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miércoles, 11 de septiembre de 2019

LO BUENO, LO MALO Y LO FEO

LO BUENO, LO MALO Y LO FEO
Cualquier persona bien intencionada puede creer que se mantiene dentro de parámetros de bondad si sigue las leyes escritas o no escritas de una sociedad. Cualquier persona seducida por ideas oscuras (paranormales o no) se puede ubicar en las huestes del mal. Y cualquiera que le guste el desorden psico-físico personal, ambiental o de formas de vida puede manifestarse como un exponente de lo feo.
Es sabido que no existen, ni existieron seres humanos puros, sin entrar en cuestiones religiosas, porque todos tenemos algo de las tres tipo logias, sin pretender negar algunos comportamientos patológicos. En general lo bueno, lo malo y lo feo se diferencian por razones culturales e impactan sobre los sistemas educativos que se encuentran sustentados en seres humanos comunes y corrientes que no escapan a las reglas generales sociales.
Es indudable que el mundo occidental se especializo en lograr su desarrollo sobre la base de recursos de todos los continentes en relación con sus economías. Esa abundancia de recursos baratos de materias primas origino un desarrollo cultural y científico que afirmo las bases sobre las que se asentaban las economías occidentales propiciando la globalización que vino a consolidar esos desarrollos. El comercio desigual norte sur es un fiel reflejo de ello.
Debido a los problemas internos de la revolución industrial, en una primera etapa, exportó mano de obra al resto de los continentes en varias olas migratorias que propiciaron y fomentaron la idea de una cultura superior. Esos estereotipos se pueden observar hoy en día en todos los continentes. Luego tomaron algunas formas culturales de países periféricos, modificando sus bases culturales, lo que sirvió para generar una suerte de clase superior en los mismos, en relación con ese comercio desigual.
Desde la segunda mitad del Siglo XX y en particular en este Siglo XXI las corrientes migratorias cambiaron radicalmente y se orientan de sur a norte. Los problemas ideológicos y religiosos del choque cultural se pueden ver a diario en occidente, de manera parecida a lo que se podía observar antes en regiones alejadas de los centros de poder. Dando como resultado un rebrote de racismo y xenofobia.
En la periferia los que se sienten excluidos de una cultura aparente universal engrosan las huestes de los que perdieron los lazos, en tres generaciones, con la cultura que los llena de una soberbia infundada, como ocurre con toda la soberbia. Por lo que podemos decir que el campo de lo bueno se reduce, mientras alimentada por la frustración de no ser y pertenecer se afirma lo malo, sin entrar en cuestiones puramente delictivas y en comportamientos negativos que son la base de lo feo en materia social. El individualismo tan afín al capitalismo recoge a los excluidos de ese paraíso central, como un virus que propicia distintos males y patologías que impactan en una sociedad que des cree de las legislaciones que intentan orientar al ser humano hacia ideales nobles y alejados de la rapiña, la ley del más fuerte, la discriminación y la suprema tontería de la violencia por razones económicas, políticas o simplemente criminales, que encubren el racismo y una xenofobia vernácula o invertida en países centrales o periféricos. Reiteramos que no incluimos Patologías, que se encuentran en aumento, a simple vistan, por los frecuentes episodios mundiales de violencia irracional.
Atlas de México y el Nuevo Mundo
(pdf) OCCIDENTE: RAZÓN Y MAL. Edición a cargo de Javier Muguerza y Yolanda Ruano de la Fuente. Bilbao: Fundación BBVA; 2008, 320 p.

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