unos cuantos años, cuando decidí seguir el (o mejor dicho los) método histórico, para enseñar Historia, todo era mucho mas complicado, porque no existía el desarrollo informático de hoy día, por lo que debía preparar un reservorio de datos muy variado y me apoyaba en la música, en fotografías, carteles, arte y dibujos (como no soy bueno dibujando siempre necesitaba un dibujante, que era pago o surgía del mismo grupo de alumnos o de otro), por lo que entiendo que no tenía mucha compañía en el experimento. Lo que continua siendo de mucha utilidad es la biblioteca y cuando se puede los archivos. Pero hoy día es un pecado capital seguir con el método de la memoria, para enseñar Historia (sin desconocer que una sirve a la otra y viceversa, pero de otra forma de la que se la utiliza normalmente).
Siempre se pudo enseñar a utilizar la heurística o sea a elegir las fuentes por su valor, para lo que estábamos investigando (es claro que esas fuentes surgían del mismo reservorio, de la biblioteca, de los archivos de algún medio masivo de comunicación, de los libros y de la consulta con expertos, que muchas veces eran otros docentes). En resumen aquello era parcialmente dirigido. Hoy la variedad en cuanto a fuentes es notable y muchas veces los alumnos, sin consultar, logran descubrir las mejores (otros necesitan de alguna guía previa, pero rápidamente entran en el ritmo de todos).
Donde se complica un poco mas es en la hermenéutica, porque necesita de comprensión lectora, pero también, mediante una guía y muchas veces con la ayuda de compañeros logran ponerse a tono con los demás. Luego es conveniente hacer repasar el trabajo historiográfico entre todos, aunque solo suele ser necesario que se indique expresamente la primera vez, aunque suele ocurrir que ello ocurra sin que se indique.
Que ganamos con ello: Autonomía de los alumnos en linea con la calidad educativa y desarrollamos habilidades de búsqueda y destreza en el uso de dispositivos (ya que los menos diestros suele ser ayudados por sus compañeros). Suelo no resumir con una pregunta, pero viene al caso: Es tan difícil?
HEURÍSTICA Y FUENTE HISTÓRICA
Mariana Rodríguez Gutiérrez
HEURÍSTICA
La palabra heurística tiene diferentes significados y explicaciones, entre ellos encontramos en primer lugar: arte de inventar[1], procedimiento de resolución de problemas, que en primera instancia requiere una respuesta hipotética a una problema determinado lo que se presenta al comienzo de una investigación, como una guía de la misma[2]; también la palabra heurística se identifica con el arte o la ciencia del descubrimiento. Tal vez esta última acepción se ligue más con la historia, pues la heurística se relaciona completamente con el método, es decir, es uno de los primeras operaciones que se siguen en el desarrollo de una investigación histórica es un paso intermedio para acercarnos con mayor certeza a la realidad pasada, y se necesita de ciertas técnicas y herramientas, en primer lugar establecer un criterio de qué es lo que me sirve. La heurística en la historia se acerca más al descubrimiento de las fuentes de conocimiento para los hechos[3], la fuente histórica.
La heurística es una postura crítica frente a los materiales que dan sustento a la investigación. Para acercarse al pasado las fuentes son indispensables, y no estamos hablando únicamente de documentos escritos pues cualquier cosa que lleve la huella del espíritu y de la mano del hombre puede ser utilizada como material de investigación. Igualmente Bloch plantea que la diversidad de los testimonios históricos es casi infinita. Todo cuanto el hombre dice o escribe, todo cuanto fabrica, cuanto toca puede y debe informarnos acerca de él.[4]
En general nos proporcionan información sobre el pasado, y las fuentes escritas sobre aquello que intencionalmente queremos recordar, Bloch menciona que es precisamente en los testimonios involuntarios donde se encuentra más interés por parte del historiador y no lo que expresamente en un escrito intentan dejarnos, es decir, la heurística no consiste únicamente en restos materiales, ni en la recolección de vestigios pues sin una idea previa no podemos llevar a cabo una verdadera investigación, las preguntas que el historiador le haga a la fuente es indispensable para que ésta aporte a la investigación, en la pregunta del historiador radica la importancia del criterio e interpretación, la heurística va de la mano con estos dos rubros.
La heurística es indudablemente el factor fundamental que da existencia a la escritura de la historia, y es necesario el criterio porque cuando tratamos la realidad pasada en fuentes escritas estamos frente a una traducción del mundo hecha por el hombre, todo lo que éste conoce a través de sus sentidos lo traduce al representarlo en palabras y esta traducción y representación está sujeta al contexto que el hombre trae consigo. Estamos hablando con las fuentes de una intencionalidad representada por medio del lenguaje. Heurística implica pensar la historia.[5], reflexión sobre la realidad pasada y las huellas que hemos podido recobrar de ella.
La heurística consiste en buscar los materiales y vestigios que nos acerquen al pasado pero no es la única finalidad, no basta con buscar sino también de interpretar, encontrar más allá de lo evidente. Es un paso más en la elaboración de la historia no podemos quedarnos sólo en la búsqueda de fuentes sino en comprenderlas, no se trata de elaborar un estudio del pasado y valorarlo según la cantidad de fuentes que se integren en él, pues con una sola se puede realizar un trabajo que revele importantes tesis sobre los hechos históricos, la heurística sería incomprensible sin la interpretación, esa es la importancia del trabajo del historiador. La cuestión no es simplemente admitir la verosimilitud de un vestigio o no sino elaborar una correcta comprensión heurística de éste, la heurística no está separada de la crítica ellas dos son la estructura de la investigación.
La hermenéutica histórica, un análisis para la teoría de la historiografía
La hermenéutica histórica
Martha Guerrero Mills
La historiografía es una rama del conocimiento que aborda los problemas de la lectura y la escritura de la historia, nos invita a reconsiderar al sujeto histórico dentro de los campos de la reflexión que manejan las ciencias humanas y sociales, para presentar el análisis de los discursos y los procesos de sentido y significado de los textos históricos; en ella se formulan categorías teórico-conceptuales para el análisis del sentido, la intencionalidad, el contexto y el lenguaje usado en la escritura de la historia.
En la historiografía se analizan las estructuras narrativas de la historia como texto comunicativo; es decir, examina sus elementos y factores narrativos, con la lógica de la investigación, tanto en sus términos poéticos como retóricos. La propuesta de la historiografía crítica invita a problematizar la escritura de lo histórico vista como referencia de una realidad pasada que puede ser reabierto ante las posibilidades de significado y reinterpretación de las obras históricas mediante la actualización del texto. Esto es, ver la historicidad del texto. En ese sentido, se observan dos vertientes: el texto como producción cultural y el contexto, como posibilidades en la historia, en una relación recíproca e intertextual.
La historiografía contemporánea toma en cuenta una concepción del tiempo diversa y materializada en aspectos relativos; discute sobre el tiempo pluridimensional, ambiguo, reversible, polivalente y atemporal del tiempo histórico narrado. Sin embargo, todas estas diferencias sobre la temporalidad acompañan a la idea clave para entender la discusión que es delimitar nuevos horizontes, enfoques o vías donde confluyan la temporalidad y la especialidad de los discursos narrativos.[1] Propone analizar la narración como a una obra de arte; porque la escritura de la historia es arte y ciencia al mismo tiempo. Si bien, partimos de la idea que cada obra e historiador es hijo de su tiempo; entonces, la historia escrita es un sistema de ideas y creencias que vive y reproduce en sus textos. Porque el movimiento discursivo del mismo va de la mano con el registro de los testimonios. La labor del historiógrafo como interprete será indagar en el manejo hermenéutico de la obra: abstraer el presente, mirar en retrospectiva, para construir el pasado; definir las autodesignaciones de los sujetos históricos; incluir la acción concreta, la mentalidad predominante en el público ¿a quién va dirigida la obra? y finalmente la historicidad del emisor y del receptor.
El manejo de los horizontes de experiencia y de expectativa, expuestos por Koselleck y reafirmados por Ricoeur, proponen observar la historicidad presentada, representada, reconfigurada y refigurada de los discursos historiográficos. [2] Aunque existen varias formas en las que podemos ver a los discursos históricos, podríamos conceptuar diversos horizontes, considerar ya no sólo al sujeto, sino a la forma, a la ideología, a los principios dominantes. El trabajo del historiador como interprete es la de delimitar la orientación y delimitación de ciertos universos del discurso, decodificar los mensajes y mostrar sus planos de expresión. [3]
Así, el análisis de los significados representa la función desde la enunciación; esto es: ¿por qué se dice? Confiriendo al interprete una capacidad deductiva y amplitud de pensamiento para discernir un conjunto de paradigmas como una estructura de posibilidades. De ahí la necesidad de establecer una estructura donde permita jerarquizar niveles de procedimiento; esto es, por los horizontes –temporalidad, especialidad, discursivos, de enunciación…- que condensan parámetros de significado . Así mismo, permite discernir su contexto -fuera del texto- y discursos entre líneas –dentro del texto-. De tal manera, que se pretende vincular los prejuicios, prefiguraciones y horizontes de expectativas dentro del texto. La labor interpretativa es definir los significados, valores y fines que dan impulso a la creación discursiva; esta relación entre el lector y el texto es un dialogo que posibilita un amplio proceso de comprensión e interpretación. [4]
La hermenéutica histórica nos posibilita ir en la búsqueda del uso de la intencionalidad de un discurso histórico, que es un discurso indirecto pero en otro contexto premeditado; donde la intencionalidad antepone reflexiones hipotéticas que interrogan la anatomía y taxonomía del texto (en los sentidos semánticos y de sintaxis) en la presuposición de los elementos que condicionan a la acción para entender el sentido de las narraciones. Asimismo, posibilita el acercamiento a la recepción, que es un elemento esencial de la configuración del relato narrativo, donde intervienen los proceso de significación de la obra producto de la interrelación entre el lector, el texto y el autor.
La tarea de la historiografía consiste en observar la narración de los acontecimientos históricos para discernir hechos que a menudo no son narrados por las fuentes. Una característica sustancial es analizar la recepción, la cual según Lledó: “La obra escrita que habla a un futuro lector existe como tal obra porque espera o busca respuesta. Si nadie escribe por escribir, todo escrito lo es para un lector. Por consiguiente, cualquier obra reclama en su misma estructura temporal al futuro lector o al intérprete para quien, en el fondo, se escribe.”[5] Partir de las siguientes indagaciones: ¿porqué el titulo, cuándo se escribió, en qué tiempo, quién y qué escribió, en qué estaba pensando, cuáles fueron sus motivos? son preguntas esenciales que hace todo lector al introducirse en el texto, esta actividad hermenéutica capaz de leer y rescribir sobre una o varias interpretaciones de la obra y del autor, del tiempo pasado, reclama dos partes de intencionalidad, ante esta posibilidad se puede proyectar una comunicación textual entre el autor y el lector...
¿Qué entendemos por Calidad Educativa?
En el ámbito educativo y sobre todo al referirnos a procesos de evaluación o cambio de estándares, el concepto “calidad educativa” es de los primeros en surgir y de los más importantes.
Calidad no es un concepto estático, es una característica de las cosas que indica perfeccionamiento, mejora, logro de metas. Calidad no es igual a perfección. Ninguna acción humana y por lo tanto, ningún sistema educativo puede ser perfecto, pero sí puede -y debe- aspirar a mejorar.
La calidad educativa implica una búsqueda de constante mejoramiento en todos sus elementos, en insumos (recursos disponibles en las escuelas), procesos de enseñanza (tiempo destinado a la enseñanza escolar, cantidad de tareas y estipulaciones curriculares) y en los productos (logros estudiantiles). Otro aspecto importante es la vinculación entre la educación, la realidad y vida personal y social del educando pues esto determina que la adquisición de conocimientos, capacidades, destrezas y actitudes sean las ideales para equiparles para la vida cotidiana. Esto significa también que la responsabilidad por la calidad educativa no recae sólo en los directivos de una institución educativa, sino en todos sus participantes.
Existen diferentes enfoques sobre para definir calidad educativa. Uno de ellos se refiere a la eficacia por ejemplo, un programa educativo será considerado de calidad si logra sus metas y objetivos previstos. Llevado esto al salón de clases podríamos decir que se alcanza la calidad si el alumno aprende lo que se supone debe aprender. Un segundo punto de vista se refiere a considerar la calidad en términos de relevancia. En este sentido los programas educativos de calidad serán aquellos que incluyan contenidos valiosos y útiles: que respondan a los requerimientos necesarios para formar integralmente al alumno, para preparar excelentes profesionistas, acordes con las necesidades sociales, o bien que provean de herramientas valiosas para el trabajo o la integración del individuo a la sociedad. Una tercera perspectiva del concepto de calidad se refiere a los recursos y a los procesos. Un programa de calidad será aquel que cuente con los recursos necesarios y además que los emplee eficientemente.
Para la UNESCO (1992), se considera la calidad como resultado de la educación básica y debe entenderse claramente como su capacidad de proporcionar a los alumnos el dominio de los códigos culturales básicos, las capacidades para la participación democrática y ciudadana, el desarrollo de la capacidad para resolver problemas y seguir aprendiendo y el desarrollo de valores y actitudes en una sociedad que desea una vida de calidad para todos sus habitantes.
UNICEF por ejemplo considera 5 elementos clave que constituyen una base que permite supervisar la calidad educativa:
Lo que el estudiante trae consigo: Las experiencias que aporta el estudiante a la escuela (provenientes de su entorno familiar/social) y las dificultades que enfrenta.
Entorno: un entorno de aprendizaje saludable, seguro, estimulante.
Contenido educativo: Materiales didácticos y programas de estudio pertinentes.
Procesos: docentes calificados cuyos métodos de enseñanza se centren en los estudiantes, que faciliten el aprendizaje y reduzcan disparidades.
Resultados: los resultados educativos deben estar vinculados a los objetivos nacionales (relativos a la educación) y que promuevan una participación positiva en la sociedad.
Finalmente, podemos decir que entre todas estas definiciones coincidimos en que, independientemente del enfoque con que se mire o el papel que tengamos en el rubro educativo, no tiene sentido brindarle a niñ@s o jóvenes la oportunidad de matricularse si la educación es precaria, todos somos (en pequeña o gran parte) responsables de exigir que todo sistema educativo brinde la oportunidad de adquirir las habilidades y la preparación necesaria para encarar los retos de mundo actual.
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