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miércoles, 11 de septiembre de 2019

CÓMO LEER

CÓMO LEER
En el libro sobre la Tribu Urbana de Mochileros ya tratamos el tema: Cómo leen? Como piensan. Y no solo nos referimos a los eyaculadores precoces de opiniones, que los hemos seguido teniendo, sino a las personas que no logran leer (y comprender), ya sea porque no quieren o porque se acostumbraron a no leer textos que demanden un conocimiento mas acabado de las palabras (incluye los giros idiomáticos). No termino de comprender la idea de algunos sobre qué leer y cuando (incluso escuche una opinión sobre El Capital, que no debía ser leído antes de cursar una maestría universitaria y se recomendaba a varios divulgadores de Marx). Si alguien quiere leer un libro de gran porte (por lo extenso) o escrito con mucha fraseo logia científica, puede hacerlo y si un profesor, en una carrera de grado universitaria, indica el análisis de un texto de un pensador muy profundo, corre por cuenta de su libertad de cátedra. La respuesta mas fácil a cómo se aprende a leer lo que sea necesario leer, es leyendo. Luego tienen en este articulo algunos consejos de expertos, que suelen no tomar en cuenta lo que opinan los que no son expertos. Dicho esto desde una posición completamente anarquista, que no tiene nada que ver con el marxismo, pero si sabemos que debe leerse todo lo que se pueda.
Cuando hemos visto el esfuerzo que hacen por comprender las palabras los sordos, pese al lenguaje de señas o inclusivo y todas las operaciones mentales que desarrollan para ello, con ayuda de personas traductor as o mediadoras o acompañantes pedagógicos o el similar de las personas que llegan a una escuela primaria hablando solo el lenguaje de su etnia y que deben descodificar, culturalmente hablando, todo lo que se les enseña, todos los días, me pregunto si es posible que alguno crea que no se puede, como una especie de tabú mítico, en el uso de las palabras, que generalmente fueron escritas para un público determinado (y muchas veces se pretende negar el acceso, con tonterías a las mismas personas, para las que ese texto fue escrito).
Lo mas raro es que si uno le pregunta a esas personas si cree en un educación inclusiva, lo mas probable es que conteste que sí, cuando hace todo lo posible por establecer barreras artificiales al acceso a una educación de calidad. Es real que algunos profesores creen que se elevaron por sobre el común de los mortales al terminar un profesorado de cuatro años (no incluyo a los de cinco años que son universitarios, porque suelen saber que es solo una base), pero ello no los habilita a negar educación o acceso a la educación, basados en analisis que estan muy lejos de poder llevar adelante, porque no solo que no son expertos, sino que nunca lo intentaron, ni en ellos mismos.
4 Consejos de lectura rápida (Leer más rápido y entender lo que lees)
Víctor Martín
Este artículo se sale un poco de la temática habitual de este blog, pero varias personas me han preguntado por este tema a raíz de que lo mencionase en algunos artículos anteriores. Se han escrito ya muchos artículos sobre esto y hay muchísima literatura disponible que aborda este tema, por lo que mi intención es explicar los trucos o técnicas que yo he probado y que a mí personalmente me han funcionado bien para lograr una lectura rápida y entender bien lo que estoy leyendo (que no es nada fácil).
Puede que te preguntes qué sentido tiene intentar leer más rápido, o que creas que con tu ritmo de lectura habitual ya es suficiente. Pero si eres un devorador de libros como yo estoy seguro de que más de una vez habrás deseado leer más rápido para poder leer más libros en menos tiempo. De hecho esta necesidad insaciable de leer un libro tras otro es la que me hizo a mí en su día estudiar nuevas técnicas de lectura rápida.
Los libros que me interesaba leer se me iban acumulando; primero en la mesita de noche y luego en las estanterías. He de reconocer que tengo un punto enfermizo que hace que, aunque tenga una buena colección de libros pendientes por leer, si veo alguno nuevo que me llama la atención siento el impulso de comprarlo y dejarlo en la recámara para más adelante.
Mi objetivo era conseguir leer más rápido y lo más importante, no correr el riesgo de no entender bien lo que leía y seguir disfrutando de la lectura. Como ya sabes, para según qué temas soy un poco freak o fuera de lo común y me gusta ver hasta donde puedes llegar si te lo propones: soy mi propio conejillo de indias.
Ahora mismo he conseguido un buen ritmo de lectura que me permite completar más o menos un libro por semana. Y es que lo que a día de hoy me parece lo más normal del mundo, hace un tiempo me parecía una completa locura porque me parecía imposible leer más de un libro por mes.
Antes de nada quiero aclararte que dispongo cada día de entre 1 y 2 horas para dedicar a la lectura, normalmente en la cama justo antes de dormir, cosa que me facilita enormemente leer un libro por semana.
Cuidando el entorno de lectura
Las ganas de leer muchas veces me hacían leer en cualquier sitio, de cualquier forma y con las condiciones que fuesen. Seguramente te haya pasado lo mismo en alguna ocasión ¿verdad? Y es que el hecho de no cuidar el entorno de lectura o no ritualizar el momento de leer, hace que no estemos completamente concentrados, que no disfrutemos tanto del momento de la lectura y que por lo tanto no leamos todo lo rápido que podríamos leer. Antes de darte los consejos de lectura rápida, primero te recomiendo que cuides los siguientes aspectos para leer mejor:
Leer en lugares tranquilos: leer en el salón de tu casa mientras está la televisión encendida, por ejemplo, puede no ser una buena idea. Aunque creas que tu inmersión en la lectura es total, es mejor que no te engañes. Las pequeñas distracciones hacen que tengas que interrumpir el momento y que pierdas el hilo por momentos. Mi recomendación es leer en lugar tranquilos para poder hacerlo sin interrupciones. Mi momento favorito es antes de acostarme: sin ruidos, sin televisión, sin niños, sin nada más que el libro y yo.
Buena iluminación: leer con poca luz, además de propiciar un buen dolor de cabeza, hará que no disfrutes de tu lectura y que no consigas concentrarte en lo que estás leyendo. Si estás más pendiente de intentar ver bien lo que lees, que de entenderlo, notarás que la lectura se te hace muy pesada. Ya leas en el salón, en la sala de estar, en la cama o en el lugar donde suelas leer habitualmente, trata de que la iluminación sea la correcta. No está de más iluminar el libro con una pequeña lámpara de escritorio si puedes hacerlo. Si eres de lo que te gusta leer en la cama, te recomiendo utilizar alguna mini linterna para libros que te permita leer con menos luz. Yo utilizo una linterna Moleskine que puedes usar como punto de libro y que se sujeta a las páginas en forma de clip. Además se carga conectándola al puerto USB de un ordenador, por lo que a diferencia de otras linternas para libros no has de comprar pilas constantemente. El único inconveniente es que este tipo de linternas no emiten demasiada luz y te sirven de refuerzo más que de otra cosa.
Buena postura: hace poco comentaba con un amigo lo nostálgico que soy para la lectura, ya que aún siendo una persona con un perfil muy tecnológico, me gusta comprar los libros en papel. Él me explicó que prefiere leer en Kindle porque si el libro es muy pesado se le cansan los brazos al aguantarlo. «Sobretodo si estás tumbado, el libro te vence y se te va hacia la cara» me decía. Todo eso se soluciona con una buena postura a la hora de leer.
Dicho todo esto, ahora sí te voy a dar mis consejos para leer más rápido aunque te adelanto que no son nada sencillos.
Cómo leer más rápido (y entender lo que lees)
Empieza únicamente por una de las tecnicas de lectura y conforme vayas aprendiéndola prueba con el resto:
1. Elimina la subvocalización
La subvocalización consiste en repetir mentalmente aquello que vamos leyendo. Es un acto reflejo natural que hace todo el mundo al leer y que hace que no leamos todo lo rápido que podríamos. La cuestión es que cuesta eliminar la subvocalización porque es algo que tenemos muy arraigado. Al principio de tratar de eliminar la subvocalización leía y prácticamente no me enteraba de nada. Necesité mucha práctica para conseguir leer sin repetir mentalmente lo que leía y poder enterarme de lo que estaba leyendo. Si consigues eliminar este hábito verás que únicamente con esto leerás mucho más rápido.
2. Saltos entre grupos de palabras
El segundo consejo consiste en no leer las frases palabra por palabra. Se trata de hacer pequeños saltos con la vista al leer las frases y agrupar mentalmente pequeños grupos de entre 2 y 3 (o 4) palabras. Este es el consejo más complicado de llevar a cabo, pero como el anterior, únicamente requiere de práctica. Vamos a ver un ejemplo con una frase:
Consejos para leer · mucho más rápido · y tratar de entender · lo que leemos.
Fíjate en la frase anterior. En lugar de tratar de leerla de principio a fin, inicia la lectura de la frase y trata de hacer pequeñas «fotos» mentales a los puntos rojos. Intenta utilizar tu vista periférica para leer las palabras más cercanas a los puntos.
3. Utiliza una guía
¿Recuerdas cuando de pequeños al aprender a leer utilizábamos el dedo a modo de guía? Siempre nos han dicho que no hay que seguir la lectura con el dedo… Ahora te propongo que hagas algo parecido: utiliza el dedo, un bolígrafo o una regla para señalar las palabras que vas leyendo. Este consejo junto a los dos anteriores hace que vayas mucho más rápido leyendo.
4. No releer
Yo creo que releemos de forma inconsciente por dos motivos: unas veces porque no prestamos toda la atención que deberíamos mientras leemos, y otras veces porque sabemos que si no nos enteramos de lo que leemos no pasa nada, volvemos atrás y lo volvemos a leer. Si intentamos de forma consciente estar concentrados al 100% en la lectura y evitar releer, veremos como ganamos muchísimo más tiempo y por consiguiente leeremos más rápido.
Estos son los métodos que a mí particularmente me han ido bien para mejorar mi velocidad de lectura, aunque podrían no irte bien a ti. Sólo necesitas probarlos y ver si consigues mejorar o no.
Ya sabes que la intuición para según qué cosas no es una buena guía, por lo que te recomiendo leer la página de un libro con tu método de lectura habitual y cronometrarte, luego vuélvela a leer utilizando estos trucos y cronométrate también para ver la diferencia. Así sabrás si consigues leer más rápido tendrás la certeza de que lo has logrado y no la intuición, que algunas veces nos hace ver lo que no es.
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Víctor Martín
Víctor Martín es el Experto en Marketing y Ventas autor del Best Seller "Desata tu Éxito". Conferenciante Internacional y formador. Autor del Podcast "The Success Academy".
https://victormartinp.com/consejos-de-lectura-rapida/
Louis Althusser
Guía para leer El capital

Escrito: Marzo de 1969.
Publicado por primera vez: En francés, como "Avertissement aux lecteurs du Livre I du Capital" en K. Marx, Le Capital - Livre premier: Le développement de la production capitaliste (Garnier-Flammarion, 1969).
Procedencia del texto en español: Dialéktica, revista de filosofía y teoría social de la Secretaría de Asuntos Académicos C.E.F. y L., año I, número 2, Buenos Aires, octubre de 1992, págs. 18-38; https://www.dropbox.com/s/2bpd9k2b4rhxt1t/02.pdf.
Traducción: Traducido por Darío Daniel Díaz, para revista Dialéktica.
Fuente digital de la versión al español: http://www.elortiba.org/pensar.html y Omegalfa.es
Digitalizacion: Fly, noviembre 2008.
Prefacio a la edición francesa del libro I de El capital
[Existe en castellano un texto titulado "Cómo leer El capital". Publicado en Althusser, Louis. Posiciones, Ed. Anagrama, Barcelona, de extensión y desarrollo menores al que aparece aquí (no incluye los "Hitos biográficos" ni los "Rudimentos de bibliografía crítica", aunque sí las ideas fundamentales).]
Hitos biográficos.
1818. Nacimiento de Karl Marx en Tréveris. Padre abogado. Estudios de derecho y filosofía; primero en Bonn, luego en Berlín, donde el joven Marx frecuenta el círculo de los "Jóvenes hegelianos".
1842. Marx redactor jefe de la Gaceta renana, fundada en Colonia por los dirigentes de la burguesía liberal renana. Marx da al diario un tono radical de izquierda. Artículos resonantes sobre "los robos de madera", "la censura", los "debates de la Dieta renana", etc.
1843. Prohibición de la Gaceta renana. Casamiento de Marx con Jenny von Westphalen, amiga de la infancia, hija de aristócratas reaccionarios. Viaja a París.
1843. Colaboración en los Anales franco-alemanes dirigidos por Ruge: Contribución a la crítica de la filosofía del derecho hegeliana; La cuestión judía. (Período feuerbachiano de Marx).
1844. "Manuscritos de 1844" (inéditos hasta 1932). Inyección de Hegel en Feuerbach. Marx comunista utópico.
1844. La Sagrada Familia.
1845. Expulsión de París, refugio en Bruselas, encuentro con Engels. Algunas frases arrojadas al papel: las Tesis sobre Feuerbach; redacción, con Engels y Hess, de La ideología alemana (estos dos textos fueron "abandonados a la crítica roedora de los ratones").
1847. Miseria de la filosofía.
1847. El Manifiesto del Partido comunista, redactado por Marx y Engels a pedido de la Liga de los comunistas.
1848. Período revolucionario generalizado en Europa. En Colonia, Marx funda la Nueva gaceta renana, que desaparece después del aplastamiento de la sublevación de las provincias renanas (mayo de 1849). Marx se refugia en Londres, donde vivirá más de treinta años. Trabajos encarnizados en la sala de lectura del British Museum.
1852. El 18 Brumario de Luis Napoleón Bonaparte.
1859. Contribución a la crítica de la economía política.
1864. Fundación en Londres de la primera Internacional.
1867. Libro I de El capital.
1871. La guerra civil en Francia (sobre la Comuna de París).
1875. Crítica del Programa de Gotha.
1883. Muerte de Karl Marx.
Advertencia a los lectores del libro I de El capital.
Por primera vez en la historia editorial francesa y accesible para un público muy amplio, el libro I de El capital.
¿Qué es El capital?
Es la gran obra de Marx, a la que dedicó toda su vida desde 1850 y por la cual sacrificó, en pruebas crueles, lo mejor de su existencia personal y familiar. Sobre esta obra debe ser juzgado Marx. Sobre ella sola, y no sobre sus "obras de juventud" aún idealistas (1841-1844); no sobre obras todavía muy equívocas como La ideología alemana; [1845. Obra inédita en vida de Marx. [En castellano: Marx, K.- Engels, F.
La ideología alemana. Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo, 1968. (N. del T.)]] ni tampoco los "Grundrisse", borradores traducidos al francés bajo el erróneo título de "Fundamentos de la crítica de la economía política"; [Los "Grundrisse", manuscritos de Marx (1857-1859). [En castellano: Marx, K. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Borrador) 1857-1859, Siglo XXI, México, 1987. (N. del T.)]] ni siquiera sobre el célebre "Prefacio" a la Contribución, [Prefacio a la Contribución a la crítica de la economía política (1859). [En castellano: varías ediciones. (N. del T.)]] en el que Marx define con términos muy equívocos (por hegelianos) la dialéctica de la "correspondencia y no correspondencia" entre las Fuerzas productivas y las Relaciones de producción.
Esta obra gigantesca que es El capital contiene, simplemente, uno de los tres más grandes descubrimientos científicos de toda la historia humana: el descubrimiento del sistema de conceptos (por lo tanto, de la teoría científica) que abre al conocimiento científico lo que podríamos llamar el "Continente- Historia". Antes de Marx, dos continentes de importancia comparables habían sido "abiertos" al conocimiento científico: el Continente-Matemáticas, por los griegos del siglo V, y el Continente-Física, por Galileo.
Aún estamos muy lejos de haber captado la dimensión de este descubrimiento decisivo y de haber sacado todas las consecuencias teóricas que derivan de él. En particular, todos los especialistas que trabajan en el dominio de las "Ciencias humanas" y (dominio más reducido) las Ciencias sociales, esto es, los economistas, los historiadores, los sociólogos, los psico- sociólogos, los psicólogos, los historiadores del arte y la literatura, de la religión y de otras ideologías -e incluso los lingüistas y los psicoanalistas- deben saber que no pueden producir conocimientos verdaderamente científicos en su especialidad sin reconocer que la teoría fundada por Marx les es indispensable. Puesto que es, en principio, la teoría que "abre" al conocimiento científico el "continente" en el que trabajan, en el que sólo han producido hasta ahora nada más que algunos primeros conocimientos (la lingüística, el psicoanálisis), nada más que algunos elementos o rudimentos de conocimiento (la historia, la sociología y, en raros capítulos, la economía), nada más que puras y simples ilusiones bautizadas abusivamente como conocimientos.
Sólo los militantes de la lucha de clase proletaria han sacado conclusiones de El capital: reconociendo en él los mecanismos de la explotación capitalista; agrupándose en organizaciones de lucha de clase económica (los sindicatos) y política (al principio los partidos socialistas, luego los comunistas), que aplican una "línea" de masa de lucha para la toma del Poder de Estado: "línea" fundada sobre "el análisis concreto de la situación concreta" (Lenin) en la que tienen que combatir ("análisis" efectuado por una justa aplicación de los conceptos científicos de Marx a la "situación concreta").
Resulta paradójico que especialistas intelectuales altamente "cultivados" no hayan comprendido un libro que contiene la Teoría de la que necesitan en sus "disciplinas" y que, por el contrario, los militantes del Movimiento obrero hayan comprendido este mismo Libro a pesar de sus grandes dificultades. La explicación de esta paradoja es simple, y la dan con todas sus letras Marx en El capital y Lenin en sus obras. [Ver. por ejemplo, el comienzo del texto de Lenin El Estado y la revolución. [Hay varias ediciones en castellano: en las Obras completas, las Obras escogidas, o en fascículo separado. (N. del T.) Si los obreros han "comprendido" tan fácilmente El capital es porque habla, en términos científicos, de la realidad cotidiana con la cual tratan: la explotación de la que son objeto por medio del sistema capitalista. Es por ello que El capital se convirtió tan rápidamente, como decía Engels en 1886, en la "Biblia" del Movimiento obrero internacional. Por el contrario, si los especialistas en historia, en economía política, en sociología, en psicología, etc., han tenido y tienen aún tantos problemas para "comprender" El capital, se debe a que están sometidos a la ideología dominante (la de la clase dominante), que interviene directamente en su práctica "científica" para falsear su objeto, su teoría y sus métodos.
Salvo algunas excepciones, no se dan cuenta (no se pueden dar cuenta) de la extraordinaria potencia y variedad de la empresa ideológica a la que son sometidos en su "práctica" misma. Salvo algunas excepciones, no se hallan en condiciones de criticar ellos mismos las ilusiones en que viven y que contribuyen a mantener porque, literalmente, están cegados por ellas. Salvo algunas excepciones, no se hallan en condiciones de realizar la revolución ideológica y teórica indispensable para reconocer en la teoría de Marx la teoría misma de la que su práctica necesita para volverse finalmente científica.
Cuando se habla de la dificultad de El capital, es necesario realizar una distinción de suma importancia. En efecto, la lectura de El capital presenta dos tipos de dificultades que no tienen absolutamente nada que ver una con otra.
La dificultad n.º 1 -absoluta y masivamente determinante- es una dificultad ideológica, por lo tanto, en última instancia, política.
Frente a El capital hay dos tipos de lectores: los que tienen experiencia directa de la explotación capitalista (ante todo, los proletarios u obreros asalariados de la producción directa y también, con matices según su lugar en el sistema de producción, los trabajadores asalariados no proletarios) y los que no tienen experiencia directa de la explotación capitalista pero que, con todo, son dominados, en sus prácticas y su conciencia, por la ideología de la clase dominante (la ideología burguesa). Los primeros no experimentan dificultad ideológico- política para comprender El capital, puesto que habla a las claras de su vida concreta. Los segundos experimentan una extrema dificultad para comprender El capital (aunque sean muy "sabios", yo diría: sobre todo si son muy "sabios"), puesto que existe una incompatibilidad política entre el contenido teórico de El capital y las ideas que tienen en la cabeza, ideas que "reencuentran" (puesto que las ponen en ellas) en sus prácticas. Es por ello que la dificultad n.º 1 de El capital es, en última instancia, una dificultad política.
Pero El capital presenta otra dificultad que no tiene absolutamente nada que ver con la primera:
La dificultad n.º 2 o dificultad teórica. Frente a esta dificultad, los mismos lectores se dividen en dos nuevos grupos. Los que tienen el hábito del pensamiento teórico (por lo tanto, los verdaderos sabios) no experimentan dificultades, o no deberían experimentarlas, para leer este libro teórico que es El capital. Los que no tienen el hábito de practicar obras de teoría (obreros y numerosos intelectuales que, aunque tienen "cultura", no tienen cultura teórica) deben experimentar grandes dificultades, o deberían experimentarlas, para leer una obra de teoría pura como El capital.
Como acaban de ver, empleo condicionales (no deberían... deberían...). Lo hago para poner en evidencia este hecho, más paradójico aún que el anterior: hasta individuos sin práctica de los textos teóricos (como los obreros) han experimentado menos dificultad ante El capital que los individuos doctos en la práctica de la teoría pura (como los sabios o pseudosabios muy "cultivados").
Esto no ha de eximirnos de decir unas palabras acerca del tipo de dificultad tan particular que presenta El capital en tanto que obra de teoría pura, teniendo muy en cuenta el hecho fundamental de que no son las dificultades teóricas, sino las dificultades políticas, las que verdaderamente son determinantes en última instancia para toda lectura de El capital y de su libro I. Todo el mundo sabe que sin teoría científica correspondiente no puede existir práctica científica, es decir, práctica que produzca conocimientos científicos nuevos. Por lo tanto, toda ciencia descansa sobre su teoría propia. El hecho de que esta teoría cambie, se complique o se modifique a la par del desarrollo de la ciencia considerada no modifica en nada el asunto. Ahora bien, ¿qué es esta teoría indispensable para toda ciencia? Es un sistema de conceptos científicos de base. Basta con pronunciar esta simple definición para que sobresalgan dos aspectos esenciales de toda teoría científica: 1.º los conceptos de base y 2.º su sistema...
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https://www.marxists.org/espanol/althusser/1969/guia.htm
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