LOS COLORES QUE ME LLEGAN DESDE DOS LADOS
LOS COLORES QUE ME LLEGAN DESDE DOS LADOS
Este artículo fue publicado el 10 de Enero de 2022 en este blog y no creí que me vería en la obligación de reiterarlo, pero me equivocaba.
Una compañera de escuela, me preguntó que significaba ser anarquista y le respondí con un resumen corto de la clásica definición de Malatesta: “Los anarquistas queremos que todos vivan bien” (que significa sin lujos, pero con todo lo necesario para una vida agradable en los tiempos en los que vivimos). A lo que me respondió: “Ahora entiendo lo que pensaba mi papá”.
En otra oportunidad expliqué que no somos ateos, sino agnósticos, que creemos que debe existir un demiurgo universal (también basado en otra clásica definición sobre el tema, dado que creemos que no se puede demostrar, científicamente, la existencia de Dios, pero tampoco se puede negar).
Lo que me trae, directamente, a otro recuerdo que ya comenté, con anterioridad: Desde muy pequeño me encontraba intrigado, luego de preguntarle a mi madre, sobre el abuelo y su vinculación con el equipo de fútbol de Colón (de Santa Fe), porque ella me dijo, que nunca asistía a la cancha del mismo, pero que era muy colonista. En otra oportunidad, cuando ya era un adolescente y repetí la pregunta, amplió el concepto y me explicó que nunca podía seguir a un equipo con el color blanco de la dinastía reinante en España, aunque era descendiente de españoles (de apellido García y estaba casado con una señora de apellido Vigil, que tenía el mismo origen). También conté sobre el pariente que ustedes conocen, por su seudónimo o nombre de guerra, que firmaba como Diego Abad de Santillan. Sin desconocer que a ella y a mí, nos marcó mucho la relación con su hermana Julia (García de Moragues), que fue la fundadora de “La Casa del Maestro”, donde se inició el actual sindicato docente de Santa Fe, que lleva la sigla de AMSAFE.
Debo aclarar, que gran parte de mi niñez y de mi adolescencia, viví a seis cuadras de la cancha de Colon y que desde los siete años era socio del Club y concurría, normalmente, a la cancha, sin descuidar algún que otro viaje, para asistir a los partidos en condición de visitante, por todo el país (de lo que se puede entender esa otra necesidad de viajar, que me mantiene cuerdo y vivo). Ya en esa confluencia natural de lo deportivo y lo político, luego de egresar, como Profesor de Historia, de la UNL, mi padre me heredó, en vida, el regalo que le hizo Diego Abad de Santillan, de su libro de tres tomos de Historia Argentina, encuadernado en cuero repujado, que el pariente le entregó el día de su boda con mi madre. Para ese tiempo ya había leído ese y otros libros del mismo autor, que se encontraba en su última etapa, en el país al que el universalista, como todo anarquista, reconocía como su casa, que lo tuvo como actor durante la Guerra Civil, del lado Republicano. Y creo que con este humilde escrito, termino de explicar mis propios orígenes o las bases sobre las que se asientan mis propios pensamientos, traducidos en proyectos.
Las fuentes son solo ilustrativas de los dichos.
https://radiografica.org.ar/2020/05/22/colon-una-bandera-rojinegra-en-las-barriadas-santafesinas/
https://revistarebeldias.wordpress.com/2020/07/19/historia-de-la-bandera-rojinegra-como-simbolo-de-la-revolucion-espanola-y-el-anarcosindicalismo-1931-1939/
https://www.ucalp.edu.ar/por-que-nuestra-bandera-es-celeste-y-blanca/
PD: En este día del profesor 2022 debo decirles que el diputado nacional de 1946, por el peronismo, se llamaba Guillermo Fortunato Cámara y se trataba de mi abuelo paterno. También conviene dejar en claro que Guillermo Gregorio Cámara (de segundo apellido Gonzalez) era mi padre, que continuó con el Estudio Jurídico Cámara-Gonzalez y fue empleado en la Legislatura de la Provincia de Santa Fe. Por otra parte mi madre fue Elsa Leda García Vigil, quien por la rama García descendía de Sinesio Baudilio García Fernandez (aquel que conocen como Diego Abad de Santillan), hermano de Julia García Fernandez de Moragues (Fundadora de la Casa del Maestro, que es el antecedente inmediato de la actual Asociación de Magisterio Santafesino A.M.S.A.F.E), aunque mi propia madre fue afiliada a ese y a otro sindicato docente de los años setenta del siglo pasado. Y, por ello, si piensan seguir investigando estas cuestiones, por lo menos traten de que no les vendan pescado podrido y que si contratan personal que porta o portó uniforme le avisen que todo esto puede terminar en un juzgado, solo porque no entiendo el grado de peligrosidad que me asignan.
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